Con rostro de piedra, corazón de hielo y moralidad de hiena, el ministro Esteban Bullrich habla de la condición cultural del neoliberalismo: la incertidumbre no como problema, sino como proyecto de vida... Mientras tanto, el gobierno de Marioneta Macri se niega a cumplir con la ley que lo obliga a convocar a los gremios docentes a la negociación paritaria anual. Un símbolo de lo que se está viviendo que no hay más netbooks, no hay más libros, no hay más construcción de escuelas.
El problema central de la sociedad argentina, hoy, no está en el Gobierno. Está en la oposición. Porque cualquiera sabe de lo que es capaz el macrismo. La mentira, la insensibilidad, la rapiña, son en ellos estilo. Son sello de clase. Por eso no sólo no van a cambiar ni morigerarse, sino que, como todas sus medidas confirman día a día, van a seguir así y yendo por más. El macrismo, peor aún que el menemismo hace dos décadas, es una máquina de hacer daño a la Nación porque no les interesa el pueblo, porque su ideal es la neocolonización, porque su concepción de "la gente" es de mercado, o sea consumidores, televidentes o vecinos idiotas.
La enumeración de cretinadas parece infinita y mientras millones leemos diarios y portales en el nuevo estilo que implica adivinar quién te miente, quién un poco menos y quién no, el desfile de hechos es impactante e imposible de enumerar. Un gobierno neoliberal necesita crear o mantener conflictos para llenar sus multimedios y mantener la distracción permanente, Así, la lucha Sindical Docente también es usada como distracción mientras continúa el saqueo.
El Golpe Blando que ganó el poder en Argentina ha logrado mantener en el trasfondo psicosocial una gran oscuridad y confusión. Ya hay muchos arrepentidos de su voto, pero no se ve que sea importante el porcentaje de personas que hayan entendido cómo fue que los hicieron votar así, mediante ese juego de manipulación y control desde los multimedios.
De seguir esa confusión, es muy probable que una buena porción del electorado sea manipulada nuevamente para que vote al títere de reemplazo, continuador del plan neoliberal que mantienen bien visible en esos mismo medios corporativos. Así lograrían, otra vez, que el pueblo vote en contra de sus propios intereses, eligiendo a sus nuevos verdugos.
El problema central de la sociedad argentina, hoy, no está en el Gobierno. Está en la oposición. Porque cualquiera sabe de lo que es capaz el macrismo. La mentira, la insensibilidad, la rapiña, son en ellos estilo. Son sello de clase. Por eso no sólo no van a cambiar ni morigerarse, sino que, como todas sus medidas confirman día a día, van a seguir así y yendo por más. El macrismo, peor aún que el menemismo hace dos décadas, es una máquina de hacer daño a la Nación porque no les interesa el pueblo, porque su ideal es la neocolonización, porque su concepción de "la gente" es de mercado, o sea consumidores, televidentes o vecinos idiotas.
La enumeración de cretinadas parece infinita y mientras millones leemos diarios y portales en el nuevo estilo que implica adivinar quién te miente, quién un poco menos y quién no, el desfile de hechos es impactante e imposible de enumerar. Un gobierno neoliberal necesita crear o mantener conflictos para llenar sus multimedios y mantener la distracción permanente, Así, la lucha Sindical Docente también es usada como distracción mientras continúa el saqueo.
El Golpe Blando que ganó el poder en Argentina ha logrado mantener en el trasfondo psicosocial una gran oscuridad y confusión. Ya hay muchos arrepentidos de su voto, pero no se ve que sea importante el porcentaje de personas que hayan entendido cómo fue que los hicieron votar así, mediante ese juego de manipulación y control desde los multimedios.
De seguir esa confusión, es muy probable que una buena porción del electorado sea manipulada nuevamente para que vote al títere de reemplazo, continuador del plan neoliberal que mantienen bien visible en esos mismo medios corporativos. Así lograrían, otra vez, que el pueblo vote en contra de sus propios intereses, eligiendo a sus nuevos verdugos.
