Muy buena música cubana, esta vez mucho más inclasificable y experimental, cercana al RIO, al jazz rock, al Avant-Prog... con ustedes, Perfume de Mujer. En principio, esto es bien raro de encontrar y conocido por pocos, pero no por ello deja de tener una gran calidad, aunque no encontré ni videos ni casi nada, tendrán posibilidad de conocer este proyecto por demás interesante.
Artista: Perfume de Mujer
Álbum: Pollos D'Granja
Año: 1998
Género: RIO / Jazz rock Fusion /Avant-Prog
Duración: 75:05
Nacionalidad: Cuba
Artista: Perfume de Mujer
Álbum: Pollos D'Granja
Año: 1998
Género: RIO / Jazz rock Fusion /Avant-Prog
Duración: 75:05
Nacionalidad: Cuba
Lista de Temas:
1. Pio Tai
2. Liborio
3. Revólver
4. Morrison Hotel
5. Flemas
6. Sinfonía, Mujeres Y Dinero
7. Interferón
8. Uso Común
9. El Cuento De La Buena Pipa
10. Tabernáculo
11. Qui En Voulut Faire Un Délicat
12. Fabricamos Un Arte Especial En Un Medio Hostil A Los Soñadores
13. FM 92.5
14. Cocuyo
1. Pio Tai
2. Liborio
3. Revólver
4. Morrison Hotel
5. Flemas
6. Sinfonía, Mujeres Y Dinero
7. Interferón
8. Uso Común
9. El Cuento De La Buena Pipa
10. Tabernáculo
11. Qui En Voulut Faire Un Délicat
12. Fabricamos Un Arte Especial En Un Medio Hostil A Los Soñadores
13. FM 92.5
14. Cocuyo
Alineación:
- PPP / violin, keyboards
- Bolo / electric guitar, acoustic guitar, mandolin (14)
- Orlando 'Landi' Bernal / electric guitar, MIDI guitar
- Abel Omar Perez / voices, bass, sequencer, electric guitar, organ
Invitados:
Raúl Ciro / voices
Yakica Jo / voices, cello
Manuel Clúa / flute
Digamoslo del principio, lo peor de este álbum es su mezcla y masterizacón (¡que ganas de aplicar el echo y sobretodo la reberverancia!) y, por supuesto, su sonido final, además de ello, es disco está muy muy bien, mejor formulado que "Monólogo de el caracol" en respecto a que aquí toca una banda entera y no es un proyecto casi unipersonal, y además mucho más identificado con el rock e incluso con el pop, aunque igualmente tiene ese apego a fórmulas poco usuales, al carácter apropiativo de las composiciones y cierto espíritu de confrontación estética tan propio del RIO, y sin embargo los desarrollos melódicos están mucho más buscados, más allá de que aquí aparece un repertorio completo de instrumentaciones dado que, como dijimos, en este trabajo interviene una banda entera.
El violín en primera fila de este sólido trabajo, donde los cellos machacan al rítmos de las guitarras, mexclando la música de cámara con el rock y la música electrónica en una diversidad multicolor y completamente ecléctica, dando lugar a expresiones libres que resultan hasta difíciles de imaginar en una isla embargada y empobrecida desde hace décadas. En todo caso, es un caso de libertad creativa que es un éxito solamente porque se haya expresado, más allá de su éxito comercial (que seguramente no existió) y del resultado de la obra, y si el público y la crítica lo consideran un buen o mal trabajo.
La escena del rock cubano a fines del siglo XX estuvo marcada por la diversidad de líneas que coexistían sin conflicto. El grunge alternaba con el progresivo, los cantautores se apuntaban a la estética del sonido eléctrico, el rock melódico exhibía rasgos de madurez, mientras que los estilos más ortodoxos (del hard a las distintas corrientes del metal) ganaban adeptos. Se cantaba en español o inglés, junto a temas instrumentales, el discurso empezaba a transgredir, existía el Patio de María. Hoy todo eso parece algo muy lejano. La homogeneidad es común, el género ganó en institucionalización lo que perdió en espíritu de controversia, y el Maxim funciona como nuevo punto de encuentros.Humberto Manduley
Pero volvamos a los años 90. Uno de los grupos que se ganó el respeto de sus colegas fue Perfume de Mujer, un colectivo mutante, de vida azarosa, organizado alrededor del multi-instrumentista, compositor y diseñador Abel Omar Pérez (La Habana, 1968). Antes que surgiera esta banda ya había ensayado fórmulas cercanas (más en espíritu que en sonoridad) a finales de los 80, en Cartón Tabla (con Lino García en el bajo eléctrico y las voces, y Pedro Pablo Pedroso en teclados y violín). Una estética emparentada, de modo entre casual y telepático, al Rock en Oposición, definía sus coordenadas, violentando cánones, forzando los límites de la creación a través de la parodia, el pastiche y un amago de virtuosismo instrumental. Solo una grabación formal (“Trilogía”) sobrevivió de esos años.
