Ir al contenido principal

La Vuelta al Vinilo

Los empresarios musicales deben aborrecer la era digital. Después de todo, hubo una vez en la que te podían vender un pequeño pedazo de plástico metido en cajas de pésima calidad a un precio exorbitante. Y la gente pagaba. ¡Claro que pagábamos! No podemos vivir sin música.

Por Efraín Trava


La muerte del CD

Cualquier sábado en la tarde, en la mitad de los años noventa, hubiera ido a echarle un vistazo a los nuevos lanzamientos musicales. Casi siempre hubiera regresado a casa con uno o dos CDs. Habría desempacado uno de ellos con la placentera ansiedad del que disfruta sus adicciones y me hubiera sentado a escuchar la nueva adquisición reconcentradamente. Esa experiencia con los discos compactos ya no es como era antes. Ahora es, de hecho, profundamente obsoleta.

Escuchar música sigue siendo para mí la segunda actividad más placentera después del sexo (y a veces, incluso, compite con la primera), pero el CD ya no ofrece la misma satisfacción de antaño. No lo digo sólo yo, sino buena parte de los consumidores alrededor del mundo. Las ventas de discos compactos han ido en descenso cada año desde hace más de una década, debido a que éstos ya no encuentran su lugar en un mundo en donde resulta infinitamente más sencillo reproducir y transferir archivos digitales, ya sea legal o ilegalmente.

Esto no significa que hacerse de la versión física ­­―de “carne y hueso”― de un álbum ya no valga la pena. Mientras la industria discográfica se debate entre la resurrección y la hecatombe, los discos de vinil están experimentando un regreso prodigioso. Esta puesta en forma se puede apreciar en los anaqueles de las tiendas de música donde, de manera tímida pero consistente, las portadas de 30 x 31 centímetros empiezan a apropiarse de los espacios que durante tanto tiempo ocuparon las frágiles cajuchas de CDs; ésas que, no pocas veces, se quebraban apenas quitaba uno el celofán.

El renacimiento del LP no es sólo una tendencia anecdótica. Mientras las ventas de formatos físicos en general declinan, las de discos de vinil registran el aumento más significativo en décadas. En 2014 éstas se incrementaron en 38 por ciento. La escalada ha sido gradual, pero sostenida, alcanzando 8.3 millones de unidades vendidas en Estados Unidos en el último año, mientras que en 2007 sólo se vendía un millón de unidades. Este auge ha rebasado incluso a las plantas productoras de discos que, en muchos casos, han resultado insuficientes para satisfacer la súbita demanda. No es raro que los álbumes se agoten en las tiendas y se conviertan en objetos de culto que llegan a alcanzar hasta el cuádruple de su valor en sitios como eBay o Discogs.

Desde luego, ésta no será la primera ni la última vez que se dice que el disco de vinil está a la alza después de haber sido considerado un formato muerto. No obstante, el porqué detrás de este fenómeno es un asunto mucho más interesante, aunque también algo impreciso. Actualmente el consumidor de música puede elegir entre la descarga digital, el CD, el disco de vinil e, incluso, ¡el casete! Es decir, la gente no está obligada a comprar viniles como lo estuvo en la mitad del siglo XX o en algún momento de la década de los noventa con los CDs. Y, sin embargo, lo hace. El tema adquiere aún más relevancia si se toma en cuenta que el disco de vinil es el soporte musical más caro actualmente en el mercado. Parece, pues, que en un mundo donde el CD se ha vuelto obsoleto y los archivos digitales son bienes intangibles el LP ostenta un valor físico que hace que el dinero invertido en él valga más la pena. Así que si la industria musical quiere sobrevivir deberá poner especial atención en las razones por las cuales la gente está comprando éste y no otros formatos más baratos.

¿Para qué comprar?

Para la mayoría no hay un motivo sólido por el cual comprar música. Desde luego, existe el argumento moral de que debemos apoyar a los artistas, que también ellos tienen familias que alimentar y blah, blah, blah. La realidad es que nunca se podrá forzar a las personas a que gasten su dinero si éstas no tienen la necesidad de hacerlo. Hoy tampoco existe una estrategia concreta por parte de la industria musical que motive a los consumidores.

