Acá va la sorpresita de la semana (en realidad, no tan sorprendente porque era muy esperada, pero no por eso deja de ser un notición). El grupo liderado por Daniel Andreoli le bastó un nombre ridículo y un solo disco ("Anabelas", grabado en 1978) para convertirse en una leyenda del rock progresivo a nivel mundial, y ahora regresa 38 años después con un nuevo trabajo bajo el brazo. Bubu nació a mitades de la década del 70 y revolucionó la escena de rock, en medio de una época turbulenta en la historia Argentina, impactaron rompiendo los esquemas impuestos ya sea por el rock preexistente o por la sociedad, mezclando melodías y armonías sinfónicas con el éxtasis y el frenesí del rock progresivo pero de una manera muy especial, sumando a esto unas puestas en escena muy extravagante y artísticas. Hoy ese "Anabelas" es un hito del rock progresivo y tiene seguidores en todo el mundo, por lo que este disco que presentamos ahora es muy pero muy especial: Bubu renovado y en versión 2018, y lo que será uno de los mejores discos a nivel mundial que dará este año que estamos viviendo...
Artista: Bubu
Álbum: El Eco Del Sol
Año: 2018
Género: Progresivo ecléctico
Nacionalidad: Argentina
En el 2016, el compositor, bajista y líder de la banda Daniel Andreoli decidió que Bubu se debía una resurrección para continuar otra etapa de un proyecto que ganó el respeto y renombre mundial y resucitó así a su banda clásica para atrapar la nueva ola progresiva que golpea cada rincón del mundo.
Que una formación siga funcionando luego de tantos años de distanciamiento es algo imposible. Las influencias en los músicos ya no son las mismas, sus métodos a la hora de trabajar tampoco, y la relación entre los miembros, como personas y como músicos, posiblemente se encuentre más que desgastada a causa del paso del tiempo. Así que Andreoli lo hizo de otra forma, ya que esta no es una reunión típica de miembros anteriores de una banda que prueba suerte otra vez, sino que aquí tenemos a su líder recogiendo los talentos de una nueva generación, poniéndolos en forma y mostrándoles cómo se hacía en los viejos tiempos. La música surge de un compositor -el demiurgo de pasajes musicales únicos sigue siendo Daniel Andreoli- y es transmitida a los intérpretes elegidos por él. La fórmula, no hay lugar a discusión, sigue siendo igual de efectiva, y dicha fórmula ha sido reimplantada en otros proyectos, como en el caso de Factor Burzaco. Andreoli no ha perdido nada de su magia con respecto a los cambios dinámicos y anímicos que hicieron de "Anabelas" un clásico de todas las épocas.
Y estamos muy pero muy contentos porque al fin salió a la luz uno de los discos más esperados, no solamente por nosotros sino por muchas personas en todo el mundo. Luego de 40 años, vuelve de nuevo Bubu. Pero vivir en el pasado es algo nocivo por naturaleza y son escasos los ejemplos de bandas que, luego de una reunión, logran dar algo más que material para el olvido. Pero en este caso hay que tener en cuenta que Bubu no funciona como una banda tradicional, sino como un concepto, o una serie de ideas capaces de superar cualquier estructura o alineación. Posiblemente, si la banda tuviese el funcionamiento de un grupo tradicional, el nuevo material hubiese sido solo un dato anecdótico.
Aquí es donde la fórmula de Bubu triunfa: Andreoli mantiene el concepto, lo único que sostuvo, siempre, a la banda, pero le da lugar a nuevos músicos. Estos jóvenes, además de hacer posible el proyecto, le aportan, también, una cuota de frescura necesaria al mismo.
A casi cuarenta años de su extraordinaria ópera prima "Anabelas", trabajo reconocido a nivel mundial, su creador (Daniel Andreoli) vuelve a reestructurar la banda con jóvenes músicos que lo acompañan en este nuevo renacer de Bubu. Manteniendo toda la esencia inicial, otra vez nos maravillará con este trabajo de Avant Prog, Rock Progresivo y pequeños gestos neo clásicos.
Pero hoy, volver a hacer "Anabelas" hubiese sido una empresa inmensa, intrascendente y vulgar para nuestros tiempos. La música, la escena local, y el rock progresivo, necesitan, más que nunca, un poco de aire fresco. Así que este es un nuevo Bubu, bajo el mimso concepto y las mismas ideas, pero con una forma y un estilo renovado.
