Viene la segunda temporada del podcast sobre el acceso, seguiremos analizando las condiciones de la cultura en nuestros tiempos y sociedades, pero ahora con más enjundia y sapiencia. Damos la bienvenida a Mónica Valdez que se incorpora al equipo, trayendo una visión crítica soportada en la investigación que se realiza desde las ciencias sociales sobre estos y otros temas. Tendremos más invitadas e invitados y una visión mejor argumentada para el debate por la democratización del acceso a la cultura, tanto en el consumo como, sobre todo, en la creación. ¡Vámonos #porlalibre!
Han pasado algunas largas semanas desde que publicamos el último episodio de Por la libre, el podcast sobre el acceso, en el que discutimos diversos elementos del universo cultural en términos de cómo accedemos —o dejamos de acceder— a él. Concluida la primera temporada, los hablantes en ese medio, Alejandro Rubio y Carlos Maza (mejor conocido como Callenep), en diálogo con nuestra incipiente audiencia, encontramos límites en nuestra aproximación a los problemas de la propiedad intelectual y el acceso a la cultura. Ese diálogo se dio de manera particularmente enriquecedora con Mónica Valdez, socióloga especializada en estudios sobre juventud, quien nos hizo ver la necesidad de incorporar la perspectiva de género así como la dimensión de la creación cultural como correlato fundamental del consumo. Las puertas que se abrían con esto para la reflexión que veníamos haciendo sobre los derechos a la cultura eran gigantes.
Así, le propusimos a Mónica que se incorporara al podcast. No sólo aceptó sino que elaboró una maravillosa sistematización de lo conversado en los 18 episodios emitidos entre marzo y julio pasados y, gracias a ello, un derrotero de temas y posibilidades para amplificar tanto el contenido como la discusión y el alcance de Por la libre. Con este nuevo equipo hemos preparado un diálogo más consistente sobre estos temas y estamos en posición de arranque para la segunda temporada de Por la libre, el podcast sobre el acceso —sus derechos y sus izquierdas—, que promete una reflexión más profunda e informada sobre todo lo que hay que describir, descubrir, cuestionar, criticar y resolver para luchar contra las desigualdades culturales (que son a la vez políticas) que nos rodean.
A partir del próximo martes 14 de septiembre, ¡volvemos a rodar Por la libre!, ahora con la participación valiosísima de Mónica Valdez, con más invitados e invitadas especiales, más temas y aristas de nuestros problemas objetivo, y una conversación mejor informada.
Mientras tanto, invitamos a nuestros y nuestras escuchas a revisitar lo conversado hasta aquí:
1. “¿Se puede patentar el sol?”
Con la pandemia como entorno inevitable y las fórmulas de las vacunas “protegidas” a pesar de la necesidad imperiosa de su difusión, hablamos de acceso libre al conocimiento reconocido como derecho humano; de propiedad intelectual como producto social por la función social que tiene, e hicimos un poco de historia: la propiedad (intelectual) inicia con la imprenta. ¿Está la propiedad intelectual por encima de los derechos sociales?
Para determinar las condiciones de existencia de los regímenes de propiedad intelectual, nos adentramos en su historia, desde el famoso Decreto de la Reina Ana hasta la Carta sobre el comercio de libros de Diderot.
A partir del trabajo de Richard Stallman, la fundación por el software libre y la noción de copyleft, abordamos el impacto que las tecnologías digitales han generado sobre la propiedad intelectual y cómo desde entonces (las últimas décadas del siglo XX), se acrecienta la necesidad de discutir y modificar los marcos legales al respecto.
Las mitologías modernas: el mito de internet como puerta libre de acceso a la información, el problema de la neutralidad de la red (y la necesidad de mantenerla), la propiedad privada de medios e infraestructura que quizás deberían ser públicos, la posibilidad de abordar los medios digitales desde una perspectiva de derechos, no de negocios.
En conversación con el filósofo y ciclista Arturo Rubio, abordamos el problema del acceso en su más físico avatar: la calle, los espacios públicos y los conflictos que se generan en ellos, como ejemplos tangibles de lo que tiene que ver con el acceso a la información.
Descargar es resistir!, gritamos a voz en cuello, pues la ilusión de acceso que brindan las tecnologías de streaming nos ocultan la curaduría (comercial) que grandes monopolios hacen por nosotros, y hablamos de movimientos con retribuciones diferentes (disqueras, autoreproducción, resistencia a la escucha).
