Piazzolla, el Rock y la Dictadura (III): Tiburones y Lagartos, Sublime y Abyecto
De
Moebius8
El primer músico que aparece en el video que se puede ver al final de este párrafo es Tomás Gubistch, jovencísimo, recién salido de Invisibe. Toca solo el pasaje inicial de esta versión de "Libertango", un ejemplo notable de la música que Piazzolla estaba haciendo en Europa durante la segunda mitad de los 70. El resultado es tan deslumbrante que es imposible adivinar que esa banda vivía por esos días en un ambiente tóxico. Piazzolla maltrataba a sus músicos, los acusaba de no estudiar, les pagaba menos que lo que correspondía por trabajar en la grabación de un disco en vivo, los acusaba de comunistas. Lo peor no es eso: la gira europea estaba financiada por la dictadura para contrarrestar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos en Argentina, "la campaña antiargentina en el exterior". Gubistch, el pibe que empieza a tocar en el video, fue a la gira sin saber que los bancaba la dictadura. Cuando antes de un show, Piazzolla les ordenó a los músicos que en el escenario no dijeran nada contra "la Argentina" porque esa noche iban a estar presentes oficiales de la Embajada, a Gubistch le cayó la ficha. A propósito, metió en su solo una cita de "Hasta siempre, comandante", la canción dedicada al Che. Piazzolla le dirigió una mirada furiosa. Además, como se estaba grabando el disco en vivo, Astor gastó horas de postproducción en borrar obsesivamente todo rastro de ese pasaje subversivo.
Por Oscar Cuervo
En entrevistas concedidas a revistas masivas como Gente y Radiolandia, Astor se quejó de que sus jóvenes músicos, reclutados pocos meses antes en el ambiente del rock progresivo, fueran un grupo de ególatras, izquierdistas y drogadictos. Omitía que la raíz del conflicto se hallaba en que ellos descubrieron durante la gira el compromiso de su jefe con el régimen. En el clima de terrorismo de estado de aquella época, Piazzolla pasó de la autocensura a la delación pública. ¿Existe un pecado más bajo que buchonear a tus compañeros en medio de un genocidio? Eso le ocasionó al joven Gubistch que el consulado le tratara de imponer una declaración de arrepentimiento: querían que diga que había sido "adoctrinado por elementos sediciosos del terrorismo internacional", algo que el pibe rechazó con una puteada. El joven Gubistch, que tenía todo para ganar como parte de la banda de uno de los músicos más prestigiosos y exitosos de esa época, prefirió perder ese lugar de exposición. Las historias se pueden contar desde diversas perspectivas y Piazzolla eligió la más favorable para él. A las quejas sobre el izquierdismo y la drogadicción de ellos, agregó una excusa sobre sus propios límites estéticos:
"Los franceses, que conocen muy bien mi obra, me hicieron una especie de planteo. «¿Qué le pasa, Piazzolla? ¿Qué hace con este conjunto? El mundo está lleno de guitarras y bajos eléctricos, de sintetizadores y órganos. Así es uno más. Pero con instrumentos acústicos usted tiene uno de los mejores conjuntos del mundo, vuelva al Quinteto». Lo pensé y me dije: esta gente tiene razón. Yo soy Piazzolla, mi música tiene que ver con el tango. ¿Qué tengo que ver yo con la fusión jazz rock?". Así recapacita sorpresivamente Piazzolla, quien nunca estuvo predispuesto a ceder a las demandas de los que pedían que "volviera al tango" y de repente se dio cuenta, por lo que le decían unos franceses, que había perdido el entusiasmo que poco antes alardeaba sobre los jóvenes músicos de rock.
Su actitud de buchón de los milicos o el almuerzo con Videla no agregan ni quitan nada a la calidad de su música. Pero esta pincelada enriquece al personaje y permite complejizar la mirada hacia un artista al que su obra nunca puede quitarle su carácter terrenal. La obra resiste las agachadas del creador. Esto vale para Piazzolla y para cualquier otro.
En estos días hay una serie de HBO, Allen vs Farrow,
que propicia el clima de cancelación que está sufriendo la obra de
Woody, basándose en una manipulación de testimonios que cualquier
documental puede hacer fácilmente para poner al espectador en el lugar
de juez. Entre las "pruebas incriminatorias" contra Allen, la serie de
HBO incluye fragmentos de películas del cineasta que "demostrarían" que
es un pedófilo. [Vean la interesante nota que escribe al respecto Hernán Schell en A Sala Llena]
En los años 90, cuando este clima de cancelación todavía no tenía el impulso actual, en la revista Parte de Guerra publicamos tres notas que ahora suenan premonitorias.