Para Abel el paso siguiente fue armar Perfume de Mujer. Siguiendo los códigos menos manidos del underground (de hecho la banda comenzó en el sótano del Palacio Central de Computación: más subterráneo, imposible) su música se apartó tanto del paliducho pop de la época, como del thrash cada vez más duro. Sin embargo, sus primeras piezas (“Chimenea”, “En la arena”) dieron paso, poco a poco, a un estilo más incisivo, marcado por influencias varias, pero ajeno a la imitación burda. En este sentido me gustaría señalar un rasgo que resulta vital en su quehacer: la improvisación. Se trata de un terreno poco utilizado en el rock cubano, pero que abre estímulos si se transita bien. La creación espontánea oxigena ideas, como dejarse llevar por un flujo de emociones que reacciona a los más leves cambios rítmicos o armónicos. Justo ese elemento fue crucial para poner un acento diferente en la labor que protagonizaba.
Conciertos temáticos como La Última Cena (Sinagoga de 17 y E, enero 1995), Aquarium (Casa de las Américas, junio 1995), Sinfonía, mujeres y dinero (Sala Atril, abril 1996) y Estado Mayor (México, diciembre 1996) ilustraron otra de las constantes en su proyección. Espectáculos concebidos con economía de recursos pero una sorprendente carga conceptual que contemplaba escenografía, ambientación y disfraces como apoyatura de lo sonoro. Por suerte, parte de su obra apareció publicada a través del sello independiente mexicano Luna Negra en su colección “Variaciones en la cuerda”. Perfume de Mujer (1996), Pollos de granja (1998) y El monólogo del caracol (2000) conforman la trilogía oficial de discos. Además, algunas piezas se incluyeron en compilatorios de la propia compañía (Pangea) o de la revista española Margen (en la serie Músicas desde el abismo). Claro, ninguno de estos discos tuvo circulación en Cuba: apenas unas copias pasaron de mano en mano entre amigos y conocidos, alcanzando una intermitente difusión.
Considero Pollos de granja uno de los trabajos más interesantes del rock hecho en Cuba en cualquier tiempo. Grabado contrarreloj, en maratónicas sesiones con una multipista prestada; la contundencia rítmica y los matices aportados por la dupla de guitarras se unen a los dibujos de teclados y los inquietantes textos. Buena parte de las claves para entender cómo estos músicos veían la realidad social cubana de esos años, aparecen ahí. Desilusión, rabia, mesura, optimismo y hasta un candor inocultable, sobrevuelan unos versos ansiosos, musitados más que cantados, en capas de voces que se superponen. El equipo de instrumentistas que apoyó a Abel (que cantó y tocó el bajo) lo integraron Igor Urquiza y Landy Bernal en guitarras, Leo Rodríguez a la batería, y Pedro Pablo Pedroso en teclados y violín, además de contar con las contribuciones de Raúl Ciro y Yalica Jo (voces) y el flautista Manuel Clúa. Para los interesados, recomiendo la escucha de piezas como “Flemas” y “Morrison Hotel”. Esta última funciona cual muestrario de referencias diversas, tanto en el aspecto lírico como en lo netamente musical.
