Los agrotóxicos encontrados fueron glifosato, su metabolito AMPA, Atrazina, Metolacloro, 2,4-D (Free), Clorpirifos (recientemente prohibido en el país). Insecticidas como Fipronil, Imidacloprid, Cipermetrina. Funguicidas como el Tebuconazol, entre otras peligrosas sustancias que representan un riesgo para la salud y el ambiente.
Las personas estudiadas fueron 73. lavaca habló con Iván Villarreal, que fue uno de los estudiados. “Nadie puede decirme qué efectos puede provocar esa mezcla de agrotóxicos que hay en mi cuerpo”. Sobre la actitud del INTA: “Las personas que nos prestamos voluntariamente a participar merecemos una explicación”. “Tenemos los informes, el INTA sabía hace dos años que se está haciendo esto y ahora, justo cuando están los datos, impide que nos expliquen qué significan”.
La Unión Europea (UE) prevé reducir el uso general de plaguicidas en un 50%, así como la utilización de los plaguicidas más peligrosos también en ese porcentaje, para el 2030. Para reunir información de base y trabajar la transición hacia esa meta, financia el “Proyecto SPRINT” (Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025) () que busca identificar los residuos de los agrotóxicos y el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último es algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado.
¿En qué involucra ese proyecto a la Argentina? En 2021 los muestreos además de realizarse en los países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal hacia Europa.
La pata local del proyecto, que reúne un consorcio de 28 universidades e instituciones, es el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que asegura la participación de Argentina en el proyecto (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires).
Pese a ese intento del INTA en impedir que los resultados se conocieran, algunos participantes hicieron públicos sus estudios personales.
Las mediciones realizadas en nuestro país se realizaron en personas (sangre, orina y materia fecal), en matrices ambientales, en vegetales y animales. Las personas participantes además llevaron por siete días una pulsera que tiene la capacidad de registrar los agrotóxicos presentes en los lugares/ambientes por los que se mueven diariamente. En las muestras biológicas y en la pulsera de exposición se analizaron 208 plaguicidas.
Fragmento de la resolución del INTA. La importancia de los datos obtenidos sigue sin ser difundida de modo oficial, pese a los efectos para la salud y el medio ambiente.Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. La tercera de estos, consumidores de alimentos. Otro tercio, habitantes de pueblos pequeños “vecinos de productores”. Y la otra tercera parte, productores agropecuarios: la mitad de este grupo usa plaguicidas y la otra mitad produce agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, granos y muestras biológicas en animales.
Los resultados más relevantes se publican a continuación.
Se detectaron agrotóxicos
En personas: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”.En los ambientes en las que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna:“Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
Polvo de hogar: en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes)”.
En alimento para animales: en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Las concentraciones halladas no se publican aquí ya que sin tener el acceso al 100 por ciento de los datos y sin una interpretación adecuada, pueden dar lugar a una conclusión errónea. Por el mismo motivo tampoco se publican los nombres de las moléculas halladas con mayor frecuencia.
Sin embargo, en el material al que se accedió, los principales agrotóxicos coinciden con los más usados en el modelo químico-dependiente. Herbicidas como glifosato, su metabolito AMPA, Atrazina, Metolacloro, 2,4-D (Free), Clorpirifos (recientemente prohibido en el país). Insecticidas como Fipronil, Imidacloprid, Cipermetrina. Funguicidas como el Tebuconazol, entre otros venenos que representan un riesgo para la salud y el ambiente.
Censura y cancelación
Mediante la Resolución 2023-399-APN-CD#INTA, firmada por Mariano Garmendia, Presidente del Concejo Directivo del INTA, fecha 5 de julio, el organismo pospuso la participación del INTA en el proyecto.“ARTÍCULO 1° – Posponer las actividades comprometidas del INTA en el Proyecto SPRINT de la Agencia Ejecutiva de Investigación de la UNIÓN EUROPEA (UE) en el marco del Acuerdo de Subvención N° 862568- SPRINT, hasta tanto se cuente con los informes y antecedentes de los avances de las actividades efectuadas a la fecha de la presente medida”.
¿Qué había ocurrido antes? El pasado 21 de junio debía realizarse una presentación general de los datos para todos los involucrados y personas interesadas en los avances del proyecto. La reunión fue suspendida por la dirección del INTA.