Empezar por abrir nuestras cabezas. Lo más difícil es cambiar la cultura instalada en el interior de las personas, llevadas de las pestañas, por medio de oscuras manipulaciones, a vivir bajo estrañas reglas de juego que nada tienen que ver con nuestra cultura y nuestra naturaleza...
Formas de despotismo aceptadas como "naturales" por amplios sectores sociales.
Aquí, un abordaje a uno de los modelos de vida en la sociedad neoliberal:
Vivir el riesgo: la incertidumbre como modelo de vida neoliberalEsteban Dipaola
Cuando uno se dispone a indagar en la teoría social contemporánea encuentra diagnósticos y argumentos que permiten un mayor entendimiento de circunstancias que afectan a nuestro presente, incluso mucho de lo que pasa con el revival neoliberal en nuestro país se comprendería mejor con esas lecturas. A su vez, la aparición de Trump y de la extrema derecha en Europa resultaría menos sorprendente si los asombrados de ahora se hubieran dispuesto a leer un libro como “Daños colaterales” del recientemente fallecido Zygmunt Bauman y también otros textos que mostraban el desencanto contemporáneo con la globalización.
Pero más allá de esta apuesta por revisar nuestras lecturas enfocando en problemáticas de la actualidad, me interesa aportar algunas ideas para la comprensión del tiempo político presente. Principalmente centrarme en un evento y debate originado a partir de una declaración concreta que abrió los ojos y el disgusto de varios. Me refiero a la evidente molestia suscitada con el Ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich debido a su declaración acerca de fomentar individuos que puedan afrontar la incertidumbre disfrutándola. Justamente en este punto la sociología contemporánea nos ofrece herramientas de comprensión que no debemos despreciar. En verdad, el ministro expone en esa declaración un principio de formación subjetiva del neoliberalismo, tal como son los procesos de individualización de la sociedad, los cuales suponen la capacidad de cada individuo para enfrentarse a las transformaciones constantes y a la flexibilidad de sus vínculos. El sociólogo alemán (también fallecido hace no mucho tiempo) Ulrich Beck analizó hace varios años muy bien aquello que expuso Bullrich, y definió como “sociedades del riesgo” a este tipo de sociedades en las que los individuos se encuentran arrojados a la incertidumbre y deben resolver sus situaciones por fuera de las constricciones sociales. El argumento de Beck se sostiene sobre el fundamento de que el repliegue institucional conduce un pasaje de la socialización, una característica propia de las sociedades industriales que fundamentaba los principios de organización cultural, a la individualización, que es el fundamento de las denominadas sociedades postindustriales que sobrevinieron con las transformaciones del capitalismo hacia mediado de los años setenta y su consolidación en los años ochenta. La individualización que analiza Beck, significa ajustes subjetivos en los que ya no tienen preeminencia las instituciones, la clase social, etc. No es que desaparecen las clases sociales o las instituciones, pero sí tienen ahora un lugar secundario en la producción de individuos. Entonces, en las sociedades del riesgo, cada individuo está obligado a la autoproducción biográfica constante y el riesgo es enfrentarse todo el tiempo a la incertidumbre de una sociedad que ya no contiene. Es lo que otro sociólogo llamado Anthony Giddens, en su libro “Consecuencias de la modernidad”, comprendía como la inminencia del apocalipsis aunque éste nunca llegue: la incertidumbre es enfrentarse a ese riesgo permanente. De esta manera, se constituye una subjetividad neoliberal, es decir, a partir de principios de individualización que flexibilizan las relaciones identitarias; por eso cualquier individuo evalúa su ascenso económico como producto de un esfuerzo individual y no como un ascenso social, es decir, contenido en la estructura política de una comunidad.
El ministro Esteban Bullrich no es inocente en su declaración y, en realidad, está hablando de esas subjetividades, está hablando de la condición cultural del neoliberalismo: la incertidumbre no como problema, sino como proyecto de vida.
Además, como afirmaba Beck, este tipo de sociedades están fundamentadas y articuladas sobre un proyecto político policial y represivo, lo cual se comprueba observando la política exterior norteamericana y todavía más –con eje también en una política interior- con la incidencia de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos; y asimismo con las políticas represivas y el avance de la derecha nacionalista en países de Europa. Es decir, en las sociedades del riesgo el modelo de desinstitucionalización y los procesos de individualización tienen como consecuencia hacer que la vida de las personas sea responsabilidad de cada individuo, mientras que el Estado solo debe ser garante de la seguridad, y entonces el efecto axiológico es que ese Estado ya no debe comprometerse a reducir las desigualdades, sino que está llamado a eliminar la inseguridad.