El nuevo disco conserva algo de su sonido primogéneo; quizás la atmósfera densa, sacra, y ecléctica que caracterizara a su primer disco, y también en cierto modo a la Argentina del año 1978. Se conserva un poco el ambiente pero el sonido de Bubu suena actual, amplificando el sonido de guitarras eléctricas, apelando a la fusión musical, y aumentando un poco la cadencia y dando como resultado un disco único que hoy presentamos como la "esperada gran sorpresa" de esta semana en el blog cabezón.
Artista: Bubu
Álbum: El Eco Del Sol
Año: 2018
Género: Progresivo ecléctico
Nacionalidad: Argentina
Hoy se celebran muchas cosas, entre ellas el día de la primavera, el del estudiante, y también dicen que el día del rock progresivo. Nosotros festejamos el lanzamiento de tan ansiado material musical, que será presentado a fin de año.Bubu
En el 2016, el compositor, bajista y líder de la banda Daniel Andreoli decidió que Bubu se debía una resurrección para continuar otra etapa de un proyecto que ganó el respeto y renombre mundial y resucitó así a su banda clásica para atrapar la nueva ola progresiva que golpea cada rincón del mundo.
Que una formación siga funcionando luego de tantos años de distanciamiento es algo imposible. Las influencias en los músicos ya no son las mismas, sus métodos a la hora de trabajar tampoco, y la relación entre los miembros, como personas y como músicos, posiblemente se encuentre más que desgastada a causa del paso del tiempo. Así que Andreoli lo hizo de otra forma, ya que esta no es una reunión típica de miembros anteriores de una banda que prueba suerte otra vez, sino que aquí tenemos a su líder recogiendo los talentos de una nueva generación, poniéndolos en forma y mostrándoles cómo se hacía en los viejos tiempos. La música surge de un compositor -el demiurgo de pasajes musicales únicos sigue siendo Daniel Andreoli- y es transmitida a los intérpretes elegidos por él. La fórmula, no hay lugar a discusión, sigue siendo igual de efectiva, y dicha fórmula ha sido reimplantada en otros proyectos, como en el caso de Factor Burzaco. Andreoli no ha perdido nada de su magia con respecto a los cambios dinámicos y anímicos que hicieron de "Anabelas" un clásico de todas las épocas.
Una luz detrás de las puertas del Sol y detrás de esa luz la canción que vendrá por vos.
Mundos de gris a la luz de otro sol su color cambian.
Lo que alumbres será lo que verás y brillará más.
Algo viene del cielo Algo va
Las miradas Lo crearán Lo completarán
Al cruzar el eco del sol esplenderá de verdad tu verdad.
En tus pasos otra canción encontrará su lugar, tu lugar.
Y estamos muy pero muy contentos porque al fin salió a la luz uno de los discos más esperados, no solamente por nosotros sino por muchas personas en todo el mundo. Luego de 40 años, vuelve de nuevo Bubu. Pero vivir en el pasado es algo nocivo por naturaleza y son escasos los ejemplos de bandas que, luego de una reunión, logran dar algo más que material para el olvido. Pero en este caso hay que tener en cuenta que Bubu no funciona como una banda tradicional, sino como un concepto, o una serie de ideas capaces de superar cualquier estructura o alineación. Posiblemente, si la banda tuviese el funcionamiento de un grupo tradicional, el nuevo material hubiese sido solo un dato anecdótico.
Aquí es donde la fórmula de Bubu triunfa: Andreoli mantiene el concepto, lo único que sostuvo, siempre, a la banda, pero le da lugar a nuevos músicos. Estos jóvenes, además de hacer posible el proyecto, le aportan, también, una cuota de frescura necesaria al mismo.
Bubu fue una banda de rock sinfónico y rock progresivo argentina dirigida por el compositor Daniel Andreoli y encabezada en un principio por Miguel Zavaleta, que se caracterizó por su propuesta musical y teatral.Wikipedia
Su música se emparentaba con la música sinfónica o progresiva de la época, muy influenciada por King Crimson, Genesis y Emerson, Lake & Palmer y Focus, entre otros, así como de la música clásica, especialmente Tchaikovski.
A casi cuarenta años de su extraordinaria ópera prima "Anabelas", trabajo reconocido a nivel mundial, su creador (Daniel Andreoli) vuelve a reestructurar la banda con jóvenes músicos que lo acompañan en este nuevo renacer de Bubu. Manteniendo toda la esencia inicial, otra vez nos maravillará con este trabajo de Avant Prog, Rock Progresivo y pequeños gestos neo clásicos.
