En el aniversario del nacimiento de Aleksandr Glazunov, las maravillas de su concierto para violín. Inspirado en Liszt (31 de julio), elimina la estructura tradicional del concierto en tres movimientos y crea una entidad única y fluida que explota con sabrosas melodías y emociones (ocasionalmente sensibleras).
Además de compositor, el ruso Glazunov fue un destacado director de orquesta, profesor de música y administrador. Vivió tiempos muy turbulentos, tanto política como culturalmente, pero se las arregló para conciliar pacíficamente fuerzas antagónicas nacionalistas y cosmopolitas, y como director del Conservatorio de San Petersburgo en la época en que Dmitri Shostakóvich (22 de enero, 10 de mayo, 12 de noviembre, 17 de diciembre) era estudiante, aportó pragmatismo y salud a la música rusa.
Su propia obra se inspira en la rica poesía musical de Aleksandr Borodín (27 de febrero), el virtuosismo de Rimski-Kórsakov (14 de septiembre) y el lirismo dramático de Tchaikovski (1 de abril, 23 de junio, 4 de diciembre). Los vanguardistas de las generaciones siguientes tal vez lo considerasen un poco anticuado, pero se ha reconocido que ejerció una influencia estabilizadora.
Además de poseer un carácter personal y profesional estable, Glazunov fue famoso en su día por su legendaria memoria fotográfica, su capacidad para interpretar sin ensayar y su gran talento para orquestar y componer melodías. En esta parte central de su concierto tenemos una prueba deliciosa.
Clemency Burton-Hill
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