Así como ese fue un álbum abierto, el disco siguiente mostró un contraste total. Desde el propio título ya se marcaban las distancias. Donde antes hubo diálogo, reflejado en la interrelación conseguida a golpe de ensayos por un quinteto deseoso de explorar, ahora el grupo (en realidad solo Abel, quien cargó el peso de composición e instrumentación, junto a Igor en la guitarra) se sumergía en un monólogo, y para colmo, “de un caracol”. Las polimitas funcionaban como detonantes para temas sobrios, con la electrónica y las secuencias programadas en franca recuperación de protagonismo. Sin embargo, yo lo veo como su respuesta (desgarrada, visceral) ante la masiva implosión de un entorno cada vez más incomprensible, cercano y lejano a la vez. La sensibilidad halló un paradójico canal de salida en el hermetismo. Un disco difícil, como la vida misma. Ya lo había dicho antes: “Fabricamos un Arte especial en un medio hostil a los soñadores”.
Tras esa aventura llegó el silencio. Unos pocos conciertos, entre el caos y el alucine, sirvieron de colofón para una banda que se desmantelaba poco a poco, aunque Abel ha proseguido componiendo y grabando en la inspiración de la soledad. La obra que sigue inédita, refleja oasis de introspección, revisiones a temas de Leo Brouwer y Alejandro García Caturla, vueltas de tuerca a la misma revulsiva poesía de siempre, y una mayor apuesta por la crudeza sonora junto al minimalismo de medios.
Como adición a los trabajos que he mencionado hasta aquí, también están experiencias varias, a veces solo coyunturales, como las apariciones breves junto a Polito Ibáñez, Los Gens, Naranja Mecánica o Zeus, y la música para teatro y audiovisuales (como el filme Frutas en el café, de Humberto Padrón). También están Sebastián El Toro y Queso. El primero fue una reunión de amigos para desarrollar extensas improvisaciones entre la electrónica y la psicodelia, mientras el segundo consistió en un proyecto con Raúl Ciro (ex Superávit) para un disco repleto de momentos tan destacables como “Paisaje cubano del día que me quieras”, “Viña 95” o “Tres de un perfecto par”, y que, para variar, tampoco se llegó a publicar.
Tras una larga ausencia de la escena activa, Abel Omar ha comenzado a ensayar tímidamente un regreso, saliendo de su concha (él, también, caracol). Solo queda esperar su nueva música, y cómo se insertará en unos tiempos que se rigen por pulsos bien distintos. Todavía confío en su capacidad para sorprendernos. Espero que lo haga.
ENTRE LA EXPERIMENTACIÓN Y LA IMPROVISACIÓNLA Jiribilla)
Si bien no creo que este álbum supere los niveles cualitativos alcanzados en los trabajos anteriores, es de felicitar el hecho de que Abel Omar Pérez y un grupo cubano como Perfume de Mujer cultiven una línea como la presentada en este trabajo.
Joaquín Borges-Triana | La Habana
Por razones que no vienen al caso explicar, pues llevarían todo un trabajo independiente, las variantes aupadas bajo el rótulo de rock progresivo siempre han sido las que menos cultores y seguidores registran en la historia de dicho género en nuestro país. Uno de los músicos cubanos de la escena del rock de carácter propositivo, que por espacio de alrededor de quince años ha persistido en nadar contracorriente, aunque con ello sabe que su quehacer artístico ha de ser consumido por una reducidísima minoría, es el multiinstrumentista, compositor y vocalista Abel Omar Pérez. Creo que fue allá por 1988 cuando lo vi tocar por primera vez como parte del formidable grupo Cartón Tabla, en un concierto celebrado en la antigua Casa de la Música Alejandro García Caturla. Aquella banda dejó un grato recuerdo en la memoria de quienes disfrutábamos de su inusual propuesta para nuestro medio, gracias a trabajos como el denominado «Trilogía», compuesto a partir de la obra poética de Pablo Neruda. En aquella primera experiencia Abel se desempeñaba como baterista.
