Seguramente podemos considerar a éste como uno de los álbums más enigmáticos, crípticos y detallados de la historia del rock. Insondablemente oscuro, lleno de mensajes ocultos, canciones con incontables cambios de ritmos y patrones extraños, que van variando a lo largo del disco pero manteniendo el esquema. "Lateralus" siempre será la obra cumbre, insuperable, de Tool. No es esta tremenda y detallista banda no pueda hacer más grandes discos, pero un álbum cuyos ritmos están basado en la sucesión de Fibonacci es una genialidad que encima queda estéticamente perfecto. Tool es la banda metal de la persona pensante. cerebral y visceral, suave y pesada, melódica y abrasiva, delicada y brutal, familiar y extraña, oriental y occidental, espiritual y maldita, bonita y fea, ordenada y desordenada, su música épìca es toda una mezcolanza de contradicciones que tenen mucho para decir, aunque cueste entenderlas. Toda una joya de brillante oscuridad.
Artista: Tool
Álbum: Lateralus
Año: 2001
Género: Metal progresivo
Nacionalidad: EEUU
Artista: Tool
Álbum: Lateralus
Año: 2001
Género: Metal progresivo
Nacionalidad: EEUU
Lista de Temas:
01. The Grudge
02. Eon Blue Apocalypse
03. The Patient
04. Mantra
05. Schism
06. Parabol
07. Parabola
08. Ticks & Leeches
09. Lateralus
10. Disposition
11. Reflection
12. Triad
13. Faaip de Oiad
01. The Grudge
02. Eon Blue Apocalypse
03. The Patient
04. Mantra
05. Schism
06. Parabol
07. Parabola
08. Ticks & Leeches
09. Lateralus
10. Disposition
11. Reflection
12. Triad
13. Faaip de Oiad
Alineación:
- Maynard James Keenan / lead vocals
- Adam Jones / guitars
- Justin Chancellor / bass
- Danny Carey / drums
Es un disco íntegro, completo, absoluto y eterno. Y dura 79 minutos. Y a diferencia de muchos discos, la duración extrema no es algo forzado por el hecho de ser largo.
Imagino que no tengo que presentar a Tool, así que eso lo dejo de lado, pero al que sí tendré que presentar es a "yo_no_soy_de_aca" quien gentilmente accedió a que publiquemos sus links de descarga de este álbum (lo cual estoy agradecido porque yo quería publicar este disco y me ahorró el trabajo de subir los archivos).
Como de vez en cuando ando publicando algún disco ajeno al progresivo latinoamericano que generalmente presentamos,
A pesar de que la producción discográfica de Tool no ha sido vasta, tomando en cuenta que es una banda con más de veinte años de formación y sólo ha editado cuatro discos de estudio, ha impuesto todo su personal estilo al servicio de llevar al metal al lado alternativo y de una forma extremadamente melódica pero sin perder su arrolladora fuerza y contundencia. Este es su tercer material de larga duración y que junto con su aclamado "Aenima" representan los álbumes más emblemáticos de la banda.
Intentar valorar objetivamente las diferentes formas de hacer música es absolutamente imposible, pues pocas cosas dependen tanto de la subjetividad como este arte. Sin embargo, sí se puede llegar a un consenso a la hora de decidir cuándo un disco está más o menos trabajado por parte de sus creadores, y pocos discos en la historia cuentan con una elaboración tan meritoria como ‘Lateralus’.
El tercer disco de estudio de Tool, a parte de resultar un verdadero espectáculo estético en mi (humilde) opinión, cuenta con unas particularidades técnicas que lo hacen superar de largo el borroso límite que separa a lo magistral de lo mundano. Cuando la gran mayoría de grupos se conforman con componer una decena de canciones más o menos agradables para lanzar a la calle un disco capaz de vender lo suficiente, llegan estos genios y componen un álbum basado en la sucesión de Fibonacci.
Para quienes no tengan el gusto, esta infinita sucesión de números se basa en una función recursiva definida por Leonardo de Pisa, íntimamente relacionada con el número áureo, el cual se encuentra presente en multitud de formas en el universo, especialmente en las espirales. Pues bien, sabiendo esto, descubrimos que el orden en que están dispuestas las canciones del disco no es el correcto, sino que éstas deben de ser recoladas en forma de espiral para oírse correctamente.
