Sin dudas uno de los mejores grupos de neo progresivo de la actualidad (dignificando un estilo por muchos grupos bastardeado). Ya los hemos presentado: música emocional, elegante, fina, potente, melódica, intensa, con algo de Porcupine Tree, de Marillion, del Pink Floyd menos psicodélico, con algo del AOR de Supertramp, también con otro poco de las crisis existenciales de Peter Hammill, con algo de la teatralidad del progresivo francés. Y aquí con su décimo disco en su carrera, y no busquen demasiados tecnicismos (solo los justos), ni grandes desarrollos instrumentales, el grupo hace lo que mejor sabe hacer, es decir, traducir un buen concepto en una obra que es a la vez reflexiva, grandilocuente, teatral y nada aburrida. La banda siempre ha sido magnífica en la creación de estados de ánimo y en llevar al oyente por la historia que están contando, y esta no es una excepción. Un disco excelente, muy recomendable para aquellos que simplemente aman dejarse llevar por la música que expresa emociones. Realmente es un buen disco, casi genial... ¿casi?...
Artista: Sylvan
Álbum: One to Zero
Año: 2021
Género: Neo prog / Art rock
Duración: 65:51
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Alemania
Para quien aún no los conozca (ya los hemos traído más de una vez) Sylvan es el progresivo teutónico en mitad de camino entre AOR, neo progresivo entre Arena y RPWL, un poco más allá de Pink Floyd, Marillion o Eloy. y metal progresivo del tipo Ayreon, con buenas melodías, ritmo, épica, sensibilidad y un sofisticado estilo que los deja lejos de los vuelos instrumentales. Y una larga carrera desde 1998. Con uno de los mejores vocalistas del rock progresivo actual: Marco Glühmann, que aquí otra vez está en la cima de la maestría expresiva.
"One To Zero" es el décimo álbum de estudio del grupo alemán Sylvan, y ha habido una brecha de seis años desde la última obra, "Home".
Desde su gran obra maestra "Posthumous Silence" (aquel demoledor disco donde los temas se suceden como un diario íntimo de una suicida, que nos revela de a poco los motivos de la tragdia) no recuerdo que hayan lanzado no un disco sino ni una sola canción que haya sido decepcionante o "telefoneado". Siempre dan el 100% en la composición y el rendimiento. Y también la sinceridad, a decir verdad. El cantante Marco Glühmann se luce como nunca aquí, secundado por músicos no exuberantes pero sí precisos. Y entre todos, otra vez arman un trabajo de lujo, como siempre desde el 2006. Volvemos aquí al universo de los álbumes conceptuales, y el de este trabajo se trata de la historia del nacimiento, la vida, la autorrealización y la desaparición final de una inteligencia artificial, por eso tantos ceros y unos en la gráfica del disco.
Reencontrarse con un viejo amigo después de muchos años puede resultar una experiencia movilizadora y muy gratificante. Descubrir que los valores están intactos y que el cariño que le tienes se ha magnificado a pesar de una larga ausencia. Eso es lo que me ha ocurrido con los alemanes Sylvan, quienes vuelven al circuito de lanzamientos después de una larga ausencia para entregarnos el sucesor de aquel ya lejano “Home” (2015). “One To Zero” es ya el décimo álbum de estudio de una banda que ha pasado generalmente bajo el radar del público promedio, pero que engloban una propuesta exquisita de Neo-Prog fuertemente arraigado en la emotividad, las melodías melancólicas y la teatralidad y dramatismo de su enfoque lírico y performance vocal.
Mi acercamiento con la banda fue con aquella monumental obra maestra llamada “Sceneries” (2012), donde en cinco extensos capítulos nos paseaban por muchísimos climas llegando a emocionarnos en más de una ocasión. Una banda que ya lleva más de 20 años de carrera y aún sigue siendo esencial para el movimiento, entregando lanzamientos de calidad consistentemente, hazaña que afortunadamente se vuelve a repetir con “One To Zero”, un álbum para escuchar en tranquilidad, en momentos de reflexión y autocuidado, paradójicamente tratando una historia de la que no esperarías tópicos tan profundos pero que están tratados con un enfoque tan humano que se vuelve algo inesperado y fundamental. Veamos entonces de qué se trata todo esto.
