Artista: Motörhead
Álbum: Motörhead
Año: 1977
Género: Heavy Metal
Duración: 50:54
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglesa
Cuando Lemmy Kilmister escribió la canción "Motörhead" para Hawkwind no se podía ni imaginar que ese tema (que definió años más tarde como "sólo otra canción") llegaría a convertirse en la canción más importante que escribiría jamás: "Motörhead" dio nombre al proyecto de su vida. Un monstruo que fue y es el epítome de la filosofía de vida de Lemmy: sexo, drogas y Rock'n'Roll a todo volumen.
Tras ser expulsado de Hawkwind, Lemmy tardó poco en poner en marcha su nueva banda. Bastard fue el nombre que propuso al principio. Lemmy se decantó por Motörhead, título del último tema que había compuesto para Hawkwind. En palabras del propio Lemmy la canción se adaptaba perfectamente a la música que quería para su banda: "fuerte, rápido, estridente, arrogante, paranoico, rock'n'roll a velocidad monstruosa”. El tema se convirtió rápidamente en el himno del grupo.
El heavy y el punk eran lo más potente de la época, ahora imagínense, al puro estilo de Superman en el cielo “¿Qué es eso? ¿Un avión? ¿Un pájaro? No ¡Es Superman!” ¿Qué es eso? ¿Punk? ¿Metal? No ¡Son MOTÖRHEAD! Algunos dicen que se acercan más al metal que al Hard Rock, otros dicen que se asocian más a THE DAMNED, SEX PISTOLS o RAMONES: Punk. Cierto que la corrosiva voz de Lemmy, su agresivo bajo, las veloces guitarras y la impactante batería eran más fuertes que cualquier grupo de Hard Rock de la época, pero etiquetarlos como simple Heavy Metal sería un error. Ellos eran la combinación de la música más dura, revestida en el puro Rock N´Roll; ante todo son eso, Rock N´Fuckin´Roll. “The Train Kept A-Rollin'”, “Motörhead”, “Vibrator” o “Keep Us on the Road” son PUTO ROCK, del que se puede bailar, con ese ritmo del demonio que se te mete como gusanillo y hace que tu pie se mueva al compás de la música incontrolablemente. El poder de esta música hacía creer a las abuelas que sus nietos estaban poseídos, y no les quito la razón, porque cualquier canción de Kilmister inducía al trance hipnótico de sus sucias notas, hirientes como ellas solas, mostrando una pasión que es imposible ignorar si estás vivo.
“Sonamos como si fuéramos punks, pero tenemos aspecto de metaleros. De todas formas, yo siempre me he sentido más punkie que heavy. Lo llamo Rock ‘n’ Roll, pero si tuviera que decantarme por una u otra parte diría que tenemos más en común con el punk que con el heavy metal, de hecho, salimos al mismo tiempo que los punks.” - Lemmy Kilmister
Lemmy Kilmister fue todo un ícono, no de una generación, no, por lo menos de 4 generaciones. Solo sus verrugas y sombrero escupían a todo. El señor Kilmister era esa persona que quieres ser, pero nunca te atreves. Vivió la vida como le dio la gana “Born to Lose, Live to Win” ¡Qué jodan a las reglas! ¡Qué jodan a las consecuencias! ¡Qué jodan al mundo, no tengo nada que perder! Un verdadero Rockstar, él simbolizó la libertad y demostró que, por miedo a perder, terminamos sin ganar nada. Desgraciado Lemmy, te fuiste justo en mi cumpleaños, pero dejaste la Tierra habiendo hecho todo lo que quisiste, pocos se pueden vanagloriar de ello, muy poquitos.
El nacimiento de la leyenda fue un tanto peculiar: el bastardo de Kilmister fue expulsado de su banda madre HAWKWIND luego de pasar cinco días en la cárcel por posesión de drogas, aunque Lemmy dijo que fue por consumir las drogas equivocadas jojojojo (¡Ay Ian!). Tras salir de las rejas, decidió fundar su propia banda a la cual con dos huevos llamó BASTARD, pero su manager le sugirió cambiarlo para que pudieran salir en la radio, así que bautizó a su pequeño (por aquel entonces) engendro, MOTÖRHEAD, haciendo alusión a una canción que escribió en HAWKWIND. El nombre de “Motörhead” se refiere a un consumidor de anfetas, el nombre no pudo venir más a cuento, recuerden que esta banda nació por la posesión de drogas y el encarcelamiento de Ian Fraser “Lemmy” Kilmister. “La banda más sucia de rock and roll del mundo" puso su puño en la mesa y gritó “¡Abran paso y denme mi whiskey maldita sea!”.