Pero hoy, volver a hacer "Anabelas" hubiese sido una empresa inmensa, intrascendente y vulgar para nuestros tiempos. La música, la escena local, y el rock progresivo, necesitan, más que nunca, un poco de aire fresco. Así que este es un nuevo Bubu, bajo el mimso concepto y las mismas ideas, pero con una forma y un estilo renovado.
Sólo es necesario escribir en un buscador de internet Bubu - Anabelas (1978) para sorprenderse por los comentarios con los que muchos especialistas de rock progresivo y sinfónico del mundo elogian a este único trabajo discográfico -hasta ahora- conocido de esta banda argentina. Y el "hasta ahora" viene a cuento debido a que, 38 años después de ser publicada esta gema del rock argentino, Daniel Andreoli, su ideólogo y compositor, se aventuró a rearmar la banda, con la cual acaba de publicar "Resplandor" un EP en el que demuestra cuánta buena música se pude condensar en poco más de 15 minutos y que es un prometedor adelanto del CD que se está terminando de grabar. Dicho trabajo, que continúa con la línea estilística del álbum predecesor, será presentado en vivo este jueves. En esta oportunidad, Andreoli, encargado de la composición y el bajo, estará al frente de la nueva formación (Juani Varela, saxo tenor; Federico Silva, guitarra; Julián Bachmanovsky, batería; Alvar Llusá Damiani, violín; Camila González, flautas traversa y piccolo; Virginia Maqui Tenconi, teclados y Chapman stick).Carlos Salatino
El nuevo disco conserva algo de su sonido primogéneo; quizás la atmósfera densa, sacra, y ecléctica que caracterizara a su primer disco, y también en cierto modo a la Argentina del año 1978. Se conserva un poco el ambiente pero el sonido de Bubu suena actual, amplificando el sonido de guitarras eléctricas, apelando a la fusión musical, y aumentando un poco la cadencia y dando como resultado un disco único que hoy presentamos como la "esperada gran sorpresa" de esta semana en el blog cabezón.
El denominador común es que una banda se forme y luego compongan la música, pero los casos de la primera banda y de esta resurrección de Bubu fue al revés. Andreoli tenía ya listos los temas del disco antes de que la banda estuviera completamente formada, por lo que comenzaron a hacer audiciones para cubrir los puestos que habían dejado los viejos miembros.
Ya los esfuerzos para el regreso de Bubu en el 2016 habían dado frutos con el EP "Resplandor" fueron muy satisfactorios."Resplandor" fue un EP muy bien recibido por todos. Y así, saliendo de la nada sin advertencias previas, Bubu estaba de vuelta, lo que le ofreció al mundo del rock progresivo una exclamación de excitación que solo se apagó por el hecho de que este era solo un EP de solamente tres temas que alcanzaba un total de quince minutos y medio. Pero ya estaba, Bubu estaba en marcha otra vez y fue un regreso esperadísimo de una banda muy querida no solamente en estas tierras sino también por muchos proghead en todo el mundo.
Si esperabas algo radicalmente nuevo del lejano Bubu llevado a 2018, entonces te aviso que estarás equivocado. Si esperabas el mismo estilo impreso hace cerca de 40 años en el genial "Anabelas", también estarás equivocado. Por el contrario, este es una excelente oportunidad para vivir un choque de generaciones, visitar el pasado pero mirando al futuro (y este es uno de los conceptos que siempre logró sostener la banda: influencias de King Crimson y arreglos de música clásica). La fórmula para la producción del nuevo Bubu sigue siendo la misma, por lo tanto tiene mucho de lo viejo pero llevado a lo actual. "El Eco Del Sol" recoge fielmente la bandera que dejó "Anabelas" y continúa el avance de Bubu conservando su esencia central en todos los aspectos. Ecléctico como siempre, la nueva versión de la banda regresa con todos esas hermosas melodías y ritmos alimentados y aumentados con flautas, saxos y violines.
Y antes de seguir, les comento antes de que me pregunten por los links de descarga. El disco se puede conseguir por el espacio de la banda o el de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.
Espero les guste el disco, es una joya, que lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar. Hecha la aclaración, seguimos con la perorata obligada para una obra de esta magnitud.