La piratería no es la única culpable de que la gente no compre música. En algún momento la venta de música por internet gozó de cierta popularidad. Algunos comenzaron a comprar archivos digitales debido a que la conveniencia de descargar algo rápidamente desde iTunes o Amazon superaba ampliamente la inconveniencia de tener que buscar un archivo de buena calidad, ordenado y libre de virus en el laberinto de la red. Sin embargo, en los últimos años, servicios como Spotify, Beats Music, Rdio y otros representan un método tan simple y económico que poseer música, ya sea en su forma física o digital, termina siendo un hecho engorroso si se le compara con la practicidad de escuchar música a la carta: lo que se antoja a la hora que se quiera y en prácticamente cualquier lugar donde se tiene conexión a internet.

Es verdad, Spotify no tiene todo, no es dios, pero está muy cerca de serlo. Además, el servicio de descargas por suscripción representa, para algunos, una renta mensual moderadamente asequible si se considera la facilidad con la que el melómano puede satisfacer sus voraces deseos musicales ad libitum. Por supuesto, todavía hay gente por ahí a la que le gusta comprar por amor al arte. Los que quieren salvar a los artistas en ciernes. Pero incluso esas almas caritativas tienen que admitir que, en el mejor de los casos, los CDs acaban siendo transferidos a la computadora para formar parte de la biblioteca musical y estar así disponibles para su uso en un dispositivo portátil, o sea, un iPod. O, en el peor, terminan empolvándose en el otrora utilísimo mueble para CDs comprado el siglo pasado, debido a que el disco, qué caray, también está en Spotify en su versión deluxe remasterizada, o en YouTube con todo y letras o… en donde sea.

La calidad del audio

Un porcentaje alarmante de música digital tiene una calidad que está muy por debajo de la de un CD. Sorpresivamente, esto no es un impedimento para que la banda, por ignorancia o por desidia, opte por la bazofia digital. Actualmente, mediante iTunes o casi cualquier programa reproductor es posible transferir a la computadora una versión totalmente descomprimida, es decir, de alta calidad, de la música almacenada en un CD, pero cuando la mayoría de la gente transfiere discos a su biblioteca musical escoge los formatos más ligeros para no ocupar tanto espacio. Después de todo, un archivo mp3 de alta fidelidad (705 Kbps / 320 MB) ocuparía seis veces más espacio que uno de baja calidad (128 Kbps / 55 MB).

Spotify, monstruo de las descargas por suscripción, ofrecía hasta no hace mucho, a duras penas, y sólo a suscriptores Premium, una calidad relativamente buena de mp3 (320 Kbps / 144 MB). Aun así ésta se queda a la mitad entre la calidad de plano pobre y la de un CD o un LP. En otras palabras, el hecho de que un archivo de mediana o baja calidad permita transportar hasta seis veces más música en un dispositivo es suficiente argumento para que a la mayoría le importe un pepino si la calidad de lo que se está escuchando es óptima o siquiera se acerca a lo conveniente. Para aquellos a los que sí les interesa la calidad del sonido, existen sitios en la red como HD tracks, donde se ofrecen descargas de alta fidelidad para audiófilos.

A pesar de todo, al igual que los CDs, pero no de manera tan estrepitosa, la venta de música digital ha sufrido descensos en el último par de años, algo inédito en los más de diez años que lleva iTunes vendiendo música. No resulta, pues, extraño que el consumo de descargas por suscripción, encabezado por Spotify, se haya incrementado en 40 por ciento y ahora represente casi una quinta parte del total de ganancias que obtienen las compañías discográficas. Esto constata lo evidente: los consumidores que se han digitalizado son, en buena medida, indiferentes ante la calidad del sonido.