Empezaron teloneando con bandas como THE DAMNED o BLUE ÖYSTER CULT en pequeños bares de mal haber, el power trío de Lemmy, Clarke y Taylor arrasaba con todos los locales, pero no todo fue bonito en sus comienzos. Como todo lo adelantado a su tiempo, fueron incomprendidos por muchos, la NME les dio el “premio” a “la mejor peor banda del mundo”. En el 77 la banda discutió mucho y en varias ocasiones la estabilidad era frágil. Tras batallones, tormentas y centellas, el grupo pudo sacar su álbum homónimo. El 1 de abril del 77, ya desesperanzados, decidieron dar su último concierto en el London Marquee Club. Un individuo llamado Ted Carrol estaba allí grabando, resultó que este hombre era director de Chiswick Records. Ted tuvo un ojo avizor más preciso que un francotirador veterano, tal vez sin saberlo, tenía entre manos a unas futuras leyendas. Es curioso, la historia de MOTÖRHEAD parece sacada de película, un mito, en el último aliento, a último momento apareció esta oportunidad justo cuando se desmoronaban. A sabiendas de que era su último chance, la banda grabó 13 pistas sin descanso en el transcurso de dos días. “Keep Us on the Road” habla precisamente de sus inicios, “The black things came from nowhere, But they couldn't beat the shield…”Nada ni nadie pudo con ellos. Carroll vio el entusiasmo y potencial de los muchachos, así que, les dejó el estudio unos días más para finalmente escoger 8 canciones: “Motörhead”, “Vibrator”, “Lost Johnny”, “Iron Horse /Born to Lose”, “White Line Fever”, “Keep Us on the Road”, “The Watcher”, “The Train Kept a-Rollin'”; 8 himnos eternos, 8 joyas atemporales.
El disco tuvo enorme éxito, hasta aparecieron en las listas británicas en el puesto 43, algo impensable para una música tan corpulenta y robusta, verdaderamente extrema. El aliento agónico les llegó a miles, la bestia imparable despertó, como el tren de “Orgasmatron” siguieron sónicos, veloces, sin detenerse.
El álbum abre con “Motörhead”, un cover de HAWKWIND que funcionó como método de venganza diciendo a lo alto “Miren bastardos, estoy en la puta carretera de nuevo y más fuerte que ustedes”. Esa apertura es una respuesta directa de Lemmy a sus ex compañeros, un puñetazo en toda la boca, un “jodanse”. Más acelerada, más agresiva, mostrando poderío y dominio sobre su pasado. La música de MOTÖRHEAD puede alimentar a una planta de energía, porque madre santa, cuanto vigor, un par de notas levantan a cualquier muerto de su tumba.
“Vibrator” rechulona, lasciva como ella sola muestra a la esencia del Rock N´Roll en su máxima expresión. Ese ritmo desenfrenado hace que se te meta el diablo por la espalda. El vibrador más que dar placer taladraba a cualquier groupie que se cruzara por el camino. Los estribillos se quedan grabados a fuego, riffs para la posteridad. Canción que deberían poner en las escuelas, aún con lo explícita que es, para que vean cual es la música de verdad, con dos cojones.
“Lost Johnny” y “The Watcher” son otras contestaciones a HAWKWIND. No me atrevería a decir que son mejores o peores, pero lo que sí puedo decir es que, a pesar de ser versiones, suenan totalmente frescas e innovadoras, con una fuerza nunca antes vista. MOTÖRHEAD son los padres del metal extremo (y de mucho punk extremo también), si hablamos de VENOM hablamos de unos MOTÖRHEAD satánicos, si hablamos de HELLHAMMER, unos MOTÖRHEAD “envenomizados” que copularon con DISCHARGE, si no referimos a BATHORY ídem de ídem, la actitud punk y suciedad de Lemmy es clara. Demasiado adelantados a su tiempo, ellos solos son padres de la movida extrema: thrash, death, black. Son claras las influencias de MOTÖRHEAD en pioneros como METALLICA u OVERKILL, incluso bandas mucho más lejanas como DARKTHRONE o BURZUM tienen la jodida suciedad de los cabeza de motor. La presencia es omnipresente, una de las bandas más grandes que ha parido el rock y el que lo ponga en duda le meto un hachazo en la cabeza al puro estilo de la portada de “What´s Wordsworth?”.