Representación de la espiral áurea
Habría que tomar como punta de partida de este análisis matemático la sexta canción del disco, titulada ‘Parabol’. Al tiempo de publicarse, se descubrió que la batería en este tema sigue una sucesión rítmica bastante curiosa: sí, lo habéis adivinado, es la sucesión de Fibonacci. Así, el batería va marcando los números de la sucesión hasta el trece: 1,1,2,3,5,8,13,1,1,2,3,5,8,13,1,1,… y vuelta a empezar. Trece es también el número de canciones del disco.Fuente: La sucesión de Fibonacci en ‘Lateralus’ (Tool)
Cuando termina ‘Parabol’, que como hemos dicho es la sexta pista del disco, esta conecta sin ningún corte sonoro con la siguiente, titulada ‘Parabola’. Lo inquietante viene cuando nos fijamos en que el fin de esta canción encaja perfectamente con el inicio de la quinta pista, de nombre ‘Schism’. A su vez, los últimos compases de esta canción concuerdan con los primeros del octavo tema, ‘Ticks & Leeches’, y aquellos con mejor visión numérica ya se habrán dado cuenta de la sucesión espiral que sigue el disco.
Si vamos siguiendo estar espiral que va desde dentro hacia fuera del tracklist, el orden correcto de las canciones del disco sería el siguiente: 6,7,5,8,4,9,3,10,2,11,1,12,13. Al escuchar el compacto de esta forma, nos encontramos ante una historia con sentido pleno a la que se le ha dado el título de ‘The Lateralus Prophecy’ por parte de los fans. Existen otras teorías en cuanto a la disposición de los temas, que dan lugares a otras historias , pero sus creadores nunca se han pronunciado de forma oficial al respecto.
Todo esto ya resulta impresionante de por sí, pero estos matemáticos de la música no se quedaron ahí. Si nos detenemos en la novena canción, la cual da título al álbum, ésta comienza con el vocalista, Maynard James Keenan, cantando durante 1 minuto y 37 segundos, lo cual equivale a 1,617 minutos, un valor muy aproximado al del número áureo (Φ = 1,618).
¿Impresionante? Pues aún hay más, porque durante este primer minuto y medio de canción, las sílabas de las palabras que el cantante va pronunciando también coinciden con la sucesión de Fibonacci, de la siguiente forma:
[1] black
[1] then
[2] white are
[3] all I see
[5] in my infancy
[8] red and yellow then came to be
[5] reaching out to me
[3] lets me see
[2] there is
[1] so
[1] much
[2] more and
[3] beckons me
[5] to look through to these
[8] infinite possibilities
[13] as below so above and beyond I imagine
[8] drawn outside the lines of reason
[5] push the envelope
[3] watch it bend
Cuando uno termina de descubrir esto ya sólo puede quitarse el sombrero y aplaudir semejante genialidad. Para completar la gracia, en la letra de dicha canción se hace referencia en varias ocasiones a las espirales: “Swing on the spiral of our divinity and still be human”, Spiral out, keep going”, etc. Aunque esto último no resulta tan meritorio desde el punto de vista creativo, claro está.
Esta pieza de ingeniería musical contiene decenas de secretos y curiosidades más, pero ya quedan fuera del alcance de este artículo. Habrá quien diga que todo esto son tonterías, y que lo verdaderamente importante es que la música suene bien… Pero qué queréis que os diga, a mí me deja sencillamente alucinado el ver que haya gente capaz de hacer cosas así. Y si encima su música es tan impresionantemente buena como la de este grupo de rock, ¿qué más se puede pedir?
A su compleja y enrevesada música y letras cripticas, hay que sumar la manera en la que se presentan: sus misteriosas portadas, sus shows con un gran sentido del concepto audiovisual o sus surrealistas videoclips, les ayudaron a crear un aura de grupo diferente, misterioso, freak por momentos que les ayudó a atraer a millones de seguidores por todo el mundo convirtiéndolos en una formación de culto. Obviamente, todo esto no habría sido posible si su música no hubiese estado a la altura de las circunstancias.
La música es un medio masivo para manifestar o gatillar estados de ánimo y senaciones humanas inefables.Ya lo expresaba el escritor británico Aldous Huxley: tras el silencio, aquello que mejor puede expresar lo inexpresable es la música. Existen artistas que, gracias a su talento creativo, realizan obras maestras las cuales despiertan nuestra hambre por decodificar cada pista que conforma la canción y que calan hondo en nuestro subconsciente.