En el resurgimiento del vinilo resulta muy debatible la teoría de que los consumidores encuentran una mejor calidad de sonido a la hora de reproducirlo. Existe un viejo debate entre audiófilos y científicos sobre la diferencia en cuanto a calidad entre lo digital y lo analógico. Los audiófilos, por supuesto, aseguran que la reproducción analógica suena mejor, pero esto no es necesariamente cierto. Está científicamente comprobado que el sonido extraído del mismo máster es matemáticamente idéntico en el CD y en el vinil. Una frecuencia mayor a los 44.1 kHz/16–bit que tiene el CD incrementaría la fidelidad en el sonido, pero los rasgos de esta ganancia serían inaudibles para el oído humano. A pesar de ello, algunos valientes han decidido desafiar a la ciencia y confiar sordamente en su percepción, o quizá sólo estén enamorados de esa armoniosa distorsión que resulta del contacto entre la aguja con los surcos del plato de vinil. Estos fanáticos —me incluyo— ayudan a comprobar toda mi teoría: la gente está volviendo al vinil simplemente porque disfruta la particularidad de su sonido y porque la experiencia en su totalidad es muy placentera.

El caso del vinilo

Aquellos para quienes el hecho de poseer música es en verdad importante prefieren el vinilo porque éste les proporciona una experiencia física mucho más rica que la de comprar un CD. Puede haber diversas razones en cada caso, pero al final todo desemboca en la experiencia: la cálida y confortable sensación que se experimenta al poner la aguja en su sitio, esperar un par de segundos y comenzar a escuchar la música producida por su fricción con el vinil. Ése es un deleite imposible de lograr con otros medios.

El vinilo ha ofrecido siempre una experiencia mucho más íntima. Su gran formato es sustancial y hace del diseño de la portada y las fundas interiores pequeñas obras de arte, algo prácticamente imposible de lograr con los libritos del CD. Hay algo placenteramente interactivo en el hecho de poner el disco sobre la tornamesa, escuchar el lado entero, para después voltearlo cuidadosamente y escuchar el segundo lado. Esto hace de la experiencia de escuchar un disco algo en lo que uno está constantemente involucrado tanto física como emocionalmente. Es divertido y requiere de cierta dinámica que está muy lejos de la pasividad auditiva que se experimenta con un CD o un archivo.

Con respecto al sonido del disco de vinil, debemos retomar el tema de la fricción y del ruido. El “gis” a la hora de reproducir un LP no es una desventaja. Por el contrario, si no es excesivo, añade textura y calidez. No es extraño que algunos músicos lo agreguen intencionalmente a sus grabaciones digitales para dotarlas de cierto carácter.

El vinilo puede ser frágil, además de tener otras imperfecciones, pero todo esto termina siendo parte de su encanto. Los más viejos se deforman, las agujas bailan sobre su superficie y saltan sobre los rayones. Para algunos esto convierte a los discos en fábricas de nostalgia. Yo tengo un aprecio especial, casi amoroso, por mi copia de "Animals" de Pink Floyd. Es una primera edición mexicana adquirida en 1977 por mi padre. Lo escuché en mi infancia, en mi adolescencia y ahora es mío, tiene un poco de ruido pero, en general, se reproduce de maravilla. Es un tesoro heredado. Y yo, ¿qué le voy a dejar a mi hija? ¿Una memoria USB? ¿Un disco duro? O ¿la contraseña de mi Dropbox? Veremos cuando ella sea capaz de leer este texto.

La razón principal por la cual el vinil perdió la batalla contra los casetes y los CDs es que no lo puedes llevar contigo. Los discos de vinil no son prácticos. Ése fue un problema fatal en su momento.

Actualmente, no es necesario atenerse a una sola cosa. Muchos de los viniles traen consigo un código que permite al comprador descargar la versión digital desde internet. Además, generalmente, los archivos son de buena calidad.

Vender una experiencia

Los empresarios musicales deben aborrecer la era digital. Después de todo, hubo una vez en la que te podían vender un pequeño pedazo de plástico metido en cajas de pésima calidad a un precio exorbitante. Y la gente pagaba. ¡Claro que pagábamos! No podemos vivir sin música. Nos enamoramos de un sonido y queremos escucharlo más y más, y la única forma de hacerlo fue, durante mucho tiempo, comprando música. Claro que se podían copiar casetes y, más tarde, también CDs, pero nada afectó realmente a la industria musical hasta que llegó el mp3 y las conexiones de banda ancha. Fue entonces cuando la gente dejó de comprar.