Situándonos en el contexto del año 1976, uno de los escenarios más fatídicos que viviría nuestro país. En ese entonces, la propuesta es algo rara pero no ajena a lo que sucedía en otros lados del país y del mundo. Una comunidad haciendo arte que nace de un grupo de rock, pero con su propia puesta en escena teatral. Algo parecido hacían MIA o La Cofradía de la Flor Solar (aunque en el caso de esta última se pareció más al fenómeno del Krautrock que se daba en Alemania: comunidades donde primaba el arte y su propia visión de ellos mismos, donde florecían entre otras cosas, grupos propios de la comunidad). Y es así como se puso en marcha una banda poco conocida en el plano local pero de una calidad superlativa, logrando sacar un disco donde el producto final superó cualquier expectativa. Luego el grupo se separó y el proyecto cerró su ciclo, pero ya habían dejado su estela y la misma sigue brillando hasta el día de hoy, gracias a un disco que sigue sorprendiendo a cada nuevo desprevenido que lo alcanza a escuchar.
La fórmula para esta nueva producción, aparecida después de tantos años donde Bubu estuvo dormido, sigue siendo la misma. La música surge de un compositor (el demiurgo de pasajes musicales únicos sigue siendo Daniel Andreoli), y es transmitida a los interpretes elegidos por él. La fórmula, no hay lugar a discusión, sigue siendo igual de efectiva.
Ya "Resplandor" fue un presagio de todo lo bueno que podríamos esperar de esta nueva resurrección de esta histórica banda, que está de vuelta para dar su propia versión de las segundas vueltas. Es que hay muchas bandas rockeras clásicas que en sus años de gloria han lanzaron un o dos álbums y luego de bastante tiempo regresaron para tratar de rememorar los años pasados, simplemente para decepcionar más allá de lo que creían posible hacerlo, y no solamente con bandas que tuvieron pocos discos, sino también aquellas de larga trayectoria ¿es necesario que de nombres?. Lo que suena como una gran idea para aferrarse a la historia y llevarla a la fuerza al momento actual para aprobechar la tendencia actual que hay de revalorizar el retro prog no siempre resulta, ya que estas muchas bandas parecen que perdieron el espíritu que hizo que su música sea tan grandiosa en su momento, sin embargo Bubu no intentó conservar el espíritu sino que lo recambió con sangre nueva.
A diferencia de "Anabelas", que contenía dos enormes temas y un tercer track más corto, este disco se compone de ocho temas más bien cortos, pero todas corren juntos, uno detrás de otro, dando al álbum una sensación de unificación general y homogénea.
No hay nada en "El Eco Del Sol" que suene fuera de lugar o nos saque las hermosas sensaciones que solo Bubu puede proporcionar y que fueron su marca personal ya en el lejano "Anabelas".
Una vez más, Bubu toma esas influencias esperadas que van desde King Crimson, Genesis, ELP, Focus y las mezcla con su héroe clásico Tchaikovsky. La música funciona en modo progresivo sinfónico al que se le agregan toques de jazz junto con estallidos ocasionales de energía rockera.
Una de las características es que el álbum es notablemente menos agresivo que "Anabelas" y se desplaza en un modo más etéreo aunque conserva una gran presencia de instrumentos de rock.
Aquí está el regreso de Bubu, el ecléctico grupo de rock progresivo argentino, creando un disco anhelado por fanáticos de todo el mundo, que transmite de manera magistral distintos estado de ánimo, creando melodías y atmósferas con mucha maestría musical, apelando a la diversidad en sus múltiples universos, cada uno habla de pérdidas, esperanzas y, finalmente, fe en algo más allá de la experiencia mortal. Ello me lo sugiere su música y su lírica, no sé si estoy en el camino correcto pero es al menos lo que me sugiere a mí.
Ese anhelo y sentido por lo espiritual también se confirma por los títulos de los temas.
No solamente este disco es precioso en toda su extensión (auqnue tengo mis temas preferidos), sino que además esto es súmmum del rock progresivo ecléctico por excelencia. Hay libertad en el armado de secciones, y las fronteras de los estilos se borran por completo, hay pasajes corales, una sección rítmica muy fina y precisa, con un bajo potente, limpio y nítido, a la que se le suman teclados, saxos, flauta y violín, junto con guitarras acústicas y eléctricas, dando una sensación de libertad anárquica y etérea, dulce revolución de los sentidos, la memoria de lo pasado flotando en el futuro de manera mansa y cálida como el arrullo de la madre haciendo dormir al niño. Aquí no hay límites, aquí todo es imaginación, buen gusto y musicalidad. La música cambia y fluye entre el rock clásico, el jazz y el rock progresivo. A veces hay algunas interacciones sorprendentes entre la guitarra, los teclados, el violín, el saxo o la flauta, pero siempre de una manera muy fluida y para nada forzada, y donde siempre las secciones instrumentales son excepcionales y las secciones de coro son hermosas, y podemos ver que hay espacio para las contribuciones de esta nueva camada de músicos y no todo termina en la composición de Andreoli, sino que allí solamente comienzan.