¿Los motivos esgrimidos? «Atento a que hemos tomado conocimiento de que posiblemente algunos procedimientos respecto a los estudios que involucran a personas han excedido la incumbencia institucional y considerado que, nuestro accionar está siendo analizado al respecto se instruye a que suspenda la Reunión de Presentación de Datos prevista, hasta tanto se tengan las respuestas asociadas en sentido amplio», dice la nota firmada por el director del INTA, Carlos Alberto Parera, y dirigida a la investigadora de ese organismo, Virginia Aparicio, Responsable de SPRINT (Argentina) del EEA INTA Balcarce.
Por su parte, tanto algunas personas que fueron voluntarias en ese proyecto como organizaciones ambientales no dudaron en calificar públicamente esa suspensión como un hecho abierto de censura que negaba al público en general la posibilidad de acceder a información ambiental relevante para la salud pública y para conocer los impactos que produce el modelo de agronegocios basado en transgénicos y agrotóxicos. También manifestaron el apoyo público al trabajo realizado por la investigadora Virginia Aparicio.
La nueva resolución de suspensión de la participación en el proyecto indica que las alertas y denuncias tenían asidero.
Iván Villarreal, vecino de la Laguna Brava, en el municipio de Balcarce, es uno de los participantes como voluntario del SPRINT y conversó con lavaca. Su relato le pone rostro a estudios que no son solo resultados analíticos, dato que vale la pena evidenciar y recordar.
A Iván le informaron que tiene siete agrotóxicos en la sangre, 12 en orina, seis en materia fecal. “Los resultados no me sorprendieron porque sabemos que nos fumigan, y si bien en lo personal no suelo hacerme la cabeza, nadie puede decirme qué efectos puede provocar esa mezcla de agrotóxicos que hay en mi cuerpo. Hay muy poca información sobre eso, qué puede pasarnos con eso”.
Sobre la actitud del INTA opinó: “Las personas que nos prestamos voluntariamente a participar merecemos una explicación. ¿Qué significa eso que tenemos en el cuerpo? Y por dar otro ejemplo, en nuestro caso recibimos también en un informe de agua con presencia de agrotóxicos que necesitamos entender. Sin esa reunión nos niegan esa posibilidad y generan más paranoia. Tenemos los informes, el INTA sabía hace dos años que se está haciendo esto y ahora justo cuando están los datos impide nos expliquen que significan”.
La coordinación general del SPRINT fue realizada por la Universidad de Wageningen (Países Bajos). lavaca se comunicó con la Prof. Dra. Violette Geissen , coordinadora general del proyecto, quién aseguró que “los resultados se publicarán en una revista internacional para septiembre y luego se harán públicos”.
También adelantó que los resultados europeos y argentinos presentan diferencias. “En Europa en general el número de plaguicidas identificado por matriz –respecto de nuestro país– es más alta y la concentración más baja”. Es decir: en Argentina se identificaron menos moléculas de plaguicidas pero en concentraciones más altas. La investigadora recalcó que ahora el trabajo que queda por realizar son pruebas eco-toxicológicas para analizar los efectos de las mezclas de agrotóxicos identificadas en cada sitio.
Al cierre de esta nota, el INTA sigue sin emitir una comunicación pública sobre lo sucedido.
Hasta 18 plaguicidas fueron encontrados en sangre, orina y materia fecal de las personas estudiadas por el proyecto SPRINT, de la Agencia Ejecutiva de Investigación de la Unión Europea y cuya rama argentina tiene al INTA como referente (además intervienen 28 universidades e instituciones del exterior). Pero el INTA “pospuso” la difusión de los resultados, actitud que puede considerarse un ocultamiento de información relevante para la sociedad y para las personas investigadas. lavaca accedió a veintidós de los informes sobre personas participantes y a dos informes con datos sobre muestreos en animales, alimentos (contaminados con hasta 22 plaguicidas), alimento animal, granos, suelo y agua. Se detectaron además hasta 86 plaguicidas en polvo de hogares.
Los agrotóxicos encontrados fueron glifosato, su metabolito AMPA, Atrazina, Metolacloro, 2,4-D (Free), Clorpirifos (recientemente prohibido en el país). Insecticidas como Fipronil, Imidacloprid, Cipermetrina. Funguicidas como el Tebuconazol, entre otras peligrosas sustancias que representan un riesgo para la salud y el ambiente.