El neoliberalismo, y la derecha en general, saben que los sindicatos están obligados a seguir luchando y que al final terminarán dando más porcentaje de aumento, pero estirarán todo lo posible el conflicto para:
- DISTRAER y que no se hable de las nuevas imputaciones a Macri y sus ministros, Que no se hable del progresivo endeudamiento, que se disipe el tema del correo, avianca, que no se hable de la baja de los salarios reales, de la quita de derechos y cobertura a jubilados y veteranos de Malvinas, que no se hable de los despidos, etc etc.
- DEGRADAR a los enemigos de turno y mantener la división y confusión general, para que “la gente ingenua” tome bandos ilusorios y discuta entre sí. Para que hablen de esos sindicalistas o políticos y no del Gobierno Nacional Neoliberal, verdaderos responsables del desastre y la cuesta abajo en la que mantienen al pueblo y al país.
- SAQUEAR Y DESTRUIR: El circo permanente les permite mantener la mirada de los ingenuos hacia otro lado mientras SAQUEAN Y ENDEUDAN AL ESTADO al máximo posible, y a la vez rompen la infraestructura estratégica, cumpliendo el mandato de eliminar posibilidades de que Argentina pueda recuperar rápidamente el nivel de soberanía y fortaleza alcanzado hace pocos años.
En Argentina hoy y mañana paran en protesta los Docentes, Estatales y Personal de Salud en todo el país. Luego serán otros gremios. En este país el gobierno eligió a los Docentes como blanco principal contra el cual concentrar el ataque y apoyar la distracción. No les importa estar fuera de la Ley al no convocar a paritarias (Así llaman en Argentina a las discusiones formales entre sindicatos y patrones). No les importa quedar en ridículo legal al extorsionar con medidas como la Conciliación Obligatoria provincial cuando el conflicto es nacional. Ni les importó “quemar” al ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, que en vez de mantener su rol formal de mediador lo mandaron a apoyar abiertamente la extorsión armada desde el comité de propaganda. Sólo les importa que sea un “conflicto” y que sirva de gigantesca cortina de humo.
Distinta será la dirección de los acontecimientos cuando sea otro el escenario. Esto puede suceder explosivamente cuando ya la ex-clase media vuelva a tener ingresos que no alcancen o cuando nuevamente pierda sus ahorros, (como en 2001) mientras que la desocupación ya superará el 20%…
Pero el nuevo escenario social puede darse antes si hay un despertar de conciencias, o al menos una recuperación del "Darse Cuenta". Esto combinado con educación acelerada en civismo y modelos político-económicos puede cambiar la situación.
El Golpe Blando que ganó el poder en Argentina ha logrado mantener en el trasfondo psicosocial una gran oscuridad y confusión. Ya hay muchos arrepentidos de su voto, pero no se ve que sea importante el porcentaje de personas que hayan entendido cómo fue que los hicieron votar así, mediante ese juego de manipulación y control desde los multimedios.
De seguir esa confusión, es muy probable que una buena porción del electorado sea manipulada nuevamente para que vote al títere de reemplazo, continuador del plan neoliberal que mantienen bien visible en esos mismo medios corporativos. Así lograrían, otra vez, que el pueblo vote en contra de sus propios intereses.
Por eso es tan importante y urgente, desarrollar una forma de educación básica y acelerada que permita al pueblo "saber y darse cuenta" de por qué no conviene votar a los representantes del modelo de concentración de la riqueza y entrega de países a las corporaciones.
Es urgente encontrar la forma de ayudar a la gente que aún está confundida, a saber y darse cuenta que debe salir de la trampa de "votar con las tripas en contra de"… y por qué conviene votar "con la cabeza" a quienes se comprometan a desarrollar modelos de redistribución de la riqueza y fortalecimiento de todo aquello que haga crecer a la Nación.
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