En
1946 un sector de la izquierda europea, siguiendo la huella de György
Lukács, había dictaminado que la literatura de Kafka conducía a un
pesimismo reaccionario, por lo que consideraba la posibilidad de que se
hiciera efectiva la voluntad expresada por Kafka a su amigo Max Brod y
que su obra inédita (la mayoría de lo que escribió) fuera, diríamos hoy,
cancelada. Action, una revista comunista francesa hizo la encuesta "¿Hay que quemar a Kafka?". El cuestionario se componía de tres preguntas:
1)
¿En qué medida juzga usted que los imperativos sociales y políticos
deben regir las formas y los temas de la obra literaria? ¿Es usted de la
opinión de que el escritor puede decir aquello que le plazca, sin otra
preocupación que la calidad auténtica de su obra?
2)
¿Qué piensa usted de la LITERATURA NEGRA? ¿La juzga usted moralmente
nociva y socialmente reaccionaria? ¿La condena usted en bloque, o cree
que hace falta distinguir diversas variantes, más o menos justificables?
3)
¿Piensa usted que la literatura de nuestro tiempo debe ser una
literatura OPTIMISTA? ¿En qué sentido entiende usted esa palabra?
En Parte de Guerra repusimos esa pregunta en tapa con intención provocativa y nuestra línea editorial resaltaba el ridículo del mero planteo.
En los 90 hubo otras tendencias anticipatorias de la cancel culture: el chileno Víctor Farías escribió Heidegger y el nazismo,
acopiando documentos que reafirmaban los ya conocidos vínculos del
filósofo suavo con el partido nazi en 1933. La publicación del libro de
Farías reavivó la tendencia a destituir su obra filosófica. En Parte de Guerra hicimos un dossier criticando
esa operación obtusa de sectores filosóficos que pretendían "refutar"
la filosofía de Heidegger sin leerla. Algún lector se mostró molesto
porque hubiéramos destacado los aportes de su pensamiento para
comprender el mundo actual, como si eso nos hiciera complacientes con el
nazismo.
Por
los mismos años se reactivó el asunto de la presunta pedofilia de Lewis
Carroll, su inclinación a vincularse con niñas y sacarles fotos, que
siempre fue conocida y discutida. Una de esas niñas era la propia
Alicia, a la que Carroll le dedicó Alicia en el país de las maravillas.
En la revista sosteníamos el absurdo de quienes querían condenar la
obra de Carroll por estas sospechas. También recibimos en el correo de
lectores la carta de una psicoanalista de renombre, indignadísima porque
le parecía que la nota era (o corría el peligro de ser) una suerte de
apología encubierta de la pedofilia.
Hace días vi la interesante película Los años del tiburón
de Daniel Rosenfeld y pude constatar que esquiva con aplicación el
asunto del colaboracionismo y la delación de Piazzolla. El tema del
almuerzo con Videla se resuelve cuando su hijo aparece alegando que la
dictadura lo había "obligado" a ir a almorzar con el genocida y que él
fue por miedo. La película no avanza más allá de esta excusa
inverosímil. ¿Quién podía obligar a la personalidad indómita del cazador
de tiburones, una celebridad internacional, a almorzar con un milico?
Quizás su autor haya considerado que incluir una nota muy oscura de la
vida de Piazzolla podría disminuir la grandeza de su música u obstruir
la fluidez del relato. El almuerzo apareció en esa época en la tapa de
los diarios, lo que produjo una grave ofensa en Diana, la hija de
Piazzolla, militante del Peronismo de Base exiliada por entonces en
México, cuyo segundo marido estaba encarcelado por la dictadura, que
inició a partir de esto un distanciamiento con su padre que duró muchos
años.
Rosenfeld
no hurga en ese episodio, en cierto modo modo fundante de su propia
película, en gran parte basada en los testimonios que Diana tomó de su
padre años después, cuando aceptó el perdón que Astor le pidió por su
defección. La película habría sido inquietante y más interesante de lo
que ya es: ese tipo genial quedó asociado a uno de los momentos más
negros de la historia argentina. Había hecho la más maravillosa música,
había conocido a Gardel, a Borges, a Troilo, con todos ellos compartió
sus obras artísticas y no se trató de simples cruces casuales. Piazzolla
y la dictadura es una clave y un clavo doloroso de la Argentina. El
reencuentro de Diana con Astor del que salen muchísimos de los
testimonios que la película expone es el consecuente de su anterior
desencuentro.