Tras la desintegración de ese proyecto, Pérez se involucraría en la agrupación Perfume de Mujer, la cual ha servido para canalizar sus ideas no solo como instrumentista sino, en lo fundamental, como compositor de piezas en las que la experimentación y la improvisación desempeñan roles protagónicos. Un elemento que desde un primer momento sirvió para distinguir al grupo entre todos los restantes existentes en nuestro país fue el hecho de que cada presentación de esta banda, como las que llevara a cabo en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, en la Casa de la Música Alejandro García Caturla, en la Casa de las Américas, en el salón Atril del Karl Marx o en la Casona de Teatro Estudio…, tenía características particulares a partir de conceptos dramatúrgicos diferentes. Ello se complementaba con un enfoque de performance en el que el vestuario, la escenografía, la ambientación, la iluminación y la música desempeñaban funciones específicas. Abel Omar Pérez al frente de los teclados, los secuenciadores, la programación de una computadora, así como en la voz e ideólogo de la singular aventura, y Landy Bernal, en la guitarra eléctrica, constituían la columna central del ensamble en una primera etapa.
Cuando se funda el sello mexicano Luna Negra con el propósito de editar fonogramas de rock en sus vertientes propositivas, al presentar su primera producción bajo el rótulo de Variaciones en la cuerda, Vol. 1, entre los cuatro proyectos cubanos compilados en el prensaje figura Perfume de Mujer. En esta primera etapa es fácil detectar determinada rigidez en virtud de un excesivo empleo de los sonidos procedentes de máquinas. Hay, incluso, un coqueteo con elementos del pop, como lo evidencia la grabación inicial de «Cocuyo», la pieza más conocida de Abel Omar. Esta situación se resuelve para los conciertos «La última cena» y «Acuarium», en los cuales la formación se agranda con instrumentistas invitados, con lo que la sonoridad echa mano a mandolina, percusión, bajo eléctrico, batería, acordeón, piano, flauta, violín y voz femenina. De las mencionadas presentaciones, Luna Negra edita un segundo CD perteneciente a la colección Variaciones en la cuerda.
En dicho álbum, junto a la presencia inequívoca del rock, se perciben elementos que apuntan hacia la fusión de estilos. Creo que lo mejor de la grabación son las dos piezas instrumentales que titulan cada uno de los conciertos, que se acercan en su factura y en la cual detectamos desarrollos minimalistas que van ganando en intensidad. Los otros cortes son canciones en las que Abel pone de manifiesto su vocación hacia textos con una filosofía por momentos bastante ácida. Es una poética que invita a la reflexión con imágenes de lo cotidiano. El hábitat urbano es el protagonista de una cancionística con cierto sabor acre. Temas como «Espectadores», «Cabeza de bruja» y «Revólver» demuestran la diversidad propositiva de la obra de Pérez. Asimismo, la nueva versión de «Cocuyo», tiene un arreglo que se mueve entre el rock y el son, para demostrar que no existe antagonismo alguno entre tales expresiones sonoras contemporáneas.
El siguiente esfuerzo discográfico en el que intervendría Abel Omar Pérez, como integrante de Perfume de Mujer, sería Pollos d’granja. A través de los catorce cortes que conforman este excelente CD uno detecta de conjunto un trabajo con elementos del arte contemporáneo como la apropiación, la cita, la parodia y el pastiche. Ejemplo de lo anterior se encuentra en la pieza denominada «Morrison Hotel», quizás la más cautivante del fonograma en virtud de su hermosa propuesta conceptual armada a partir de una variedad de relaciones intertextuales. Otros temas que merecen especial mención son «Sinfonía, mujeres y dinero», «El cuento de la buena pipa» o «Fabricamos un Arte Especial en un Medio Hostil a los Soñadores». Sinceramente pienso que este resulta el mejor disco de la banda y uno de los de mayor importancia en la historia del rock nacional. Al mismo le seguiría El monólogo del caracol, propuesta en la que el grupo se reduce de nuevo al formato de dúo. A Pérez lo acompaña aquí el guitarrista Igor Urquiza. La intención transgresora de este fonograma se percibe desde la chocante ortografía del título del CD, una propuesta que en lo fundamental apela a la fragmentación del discurso, cosa que por momentos me produce la sensación de que la idea no está del todo desarrollada. Si bien no creo que dicho material supera los niveles cualitativos alcanzados en los trabajos anteriores, es de felicitar el hecho de que un músico como Abel Omar Pérez y un grupo cubano como Perfume de Mujer cultiven una línea como la presentada en el aludido álbum, una vez más plasmada en soporte digital gracias al infatigable equipo mexicano de Luna Negra.