En estos días en los que comprar música es una mera elección, la gente que se dedica a este negocio debe poner especial atención en aquellos que, a pesar de todo, siguen comprando música. ¿Cómo pueden crear o reforzar un producto en el que los consumidores de música quieran invertir su dinero? Desde luego, no es suficiente con decir que los músicos se merecen ese dinero. Hace falta un argumento de peso. El incremento en las ventas de discos de vinil ofrece algunas pistas, pero incluso si estas ventas siguen en ascenso, falta mucho, muchísimo, para que éstas compitan con Spotify y sean suficientes como para mantener a toda la industria de la música.

Yo no creo tener la respuesta, pero parece claro que si el negocio de grabar y vender música en soportes físicos ha de sobrevivir, los que están metidos en esto tendrán que motivar a la gente a pagar por algo que les gusta tener y que los hace felices, que es, de hecho, la razón principal por la cual nos sigue importando la música.

El vinilo no es sólo música, es una experiencia. Una experiencia, por cierto, por la que vale la pena pagar. 

Efraín Trava

Comentarios

  1. Muy buen artículo. Tengo algunos vinilos, pero por una cuestión de esapcio prefiero los cd´s. Cuando estoy en casa prácticamente no uso streamig, prefiero mil veces poner un cd. Abrazo Moe!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno!! con sus mitos y leyendas...viva el vinilo!!

    ResponderEliminar
  3. El vinilo, en mi opinión, es una moda en general. Para los audiófilos es una cultura, una forma de experimentar la música pero es ostensiblemente más cara, comenzando con el hardware ( una buena tornamesa, calidad de aguja ( o púa) y buenos parlantes y amplificador. Pienso que la mayoría de los nuevos usuarios de vinilos no posee un equipo adecuado. Además está eso de la fecha de edición que tiene que ver con la calidad de la matriz y no un mero digitalizado llevado a la pasta! Una edición de la época es cara, qué decir, de una edición japonesa... En contraste al CD su sonido es a todo evento bueno, no se gasta, incluso rayado puede rendir sin problemas. Su sonido es maravillo para música clásica. Su resolución en sus primeras ediciones suenan con un rango dinámico maravilloso, no así, lamentablemente las ediciones remasterizadas posterior al año 2000 donde la guerra del volumen surgió en detrimento de su excelente rango sonoro, en pos de la audiencia que caminaba y se subieron sus rangos, un ladrillo sonoro que fatiga tus oídos al poco rato. Lamentable. Así que toda tu experiencia se reduce a tu bolsillo y oído. Los servicios streaming son pobres, no hay duda. Sólo un mp3@320 suena decente, el resto olvidate. Mientras más comprimido el sonido, más deplorable y decepcionante resulta la escucha musical, además que resta calidad a la obra, escuchas una pálida muestra como quien lee la fotocopia desteñida de un libro de culto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy certeras tus apreciaciones, el disco de vinilo ha subido enormemente su valor debido a esta nueva pero bonita moda, lamentablemente a veces con muy malas y costosas ediciones. Dejando de lado todo esto, yo he juntado y crecido con el Long Play 331/3 y 45 rpm, que en los 60-70 estaban al alcance de casi todos, pero lo que nunca olvido son aquellos momentos a los 13-15 años cuando nos juntábamos con mis amigos a compartir y descifrar la música de Yes, Hendrix, King Crimson, Doors, ELP, Genésis, CSNY, Creedence, y un largooooo etc en un simple tocadiscos portátil -incluso a veces mono-....mejor o peor?
      Pero la certeza para mí es que será el mejor periodo musical hasta ahora, pero ese es otro tema, ahora aún los escucho en HI-FI, en mis recuerdos me suenan igual(...) ...por los momentos vividos y estando de acuerdo con tus apreciaciones, muchos saludos y larga vida al vinilo y al blog cabezón!!

