Hoy es la festividad de San Patricio, buena ocasión para escuchar al primer irlandés que dejó huella en el escenario clásico europeo.
Nacido en Dublín, John Field fue un pianista y un compositor que por su creatividad formal y su profundo lirismo conquistó la admiración de muchos colegas. Entre ellos, Brahms, Schumann, Mendelssohn y sobre todo Chopin, que al parecer se quedó extasiado cuando el pianista y compositor Friedrich Kalkbrenner señaló que «el toque Chopin» le recordaba al de Field. Chopin encontró inspiración en los «nocturnos» de Field, género musical cuya invención atribuyen muchos al irlandés, aunque otros alegan que Haydn había puesto ya las manos en él. (No hay duda de que Field dio forma al género)
La interpretación pianística de la época de Field tendía a primar el virtuosismo técnico, pero Field no tuvo miedo de ir en otra dirección y cultivar un ideal de expresión poética y de emoción sentimental que prefigura los vientos dominantes del Romanticismo. Actualmente su música nos parece conocida, al menos en espíritu, ya que ha inspirado grandes cantidades de música de piano intimista, aunque conviene recordar que estas cosas no se habían oído antes de él. Como el gran Franz Liszt, otro admirador de Field, escribió en el prefacio a una edición de los Nocturnos:
Nadie ha alcanzado estas vagas […] armonías, estos suspiros a medias que flotan en el aire, lamentándose suavemente y disolviéndose en deliciosa melancolía. Nadie ha abordado siquiera este estilo tan característico y menos aún quienes han oído tocar al propio Field, mejor dicho, quienes lo han oído soñar su música en momentos en que se abandonaba a su inspiración.
Clemency Burton-Hill
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