El Monólogo de él Carocol is the latest from this long-lived Cuban progressive band, recorded between 1997-2000, continuing their blend of progressive rock and avant-garde tendencies, mostly instrumental, with some decent vocals. Actually, if you ignore the 21-minute improv toward the end of the disc, most of this is no more ‘difficult’ than King Crimson or Gentle Giant, both of which are influences, but the level of originality here is very high. Perhaps surprisingly for a Cuban band, there’s very little here that could be called Latin, and the arrangements are as sophisticated as the best European prog bands. With a playing time of 70-minutes, there’s still an album’s worth of quality progressive rock here. The material on Pollos d’Granja (75-minutes) was recorded between 1995-1998 and uses Spanish vocals, violin, keyboards, guitars, bass and drums. Surprisingly good!Kinesis CD
A Havana-based RIO combo PERFUME DE MUJER, founded around a Cuban multi-instrumentalist Abel Omar PEREZ and a guitarist / keyboardist Orlando 'Landi' BERNAL, were active during 1990s, like another Cuban avantgarde act MUSICA D'REPUESTO. They had released three albums - "Variaciones En La Cuerda Vol. II Y III" (1996), "Pollo D'Granja" (1998), and "El Monologo De El Caracol" (2000) via a Mexican label Luna Negra.Progarchives
This is a second album of the "right-winged Proggers" (along with Musica D'Repuesto: read the "Av Abuc" (Va Cuba - in the mirror of the Cuban musicians' thoughts) detailed review within "The "Luna Negra" Label - Overall View" material: from a "left-winged" country (for me personally, the right and the left, as well as Mrs. Whore - Politics, are things absolutely "left" - this word in a Russian 'Slanguage' does mean simply "shit"). At the very least, this is the most ambitious of the band in general. A lot more than just a 'full-blooded' Prog- or Rock-band (a foursome with a traditional set of instruments plus vocals, for example) comes the Smell Of Woman on their second disc. The five staff members with singing leader / multi-instrumentalist Abel at the front are complicated with several guests on very colourful various wind instruments, violin-cellos and so on, including different sets of acoustic percussion. Briefly, music-wise "Pollos d"Granja" is the richest, most savoury and diverse Cuban Progressive album of all that I've heard. Music on the album is no less exotic than the "Island of Freedom" itself. A rattling mixture of Classic Art Rock with the structures of 'Symphonic RIO' (that is, there's no arrangements of jazz character here), at times supported by the Latin cadences - toppings of acoustic percussion. But with all this, a harmony of structures and melodies are perceptible at once. Vocal parts (in Spanish), crossing in all directions the already quite odd arrangements with countless shifts of 'phases' of moods and tempo, make it more challenging to get into the work. However, for those faithful, sick and tired of endlessly repeating refrains, the kaleidoscope of hot spontaneous, but meticulously wrought 'musical processes' by the philosophers of the Cuban Progressive cell on this album will be a treat for the soul and a source of many pleasant evenings, as riddling of stuff like this is the best leisure for people like us.Progressor
From the not so evident country of Cuba comes Perfume De Mujer. Their album Pollos D'Granja includes a weird combination of unpredictable rock which includes a fair amount of avant-garde. It has to be said however that from a musical point of view this is a very strong album. Especially the drumming by one certain Leo is phenomenal and prominent whilst hard guitar interventions alternate with electric violin. That's why the end result can be found in the back garden of King Crimson during their Red period, together with some Happy Family. The repetitive pattern in "Revolver" might well be the trademark of the big Robert Fripp; the band is still able to perform it in such a way that it remains very original and fascinating throughout.John "Bobo" Bollenberg
Computer voices that have been borrowed from the Kraftwerk household enforce "Morrison Hotel," whilst the song gets a bluesy approach covered by a tiny bit of Kansas and ending with a Pink Floyd riff.
Obviously these guys know their classics yet try to include those influences in their own vision of progressive rock. The result sinks in and grows each time you listen to the album. The Long "Fabricamos Un Arte Special En Un Medio Hostil A Los Sonadores", is one hell of a lump of jazz "lunacy" which takes you from one corner of the room to the other. The extra added "FM 92.5" is a nice example of psychedelica including some outstanding flute. It is difficult to label Perfume de Mujer yet my wife can wear this perfume any day!
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