Se miente por la tele noche y día, por la pantalla que no muestra lo que a todos nos pasa, o por las redes lideradas por ejército de trolls. Libertad de expresión que expulsa periodistas, ahoga la crítica y extermina la democracia. Esa pantalla que oculta, que hace parecer que lo blanco es negro y deja un amarillento color sobre todo. Tal vez cambiemos – Corporación Cambiemos mediante – hasta la bandera, poniendo un dólar como sol entre dos franjas de celestial mercado. La Teoría del Rehén marca el discurso de los neoliberales amarillos en su cruzada contra los maestros y todo reclamo de los trabajadores. Reconocer y desactivar todos estos mecanismos discursivos son nesesarios para inmunizarse de tanta mentira.
En la argentina de ayer – que cronológicamente es la de hoy – al que es rebelde sin causa, rapidito se le arma una. A quien contradice se le abrirá expediente y encerrará en la cárcel, como manda la justicia falsa de ojos vendados y bolsillos abiertos. Y garrote para el que no entienda, que acá se acabó el despilfarro de comer dos veces todos los días.
Porque la sumisión es su misión. Someterse y arrodillarse, ya que ser soberano y libre es meterse en problemas. Tener como amigos a los hermanos del sur es unir lo que debe ser dividido, según el norte. Norte que ya tiene en sus entrañas bastante calaña del sur y quiere ahora exorcizarla.
En la argentina de ayer – que cronológicamente es la de hoy – al que es rebelde sin causa, rapidito se le arma una. A quien contradice se le abrirá expediente y encerrará en la cárcel, como manda la justicia falsa de ojos vendados y bolsillos abiertos. Y garrote para el que no entienda, que acá se acabó el despilfarro de comer dos veces todos los días.
Porque la sumisión es su misión. Someterse y arrodillarse, ya que ser soberano y libre es meterse en problemas. Tener como amigos a los hermanos del sur es unir lo que debe ser dividido, según el norte. Norte que ya tiene en sus entrañas bastante calaña del sur y quiere ahora exorcizarla.
Así está la Argentina, que parece que fuera del Felino Macri. Así también está el Brasil del Gato Temer, en el que la esperanza ha sido congelada por veinte años. El Paraguay de tierra de color rojizo, mezcla de arcilla y violencia. El querido Chile, que a pesar de haberle agregado sacarina, no puede sacarse el amargo gusto de Pinochet y Friedmann. La Colombia, donde la paz es una mueca asesinada todos los días por un sicario a sueldo de terratenientes. Así está también el México de indios y mestizos, traicionados por un malinche de rostro blanco y una vez más engañados, esta vez por un yanqui descortés. Y ahora amenazan con ceñir su laso sobre el Ecuador rebelde, para convertirlo en perrito simpático como el Perú de Kuczinski.
Es que son todos lo mismo y para lo mismo. No es casual, es igual. No es ficción, aunque a veces parezca. No es error, ni improvisación, es plan. Es premeditación y alevosía. A eso vinieron. Son la banca internacional haciendo estragos en nuestras tierras.
Por ello dejo esta nota, tan propia de estos momentos donde la mentira neoliberal es la única verdad.
El Empresarismo SociópataMariano Quiroga
“Como te ven, te tratan”, insiste desde hace años una formadora de opinión argentina. Y queda claro que para el gobierno de Mauricio Macri, los docentes son una variable de ajuste. Por eso pone al frente del Ministerio de Educación al analista de sistemas, Esteban Bullrich, que frente a empresarios locales tuvo la lucidez de asumirse y admitir que él iba a ser un gerente de recursos humanos y no un ministro. Los empresarios se fueron contentos de saber que tendrían un aliado para el adoctrinamiento de los trabajadores, aunque algunos deben haber tenido pesadillas pensando en las escuelas abandonadas que propone el neoliberalismo empresarista en el poder en Argentina.
El suicidio electoral efectuado por el pueblo argentino tuvo una rápida réplica en Brasil, cuando el peor Congreso de los diputados de la historia brasileña (y probablemente, uno de los peores de la historia universal) festejó con confeti la destitución de Dilma Rousseff, por ser mujer, por ser roja o por alguna razón todavía más vergonzante. Lo cierto es que el que fuera vicepresidente, Michel Temer, se apeó al sillón presidencial y dispuso el plan de ajuste más salvaje del que tenga memoria este cronista.
La elección de Michel Temer para acompañar a Dilma Rousseff en la candidatura de 2014, creo que refleja la baja intensidad democrática y revolucionaria de los mejores gobiernos que nos supimos dar en la región y que requieren una refundación de estos procesos emancipatorios, una profundización en las convicciones y una apertura hacia las bases electorales. Se debe hacer parte de las transformaciones a las poblaciones y no solamente pasivos beneficiarios de las políticas. Deben encarnarlas para defenderlas y para darles mayor volumen y participación.
Temer no viene a cambiar las políticas “populistas” del PT, viene a reformar la constitución brasileña para que se convierta en un cerrojo a la democracia, para que aunque vuelva “la izquierda” o los moderados, sea imposible revertir las políticas austericidas que establecen las enmiendas constitucionales propuestas por el gobierno.
Estas dos plutocracias latinoamericanas cumplen a la perfección con su cometido. Recuperar para los millonarios el poder total, el control sobre las decisiones soberanas de las naciones. Cansados de tener que disputar con gobiernos de políticos con cierta sensibilidad social, decidieron reemplazarlos por especímenes carentes de empatía, piedad o el más mínimo arrepentimiento.