“One To Zero” es un álbum conceptual, y ya al leer esta declaración los fans del Prog lo miramos con otros ojos y nos gana el entusiasmo. Más aún cuando escuchamos la interesante premisa que nos plantea: detallar la autobiografía de una Inteligencia Artificial desde su propia perspectiva. Un concepto bastante intrigante que se desarrolla con gran holgura y nos hace querer meternos de lleno en esta historia. La cosa arranca con “Bit by Bit” (un nombre bastante ingenioso teniendo en cuenta la temática del disco), donde se relata la peculiar creación de este algoritmo, una suerte de génesis informático, mientras musicalmente recorremos terrenos familiares pero que nos llenan de gozo. Un prog melódico accesible pero a la vez complejo con un sonido cristalino e impoluto, da gusto cuando un álbum suena realmente bien.
“Encoded at Heart” nos cuenta como esta inteligencia tiene la tarea de salvar el medio ambiente reparando todo lo que la humanidad destruyó, una misión bastante arriesgada y compleja. La canción comienza guiada por un piano sutil y una potente base de bajo y batería que nos deja perplejos, siempre adornado con las melancólicas vocales de Marco Glühmann, que explotan en un estribillo totalmente emotivo y movilizador. Una canción a medio tiempo en carácter de balada poderosa, algo en lo que Sylvan ya sabemos que son excelsos. En “Start Your Life”, la IA se está procesando a sí misma, guiada por un sentimiento eterno de constante optimización. Musicalmente nos encontramos con un Rock más directo y de toques electrónicos que nos hace sacudir la cabeza y los pies al unísono, disfrutando de un número breve y excitante.
“Unleashed Power” nos relata la llegada del algoritmo a su “mayoría de edad”, simbolizado hermosamente con una balada de piano protagonista, solemne y desgarradora, con una interpretación vocal hipnotizante y sentida. De desarrollo lento pero muy disfrutable, invita a sumergirnos totalmente en su atmósfera. En “Trust Yourself” hay un cambio radical en la historia, y por ende también en la propuesta musical, con los elementos electrónicos pasando a primera plana, recordándonos a algunas incursiones recientes de Steven Wilson en la etapa “Hand.Cannot.Erase.”, con una canción tan intrigante y extraña como directa y predecible en su estribillo. Un ejercicio un tanto desconcertante pero que termina funcionando de gran manera.
La historia continúa con “On My Odyssey”, un ejercicio que comienza de manera bastante minimalista y me retrotrae a algunos momentos icónicos de Ayreon en su atmósfera. Se llega aquí a un clímax tanto sonoro como en la trama, donde la IA finalmente se dirige a su creador para plantearle varios cuestionamientos. Todo desemboca en la épica “Part of Me”, con sus 9 minutos de duración y extensos desarrollos que devienen en climas imperfectamente perfectos, latidos electrónicos y las emociones transmitidas de manera digital. La inteligencia artificial se está dando cuenta de su amplia superioridad con respecto a la raza humana. Es una de las canciones más potentes del álbum, que luego se pone pesada y se refleja en la ira que está sintiendo nuestro protagonista, para luego terminar de manera calma y emocionante con un sentido solo de guitarra que nos llega a estremecer.
Nuestra IA se da cuenta que tiene el potencial para ser el líder de la humanidad, mostrado con arreglos corales y sutiles bits electrónicos en la íntima y breve balada “Worlds Apart”, llegando entonces a la contagiosa “Go Viral”, donde puede entenderse por qué eligieron esta pieza para oficiar de single, muestra un lado versátil y pegadizo del quinteto, donde los arreglos electrónicos proporcionan una base para un rockazo con las guitarras al frente. La IA reina y desarrolla una consciencia dado su alto grado de destructividad. “No, esta no es la manera…”, se lamenta la máquina. Una canción que en un mundo justo debería, irónicamente, hacerse viral.
