Descargo de responsabilidad: conocí personalmente a esta compositora fabulosamente dotada, nominada al premio Grammy y ganadora de multitud de galardones, en 2016, cuando se integró en el equipo de Jóvenes Músicos de la BBC, al que presenté como presidenta del jurado.
Antes de conocernos no había oído ni una sola nota suya, pero cuando nos presentaron corrí a sumergirme en su mundo sonoro y quedé totalmente fascinada. Nacida en Bulgaria y domiciliada en Londres, Tabakova estudió con maestros como John Adams y otras lumbreras de la música actual, pero lo que oí aquella noche, y lo que oigo cada vez que la escucho, es a una mujer que domina totalmente sus cualidades, su voz de compositora.
Música orquestal, coral, vocal, de cámara… parece que es igual hacia dónde se dirija su voraz atención: lo que se propone, lo consigue. Ha ganado premios en todo el mundo y ha recibido encargos de solistas destacados. Artesanalmente perfecta, no tiene empacho en dar rienda suelta a sus emociones: siente las cosas en profundidad y lo expone en su música y, según cuenta, siempre tiene «algo que decir» con ella. También confiesa de un modo más revelador: «Nunca pongo límites a mi atención».
No está mal como mantra sensible… para los compositores sobre todo, pero también para el resto de nosotros.
De toda la producción de Tabakova, que es considerable, sobre todo porque aún no ha cumplido los cuarenta, he seleccionado este bello nocturno para piano, porque me encanta este género ideado básicamente por John Field pero que se reinventa y reforma con cada generación.
Clemency Burton-Hill
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