Otro de los proyectos que derivan de esa comunidad que es Legüero, que a su vez deviene de los históricos Bauer. Folk rock bellìsimo, muy atmosférico, climático y ambiental y con mucho pero mucho del mejor buen gusto que ya habìamos presentado en su hermoso EP titulado "Ngen - Repü". No dejen de apreciar este disquito, echénle una ojeada a los instrumentos que aquí participan (y noten quienes los tocan) así se les va haciendo agua a la boca, o a los oídos...
Artista: Aireeria
Artista: Aireeria
Álbum: Antes de Ser Semilla
Año: 2016
Género: Folk rock
Duración: 50:37
Nacionalidad: Argentina
Año: 2016
Género: Folk rock
Duración: 50:37
Nacionalidad: Argentina
Lista de Temas:
1. Fuego Azul
2. Antes de Ser Semilla
3. Cada Celda
4. Espejo
5. Muy Lejos
6. Entre los Mundos
7. Nacer
8. Bruma
9. El Mar
10. Simple y Suave Brisa
11. Morir
1. Fuego Azul
2. Antes de Ser Semilla
3. Cada Celda
4. Espejo
5. Muy Lejos
6. Entre los Mundos
7. Nacer
8. Bruma
9. El Mar
10. Simple y Suave Brisa
11. Morir
Alineación:
- Lautaro Dávila / Guitarra criolla, guitarra electrica, batería, percusión y voz.
- Candela Czarnowski / Flauta traversa, flauta irlandesa, voces.
- Corel Álvarez / Mandolina, Buzuki, cuencos, arpa de boca, voz.
- Sebastián Massa / Guitarra eléctrica, charango, contrabajo, teclado, voz, guitarra criolla.
- Mauro Dumont / Quena, Cikus, Voz.
- Karen Blanco / Bajo, voz.
- Julián Dávila / Didjeridoo, teclado.
- Pilar Sicardi / Voz en track 5.
- Nico Simari / Bajo en track 3 y 8.
- Gabriel Ardanaz / Teclado en track 3, 8 y 10.
- Boris Cerda Premoli / Guitarra Eléctrica en track 8.
- Lautaro Dávila / Guitarra criolla, guitarra electrica, batería, percusión y voz.
- Candela Czarnowski / Flauta traversa, flauta irlandesa, voces.
- Corel Álvarez / Mandolina, Buzuki, cuencos, arpa de boca, voz.
- Sebastián Massa / Guitarra eléctrica, charango, contrabajo, teclado, voz, guitarra criolla.
- Mauro Dumont / Quena, Cikus, Voz.
- Karen Blanco / Bajo, voz.
- Julián Dávila / Didjeridoo, teclado.
- Pilar Sicardi / Voz en track 5.
- Nico Simari / Bajo en track 3 y 8.
- Gabriel Ardanaz / Teclado en track 3, 8 y 10.
- Boris Cerda Premoli / Guitarra Eléctrica en track 8.
En formato acústico, en el que matizan las sonoridades poco cálidas, folk rock ambiental e introspectivo, crudo, etéreo, gaseoso y difícil de precisar. Folk rock intimista y envolvente. Ya desde qu conocimos y reseñamos a "Ngen - Repü" sabìamos que Aireeria, ese proyecto de Lautaro Dávila,
"Antes de Ser Semilla" es una expresión que afirma y a la vez cuestiona; en ella, la verdad es el misterio del origen, y por tanto de todo lo que se expresa.La búsqueda de Lautaro Dávila (baterista de Legüero), el alma mater de Aireeria se basa en el reencuentro de nuestra historia desde el camino de nuevos sonidos, basado en influencias que van de Luis Alberto Spinetta a Atahualpa Yupanqui, hasta Pink Floyd y Sigur Ros, o Godspeed you! Black Emperor y Milton Nascimento. Nació en 1989 en Lomas de Zamora. Creció en la localidad de Temperley, y dice que la música llegó a su vida como un juego y "un hacer intuitivo". Quizá, también, porque la infancia lo encontró rodeado de muchos discos que lo llevaron a colgarse de un vieja guitarra criolla que tenía su papá. Después llegó la posibilidad de buscar ritmos sobre algunos tambores y cuando fue adolescente la música se convirtió en el lenguaje ideal para contar lo que habitaba en él.
¿Qué se elucubra más allá, más acá, en cada movimiento, en cada paso que da la naturaleza?.
Si el origen, si la vida es un gran misterio: la verdad sigue habitando lo desconocido.
La pregunta nos invita a caminar.