Las personas estudiadas fueron 73. lavaca habló con Iván Villarreal, que fue uno de los estudiados. “Nadie puede decirme qué efectos puede provocar esa mezcla de agrotóxicos que hay en mi cuerpo”. Sobre la actitud del INTA: “Las personas que nos prestamos voluntariamente a participar merecemos una explicación”. “Tenemos los informes, el INTA sabía hace dos años que se está haciendo esto y ahora, justo cuando están los datos, impide que nos expliquen qué significan”.
Por Anabel Pomar
La Unión Europea (UE) prevé reducir el uso general de plaguicidas en un 50%, así como la utilización de los plaguicidas más peligrosos también en ese porcentaje, para el 2030. Para reunir información de base y trabajar la transición hacia esa meta, financia el “Proyecto SPRINT” (Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025) () que busca identificar los residuos de los agrotóxicos y el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último es algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado.
¿En qué involucra ese proyecto a la Argentina? En 2021 los muestreos además de realizarse en los países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal hacia Europa.
La pata local del proyecto, que reúne un consorcio de 28 universidades e instituciones, es el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que asegura la participación de Argentina en el proyecto (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires).
¿Es o era esa pata local? Por medio de una resolución, el organismo decidió “posponer las actividades comprometidas del INTA en el Proyecto SPRINT de la Agencia Ejecutiva de Investigación de la UNIÓN EUROPEA (UE) en el marco del Acuerdo de Subvención N° 862568- SPRINT, hasta tanto se cuente con los informes y antecedentes de los avances de las actividades efectuadas a la fecha de la presente medida”. La decisión no sorprendió ya que con anterioridad (ver apartado “Censura y Cancelación”), el INTA ya había impedido se realizara una reunión en la que se iban a contar cuáles eran los resultados de los agrotóxicos hallados en esos muestreos realizados en nuestro país.
Pese a ese intento del INTA en impedir que los resultados se conocieran, algunos participantes hicieron públicos sus estudios personales.
lavaca accedió a veintidós de los informes sobre personas participantes y a dos informes con datos sobre muestreos en animales, alimentos, alimento animal, granos, suelo y agua.
Las mediciones realizadas en nuestro país se realizaron en personas (sangre, orina y materia fecal), en matrices ambientales, en vegetales y animales. Las personas participantes además llevaron por siete días una pulsera que tiene la capacidad de registrar los agrotóxicos presentes en los lugares/ambientes por los que se mueven diariamente. En las muestras biológicas y en la pulsera de exposición se analizaron 208 plaguicidas.
Fragmento de la resolución del INTA. La importancia de los datos obtenidos sigue sin ser difundida de modo oficial, pese a los efectos para la salud y el medio ambiente.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. La tercera de estos, consumidores de alimentos. Otro tercio, habitantes de pueblos pequeños “vecinos de productores”. Y la otra tercera parte, productores agropecuarios: la mitad de este grupo usa plaguicidas y la otra mitad produce agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, granos y muestras biológicas en animales.
Los resultados más relevantes se publican a continuación.
Se detectaron agrotóxicos
En personas: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”.
En los ambientes en las que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna:“Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
Polvo de hogar: en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes)”.
En alimento para animales: en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Las concentraciones halladas no se publican aquí ya que sin tener el acceso al 100 por ciento de los datos y sin una interpretación adecuada, pueden dar lugar a una conclusión errónea. Por el mismo motivo tampoco se publican los nombres de las moléculas halladas con mayor frecuencia.
Sin embargo, en el material al que se accedió, los principales agrotóxicos coinciden con los más usados en el modelo químico-dependiente. Herbicidas como glifosato, su metabolito AMPA, Atrazina, Metolacloro, 2,4-D (Free), Clorpirifos (recientemente prohibido en el país). Insecticidas como Fipronil, Imidacloprid, Cipermetrina. Funguicidas como el Tebuconazol, entre otros venenos que representan un riesgo para la salud y el ambiente.
Censura y cancelación
Mediante la Resolución 2023-399-APN-CD#INTA, firmada por Mariano Garmendia, Presidente del Concejo Directivo del INTA, fecha 5 de julio, el organismo pospuso la participación del INTA en el proyecto.
