Justo cuando se conmemora el Día Mundial de los Derechos Humanos, la justicia británica dio luz verde a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, que quiere juzgarle por 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de Wikileaks. Con este fallo, Washington obtiene una victoria en su implacable búsqueda de venganza contra el informador, pero la derrota no es sólo para Assange, sino para la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo en todo el mundo.
El caso regresará ahora a la Corte de Magistrados de Westminster, de primera instancia, para que a su vez sea remitido a la ministra del Interior, la conservadora Priti Patel, que debe decidir la extradición.
Agotarán recursos. Stella Moris, la prometida del periodista de 50 años y madre de sus dos hijos menores, ya ha adelantado que recurrirán lo antes posible el injusto fallo, mientras Assange sigue en prisión preventiva en la cárcel londinense de Belmarsh. "¿Cómo puede ser justo extraditar a Julian al país que intentó asesinarle?". El ex juez español Baltasar Garzón, coordinador de la defensa internacional de Assange, mostró su más profundo desacuerdo con la decisión del Tribunal y aseguró que agotarán todos los recursos. Diversas organizaciones se pronunciaron en contra de la decisión del tribunal londinense, así como varios países.
De ser extraditado, Assange tendrá que ir a juicio por 18 cargos que podría implicar una pena de hasta 175 años de cárcel. El fallo es un atentado contra la libertad de prensa, el derecho a la información y los derechos humanos básicos y marca un precedente preocupante. Sabemos que la extradición de Assange es una consecuencia directa de su trabajo clave de revelar los crímenes del imperialismo estadounidense y sus aliados en lugares como Afganistán, Iraq y Libia. Assange es un preso político del imperialismo de los EE.UU. y sin el trabajo de él y de su organización, Wikileaks, sabríamos mucho menos sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por Estados Unidos.
Basta ya de ocultar la verdad sobre los crímenes del imperialismo estadounidense y sus aliados.
Además de indignante el fallo es doloroso porque detrás de esta historia está la persona. Un ser humano con aciertos y errores, que tiene una linda familia y un grupo de amigos incondicionales. Un hombre curioso e interesado en lo que pasa en el mundo, que siguió con interés y solidaridad el proceso latinoamericano antineoliberal de principios de siglo y que fue generoso con su tiempo y disposición con muchos políticos, intelectuales, activistas y periodistas, incluyendo a quien esto escribe. Doloroso para millones de personas en todo el mundo que admiran su trabajo y temen que su suerte está atada al futuro de la democracia y la verdadera libertad de expresión, esa que permite revelar verdades incómodas. Un fallo doloroso porque en su valentía para enfrentar las peores adversidades sin claudicar un centímetro en sus valores e ideales, Julian Assange supo hacerse querer.
Santiago O’Donnell - Página/12, 10 de diciembre de 2021
El jueves pasado, en su discurso como anfitrión de la Cumbre por la Democracia que tuvo lugar en Nueva York, el presidente Joe Biden afirmó que "estamos en un punto de inflexión" en la pugna entre las fuerzas prodemocráticas y las "autoritarias" en el mundo, y sostuvo que ahora "la democracia necesita campeones". Cabe esperar que su administración se erija en campeona de las fuerzas democráticas cesando la persecución contra Julian Assange y reconociendo el enorme servicio prestado a la humanidad por quienes exponen al escrutinio público los abusos de poder, en especial los de un Estado con presencia e intereses globales.
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