Esa flexibilidad surge de que su intento está puesto en que las canciones que compone lo movilicen a él antes que nada. Aquí, un reportaje donde cuenta un poco todo esto que estamos diciendo:
¿Qué te acercó a la música?NoTanSolistas
A la música me acerqué desde pequeño cuando, luego de escuchar a mi papá tocar la guitarra y a mi mamá cantar, era yo quien me acercaba a las seis cuerdas para jugar con ellas. Sin dudas, lo que selló en mí el vínculo con este arte, es una sensación de libertad, juego y búsqueda. Los discos que mi viejo ponía en su bandeja seguro tuvieron mucho que ver; la suave voz de mi vieja cantándome antes de irme a dormir o al despertar, también. Podríamos decir que no fui yo quien se acercó sino ella, la música, la cual habitó desde siempre en mi vida.
¿Cuáles fueron tus primeras incursiones?
Siempre me la pasé golpeando cosas, armando ritmos. A su vez, también en mi casa había una vieja criolla de concierto que mi abuela le había regalado a mi papá cuando era adolescente. Con esa guitarra aprendí mis primeros acordes, ayudado también por mi hermano mayor en su momento. Recuerdo que cuando tenía alrededor de seis o siete años armé una primera y muy simple sucesión de acordes que tocaba repetidamente. En algún momento le daba un bongó a mi hermano menor y armábamos la bandita para tocar infinitamente los acordes que para mí eran como un descubrimiento, como un tesoro. Ya más de grande, a los trece años, me dispuse a emprender el camino de la música formalmente y me compré mi primera batería, el primer instrumento que estudié seriamente.
¿Tenés una metodología de composición y trabajo?
Ante todo creo que cuando desarrollamos un hecho artístico, lo que hacemos es canalizar nuestra energía a través del instrumento, de la tela, de la palabra, etc. Por ende, creo que el primer paso para llevar a cabo ese proceso es el de experimentar la vida cada vez con más intensidad. Esto es algo fundamental: el artista, para decir algo, tiene que transitar caminos. El rol que siento al componer es el de bajar información de lugares lejanos de mí mismo, compartir esos caminos recorridos. Una vez que tengo algo para decir, lo escribo. La música generalmente nace de mi juego cotidiano con la guitarra. En algún momento la sonoridad de lo que estoy tocando me canta una melodía y me pide cierta poesía, la cual busco en mis escritos. Mi intento está puesto en que la creación sea para mí un espacio de libertad y experimentación.
¿Cuál es el momento más placentero del proceso musical?
No puedo hablar de un momento más placentero, tocar un tema en vivo me produce cosas hermosas, así también como los primeros acordes y melodías que surgen. Por supuesto que también grabar. Esto es algo que disfruto mucho, me gusta dedicar mi energía a la producción de las canciones para armar discos con ellas.
¿De qué hablan tus canciones?
De mi tránsito por estos lares, en esta forma humana.
¿Qué esperás que pase con tus canciones?
No espero nada en particular. Disfruto mucho hacer música que ante todo me transmita cosas a mí mismo.
¿Cuándo empezaste tu camino solista y por qué?
En el año 2013 empecé a tocar las primeras canciones como solista, a guitarra y voz. Lo que me incitó a hacerlo fue el deseo de emprender el camino musical, compartir esto que disfruto tanto. Luego, al poco tiempo, se sumó a las presentaciones una gran compañera que me regala este hacer, Candela Czarnowski, con la cual emprendimos lo que hoy se llama Aireeria, un grupo que actualmente cuenta con nueve integrantes y un disco, Antes de Ser Semilla, que verá la luz durante este mes de diciembre.
¿Cómo ves la escena musical?
Hay grandes artistas por todos lados. Proyectos autogestivos que verdaderamente están en un gran nivel. Creo que hoy en esto que llamamos “under” se refugian banderas y horizontes sagrados. Hay mucha gente hablando, cantando y construyendo libertad, y eso me encanta. Esos son los grupos que me conmueven.
¿Con que músicos de tu entorno te sentís emparentado?
Me siento cerca de todx músicx que exprese a través de su arte una búsqueda de libertad.
¿Encontrás alguna identidad musical propia de tu zona o circuito?
La zona sur del conurbano es de una riqueza hermosa. La identidad musical es algo multidimensional. La fusión es hoy el horizonte.
El disco está pobldo de instrumentación poco convencional, hecho con mucho amor, esfuerzo y dedicación, un trabajo 100% autogestionado y una producción integral de la banda. Todo ello se nota en cada nota, en cada segundo, en cada sección y cada tema, un disco sentido, delicado, apacible, dulce o agrio como el buen arte, pero nunca indiferente.