El jueves 6 de septiembre del 2001 el sitio musical Ludwire.com puso a Lateralus de Tool en la cima del listado de las 50 mejores canciones de metal del siglo XXI. Según la página, Lateralus es una obra de arte debido a su complejidad tanto musical como interpretativa, por lo mismo la eligió la mejor canción de la lista en la cual participaban piezas como Disciple de Slayer , Redneck de Lamb of God y Forever de As I Lay Dying.
Para aquellos que venimos siguiendo a Tool desde su primer disco (Undertow) no nos parece sorpresiva esta noticia. Lateralus no es un disco común, bien es sabido que el grado de creación que se logró en éste supera cualquier límite imaginativo. Mientras algunos artistas se dedican a producir discos sin ninguna otra finalidad que vender y darle el gusto a sus fans, hay otros que aprovechan todas las herramientas que les entrega la música para dar origen a una obra musical sin precedentes, un álbum que vaya mucho más allá de la simple sucesión de pistas y que permita al oyente detallista explorar otras áreas que escapan, quizás, a la lógica.
Cuando el 15 de mayo del 2001 salió a la venta la tercera producción de los californianos todos daban por hecho que se llamaría Systema Encephale. Finalmente terminó siendo una estrategia disuasiva de la banda para mantener en el más estricto hermetismo a su nuevo trabajo. Años más tarde salió a la luz un análisis interesante sobre la estructura del disco que parecía ser mucho más compleja de lo que parecía, algo que los fans llamaron “The Lateralus Prophecy”. No es mera coincidencia que Lateralus sea también el nombre álbum. En el track 9 se aprecian secuencias claras pertenecientes a la sucesión de Fibonacci. Para los menos entendidos, dicha secuencia fue descubierta por Leonardo de Pisa y corresponde a una nomenclatura numeral que se relaciona íntimamente con la sección áurea y que se encuentra presente en un sinfín de formas presentes en el universo. Para este caso, la que más resalta es la figura del espiral, la cual se manifiesta con patrones y valores del código de Fibonacci.
La figura del espiral
Maynard James Keenan repite en reiteradas ocasiones Spiral Out y Ride the spiral con lo cual ya nos daba una pista bastante diáfana sobre la importancia del señalado símbolo. Al poner atención al inicio de la canción nos percatamos que el vocalista canta durante 1 minuto y 37 segundos, lo que equivale a 1,617 minutos, un valor bastante cercano a la razón áurea (φ = 1,618). Además, durante este lapsus de tiempo, Keenan interpreta las estrofas con un orden silábico igual a la secuencia de Fibonacci el cual comienza con el número 1 y, en este caso, termina en el 13 (séptimo valor de la sucesión de F.) para luego devolverse : 1,1,2,3,5,8,13.
Si bien en la primera estrofa hace un alto y se devuelve desde el sexto valor (8), luego retoma la sucesión desde el 13 para devolverse nuevamente a sus valores más pequeños, en este caso llega al 3. Este fenómeno cobra especial importancia ya que el sexto lugar en el tracklist del álbum corresponde a Parabol. Más adelante explicaremos que dicho tema adquirirá una connotación bastante significativa al momento de reorganizar las canciones. No obstante, en la segunda estrofa de la canción notamos que se agregan más líricas y más sílabas que confirman tanto la sucesión de Fibonacci como la intención de exteriorizar e interiorizar.
Lo que para la mayoría resulta aún más impactante es que tanto la secuencia de Fibonacci como la denominada razón dorada se relacionan directamente con el espiral mencionado en la letra de Lateralus. Se dice que la disposición de las canciones que se aprecia en el disco no es la correcta, puesto que de acuerdo a todas la señales que nos han dado hasta ahora, el orden debería ir acorde al Fibonacci tomando especial atención en el número 13, el cual corresponde tanto a la cantidad máxima de sílabas interpretadas por el vocalista en el período de tiempo señalado anteriormente, como al número total de canciones que comprenden el álbum. De esta forma, tomamos como punto de partida al sexto tema (Parabol) cuya percusión sigue una secuencia igual a la descubierta por Leonardo de Pisa, adjuntándolo a la pista siguiente de manera tal que la suma de ambas, desde adentro hacia afuera (como el espiral), equivalga a 13. El resultado final sería el siguiente:
6,7,5,8,4,9,13,1,12,2,11,3,10.