Con más de doce músicos, sumamente correctos y puntuales en su ejecución, entrando y saliendo del sonido y compartiendo el protagonismo entre todos, cada una de las canciones superan todo tipo de expectativas, ellas están plagadas de fusiones musicales, llenos de frescura y decisiones arriesgadas, las nuevas canciones de Bubu son un indicio de que la banda se encuentra explorando diversos ritmos y sonidos en constante movimiento.
En lo que respecta al resultado del disco, "El Eco Del Sol" es un discazo tan rotundo que no solamente cumple con todas las expectativas sino que además ofrece todo lo que pueda desear de una banda progresiva clásica de los 70. Si bien no supera a su predecesor clásico en intensidad y destreza de composición, podemos decir que lo iguala en todo ello y también en imaginación, y tomando en cuenta los altísimos estándares de "Anabelas", sabremos que estamos en presencia de un tremendo discazo que puede quedar, como su antecesor, dentro de los anales de la mejor música que ha producido este país. Es así que el nuevo y renovado Bubu entrega su nuevo hijo; un álbum brillante, inteligente, honesto, imaginativo y que suena como si realmente pudiera haber aparecido dos años después de "Anabelas". Este álbum captura fácilmente el espíritu de la línea de tiempo original de la primera grabación de Bubu y los chicos que lo resucitan lo llevan al día de hoy. Andreoli conoce muy bien sus puntos fuertes en su entramado compositivo y en "El Eco Del Sol" se nutre muy bien de ellos, con esas construcciones rockeras que emanan desde el ambiente clásico, que hizo que ese primer álbum fuera tan genial, y ello hace de este esperado, esperadísimo regreso de Bubu un esfuerzo valiente y audaz, algo por lo que valió la pena tanta espera.
Como les dije antes, el disco se puede conseguir por el espacio de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Pero mientras tanto pueden ir degustando esta delicadeza tan bella desde su espacio en Bandcamp, que es el siguiente:
https://viajeroinmovilrecords.bandcamp.com/album/bubu-el-eco-del-sol-2018
Y claro que también lo pueden adquirir por ese medio.
Y ahora edito esta entrada porque acabo de ver una líneas de nuestro eterno e involuntario comentariosta de siempre, que nos da su opinión de este trabajo:
Espero les guste el disco, es una joya, que lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar. Hecha la aclaración, seguimos con la perorata obligada para una obra de esta magnitud.
Y por favor, que nadie que haya comprado el disco copie aquí algún link para la descarga en MP3 porque me veré obligado a borrar el cometario, más teniendo en cuenta que esto es una primicia absoluta porque este disco recién, recién sale a la luz.
Es un verdadero placer para el alma y los oídos constatar que Andreoli no ha perdido ninguna de sus habilidades compositivas y aunque está trabajando con una generación completamente nueva de músicos, logra con éxito todos los flujos y reflujos requeridos que hacen que "Anabelas"... digoooooo.... "El Eco Del Sol" sea tan brillante. ¡Otro disco para la posteridad! Una excelente adición a cualquier colección de rock progresivo, un viaje sonoro hacia el infinito.
https://www.facebook.com/BubuResplandor/
Lista de Temas:
1. Resplandor 03:49
2. El eco del sol 09:05
3. Ariel 03:45
4. Omer 06:49
5. Cielo negro 05:41
6. Penas 07:25
7. Por la mañana 03:52
8. La vaca roja 07:38
Alineación:
- Daniel Andreoli/ composition and bass
- Federico Silva / electric guitar and acoustic guitar
- Julian Bachmanovsky / Drums
- Virginia Maqui Tenconi / keyboards and choir conducting
- Alvar Llusá Damiani / electric violin and acoustic violin
- Juan Ignacio Varela / tenor saxophone
- Emilio Tomás Ariza / transverse flute
Músicos invitados:
Oscar Amaya / Choir
Agostina Tudisco / Choir
Ana María Battezzati
Pablo Mancuso
Emilio Tomás Ariza
Florence Stefanelli
Abigail D'Angiolillo
Paula Liffschitz
Tina Haus
Guests
Lucas Aguirre/ voice
Manuel De La Cruz Zambrano/ percussion
Pablo Murgier/ keyboards
Anibal Dominguez/ transverse flute
Ya los esfuerzos para el regreso de Bubu en el 2016 habían dado frutos con el EP "Resplandor" fueron muy satisfactorios."Resplandor" fue un EP muy bien recibido por todos. Y así, saliendo de la nada sin advertencias previas, Bubu estaba de vuelta, lo que le ofreció al mundo del rock progresivo una exclamación de excitación que solo se apagó por el hecho de que este era solo un EP de solamente tres temas que alcanzaba un total de quince minutos y medio. Pero ya estaba, Bubu estaba en marcha otra vez y fue un regreso esperadísimo de una banda muy querida no solamente en estas tierras sino también por muchos proghead en todo el mundo.