“Iron Horse/Born to Lose” es el preludio del estilo MOTÖRHEAD en todo su esplendor. Ya en su título guardaba la célebre frase del “Ace of Spades”. Decir más sería desperdiciar sudor para intentar describir la grandeza de este tema. ENORME canción para los restos, merece estar en todo tipo de museos para los anales de la historia.
“Keep Us on the Road” tiene unas letras espectaculares, transparente declaración de principios sobre sus inicios. Esta canción te la pones en la carretera manejando contra el imponente viento que mueve tu cabellera. Nada ni nadie nos detiene, una canción que muestra la posibilidad de todo y motiva a seguir tus sueños. Momento muy cursi para estar hablando de MOTÖRHEAD, mas coño, esta canción llega adentro.
El legado de estos tres chiflados es inconmensurable. Una banda que influyó y motivó a tantos a seguir sus sueños, que unió a varios mundos e hizo feliz a millones con su música merece que le alcen estatuas y altares por todo el globo terráqueo y hasta en Marte. “Motörhead” es un hito de la historia musical, un antes y un después. Snaggletooth un ícono y figura de varias generaciones, y se siguen adueñando de más, porque Lemmy, Phil “Animal” Taylor, ustedes no están muertos, siguen vivos en millones de fans que se llevarán sus discos a la tumba y ustedes estarán bailando en nuestras lápidas “Dancing on Your Grave”.
A esto no se le puede dar menos de cinco cuernos, ni con kilos de droga y alcohol entre pecho y espalda bajaría a esta obra maestra de los five horns.
“Motorhead, Remember me now, Motorhead alright”
Antes de que empiece el fin de semana, lo recordamos en el blog cabezón para que el primer disco de Motörhead quede registrado como el primer disco de Motörhead que aparece en el blog cabeza.
En esos comienzos, su sonido se mezclaba con ramalazos de rock psicodélico remanentes de Hawkwind, rock crudo y algo brutal, riffs de marcada base de blues y polvorientos destellos de lo que luego sería llamado heavy metal. Todo ello aderezado con la sonoridad y actitud propias del movimiento punk. Digamos que algo que era una mezcla de todo, pero que a su vez sugería algo nuevo por nacer. Nunca antes el rock'n'roll había sonado así de rápido, sucio y peligroso.
Muchos pueden decir que el legado de Motörhead no
conoce límites, incluso con su icono bajo tierra, su creador, el
nombrado por antonomasia como el gran macarra del siglo XX, más allá de
las odas espaciales originadas por Hawkwind, como primer proyecto de Lemmy Kilmister, su propuesta definitiva que hoy toma protagonismo esencial en nuestros “Clásicos Del Género”, cumplió en esta semana 40 años de su explosión inicial.
Todos sabemos que es religión discos como “Overkill”, “Bomber” o “Ace Of Spades”, que coño… hasta yo metería “Iron Fist”
y no será por cariño, sino por tener la cara dura de plantarse en medio
de los 80 con toda esa sabiduría gamberra en su interior, luchando
contra titanes del glam/heavy metal de aquellos tiempos y alargando la unión con Bronze Records desde “Overkill”, como distribuidora particular de los británicos.
Cuatro décadas dan para mucho, más sabiendo lo influyente que ha sido una banda como Motörhead para proyectos posteriores, sobre todo en esa gesta que consiguieron ellos sumergidos durante los inicios primitivos de un thrash tempranero, y la existencia del punk que protestaba a través de sus canciones, uniéndose a la ola del heavy metal fundado por Sabbath, Sir Lord Baltimore, Captain Beyond y los muchos que sentaron los precedentes a principios de la famosa década prodigiosa.