“ARTÍCULO 1° – Posponer las actividades comprometidas del INTA en el Proyecto SPRINT de la Agencia Ejecutiva de Investigación de la UNIÓN EUROPEA (UE) en el marco del Acuerdo de Subvención N° 862568- SPRINT, hasta tanto se cuente con los informes y antecedentes de los avances de las actividades efectuadas a la fecha de la presente medida”.
¿Qué había ocurrido antes? El pasado 21 de junio debía realizarse una presentación general de los datos para todos los involucrados y personas interesadas en los avances del proyecto. La reunión fue suspendida por la dirección del INTA.
¿Los motivos esgrimidos? «Atento a que hemos tomado conocimiento de que posiblemente algunos procedimientos respecto a los estudios que involucran a personas han excedido la incumbencia institucional y considerado que, nuestro accionar está siendo analizado al respecto se instruye a que suspenda la Reunión de Presentación de Datos prevista, hasta tanto se tengan las respuestas asociadas en sentido amplio», dice la nota firmada por el director del INTA, Carlos Alberto Parera, y dirigida a la investigadora de ese organismo, Virginia Aparicio, Responsable de SPRINT (Argentina) del EEA INTA Balcarce.
Por su parte, tanto algunas personas que fueron voluntarias en ese proyecto como organizaciones ambientales no dudaron en calificar públicamente esa suspensión como un hecho abierto de censura que negaba al público en general la posibilidad de acceder a información ambiental relevante para la salud pública y para conocer los impactos que produce el modelo de agronegocios basado en transgénicos y agrotóxicos. También manifestaron el apoyo público al trabajo realizado por la investigadora Virginia Aparicio.
La nueva resolución de suspensión de la participación en el proyecto indica que las alertas y denuncias tenían asidero.
Iván Villarreal, vecino de la Laguna Brava, en el municipio de Balcarce, es uno de los participantes como voluntario del SPRINT y conversó con lavaca. Su relato le pone rostro a estudios que no son solo resultados analíticos, dato que vale la pena evidenciar y recordar.
A Iván le informaron que tiene siete agrotóxicos en la sangre, 12 en orina, seis en materia fecal. “Los resultados no me sorprendieron porque sabemos que nos fumigan, y si bien en lo personal no suelo hacerme la cabeza, nadie puede decirme qué efectos puede provocar esa mezcla de agrotóxicos que hay en mi cuerpo. Hay muy poca información sobre eso, qué puede pasarnos con eso”.
Sobre la actitud del INTA opinó: “Las personas que nos prestamos voluntariamente a participar merecemos una explicación. ¿Qué significa eso que tenemos en el cuerpo? Y por dar otro ejemplo, en nuestro caso recibimos también en un informe de agua con presencia de agrotóxicos que necesitamos entender. Sin esa reunión nos niegan esa posibilidad y generan más paranoia. Tenemos los informes, el INTA sabía hace dos años que se está haciendo esto y ahora justo cuando están los datos impide nos expliquen que significan”.
“Considero que toda la ciudadanía debe conocer esos datos” agrega Iván y asegura que “el trabajo es evitar que las generaciones futuras tengan resultados como los míos, que se evite que tengan agrotóxicos en el cuerpo. Mi participación fue para eso, para que vean cómo frenar esto y construyan un futuro mejor”.
La coordinación general del SPRINT fue realizada por la Universidad de Wageningen (Países Bajos). lavaca se comunicó con la Prof. Dra. Violette Geissen , coordinadora general del proyecto, quién aseguró que “los resultados se publicarán en una revista internacional para septiembre y luego se harán públicos”.
También adelantó que los resultados europeos y argentinos presentan diferencias. “En Europa en general el número de plaguicidas identificado por matriz –respecto de nuestro país– es más alta y la concentración más baja”. Es decir: en Argentina se identificaron menos moléculas de plaguicidas pero en concentraciones más altas. La investigadora recalcó que ahora el trabajo que queda por realizar son pruebas eco-toxicológicas para analizar los efectos de las mezclas de agrotóxicos identificadas en cada sitio.
Al cierre de esta nota, el INTA sigue sin emitir una comunicación pública sobre lo sucedido.
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