Si esperabas algo radicalmente nuevo del lejano Bubu llevado a 2018, entonces te aviso que estarás equivocado. Si esperabas el mismo estilo impreso hace cerca de 40 años en el genial "Anabelas", también estarás equivocado. Por el contrario, este es una excelente oportunidad para vivir un choque de generaciones, visitar el pasado pero mirando al futuro (y este es uno de los conceptos que siempre logró sostener la banda: influencias de King Crimson y arreglos de música clásica). La fórmula para la producción del nuevo Bubu sigue siendo la misma, por lo tanto tiene mucho de lo viejo pero llevado a lo actual. "El Eco Del Sol" recoge fielmente la bandera que dejó "Anabelas" y continúa el avance de Bubu conservando su esencia central en todos los aspectos. Ecléctico como siempre, la nueva versión de la banda regresa con todos esas hermosas melodías y ritmos alimentados y aumentados con flautas, saxos y violines.
Para hablar de la génesis de Bubu, tenemos que situarnos en tiempo y espacio. Era una época muy creativa, no solo en la música sino en el cine, en las letras, en la plástica.Entrevista a Daniel Andreoli, compositor de Bubu, por Alfredo Rosso, enero de 2007
Éramos hijos de la generación del Instituto Di Tella y teníamos un gran marco de referencia artístico, además de sentir el espíritu de libertad que uno respira a los veinte años(…)
Por ese entonces nos llamábamos Sion. Éramos muy jóvenes y la banda sacaba chispas; todos queríamos estar en el centro, pero había alguien que tenía la cabeza muy clara y sabía cómo se hacían las cosas, y ése era Wim. Un día me llevó aparte y me dijo: “mirá, Daniel: esta música hay que volcarla en partituras, hacer un casting, empezar a probar gente y que toquen los más idóneos”.
Y antes de seguir, les comento antes de que me pregunten por los links de descarga. El disco se puede conseguir por el espacio de la banda o el de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.
Espero les guste el disco, es una joya, que lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar. Hecha la aclaración, seguimos con la perorata obligada para una obra de esta magnitud.
Para evitar todo tipo de reseñas cronológicas y repetitivas que cualquiera puede encontrar paseándose una tarde por Wikipedia, vamos a ponernos un poco analíticos. Bubu es un fenonemo, un lugar de confluencia, –para comprenderlo quizás sea correcto poner un rato la mirada en la formula Fripp-Crimson– donde diversas personas, influencias, y generaciones, chocan y crean algo maravilloso. Es cierto que, distinto a lo que remite mi descripción, su música no surge del caos; detrás de este suceso está Daniel Andreoli. Un compositor –Miembro original de la banda, el mismo que se encargo de desarrollar cada uno de los pasajes que ocupan ese objeto hermoso llamado Anabelas– encargado de dar forma, y dirección, a lo que, desde su concepción, es un proyecto único y original en estas tierras.Ricardo Vaporeso
La música independiente –o aquello que se define como independiente– argentina, acaso mundial, está siguiendo una clara tendencia que apunta al reduccionismo de la misma. Los acordes de las bandas de turno se cuentan con los dedos, los compases no escapan del ya estandarizado 4/4, la sonoridad queda cada vez más relegada frente a ciertas cuestiones estéticas, y la creatividad se ve detenida por las propias limitaciones que los músicos parecen presentar. Lentamente se ha estado instaurando la idea, culpemos un poco al posmodernismo y a su corriente relativista, de que se puede ser artista sin estudiar (o que la música termina en la sonoridad misma). Lentamente, quizás no tanto, se ha instaurado una cierta cultura que remite todo el tiempo a la práctica y a la ejecución, y, por lo tanto, el error, como el único método posible y eficaz para tener una banda. Esto es una gran falacia, que se repite hasta el hartazgo, y precisa que se le heche un poco de luz encima.