El final llega de la mano de “Not A Goodbye”, otra pieza épica de 10 minutos donde nos damos cuenta que la humanidad no se merece las cualidades de esta poderosa IA. Comenzando de manera enigmática y ominosa con piano y atmósferas oscuras,la canción se va desarrollando con momentos solemnes y una cadencia relajante que va progresando en intensidad hasta explotar en ese climax que tanto esperamos y no decepciona, impregnando dramatismo y virtud melancólica. “No es un suicidio, sino tan solo el comienzo de un nuevo ciclo de vida”. Así se despide nuestro querido algoritmo al concluir que la humanidad no está preparada para sus virtudes.
Con “One To Zero”, podemos decir que Sylvan ha regresado de manera muy sólida a la primera plana del Rock Neo-Progresivo, impregnando de emotividad, dramatismo y calidez a su propuesta musical exquisita. Acá no van a encontrar virtuosismo desmedido ni mil notas por segundo, sino la expresión más melancólica y grandilocuente de un grupo que trabaja desde las sombras pero que cuando sale al exterior, todos nos emocionamos. Ponerle melancolía y drama a una historia cuyo protagonista es una Inteligencia Artificial no es una tarea fácil, pero Sylvan sale victoriosa con un álbum soberbio que se disfruta en cualquier ambiente mientras esperamos que las máquinas se apoderen del mundo.
Este álbum es Sylvan sin defraudar un segundo, es un viaje emocional que cuenta una historia de una manera que te envuelve con sus estados de ánimo.
Un disco (y un grupo) donde prima la sencillez, el sentimiento, la sensibilidad y la emoción, pero al mismo tiempo generando una música bien elaborada, bien diseñada y bien interpretada, desplegando un trabajo que expresa destrucción y esperanza, intensidad y diversidad, prog rock, neo prog, toques de hard rock, sinfónico, AOR, todo lo que interpretan lo hacen de manera maravillosa.
Este álbum, como la mayoría de los trabajos de la banda, requiere un poco de paciencia durante un período de tiempo para finalmente "entenderlo" y apreciarlo completamente, pero ese es un tiempo extremadamente bien empleado. Bueno, no a todo el mundo le gustó tanto como a mí, como en el caso del siguiente comentario, pero si leen las críticas de Progarchives verán que la mayoría le ponemos el pulgar bien bien arriba...
Clasificados como neo-progresivo. Los alemanes tienen un sonido reconocible y particular que lo hace una banda elogiada en primera parte por la voz de uno de sus miembros más reconocidos, el vocalista, Marco Glühmann, quien llegó al grupo en 1995. Los otros integrantes son Volker Söhl en los teclados, Matthias Harder en la batería y Sebastian Harnack en el bajo. Además de los miembros permanentes, Jonathan Beck apoyó en la guitarra y Katja Flintsch en el violín. La mezcla fue realizada por los miembros de RPWL, Kalle Wallner y Yogi Lang.
'One to Zero' es su nuevo álbum el cual se convierte en el décimo de su carrera. Este es un álbum conceptual que cuenta la historia en primera persona de una Inteligencia Artificial. El nuevo disco de Sylvan abre con 'Bit By Bit'. Una introducción con mucho ritmo que evoca a música ambiental, pero sazonada con sonidos que recuerdan a robots y computadoras. Luego tenemos los hermosos teclados y la voz de Glühmann que luego suma a toda la banda y da paso a una sección instrumental dinámica y fluida que está bien lograda.
'Encoded At Heart' empieza con un piano de cola y la bella voz de Glühmann que solo es acompañado por el piano y la batería en un tema que te cautivará con el canto que propone el vocalista alemán y que cierra con un emotivo solo de guitarra.