Con todo esto, uno de los mejores power trío que registraría la historia del género y formado ni más ni menos que por Eddie Clarke, Phil Taylor y el mismo Lemmy Kilmister, recogería el testigo de esta famosa alineación producto de los tiempos 60/70, que tiempo atrás plasmarían personalidades como Jack
Bruce, Noel Gallagher, Ginger Baker, Jimi Hendrix, Eric Clapton, Alex
Lifeson, Geddy Lee, Neil Peart, Les Claypool, Steve Ray Vaughan o el capitán Billy Gibbons, portador de llevar la voz cantante de esos barbudos de Texas, ZZ Top, dónde Motörhead, como creyentes de su disciplina, les dan un homenaje a lo grande con la genial “Beer Drinker & Hell Raisers”, plasmada cuatro años al lanzamiento original, en el legítimo “Tres Hombres” de la banda norteamericana.
Evidentemente
el debut de una banda que se unía como otra más del imperio británico
para darle color al universo rock en líneas generales, traería sus
frutos con los años venideros. “Todo es rock’n’roll” como muchas veces describiría el bueno de Kilmister,
gozando de un descanso merecido como dinosaurio de la especie y que sin
duda, significaría el principal escaparate de estos jóvenes Motörhead,
dispuestos a comerse el mundo con la primera de sus propuestas en este
debut homónimo. Una formación que innovaba más allá de lo mostrado en
aquellos tiempos, un nuevo giro de tuerca directo desde el corazón
británico con épicas en su interior como “White Line Fever”, en señal a la gran zurda de Seattle y un himno de su discografía y posterior lema, “Iron Horse/ Born To Lose”. Destacadas piezas que pronto pasarían al reconocimiento de las vitrinas de Motörhead como rezos de su encomiable discografía.
Lo curioso de todo esto es que Motörhead surgió desde la pobreza, ya que tiempo después de que el señor Ian Fraser (AKA Lemmy Kilmister) fuera expulsado de Hawkwind por su abuso a las drogas, su empeño por crear una banda acorde con el ADN que corría por su sangre, no sirviera para mucho con la contratación de sus dos primeras adquisiciones; Larry Wallis (guitarra) y Lucas Fox (batería).
Tiempo después, el bueno de Phil Taylor, entraría en escena, junto con Eddie Clarke, un año más tarde, dando provecho al empeño de Kilmister desde 1975, curso de los primeros ideales de un desconocido proyecto como Motörhead,
que obtendría su recompensa dos años más tardes, después de algunas
negativas de discográficas que acabarían cediendo a la gran verdad; la
encuesta que ellos mismos ganarían al premio “Worst Band In The World”. Con todo esto, en Abril de 1977, Motörhead era un sueño hecho realidad.
El homónimo trabajo de Motörhead se fabricó en dos días, así de simple, lo que en un principio era el préstamo de Ted Carroll, un buen amigo conocido de Lemmy,
en tiempos dónde el universo de la banda se desvanecía de forma
temprana, casi que hasta su extinción, fue este productor quién les
alquiló su estudio para la grabación de un single que se
acabaría convirtiendo en la consecución de 11 piezas, grabadas en 48
horas y en el recuerdo para muchos con el paso de los años hasta el
presente. Ante tal gesta, el bueno de Carroll decidió darles un tiempo extra y grabar hasta 13 temas de los que ocho de ellos, pertenecerían a este primer trabajo.
Es triste pensar que este primer disco de Motörhead
es también de los más infravalorados, pero esos 40 años de cursillo
intensivo, de eclosión para la historia a esas siglas que llevan las
NWOBHM, fueron influyentes para diversidad de estilos que obtendrían su
reconocimiento con el devenir de los años, y lo mejor de todo, sin
apenas ser reconocidos en el 77’, inspiraron lo que hoy en día
reconocemos como masas, desde músicos hasta fieles seguidores. Grandes
por los siglos de los siglos.
2. Vibrator
3. Lost Johnny
4. Iron Horse/Born to Lose
5. White Line Fever
6. Keep Us on the Road
7. The Watcher
8. The Train Kept a-Rollin'
Bonus Tracks:
9. City Kids (Single)
10. Beer Drinkers & Hell Raisers
11. On Parole
12. Instro
13. I'm Your Witch Doctor
Alineación:
- Ian "Lemmy" Kilmister / Bass, Lead Vocals
- Phil "Philthy Animal" Taylor / Drums
- "Fast" Eddie Clarke / Guitar
Comentarios
Publicar un comentario