Bubu es un halo de esperanza en el submundo de la música independiente, una reivindicación del estudio de las formas, las mismas formas que le han permitido a Andreoli crear pasajes increíbles, llenos de épica, quiebres, tensión, y otros factores que una persona sin conocimiento en teoría músical jamás podría siquiera concebir. Esta nota no busca vanagloriar las academias, muchos artistas y compositores han estudiado y desarrollado métodos de estudio por su cuenta –Les pareció ver a zappa en algún lugar de este sitio?– para poder comprender, avanzar, y trascender en esto que llamamos música. Hay una falsa idea, sumamente dañina, que indica que el estudio de las artes aliena al artista. Para todos aquellos que creen, y se escudan, en esto, los invito a presenciar un show de Bubu; es que hay herramientas, recursos, vueltas de tuerca, que amplían las capacidades de la creatividad y que solo pueden ser descubiertas desde el interés por la materia.
Situándonos en el contexto del año 1976, uno de los escenarios más fatídicos que viviría nuestro país. En ese entonces, la propuesta es algo rara pero no ajena a lo que sucedía en otros lados del país y del mundo. Una comunidad haciendo arte que nace de un grupo de rock, pero con su propia puesta en escena teatral. Algo parecido hacían MIA o La Cofradía de la Flor Solar (aunque en el caso de esta última se pareció más al fenómeno del Krautrock que se daba en Alemania: comunidades donde primaba el arte y su propia visión de ellos mismos, donde florecían entre otras cosas, grupos propios de la comunidad). Y es así como se puso en marcha una banda poco conocida en el plano local pero de una calidad superlativa, logrando sacar un disco donde el producto final superó cualquier expectativa. Luego el grupo se separó y el proyecto cerró su ciclo, pero ya habían dejado su estela y la misma sigue brillando hasta el día de hoy, gracias a un disco que sigue sorprendiendo a cada nuevo desprevenido que lo alcanza a escuchar.
La fórmula para esta nueva producción, aparecida después de tantos años donde Bubu estuvo dormido, sigue siendo la misma. La música surge de un compositor (el demiurgo de pasajes musicales únicos sigue siendo Daniel Andreoli), y es transmitida a los interpretes elegidos por él. La fórmula, no hay lugar a discusión, sigue siendo igual de efectiva.
Ya "Resplandor" fue un presagio de todo lo bueno que podríamos esperar de esta nueva resurrección de esta histórica banda, que está de vuelta para dar su propia versión de las segundas vueltas. Es que hay muchas bandas rockeras clásicas que en sus años de gloria han lanzaron un o dos álbums y luego de bastante tiempo regresaron para tratar de rememorar los años pasados, simplemente para decepcionar más allá de lo que creían posible hacerlo, y no solamente con bandas que tuvieron pocos discos, sino también aquellas de larga trayectoria ¿es necesario que de nombres?. Lo que suena como una gran idea para aferrarse a la historia y llevarla a la fuerza al momento actual para aprobechar la tendencia actual que hay de revalorizar el retro prog no siempre resulta, ya que estas muchas bandas parecen que perdieron el espíritu que hizo que su música sea tan grandiosa en su momento, sin embargo Bubu no intentó conservar el espíritu sino que lo recambió con sangre nueva.
A diferencia de "Anabelas", que contenía dos enormes temas y un tercer track más corto, este disco se compone de ocho temas más bien cortos, pero todas corren juntos, uno detrás de otro, dando al álbum una sensación de unificación general y homogénea.
No hay nada en "El Eco Del Sol" que suene fuera de lugar o nos saque las hermosas sensaciones que solo Bubu puede proporcionar y que fueron su marca personal ya en el lejano "Anabelas".
Una vez más, Bubu toma esas influencias esperadas que van desde King Crimson, Genesis, ELP, Focus y las mezcla con su héroe clásico Tchaikovsky. La música funciona en modo progresivo sinfónico al que se le agregan toques de jazz junto con estallidos ocasionales de energía rockera.
Una de las características es que el álbum es notablemente menos agresivo que "Anabelas" y se desplaza en un modo más etéreo aunque conserva una gran presencia de instrumentos de rock.
Aquí está el regreso de Bubu, el ecléctico grupo de rock progresivo argentino, creando un disco anhelado por fanáticos de todo el mundo, que transmite de manera magistral distintos estado de ánimo, creando melodías y atmósferas con mucha maestría musical, apelando a la diversidad en sus múltiples universos, cada uno habla de pérdidas, esperanzas y, finalmente, fe en algo más allá de la experiencia mortal. Ello me lo sugiere su música y su lírica, no sé si estoy en el camino correcto pero es al menos lo que me sugiere a mí.
