Entre la gente de la música hay una consigna que espanta a la mala suerte y se cree que trae buenas ondas: “Pugliese, Pugliese, Pugliese”. Hace muchísimos años, este eximio pianista y creador compuso un tema que ingresó en la Historia grande del tango: La Yumba. La canción fue escrita en un bar del barrio de Villa Crespo, de donde era oriundo Osvaldo. Muchos años después, un grupo de gente solidaria decidió fundar una cooperativa de consumo y no tuvo mejor idea que bautizarla con el nombre de aquella canción. A continuación, la nota que realizó Jorge Garacotche a las compañeras de La Yumba, Cooperativa de Consumo, que hacen una tarea solidaria y política extraordinaria.
Por Jorge Garacotche
Con Fervor estuvo con Mini Pérez, una de las fundadoras de la Cooperativa de Consumo La Yumba. La historia no comienza en estos días, sino, que este hermoso grupo de gente solidaria viene batallando por un país mejor desde los aciagos tiempos de la crisis del 2001. Instalados, desde hace tiempo, en La Comuna 15, en el barrio de Chacarita, se cargan al hombro la notable idea de interceder entre los productoras/es y los consumidoras/es haciendo mucho más humano ese punto de encuentro. Uno sabe que todo está servido para deprimirse, para asustarse, para ver que un fantasma recorre Buenos Aires: el de la derecha. Pero, siempre, hay gente que trae el antídoto salvador. Siempre, estarán aquellas personas que no paran de fabricar vacunas contra el miedo, contra la desazón y son tan heroicas/os que no hay inflación que las/os asuste.
Con Fervor: ¿Qué recordás de los duros tiempos en que surgieron las asambleas barriales, allá por el 2001, y de lo que se veía en la Comuna 15, en particular? ¿Cuál era la sensación que ustedes observaban entre la gente del barrio?
Mini Pérez: Bueno, lo que puedo decir es que recuerdo que, en ese tiempo de diciembre del 2001, había un gran hartazgo en la gente, una situación que ya venía desde hacía tiempo. Surgían los piquetes, precisamente, los piqueteros que nacieron en esa época como una forma de lucha alternativa, dado que no había trabajo en las fábricas y, entonces, ya no era la huelga el mecanismo para estar y hacerse visibles, sino, que la lucha fue a través de los piquetes y los cortes de calles y rutas.
El otro momento importante que fue surgiendo en este período fue el de las fábricas recuperadas, porque, cotidianamente, quebraban empresas, se vaciaban fábricas y, ante esto, las obreras y los obreros lo que hicieron fue tomar el control, en muchos casos, en sus manos de esas empresas o fábricas. En nuestro barrio, Villa Crespo, Chacarita, la Comuna 15, en esa época, sucedió la toma, por ejemplo, de la Cooperativa Arrufat, de chocolates, o de la fábrica Grisinópolis, de grisines, tomas que conmovieron al barrio. Fueron situaciones en las cuales las/os obreras/os tomaron el control de las fábricas.
La crisis se fue agudizando entre las/os vecinas/os y decidieron salir a las calles. Particularmente, en el momento en que De la Rúa decreta el Estado de Sitio. En muchos casos, uno ni recuerda cómo, pero, salíamos de las casas y nos íbamos encontrando en la Plaza de Mayo. Así empezamos a reunirnos en las esquinas y la consigna, en ese momento, el “que se vayan todos”, tenía que ver con que ya no se confiaba en el sistema político. Recordemos que el ministro de economía, por ese entonces, era Domingo Cavallo. Recuerdo, perfectamente, el momento en que renunció De la Rúa y justo estábamos yendo a la Plaza de Mayo y fue un gran festejo popular.
Así nacieron, en las esquinas, las asambleas populares, donde todo entraba en debate: la salud, la educación, la situación de las empresas públicas que habían sido privatizadas, absolutamente todo estaba, en ese momento, en debate y las/os vecinas/os opinaban y se organizaban.
CF: Luego de vivir semejante experiencia social, ¿cómo se fueron integrando al proceso político que arrancó en 2003, con la llegada de Néstor Kirchner y la inclusión de los movimientos sociales?
MP: En el caso de la Asamblea de Juan B. Justo y Corrientes, fue una de las que pudo continuar luego de los sucesos del 2001. Nosotros nacemos en enero de 2002 y somos un desprendimiento de la Asamblea que estaba en Scalabrini Ortíz y Corrientes. Todo eso se daba en Villa Crespo. Empezamos a reunirnos en Juan B, Justo y Corrientes, sin local propio, hasta que conseguimos uno. Lo cual fue muy importante para la continuidad de la Asamblea, porque, esto nos permitió hacer muchas actividades. Primero, estábamos en Humboldt y Corrientes, hasta que nos desalojaron y, al poco tiempo, logramos abrir el local que tenemos hasta este momento en comodato, aquí, en la avenida Jorge Newbery 3691.