      Eliminar
    2. En línea con lo que dice Alejandro, pienso que el disfrute en la adolescencia no pasaba tanto por la calidad sonora. Escuchar por primera vez a Yes, King Crimson, etc era algo muy conmovedor, sea sonando en un grabador Ranser monoaural, o en un lindo centro musical integrado. Hoy, teniendo acceso a lo mismo en HI-FI estéreo, ya no me lo bancaría en un Ranser.. pero el goce inicial aquél... fue. Salute y gracias por el artículo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Lo más visto de la semana pasada

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim

Isaac Asimov: El Culto a la Ignorancia

Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,

King Crimson - Red (Elemental Mixes) (1974 - 2024)

Y para empezar la semana siempre vamos con algo bueno ¿Y qué decir de esto que ahora nos trae El Mago Alberto?, tenemos uno de los disco claves del Rey Carmesí con temas inéditos, y me copio de uno de los comentarios de esta entrada: "El último gran álbum de los mejores King Crimson, los de la década de los ’70, veía la luz en aquel Noviembre de 1974. "Red" nacía proyectando su propia sombra densa, vestida de elementos de su sinfónico pasado, de un oscuro y rauco jazz y del naciente heavy metal, marcado este último por las distorsionadas guitarras y sus pétreos riffs, que dieron una visión un tanto peculiar de aquel primogénito del Hard Rock desde el especial prisma de Robert Fripp. (...) Este álbum sin duda marcó un antes y un después en la carrera de la banda, pues tras 7 años de silencio después de "Red", la banda volvió entrados los ’80 con otra onda completamente distinta, otra visión y concepción de su sonido, sonando también interesantes y originales, pe

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos

Bill Bruford - The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years (2024)

Empezamos la semana con la nueva versión del "Red" de King Crimson, seguimos luego con Bill Bruford´s Earthworks y parece que seguimos en la misma onda porque ahora presentamos, gracias al Mago Alberto, algo recién salido del horno: "The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years", que no otra cosa que una retrospectiva completa que cubre amplias franjas del trabajo del legendario baterista, desde su homónima banda de jazz-rock hasta la encarnación final de su célebre banda de jazz Earthworks, un conjunto de tres discos que está lleno de numerosas colaboraciones; su compañero de Yes Patrick Moraz, el pianista holandés Michiel Borstlap, Luis Conte, Chad Wackerman y Ralph Towner, entre otros. Artista: Bill Bruford Álbum: The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years Año: 2024 Género: Jazz Rock /  Fusion Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea. Nacionalidad: Inglaterra Ante

Alejandro Matos - Carnaval De Las Víctimas (2024)

Tras el impresionante "La Potestad" en el 2015, y casi diez años después llega el nuevo y  magnífico álbum del multiinstrumentista Alejandro Matos "Carnaval De Las Victimas", otro trabajo de primer nivel que para constatarlo se puede ver simplemente el lugar que ocupa en Progarchives, dentro de los mejores discos del este año 2024 a nivel mundial, y con eso ya nos damos una idea de la valía de este nuestro trabajo, donde Alejandro Matos se ocupa de todos los instrumentos salvo la batería, conformando un trabajo oscuro, cinematográfico, elegante y ambicioso, y toda una reflexión sobre los tiempos que corren, en base a buenos riffs y melodías cautivadoras, hasta su bucólica y triste belleza. Un trabajo que llevó tres largos años, que cursa su travesía desde un medio tiempo en casi toda su extensión y se escucha como un oscuro regalo de los dioses... o de los demonios, uno vaya a saber, pero que definitivamente tenemos que recomendar al selecto público cabezón. Ide

The Alan Parsons Project - Pyramid (Super Edtion Deluxe) (2024)