Y así entraron en juego los banqueros, esos seres abisales capaces de sacarles la comida de la boca a los niños y niñas, de sacarles los remedios a las abuelas y abuelos, de obligar a los docentes a tener 49 años de aportes para cobrar una jubilación completa o de asegurar que es necesario tener entre un 15 y un 18 % de desocupación para que los trabajadores respeten a los empresarios.
Respetar es un eufemismo para describir el acatamiento y la subordinación. Porque se busca maximizar las ganancias de los privados, incluso a costa del endeudamiento masivo del Estado y la condonación de las deudas que pudieran tener estas empresas con el Estado. Básicamente, las empresas en el poder no pagan impuestos, ni sentencias judiciales adversas, porque son omnipotentes y no solo copan los poderes Ejecutivo y Legislativo, sino que antes colonizaron (o compraron, elijan el verbo que más les guste), el Poder Judicial.
Enfrentar y resistir
Pero este terrorismo económico no se lo van a llevar gratis. O, al menos, es lo que parecen demostrar el millón de docentes brasileños que comienza un paro nacional de diez días el próximo miércoles. O el paro, también de docentes, en Argentina, que le exige al gobierno que cumpla las leyes y llame a los sindicatos a discutir los aumentos salariales que puedan defender a los trabajadores de la inflación galopante que promueve el plan económico neoliberal.
La semana pasada en Argentina cientos de miles de trabajadores inundaron las calles capitalinas para convocar un paro nacional, algo que la dirigencia sindical pactó no realizar y debió enfrentar a esa muchedumbre con pedidos de “calma” y “paciencia”, para terminar yéndose entre insultos y la exigencia de que le pongan fecha al plan de lucha contra las políticas hambreadoras del gobierno macrista.
Para echar más leña al fuego, la Universidad Católica Argentina difundió nuevas mediciones de los índices de pobreza que señalan a Mauricio Macri como el récordman en la creación de indigentes en el país. Casi un 20 % de la población argentina ha caído en la pobreza desde que asumiera el nuevo gobierno, convirtiendo a uno de cada tres argentinos en pobre.
Los docentes, los maestros, esos a quienes confiamos lo más preciado que tenemos, vuelven a mostrarnos el camino para salir de la encerrona neoliberal. Del callejón sin salida, no se puede huir. Solamente se puede enfrentar y resistir a estos monigotes que vinieron a recuperar lo que les pertenece (toda la plata) y que a algunos gobiernos se les ocurrió que ese dinero podía repartirse entre todos. Quizás no equitativamente, pero sí de una manera más juiciosa. Quieren quedarse con todo y además escarmentarnos por haber vivido “por encima de nuestras posibilidades”.
La tragedia social que vivimos en los años noventa, tras la implementación de las políticas económicas del Plan Cóndor, pero por vía democrática, parecen juegos de niños comparados con el revanchismo sociópata de esta reconquista conservadora, propietaria de los emporios comunicacionales y, por ende, creadores de climas sociales a gran escala.
A raíz del deterioro vertiginoso y feroz que padecemos desde fines de 2015 se suceden y acumulan los reclamos. Sin embargo, la propuesta desde los gobiernos provinciales y el nacional es enfrentar a los reclamantes con el resto de la sociedad. El argumento central que esgrimen gira alrededor de la "Teoría del Rehén" que actúa junto a la ya muchas veces "Teoría de la Demonizaciòn" o "Teoría de Bin Laden" de la que hemos hablado tantas veces, hasta el cansancio, y que se trata de mandar a la hoguera mediática y judicial a cualquiera que huela a oposiòn, semejando a la polìtica de los EEUU para invadir Pakistàn en la excuso del defenderse (que en realidad la pulsiòn real, para el pueblo de los EEUU, era "vengarse") de un supuesto Bin Laden que las malas lenguas dicen que ya estaba muerto desde hacía rato.
En la "Teoría del Rehén" el conflicto se plantea alrededor del concepto de conflicto, precisamente. Es que no hay sociedad que no tenga conflictos. Es más, no se avanza sin conflictos, como me dijo un hoy funcionario provincial radical macrista cuando todavía la jugaba de progresista, hace mil años. Son imprescindibles para crecer, para ser mejores siempre y cuando se resuelvan a favor de la vida. El divorcio vincular, el fin de la esclavitud, el voto femenino y miles de ejemplos más fueron avances que se consiguieron gracias a los conflictos planteados.
Los docentes del país se movilizan para que Macri y sus secuaces cumplan con la ley. Ni más ni menos. Se declaran en huelga y entonces los rehenes, dicen las autoridades, serían los alumnos y sus padres. Si la huelga la declaran médicos y enfermeros los rehenes serían los pacientes. Si el paro lo impulsan los bancarios seríamos rehenes los clientes, nuestras cuentas, nuestras deudas y nuestras caras de culo ante el cajero automático. Si paran los trabajadores de los medios de transporte seríamos los pasajeros.
Si protestan los carniceros las víctimas serán los asadores de los domingos. Esto ya suena a un ejemplo nostalgioso.
En realidad somos siempre sus rehenes. Con paro o no. Somos rehenes de los poderosos. Si vamos al caso, todo el mundo està de rehén de las superpotencias nucleares en su juego de guerra, por ejemplo. Y ojo que la Teoría del Rehén puede derivar en el Síndrome de Estocolmo, donde se produce una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, violación o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con quien le ha dañado física y/o psicológicamente. Eso lo podremos ver este año en las elecciones. ¿El pueblo vejado por la acción criminal de una banda de CEOs neoliberales desaforados y delincuentes depositarà sus votos a su favor?
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