Ahí se desarrollaron múltiples actividades. Entre ellas, una olla popular que era muy numerosa, porque, en ese momento, había mucha gente en situación de calle, muchísimos eran cartoneras/os que trabajaban en el barrio. Llegamos a recibir más de 200 personas en promedio y hubo días en que se acercaban casi 300 personas al local. La integración al proceso político que se inicia con el kirchnerismo se dio discutiendo, observando, comenzando a participar. La Asamblea siguió con su funcionamiento horizontal, no nos metimos en ningún partido político, así que nadie nos decía desde arriba dónde teníamos que ir y, en ese debate, encontramos que muchas de las reivindicaciones por las cuales veníamos peleando, por ejemplo, los Derechos Humanos, el gobierno de Néstor las iba cumpliendo.
CF: ¿Cómo se fue formando la cooperativa La Yumba? ¿Cómo nació la idea de una cooperativa de consumo?
MP: Y, al poco tiempo de semejante experiencia social y política, alguien preguntó cómo continuar. Una posibilidad eran las compras comunitarias, pero, la verdad es que muchas/os ya habíamos hecho la experiencia y no quedamos conformes. En el caso de la Asamblea, por ejemplo, estas compras comunitarias no nos habían dejado un saldo organizativo, habían solucionado un tema importante en el momento, pero, no había funcionado como queríamos, teníamos dudas. Alguien propuso, entonces, armar una cooperativa de consumo y yo le digo, sin vergüenza, sin saber muy bien cómo iba a ser esto, qué significaba. Pero, nos parecía una buena propuesta, o sea, la base era organizarnos entre las/os consumidoras/es de manera cooperativa y decidimos llevarlo a cabo.
CF: ¿Cómo definirías la propuesta de La Yumba en el contexto de la Economía Popular?
MP: En el caso concreto de nuestra cooperativa de consumo, la propuesta es lograr llegar al productor en forma directa, como es en el caso de La Cooperativa 1610, de Florencio Varela, a quien le compramos, directamente, sus bolsones agroecológicos sin tener intermediarios. La tarea que realizamos es la de acercar a las/os consumidoras/es a quienes producen alimentos. Pero, tampoco, lo hacemos de cualquier manera.
Al comienzo, sólo buscábamos cuidar el bolsillo. Luego, a medida en que recorrimos ese proceso fuimos buscando otros elementos. Por ejemplo, en el caso de los bolsones de verdura necesitamos que fueran agroecológicos; la manera en que se produjeran tenía que ver, justamente, con las formas cooperativas de organización. En muchos casos, le compramos a fábricas recuperadas, donde, verdaderamente, sabemos que el dinero que estamos gastando para comprar nuestros productos va a parar, directamente, al bolsillo de las/os obreras/os de la manera en que ellos se hayan organizado. Entonces, esta es otra de las propuestas: que el dinero del consumo vaya, directamente, a quien corresponde, sin intermediaciones parasitarias.
CF: En un momento en que la inflación alta, por un lado, y el accionar y la irresponsabilidad de los formadores de precios, por otro, parecen torpedear todo proyecto popular cooperativista, una propuesta como la de La Yumba, ¿cómo se para en medio de sectores tan sacudidos?
MP: Es muy difícil en un momento como este, con una inflación tan grande, poder llevar adelante una propuesta como la de nuestra cooperativa. Más que nunca hay que hablar a las/os consumidoras/es acerca de adónde tiene que llegar el dinero. Por supuesto que nosotros no incrementamos para nada los precios, salvo en la medida en que se aumenta. Porque, nuestros proveedores no tienen más remedio, en muchos casos, que hacerlo, ya que, los insumos básicos en el tema de los alimentos están tremendamente concentrados. En este sentido es muy complejo lo que ocurre con la harina o con el aceite, por ejemplo, que hacen dificilísima esta circunstancia.
La Yumba tiene que moverse entre una capacidad adquisitiva que va bajando y que, además, está muy deteriorada y unos precios que suben más allá de la voluntad de las/os productoras/es por estos grandes formadores de precios. Por eso, es imprescindible que, en una circunstancia como esta, intervenga fuertemente el Estado para proteger este valor adquisitivo del dinero de las/os trabajadoras/es.
Es muy importante que la gente se acerque a La Yumba, para eso, abajo les dejamos los modos de comunicación y los lugares de entrega.
Contactos para comunicarte con La Cooperativa La Yumba:
- Teléfono: 15 – 2877 – 3169.
- Mail: cooperativalayumba@gmail.com
- Avenida Jorge Newbery 3691
- Anexo Villa Crespo: Camargo 456
Jorge Garacotche - Músico, compositor, integrante del grupo Canturbe y presidente de AMIBA (Asociación Músicas/os Independientes Buenos Aires). Vive en Villa Crespo, Comuna 15, CABA.
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