Otro gran aporte del Mago Alberto, se trata del tercer álbum de Alan Parsons Project, pero ahora reeditado en este 2024. "Pyramid" fue un álbum conceptual centrado en las pirámides de Giza, que se grabó en los estudios Abbey Road con una variedad de vocalistas y músicos un conjunto de 4 CD que incluyen una nueva remasterización del álbum por Miles Showell y 67 temas adicionales, 54 de ellos inéditos, incluidas tomas descartadas de sesiones de estudio y demos de Eric Woolfson o "Songwriting Diaries", como se las conoce. Y lo presentamos basándonos en un comentario que nos dejó hace tiempo nuestro amigo El Canario, que como siempre se disfruta mucho. Que lo disfruten, tanto al texto como a esta nueva versión de este clásico. Artista:  The Alan Parsons Project Álbum:  Pyramid (edición remasterizada y ampliada, 2008) Año: 1978 - 2024 Género:  rock progresivo, rock sinfónico Duración: 1:03:40 Nacionalidad:  inglesa De todo lo que he escuchado de Alan Par

King Crimson - Larks' Tongues In Aspic 50th Anniversary Edition Elemental Mixes (1973 - 2023)

Para ir cerrando la semana vamos con uno de los clásicos experimental de todos los tiempos, pero presentado de un modo nuevo gracias al Mago Alberto que se zarpa nuevamente para quemarla las válvulas a más de un cabezón, mientras que a algunos más les funde algunas lamparitas. Hablo de un álbum que rompió nuestra percepción del mundo de la música, donde Fripp, Bruford, Wetton, Cross y Muir crean un disco bisagra en la historia del Rey Carmesí, pero ahora en otra versión distinta a la que conocés, y sobre ello nos dice el Mago: "Una nueva edicion de Larks Tongues in Aspic commemorando los 50 años de la salida de esta enorme obra, y así como sucedió con RED nos encontramos con un nuevo lanzamiento con nuevas versiones y mezclas, esta vez a cargo de David Singleton, van a poder disfrutar también de versiones alternativas del mismo álbum. Cuando se lanzo este disco King Crimson rompió con todos los moldes existentes hasta el momento, la instrumentación era exquisita y la grabación era

Charly García - La Lógica del Escorpión (2024)

Y ya que nos estamos yendo a la mierda, nos vamos a la mierda bien y presentamos lo último de Charly, en otro gran aporte de LightbulbSun. Y no será el mejor disco de Charly, ya no tiene la misma chispa de siempre, su lírica no es la misma, pero es un disco de un sobreviviente, y ese sobreviviente es nada más y nada menos que Charly. No daré mucha vuelta a esto, otra entrada cortita y al pie, como para adentrarse a lo último de un genio que marcó una etapa. Esto es lo que queda... lanzado hoy mismo, se suma a las sorpresas de Tony Levin y del Tío Franky, porque a ellos se les suma ahora el abuelo jodón de Charly, quien lanza esto en compañía de David Lebón, Pedro Aznar, Fito Páez, Fernando Kabusacki, Fernando Samalea y muchos otros, entre ellos nuestro querido Spinetta que presenta su aporte desde el más allá. Artista: Charly García Álbum: La Lógica del Escorpión Año: 2024 Género: Rock Referencia: Rollingstone Nacionalidad: Argentina Como comentario, solamente dejar

Lluis Llach - Viatge A Itaca (1975)

En 1975, Lluis Llach crea uno de sus mejores discos: Viatge a Ítaca. Partiendo de los poemas de Constantino Petrou Cavafis, poeta griego, inspirado a su vez en "La Odisea", y ahora el Canario nos reseña y trae éste disco. Ítaca, la patria del mítico Ulises es una isla en el mar Jónico, una más de las seis mil islas e islotes que forman Grecia. Gran disco de un gran músico. Lluis Llach demuestra con este disco que es capaz de componer una hermosa sinfonía. Con este disco inició la colaboración en los arreglos de Manel Camp y Santi Arisa en batería, antiguos componentes de Fussion. Artista: Lluis Llach Álbum: Viatge A Itaca Año: 1975 Género: Nueva canción de Catalunya / Prog folk / Sinfónico Nacionalidad: España Lista de Temas: 1. Ítaca 2. A força de nits 3. Escriu-me aviat 4. Fins el mai 5. Abril 74 Alineación: - Lluis Llach / Voz, composición, arreglos - Manel Camp / Dirección musical - Santi Arisa / Batería y percusión - Tete Matutano / Flauta - La

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.