El asunto aparece relatado en tres libros: el Astor de Diana, Piazzolla. El malentendido de Diego Fischerman y Abel Gilbert y Tigres en la lluvia de Martín Graziano y en sendas notas de Página 12 [acá y acá].
En cambio, la canonización de Piazzolla alcanza a un tipo tan suspicaz e
implacable como Horacio Verbitsky, quien hace pocas semanas cayó él
mismo en desgracia por el llamado "vacunatorio VIP" y debe estar
sufriendo ahora el clima de cancelación que hoy impera. Verbitsky es un
gran admirador de Piazzolla, al que llama con veneración "Pantaleón", su
segundo nombre. Cuando Verbitsky vio Los años del tiburón salió naturalmente conmovido. Al final de una nota sobre la película,
en febrero de 2019, lanza una advertencia a un comentador anónimo del
sitio web que se dedicaba a criticar los textos sobre música de El Cohete a la Luna: "Al
tonto que todas las semanas cambia de nombres para abominar de la
música, de mí puede decir lo que quiera, que me trae sin cuidado. Pero
si se mete con Astor, lo bloqueo de un clic. Es una cuestión de
proporciones". Verbitsky no mostró la misma flexibilidad al condenar
el presunto colaboracionismo del obispo Beergoglio con la dictadura.
Hizo valer las dudas contra Bergoglio, pero fue inusualmente indulgente en favor de Astor.
Hoy,
en plena revolución de las mujeres contra el patriarcado, no parece
plausible esquivar el ninguneo de Piazzolla hacia Amelita Baltar. En su
reencuentro con su hija Diana, él le pidió que escribiera el libro de su
vida, con una sola restricción: que no mencionara a Amelita, pedido que la película no explicita. Ella fue la compañera en dos momentos muy notorios de la obra de Astor: la ópera María de Buenos Aires
y su canción más popular, "Balada para un loco", cuyo estreno provocó
un sonoro escándalo y un éxito inmediato. Así como la película dedica
una secuencia al primer divorcio de Astor, la figura de Amelita queda
reducida a su mínima expresión, aparece y desaparece de pronto y sin por
qué, como cumpliendo a medias el mandato de Astor. ¿Por qué Astor la
quiso borrar? ¿Por qué la película la deja en esa zona imprecisa?
Probablemente
incluir estos aspectos podría ser interpretado como un intento de
desvalorizarlo como artista. El campo de batalla se dividiría entre
quienes lo defenderían negando su colaboracionismo y su machismo y otros
que sobre esa misma base propondrían cancelarlo. Yo creo que ese
contraste violento entre lo sublime y lo rastrero es lo más interesante
para pensar el arte.
Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim
Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,
Se viene el fin de semana largo y nosotros no apareceremos hasta el lunes, así que siempre tratamos de dejarles varias cosas para que se acuerden de nosotros. Y esta vez es Felicia quien nos trae nada más y nada menos que a Pink Floyd en una de sus muchas, muchísimas remasterizaciones y reediciones, esta vez se trata de su discografía que va de 1967 hasta 1987, laburada por el reconocido ingeniero de sonido Doug Sax, que según dicen los entendidos es quien mejor ha podido plasmar el sonido Floyd, o al menos uno de los que mejores resultados ha tenido. Y con esto cerramos otra semana a pura música, sorpresas y ganas de romper las pelotas, otra semana típica en el blog cabeza. Artista: Pink Floyd Álbum: Doug Sax Remasters Año: 1967 - 1987 Género: Rock Psicodélico / Rock progresivo Referencia: Pink Floyd Ilustrado Nacionalidad: Inglaterra Pink Floyd supone todo un jardín de ediciones para perderse. He escuchado muchas diferentes, aunque no sé si todas porque hay una b
Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer
Tras el impresionante "La Potestad" en el 2015, y casi diez años después llega el nuevo y magnífico álbum del multiinstrumentista Alejandro Matos "Carnaval De Las Victimas", otro trabajo de primer nivel que para constatarlo se puede ver simplemente el lugar que ocupa en Progarchives, dentro de los mejores discos del este año 2024 a nivel mundial, y con eso ya nos damos una idea de la valía de este nuestro trabajo, donde Alejandro Matos se ocupa de todos los instrumentos salvo la batería, conformando un trabajo oscuro, cinematográfico, elegante y ambicioso, y toda una reflexión sobre los tiempos que corren, en base a buenos riffs y melodías cautivadoras, hasta su bucólica y triste belleza. Un trabajo que llevó tres largos años, que cursa su travesía desde un medio tiempo en casi toda su extensión y se escucha como un oscuro regalo de los dioses... o de los demonios, uno vaya a saber, pero que definitivamente tenemos que recomendar al selecto público cabezón. Ide