Con multitud de sus detalles que pueblan cada track, bañado de un universo personal e imaginativo, dando como resultado un disco bellisimo de sonidos modernos, especial y fascinante, que parte de partir de melodías simples, cálidas y sencillas y hacer algo interesante y distinto con ellas, sin perder esa frescura y calidez. Algo cercano a lo que podrìamos definir como "folk progresivo" (aunque ya he dicho que no me gusta mucho estas definiciones tan difusas, no encuentro otro término para nombrar a música arriesgada, sorprendente, trabajada al detalle, experimentadora y a la vez popular). Y si bien el "folk", hablando vagamente en tren de generalizar, ya que si nos metemos con lo puramente étnico el resultado puede ser totalmente opuesto, es un tipo de música que por definición es simple y con estructuras bastante rígidas. El progresivo, por el contrario, es aquel que se basa en progresiones musicales, en estructuras complejas, aunque en el fondo simplemente se trata de música popular a la que se la elabora más de lo común, y se le hace algo interesante e inesperado. Generalmente largo. Pero no siempre. A veces aún con estructuras simples y otras con composiciones más intrincadas que entender a tu novia/esposa/amante cuando te dice responde "Nada" cuando le preguntás "¿Te pasa algo?". Dejando los chistes malos aparte, aquí las fronteras son muy difusas, y es difícil establecer quiénes hacen folk rock, quienes hacen folk psicodélico, o quienes se van de mambo haciendo folk ambiental y quienes son ya folk prog a lo Jethro Tull, bueno, a veces no, como quien hace rock sinfónico con instrumentos acústicos a lo Harmonium o Anthony Phillips, o de canciones derivadas de sones medievales como Gryphon, y lo dejamos aquí porque tendríamos que nombrar a Nick Drake o Circulus y nos vamos al carajo (y no me atrevo a nombrar a Comus ¿cómo es que todavía no lo trajimos al blog cabezón? Mago Alberto, estás en deuda con eso). O los modernos Mostly Autumn, o los chilenos de Los Jaivas, o esos esos grandes olvidados de Strawbs que el Mago Alberto sí recordó y reseñó. Pero todo eso es un problema para los amantes de las categorizaciones, no para los músicos ni para quienes sólo quieren disfrutar de la mejor música. Creo incluirme en este último colectivo, aunque por la razón de que estoy escribiendo la reseña, necesito centrarme en describir el disco, que ronda todos y cada uno de estos estilos. Con composiciones instrumentales gloriosas, etéreas como su propio nombre, amables y a la vez sorpresivas, intensas a su modo, conceptualmente extraña y personal porque nace del mundo interno del artista. Eso sucede cunado las obras son profundas, lanzadas desde el alma del mùsico: la emotividad se transmite indefectiblemente, y ahí no importa si la música es simple o complicada, si es portentosa o suave, lo que vale es todo el caudal que transmite...
Mierda, y mientras terminaba de escuchar este disco otra vez, ya que le he estado haciendo estos días para hacer la reseña, y luego de hacer memoria de los hermosos grupos de rock folk que he mencionado, he recordado a Gwendal, la experimentaciòn desde la música celta, no sé si lo conocen pero les quería compartir esto, quizàs no tiene nada que ver con el disco que ahora estamos presentando, o quizàs sí, pero me entraron ganas de volver a escucharlos y compartirlo con ustedes, y tambièn nos falta en nuestro querido espacio. Mago Alberto!!! andá haciendo la listitaaaaaa!!! Miren, escuchen, aprecien que belleza
Pero... y todo ello para qué??? ¿Cual es el objetivo de traer tantas bandas nombrarlas y caer en cuenta de todas las maravillas que aún nos falta traer? Para dar el enmarque de toda la magia que existe en este "estilo", o mejor dicho, todo el sentimiento y la profundidad humana que hay en todo este despliegue de ayer y de hoy, y que no queremos que se pierda aunque no sea material redituable económicamente para las grandes discográficas. Y en esa áurea y nublinosa magia, a veces oscura y otras luminosa, pero siempre cercana a nuestra alma. Y es en ese maravilloso enmarque, tan lleno de obras de arte, donde dejo este disquito de Aireeria llamado "Antes de Ser Semilla". Y haré esta reseña sin hablar tanto de el mismo disco como de su enmarque, porque me parece que simboliza mejor toda la maravilla que se despliega en este humilde y al mismo tiempo grandioso registro.
El resto, la reseña del disco en sí, aquella pormenorizada, descriptiva, detallada, se las dejo a ustedes como tarea para el hogar, yo me quedo con la magia onírica de la noche en el bosque al lado del fogón, vibrando junto a una guitarra acústica en su danza pagana brindada a las maravilla de la naturaleza. Y este disco tiene mucha de esa magia.
Está disponible en Bandcamp para su descarga, así que no se lo pierdan. No hay excusas.
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