Se está publicando en estos días el nuevo libro de Carlos del Frade, "45 x 45. 45 números y frases a 45 años del golpe de 1976" que dan cuenta, en números e historias, de la gran tragedia argentina que representó ese período de la historia. Hace poco más de un año, dejamos atrás un gobierno neoliberal que vino a aplicar las mismas recetas económicas que los genocidas: endeudamiento, fuga de capitales y aniquilamiento de la industria nacional con apertura indiscriminada de importaciones. Los 45 años del inicio de la dictadura cívico militar, nos encuentran atravesando ya el segundo año de la pandemia que modificó nuestras vidas por completo, imposibilitando, entre otras cosas, que se realice la tradicional marcha con destino a Plaza de Mayo. El pedido de Memoria, Verdad y Justicia se traslada a jornadas locales a lo largo y ancho del país, participando en la convocatoria de los Organismos de Derechos Humanos a plantar 30 mil árboles para recordar a las y los desaparecidos y, así, sembrar futuro. La Memoria necesaria para evitar nuevos horrores. Aquí el prólogo del libro que no es otra cosa que seguir plantando la Memoria en nuestros cerebros, en nuestra piel, nuestra carne, nuestras vísceras y nuestros corazones.
Por Carlos del Frade
El pasado sigue abierto en el presente por las pesadillas impunes y los sueños colectivos inconclusos.El proyecto político del golpe iniciado el 24 de marzo de 1976 fue subordinar la vida de las grandes mayorías a las imposiciones del capital financiero.
Lo productivo debía desaparecer en la Argentina.
El dinero debía multiplicar al dinero, filosofía del casino y cuando las cuentas del estado estuvieran al rojo vivo, la solución vendría del gran negocio de los bancos extranjeros a través de préstamos y la perversa bicicleta de la deuda externa.
El derecho laboral, construcción colectiva de generaciones y generaciones argentinas, llamado peyorativamente “el costo argentino”, debía limarse casi hasta la extinción.
Por eso seis de cada diez personas desparecidas eran jóvenes trabajadoras y trabajadores menores de treinta años.
Por eso seis de cada diez personas desocupadas son jóvenes entre quince y treinta años.
Y seis personas detenidas de cada diez en las principales cinco provincias argentinas son jóvenes entre quince y treinta años.
El triple 6, la metáfora bíblica de la bestia apocalíptica que, en este caso, revela una clave de la historia profunda de la Argentina de los últimos 45 años.
Desaparecidos, desaparecidas, desocupadas, desocupados, detenidas y detenidos tienen entre quince y treinta años.
La bestia es la configuración política del capitalismo que siempre castiga a quienes tienen por impulso biológico y cultural producir las necesarias transformaciones en la sociedad.
Pero los últimos años confirmaron la idea fuerza que casi en clave literaria repetimos desde hace tiempo: el pasado sigue abierto en el presente.
El proyecto político económico que impulsó el macrismo tuvo el mismo objetivo que la dictadura, el reemplazo de la producción por la financiarización de la economía.
El estado colonizado a favor de los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, la multiplicación de la deuda externa, la demolición del derecho laboral, la desarticulación de la salud y la educación y el lavado de dinero como verdadero canal de circulación de la riqueza argentina.
Aquello se hizo con botas, 45 años atrás; el macrismo, ahora, lo realizó con votos.
Por eso la permanente necesidad de la memoria y la construcción de conciencia crítica para evitar una nueva etapa del saqueo planificado que solamente democratiza el dolor y la violencia.
Desde Santa Fe asistimos a la permanente renovación del pasado impune: la continuidad de los juicios de lesa humanidad tendrán en 2021 la posibilidad de reconstruir la historia de otro centro clandestino de detención como la llamada “casa de los comandantes”, entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez, al mismo tiempo que se encontraron miles de hojas que remiten a los archivos de la persecución estatal desde los años sesenta en adelante, una verdadera burocracia que alimentaría el terrorismo de estado desde el 20 de marzo de 1975, cuando fue invadida Villa Constitución.
Y a nivel nacional todavía subsisten casi dos mil leyes que vienen de las diferentes dictaduras, desde la ley de sociedades, quiebras hasta la ley de entidades financieras que marcan la impunidad del poder económico concentrado.
De allí que también este libro incluya la presentación sobre los delitos de lesa humanidad ocurridos en Vicentín, una verdadera síntesis del capitalismo argentino, desaparecedor y fugador.
Añadimos, además, un proyecto de comunicación sobre la necesidad de construir memoria sobre la masacre de los pueblos originarios, como lo sucedido en 1887 en San Antonio de Obligado, en el norte provincial.
Por otro lado agregamos un informe sobre los grandes medios de comunicación y el poder económico que hicimos en 2019 para saber qué significa hablar de información en la Argentina del tercer milenio.
De tal forma, nuestra esperanza es que este trabajo llegue a manos de todas las generaciones pero especialmente a las nuevas camadas que parieron la revolución feminista, la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y los movimientos ecologistas como también las delegadas y los delegados que emergen en distintos puestos de trabajo.
Porque la memoria no sirve para el pasado, si no para tener conciencia en cada presente del sueño colectivo inconcluso de ver en el trono de la vida cotidiana a la noble igualdad.
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