En la Navidad de 1977 se lleva a cabo en Montevideo uno de los operativos más siniestros del Plan Cóndor, el secuestro y traslado a Buenos Aires de militantes argentinos. En la acción muere la pareja de Juan Alejandro Barry y Susana Mata. La imagen de su hija Alejandrina, también secuestrada, aparece en diarios uruguayos y revistas argentinas. Para construir al enemigo, la prensa de la dictadura preparó otra versión: mostrar a la niña como víctima de sus padres. En 1977 la entonces Editorial Atlántida, con sus revistas Gente, Para Ti y Somos, usó a Alejandrina Barry (secuestrada por militares) para un operativo de prensa. En noviembre de 2015 la directora de "Boedo Films" Gabriela Jaime estrenó "La Construcción del Enemigo", documental protagonizado por la misma Alejandrina Barry.
Título: La construcción del enemigo
Dirección: Gabriela Jaime
Año: 2015
Género: Documental
Duración: 76:00
Producción: Gabriela Jaime
Guión: Gabriela Jaime
Dirección de Fotografía: Lucas Martelli
Editor: Gabriela Jaime
Musica Original: Manuel Garcia
Diseño de sonido: Horacio Almada, Jorge Galiano
En ese mismo hecho otras cuatro niñas y otro grupo de militantes fueron secuestrados y conducidos a la ESMA, en Argentina. Poco después, el diario El País de Uruguay y las revistas argentinas Gente, Para Ti y Somos encabezaron un operativo de prensa planificado con los genocidas, mostrando a la niña (con fotos especialmente producidas para ello) como una víctima de sus propios padres “terroristas”. “La película, además de demostrar el nexo poco explorado entre medios y dictadura, también es una reivindicación de la militancia de ayer y de hoy. Mi mamá era maestra y dirigente del sindicato docente de Almirante Brown, además de fundadora de la Ctera. Y mi papá era estudiante de Derecho de la UBA y dirigente montonero”, dice Alejandrina Barry a La Izquierda Diario. Y agrega que “la ex Editorial Atlántida montó aquel operativo de propaganda, justamente, para construir al enemigo, mostrándome como víctima de mis propios padres y no como víctima de la dictadura”.
La directora Gabi Jaime, por su parte, recuerda que para la investigación viajó dos veces a Uruguay, ya que “quería saber cómo habían sido los hechos que desencadenaron las notas de las revistas de la ex Atlántida, cómo habían sido los crímenes de Juan y Susana y el secuestro de Alejandrina”. Allí se dio cuenta de que la campaña de prensa contra la pareja “no empezó por las revistas argentinas sino que lo había empezado antes el diario El País de Montevideo”, donde a Alejandrina le sacaron una serie de fotos que luego reprodujo la ex Atlántida.
“La película tiene una actualidad impresionante”, destaca Myriam Bregman, compañera de militancia de Barry y con quien fundó el CeProDH. La abogada y diputada afirma que “el rol de los medios de comunicación en la tarea de armar una ‘verdad’, amplificarla y, según el caso, inventar un enemigo lo estamos viendo ahora con la crisis abierta por el caso del falso abogado Marcelo D’Alessio. Y lo vimos también cuando desapareció Santiago Maldonado, donde los grandes medios oficialistas actuaron codo a codo con el Ministerio de Seguridad para inventar un enemigo, que en ese caso fue la comunidad mapuche”.
Razones de un documental
Gabi Jaime le propuso a Alejandrina la realización del film luego de que conociera su historia en 2006, cuando junto a Andrea D’Atri hicieron un trabajo audiovisual sobre mujeres luchadoras de la Argentina post 2001. “Una de las entrevistadas era Alejandrina, que era una de las fundadoras de HIJOS”, recuerda y asegura que así agrega que al escuchar la historia creyó “que había que investigar a fondo cómo había sido todo”.
Para Myriam Bregman “el caso de Alejandrina y de sus padres expone otro elemento grave: la existencia de archivos producidos por los genocidas y que el Estado guarda bajo siete llaves. Ningún gobierno ordenó su apertura. En este caso sabemos que están, ya que ante el pedido de Alejandrina fue la misma ex SIDE la que confirmó recientemente que tiene información sobre sus padres y su tío desaparecidos, que conserva hasta la actualidad. Así demuestran que la documentación permanece en poder del Estado”.
Hay una parte muy fuerte en la película que demuestra también la relación con la actualidad. Alejandrina buscaba información de sus padres en los archivos de la Dippba en La Plata. Además de encontrar fichas de Juan Barry y Susana Mata, encontró una ficha de ella misma, quien figuraba en un informe como delincuente subversiva por su militancia actual.
Memoria para el presente
Para la realizadora “fue muy fuerte en lo personal conocer de primera mano la historia. Por ejemplo, escuchar a las amigas docentes de Susana, la madre de Alejandrina, contar quién era ella, una mujer muy sensible, humana, cálida. Escuchar cómo fue que se conocieron con Juan Barry. Esas cosas impactan y son fundamentales para deconstruir a ese ’enemigo’ que quisieron mostrar”.
Barry afirma que “al revés de lo que querían los genocidas y esa prensa colaboradora, lejos de espantarme al conocer las operaciones de prensa inventadas a favor del genocidio, la profunda indignación que me produjo fue un incentivo para la reivindicación total de mis padres y la decisión de hacerme militante revolucionaria, por juzgar y encarcelar a todos los genocidas militares y empresarios y por cambiar raíz esta sociedad de explotación y opresión abrazando la lucha por el socialismo”.
Bregman, además de compañera de militancia de Alejandrina la representa en la querella judicial a los exdirectivos de la ex Atlántida. “Investigamos juntas el caso durante mucho tiempo, con nuestra querida Andrea Bello. Presentamos una enorme cantidad de pruebas, pero lo que hemos encontrado en el camino son sólo obstáculos. El Poder Judicial fue muy “valiente” en juzgar tres o cuatro veces a Etchecolatz pero tardó mucho tiempo en designar al juzgado que debe intervenir en este caso. Decidieron no avanzar, salvo excepciones, con los civiles que participaron en la dictadura. Menos aun con los medios”, sentencia Bregman.
En su libro Recuerdo de la muerte Miguel Bonasso dice que la ex Editorial Atlántida montó con Alejandrina “una campaña al estilo Goebbels”. Bregman coincide, “porque los directivos de la empresa actuaron de manera orgánica y planificada con los marinos de la ESMA. Lo que se publicaba se discutía en esas esferas, para crear, una vez más, un enemigo, ‘los guerrilleros que abandonaban a sus hijos’ y hacían todo tipo de atrocidades”.
Por eso, agrega la diputada del PTS-FIT, “la exigencia de apertura de todos los archivos es uno de los reclamos por los que seguimos peleando cada 24 de Marzo. Es la única manera de saber toda la verdad y que se en que se podría condenar de una vez a todos y cada uno de los genocidas y los civiles que sostuvieron el golpe”.
Texto original: La Izquierda Diario
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