Llega a ser inquietante el hecho de que las canciones en ese orden logren una concatenación perfecta formando así un tema de 78 minutos y 58 segundos en vez de los trece tracks que se dividían en un comienzo.
La particular figura geométrica adquiere un valor bastante significativo dentro de la canción y del álbum. Lo que señala Maynard es que mediante la exploración podemos llegar a rincones desconocidos tanto del universo como de nosotros mismos. Debemos intentar extrapolar nuestros sentidos y conquistar pasajes que escapan a nuestra imaginación. Por ende, la figura del espiral que se hace presente, es la idea pulcra y gráfica de un objeto que comienza en un punto determinado y que luego se va desarrollando hasta llegar al infinito, pero sin dejar de conectarse con su centro. La concepción de la sabiduría implica poseer un nivel de conocimiento que supera la media del resto. Para llegar a ello, basta con explorar de manera continua las diversas áreas del saber que rodean nuestro universo, recorrer y escudriñar sin detenerse, es decir, de manera infinita, tal como un espiral se va haciendo camino. Por lo mismo, Keenan apunta a la metáfora de los colores: pasamos a percibir el mundo en tonalidades rojas y amarillas después de haberlo visto durante mucho tiempo en blanco y negro.anothermusicpage
La temática espiritual que incluye Tool en sus canciones no es algo nuevo en el mundo de la música. Mastodon se inspiró en el dolor evocado por la muerte de la hermana del baterista Bran Dailor para conformar su tercer disco Crack de Skye. En él encontramos siete capítulos en los que se divide un cuento sobre un viaje místico que incluye hasta al legendario Rasputín. La dimensión fantástica que adquiera la historia en sí misma representa el viaje personal que realiza un individuo ante una pérdida, en este caso: la hermana de uno de los integrantes de la agrupación.
En cuanto a la experimentación más técnica encontramos a Aphex Twin, virtuoso compositor de música electrónica quien haya sido considerado la figura más innovadora e influyente en el 2001 por The Guardian. El británico en su single de 1999 Windowlicker, incluye un tema en un lado B al cual los fans nombraron La ecuación. El asunto es que al hacer pasar la pista por un espectrómetro aparece una imagen bastante aterradora. Como podemos ver, la ideación musical puede llegar a lugares insospechados e incluso inhóspitos para algunas mentes más cerradas.
Podríamos estar toda una noche hablando de la espiritualidad y de los diversos pasajes experimentales que han adoptado ciertos artistas para hacer de su obra más que un simple listado de canciones en un trozo de plástico, sin embargo es Lateralus los que nos atañe. El cuarteto integrado por Maynard James Keenan, Justin Chancellor, Adam Jones y Danny Carey ha conformado una ecuación en la cual el orden de las variables sí afecta al producto.
Más allá de la estética hermosa que concierne este disco, lo que resaltamos más aún es el concepto de creación e indagación sonora, espiritual, filosófica e incluso matemática que se nos presenta frente a nuestros tímpanos. Hasta hace poco parecía imposible creer que un producto musical nos hiciera abrir la mente hasta el punto de motivarnos a explorar nuestro propio interior como seres humanos. Bueno, si lo vemos así, hace un par de siglos creíamos que la tierra era plana, hasta unas décadas creíamos que era imposible llegar a la luna y hasta el 2001 creíamos que Lateralus era un simple disco de trece temas al azar…
El gran premio que ganó esta producción no fue el Grammy que recibió el 2002, sino que fue el aprecio de una afición y de un centenar de colegas que ve en el cuarteto a los reyes Midas del la psicología musical contemporánea, aquella que ni el mismísimo Freud podría llegar a descifrar.
Para sacar este disco los Tool se encerraron en el estudio durante cinco largos años, y mucha información a circulado por la red sobre los datos ocultos de este disco, desde aspectos de sus oscuras letras hasta las referencias rítmicas de la secuencia de Fibonacci y bla bla bla, así que si quieren descubrir más sobre eso pueden buscar un poco y encontrarán enseguida, yo voy directamente al álbum.
www.myspace.com/tool
www.toolband.com
www.myspace.com/tool
www.toolband.com
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarenlaces caidos, se podra subir nuevamente
ResponderEliminarQueda en la lista de discos por resubir. Gracias
Eliminares el disco más y mejor lisérgico de lo que va del siglo. Saludos.
ResponderEliminarHola, podrás rresubirlo?. Gracias!!!
ResponderEliminarNo aparece el link
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