Lo hice mil veces. Ya de pibito. Y es que encajaban a la perfección. ¿Qué cosas? El Tema de Pototo y el ritmo tanguero. Es un lindo ejercicio. Digo para quien no lo intentó. De pibito, escuchando en el Winco que "cantaba todo el día" desde un rincón del living de la casa el primer LP de Almendra -propiedad privada de mis hermanos mayores que yo no respetaba en absoluto-, había dado el primer paso para convertirme en algo que, en aquel entonces, en mi mente infantil estaba totalmente ausente: fanático de Luis Alberto Spinetta, el Flaco.
Por Carlos Altavista
Pero además de los long play, en un estuche había un montón de discos simples. De todo tipo. Mucha berretada comercial de Música en Libertad y Alta Tensión, lentos de bandas extranjeras como los Bee Gees, canciones de The Beatles y de The Rolling Stones, y mil cosas más que mi memoria hace tiempo guardó en “el fondo del placard”. Pero también había dos simples de Almendra, uno con el Tema de Pototo (Para saber cómo es la soledad) y otro con Hoy todo el hielo en la ciudad.
Tenía 8, 9 años, ¡y cómo me gustaba Almendra! Demasiado, si cabe. Cuando quedaba en soledad y confiscaba el Winco y los discos, dale que dale al álbum y a los simples.
El Flaco dedicó el Tema de Pototo a un amigo y compañero de colegio cuando se enteró que había fallecido en el viaje de fin de curso. Por suerte, aquello fue una falsa alarma, pero lo cierto es que la canción quedó inmortalizada como una de las mejores de la historia del rock argento. En aquel tiempo, yo no tenía idea de qué había inspirado el tema, aunque recuerdo que me llegaba al alma.
Con el tiempo empecé a cantar esa última parte, la que parte el alma -valga la redundancia- asegurando que “La soledad es un amigo que no está / Es su palabra que no ha de llegar igual…”, en formato de tango tradicional. Y puesto que quedaba como anillo al dedo, después seguía. Ahí, al alcance de un pibe sin instrucción musical más que la que nos da escuchar mucha pero mucha música, estaba el romance, el amor incondicional, la unión para toda la vida entre Spinetta y el tango.
Tapa de Spinettango y la dirección de la casa del Flaco, donde ensayaba Almendra: calle Arribeños 2853 |
Música en Libertad o Alta Tensión, otras muy buenas-, supe encontrar tango en toda la obra del Flaco.
Cierta vez, en la nota Luis Alberto Spinetta: Muchacho (ojos de música), me atreví a escribir: “Luis fue también el autor de la más hermosa letra de tango para música rock, donde narra, con formato de cuento corto y ameno, la atrapante historia del Capitán Beto…”
Es por ello que, cuando hace un par de años se anunció “Se viene un disco con versiones tangueras de temas de Spinetta”, no sólo no me sorprendió sino que lo esperé como la tierra al agua. Las dudas sobre la calidad final del trabajo asaltaron mi espíritu rockero y spinetteano, por supuesto. ¿Le harán honor?, era la pregunta que resonaba en el agujero interior.
¡Pucha que sí! Ese trabajo se llamó Spinettango y, casualidad o causalidad mediante, comenzaba con una hermosa versión tanguera del Tema de Pototo.
Hernán "Don Camel" Sforzini, el padre de la criatura. |
musical Planta & Canta-, contó que la palabra “Spinettango le bajó” una vez que estaba en la playa. Entonces contactó con su único amigo tanguero, el cantante Santiago Muñiz, y la “empresa” se puso en marcha.
En una nota publicada en el sitio musicasdelmundo.com.ar, Santiago Muñiz contó que "cuando era chicos, si en la radio sonaba Carlos Gardel no volaba una moisca, y si llegabas a hablar, mi padre te miraba y era suficiente apara hacer silencio".
Santiago Muñiz |
Ahora bien, antes de seguir contando cómo se hizo el disco, para lo cual hay que viajar hasta Córdoba, quisiera volver sobre la poesía innata del Flaco. Es que si escribió las canciones que escribió con 16, 17 años, como, entre muchas otras, Tema de Pototo, vale recordar que Barro tal vez la compuso a los 15, cuando andaba en tercer año del secundario. No hace falta decir que es una de las mejores piezas de Luis, del rock argentino y de la música música nacional en general. A punto tal que la Negra Sosa la incorporó a su cancionero; y eso que no es fácil que un cantante popular haga temas spinetteanos.
Cuestión que Barro tal vez recién fue “presentado en sociedad” en 1982, es decir, diecisiete años después de su nacimiento, y formó parte del discazo Kamikaze (Spinetta solista).
Damián Torres Quinteto, el grupo que le puso música a las versiones tangueras de temas del Flaco Spinetta |
Así las cosas, Muñiz y el Damián Torres Quinteto tomaron para la grabación el nombre “Los Altiyeros”. Altiyero es una palabra que viene del lunfardo y que significa algo así como muy bueno o excelente.
Confió a Télam que “no fue difícil” encontrar el repertorio, que lo definieron “en un par de semanas” con Santiago Muñiz. Luego, los cuatro invitados: “Cada uno de los invitados es una institución en sí, cada uno aportó su marca y sello personal, lo cual le da al disco una variedad sonora en su desarrollo. Falta y Resto (grupo de murga uruguayo) sumó poesía y alegría a ‘Bajan’, Litto Nebbia aportó emoción y valor histórico a ‘Muchacha ojos de papel’, Daniel Melingo sumó mística a ‘Cementerio Club’ y Mimí Maura le puso el balance de energía perfecto a ‘Durazno sangrando’”.
Los Altiyeros |
Finaliza Sforzini, quien ofició de productor general: “En la obra de Luis hay canciones que por su lírica ya son tango, ‘El anillo del Capitan Beto’ (nunca más de acuerdo), ‘Laura Va’, la intro de ‘Cantata de puentes amarillos’ (…) Si escuchás el ‘Tema de Pototo’ o ‘Seguir viviendo sin tu amor’ se revela el ADN tanguero de Luis”.
A mí me sorprendió muy gratamente que la zamba-rock que el Flaco compuso a sus adolescentes 15 años, Barro tal vez, a cargo de Los Altiyeros nos es un tango, es un verdadero tangazo.
Falta y Resto, murga del barrio Capurro de Montevideo, Uruguay, que nació en 1980 |
Spinetta y el resto de Almendra, fundamentalmente Emilio del Guercio, eran admiradores de Astor Piazzolla. El Flaco ponía al músico que revolucionó la música ciudadana a la misma altura que The Beatles cuando hablaba de las primeras influencias.
Lo cierto es que Piazzolla terminó siendo admirador de Luis, tanto que lo invitó a tocar él. El Flaco le dijo que no porque no se sentía preparado: La humildad de los grandes de verdad.
Midnerely Acevedo, para todos Mimi Maura, cantante y compositora argentino-puertorriqueña |
Me lo crucé en Spotify pero me hiciste dar cuenta de que incluye Gricel y yay mismo lo voy a buscar ja. Saludos.
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