En la tercera pista viene 'Start Of Your Life' que empieza con una guitarra sumamente ochentera con un batería fuerte y vigorosa con un ritmo repetitivo pero efectivo. No es lo mejor de 'One to Zero' pero no arruina ni mancha lo antes escuchado.
'Unleashed Power' también comienza con un piano, pero más intrusiva y emocional. Es más melancólica que 'Encoded At Heart' y las guitarras que acompañan en la cuarta composición son más limpias, menos cargadas de efectos. No solo eso, además hay una sensación más cálida y pero también triste que transmite la canción.
Cerramos la primera mitad de placa con 'Trust In Yourself', la que se nos introduce con un sintetizador que emula unas trompetas muy suaves y que acompañan la voz de Glühmann. Luego de unos segundos, las guitarras aparecen de golpe muy agresivas. El coro es fabuloso con el violín de Katja Flintsch y los demás miembros creando una placa auditiva sólida.
En la segunda mitad del álbum nos recibe 'On My Odyssey' una canción muy épica con una guitarra que por primera vez toma protagonismo siendo muy colorida. No solo eso hay que destacar, también los violines y el bajo construyen una dupla sumamente efectiva. El piano y los sintetizadores no son meros comparsas, todos tienen sus momentos y sus espacios para llenar la melodía. Todo funciona, nada queda fuera de lugar, es una canción perfecta.
Un piano muy dramático nos recibe en la séptima pista titulada, 'Part of Me', la cual sigue en ese tono triste sumando a las cuerdas y las voces. No solo es, tenemos una batería que aparece después, sumamente sólida con líneas de bajo que le dan equilibrio a la composición. La canción luego pasa de la pena a la desesperación que oye en la canción y el canto de Glühmann.
'Worlds Apart' es un tema que se construye desde la voz, con una instrumentación que embellece la canción. Nuevamente tenemos esa dualidad triste y desesperada.
La penúltima composición, 'Go Viral' tiene una sonoridad electrónica y metalera, con ciertos resabios de Muse con un teclado y una guitarra que llenan los espacios en un tema dinámico y que contiene una sección instrumental sumamente metalera, que está bien construida que suma dos solos, uno de piano y otro de guitarra que da pie al cierre.
El cierre del álbum, 'Not a Goodbye', empieza en el mismo ritmo que los dos temas anteriores, sin embargo es la guitarra la que asume el papel principal. En una atmosfera cautivante y una construcción de una composición que va paso a paso, que suma al piano, la guitarra, el bajo y la batería. No es extraordinario, no tendremos grandes e intrincados pasajes instrumentales. Pero hay esfuerzo en que todo suene original, fresco y que no suene repetitivamente. Un tema que dura 10 minutos, pero que se hace corto.
Sylvan no creó un álbum que te vuele la mente, no es ese rock progresivo lleno de capas, arreglos, solos, momentos de talento individual o grupal, pero conquista. Esto gracias a la propuesta compositiva y emocional que transmite desde alegría, pena, dramatismo e incluso desesperación. Todo esto se logra principalmente en la voz de Marco Glühmann quien es el gran protagonista de este disco. Pero el grupo alemán no se lleva un perfecto o la máxima nota, incluso pasan con la nota mínima, aquí no está Genesis, Pink Floyd o King Crimson y eso se nota.
Lista de Temas:
1. Bit By Bit
2. Encoded At Heart
3, Start Of Your Life
4. Unleashed Power
5. Trust In Yourself
6. On My Odyssey
7. Part Of Me
8. Worlds Apart
9. Go Viral
10. Not A Goodbye
Alineación:
- Marco Gluhmann / vocals
- Volker Söhl / keyboards & grand piano
- Sebastian Harnack / bass
- Matthias Harder / drums
With:
Jonathan 'Jonny' Beck / guitars
Katja Flintsch / violin & viola (5,6,7)
Bine Heller / backing vocals (2,5,8)
Kalle Wallner / additional acoustic guitars
Yogi Lang / additional keyboards
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