Uno de nuestros episodios favoritos, con Teresa Arias, directora de Canal Museal, como invitada, para extender la reflexión del acceso a ese espacio público y formador por excelencia que el el museo, y ampliar la reflexión hacia la noción de patrimonio.
Desde la reflexión benjaminiana (el arte y la reproductibilidad), la agarramos con los NFTs, novedosos items tecnológicos que apuntan a la condición de único de aquello que parecía no serlo: los medios digitales cuyas copias son indistinguibles del original. Hablamos del arte como gesto y de una postura que satisface la posesión pero no el derecho al acceso.
La piratería, el gran fantasma de la cultura y cómo puede privilegiar el interés privado por encima del interés público. También los mitos a su alrededor, como eso de que producto no vendido es pérdida; la condición ambigua de las tecnologías de reproducción casera (fotocopia y escaneo), el debate regalías vs. Ganancias, y cómo el régimen criminaliza al consumidor.
Llegados al episodio 10 nos dimos cuenta de los enredos en que nos habíamos metido e hicimos este programa para recapitular: derecho de copia y de reproducción; barreras para el acceso; condición del dominio público (y su posible relación con la idea de renta básica); posibilidades de vivir de producir cultura, etc.
Con subtítulo: “de los copyright bots a los bots poetas”, discutimos tecnologías (algoritmos) de detección automática de “violaciones” a la propiedad intelectual, así como tecnologías de producción cultural sin intervención humana. Acusamos al software de detección de plagio que usan en la academia y Mónica nos hizo ver que es software manejado efectivamente por humanos… Por aquí nació la inquietud, gracias a Mónica, de la ampliación del diálogo que redundaría en nuestra segunda temporada.
Con la intención de mostrar la infinita cantidad de producción cultural a nuestro alcance sin límites establecidos por los regímenes de protección de la propiedad intelectual, enumeramos y comentamos diversos repositorios libres, desde el Proyecto Gutenberg hasta Wikicommons. (La reflexión derivaría hacia los límites físicos del acceso, es decir, la conciencia de que una mayoría de la población global no cuenta con el acceso a internet que supondríamos universal; tema que será central —las brechas— en la segunda temporada)
Hablamos de sus condiciones pero en nuestros términos: análisis de la letra menuda en los contratos que establecemos al abrir una cuenta facebook o google, y la forma en que esos imperios manejan la información personal que les proporcionamos, así como la manera en que sus algoritmos publicitarios (y hasta políticos) “personalizan” su acercamiento a nosotros gracias al seguimiento de nuestros hábitos en línea.
Otro capítulo preferido, en que entrevistamos a Natalia Durand y a Pirateca.com, sobre su visión ante el acceso (“Los libros no se roban, se expropian”) y sus acciones de reproducción digital (escaneo) y puesta a disposición de todes de libros especialmente elegidos.
Luego de “Ciudad Acceso” y Pirateca, hicimos otro paseo, esta vez a través de los callejones traseros: por las diversas y creativas estrategias de acceso subversivo (no autorizado) que desarrollan iniciativas como la de Pirateca (y la de Cabeza de Moog) por todos lados.
A partir de las colectivas italianas agrupadas bajo la identidad de este personaje inexistente, Luther Blissett, abordamos una interesantísima forma de libertarismo cultural: el anonimato, que llega hasta nuestros días en experiencias como poesiasub25.com.
El documental The Patent Scam nos permite conversar sobre los monstruos generados en los EUA por la particular legislación de patentes de aquel país: casos absurdos de patentes inventadas que permiten demandar a creadores y emprendedores que sí trabajaron. Aquí también hablamos sobre las diferencias entre patente (para inventos y técnicas) y propiedad intelectual (para creaciones culturales), y argumentamos más sobre la necesidad de revisar el marco legal alrededor de la creación y el consumo cultural.
En el último episodio de la primera temporada, analizamos las variables que permiten la apropiación de espacios y eventos que parecen públicos por marcas comerciales y cómo condicionan nuestra forma de aproximarnos a ellos (desde la adición del logo de YouTube a un gran teatro, hasta el apellido-marca que grita el locutor de un partido de futbol, como “¡Tiro de esquina Porlalibre” (no es cierto, no tenemos para pagar algo así).
Te invitamos a escuchar cualquiera de los programas realizados mientras nos preparamos para el inicio de esta segunda etapa del podcast sobre el acceso.
¡Vámonos por la libre!
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