Empezamos la semana con la nueva versión del "Red" de King Crimson, seguimos luego con Bill Bruford´s Earthworks y parece que seguimos en la misma onda porque ahora presentamos, gracias al Mago Alberto, algo recién salido del horno: "The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years", que no otra cosa que una retrospectiva completa que cubre amplias franjas del trabajo del legendario baterista, desde su homónima banda de jazz-rock hasta la encarnación final de su célebre banda de jazz Earthworks, un conjunto de tres discos que está lleno de numerosas colaboraciones; su compañero de Yes Patrick Moraz, el pianista holandés Michiel Borstlap, Luis Conte, Chad Wackerman y Ralph Towner, entre otros. Artista: Bill Bruford Álbum: The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years Año: 2024 Género: Jazz Rock / Fusion Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea. Nacionalidad: Inglaterra Ante
Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos
Javier Milei fue aplaudido por gerentes y empresarios de los grupos económicos reunidos en el Coloquio de IDEA. Aplaudían que la economía argentina está siendo devastada para ponerla al servicio de su propia rentabilidad. Aplaudían radicalidad ideológica y salvajismo político. Aplaudían una democracia raquítica. Y también el estado de salud de un peronismo que discute el tamaño del ombligo de sus dirigentes. Justo un 17 de octubre, cuando tendría que estar pensando en cómo combatir al capital. Por Fernando Gómez Los aviones privados se agolpaban en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Mar del Plata. Trasladaban a los empresarios que se reunieron en la 60ª edición del “Coloquio de IDEA” con un interrogante que denota la ofensiva desatada por los sectores más radicalizados ideológicamente de las clases dominantes en la Argentina: “Si no es ahora, cuándo”. El Coloquio de IDEA es un espacio de lobby y presión política de los principales grupos económicos que operan en la
Y ya que nos estamos yendo a la mierda, nos vamos a la mierda bien y presentamos lo último de Charly, en otro gran aporte de LightbulbSun. Y no será el mejor disco de Charly, ya no tiene la misma chispa de siempre, su lírica no es la misma, pero es un disco de un sobreviviente, y ese sobreviviente es nada más y nada menos que Charly. No daré mucha vuelta a esto, otra entrada cortita y al pie, como para adentrarse a lo último de un genio que marcó una etapa. Esto es lo que queda... lanzado hoy mismo, se suma a las sorpresas de Tony Levin y del Tío Franky, porque a ellos se les suma ahora el abuelo jodón de Charly, quien lanza esto en compañía de David Lebón, Pedro Aznar, Fito Páez, Fernando Kabusacki, Fernando Samalea y muchos otros, entre ellos nuestro querido Spinetta que presenta su aporte desde el más allá. Artista: Charly García Álbum: La Lógica del Escorpión Año: 2024 Género: Rock Referencia: Rollingstone Nacionalidad: Argentina Como comentario, solamente dejar
Y para empezar la semana siempre vamos con algo bueno ¿Y qué decir de esto que ahora nos trae El Mago Alberto?, tenemos uno de los disco claves del Rey Carmesí con temas inéditos, y me copio de uno de los comentarios de esta entrada: "El último gran álbum de los mejores King Crimson, los de la década de los ’70, veía la luz en aquel Noviembre de 1974. "Red" nacía proyectando su propia sombra densa, vestida de elementos de su sinfónico pasado, de un oscuro y rauco jazz y del naciente heavy metal, marcado este último por las distorsionadas guitarras y sus pétreos riffs, que dieron una visión un tanto peculiar de aquel primogénito del Hard Rock desde el especial prisma de Robert Fripp. (...) Este álbum sin duda marcó un antes y un después en la carrera de la banda, pues tras 7 años de silencio después de "Red", la banda volvió entrados los ’80 con otra onda completamente distinta, otra visión y concepción de su sonido, sonando también interesantes y originales, pe
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