Ese anhelo y sentido por lo espiritual también se confirma por los títulos de los temas.
No solamente este disco es precioso en toda su extensión (auqnue tengo mis temas preferidos), sino que además esto es súmmum del rock progresivo ecléctico por excelencia. Hay libertad en el armado de secciones, y las fronteras de los estilos se borran por completo, hay pasajes corales, una sección rítmica muy fina y precisa, con un bajo potente, limpio y nítido, a la que se le suman teclados, saxos, flauta y violín, junto con guitarras acústicas y eléctricas, dando una sensación de libertad anárquica y etérea, dulce revolución de los sentidos, la memoria de lo pasado flotando en el futuro de manera mansa y cálida como el arrullo de la madre haciendo dormir al niño. Aquí no hay límites, aquí todo es imaginación, buen gusto y musicalidad. La música cambia y fluye entre el rock clásico, el jazz y el rock progresivo. A veces hay algunas interacciones sorprendentes entre la guitarra, los teclados, el violín, el saxo o la flauta, pero siempre de una manera muy fluida y para nada forzada, y donde siempre las secciones instrumentales son excepcionales y las secciones de coro son hermosas, y podemos ver que hay espacio para las contribuciones de esta nueva camada de músicos y no todo termina en la composición de Andreoli, sino que allí solamente comienzan.
Con más de doce músicos, sumamente correctos y puntuales en su ejecución, entrando y saliendo del sonido y compartiendo el protagonismo entre todos, cada una de las canciones superan todo tipo de expectativas, ellas están plagadas de fusiones musicales, llenos de frescura y decisiones arriesgadas, las nuevas canciones de Bubu son un indicio de que la banda se encuentra explorando diversos ritmos y sonidos en constante movimiento.
"Hacía tiempo que tenía ganas de rearmar Bubu. Primero fue el deseo de hacerlo y después fue la posibilidad de hacer realidad ese deseo", comenta Andreoli, quien encontró una motivación mayor cuando en 2007 Anabelas fue editado por primera vez en CD por EMI merced a la decisión de Alfredo Rosso editor de ese sello.Carlos Salatino
La publicación hizo que los antiguos seguidores del género y otros de las nuevas generaciones se reencontraran con un trabajo de características inclasificables, en el que confluyen sonoridades que van desde el King Crimson de Lizard o Islands, pasando por el Frank Zappa de The Grand Wazoo o Magma, y condimentos de avant garde, música contemporánea y otras que provienen del estilo Canterbury. La idea de ponerle al grupo un nombre poco usual (al contrario de la grandilocuencia con la que eran bautizadas muchas bandas) se contrapone con la complejidad y la profundidad de la música compuesta por Andreoli.
Texturas sonoras en las que se yuxtaponen los vientos con el violín, sumadas a polirritmias obsesivas dieron como resultado una obra de características únicas e inusitadas en el panorama del rock vernáculo de entonces, que recién en estos últimos años encuentra a una camada de nuevos músicos que se atreven a incursionar por esta senda musical de experimentación. Precisamente, Andreoli cuenta para esta nueva banda con excelentes músicos jóvenes dotados de la técnica necesaria para comprender y llevar adelante el proyecto. "Es una gran motivación trabajar con estos músicos. Encuentro en ellos no sólo un apoyo necesario para concretar mis ideas sino que, además, tengo la posibilidad de delegar el armado conceptual de las estructuras de mis composiciones", comenta. "Ellos con sus aportes hicieron propia la música que compuse, a la que le dan un valor agregado, enriqueciéndola y haciendo crecer la partitura. Además, su capacidad como músicos me obliga a una práctica constante de mi instrumento para poder estar al nivel de ellos, lo cual me compromete aún más en el proyecto de la banda", agrega.
Con excepción de Tenconi, quien fue integrante del coro en la primera etapa del grupo (que estaba constituido por Eduardo Rogatti en guitarra, Petty Guelache en voces -quien remplazó a Miguel Zabaleta-, Polo Corbella en percusión, Wim Forstman en saxo tenor, Sergio Polizzi en violín, Eduardo Folino en bajo, Cecilia Tenconi en flauta traversa y diversos invitados), los nuevos músicos ni siquiera habían nacido cuando fue publicado Anabelas.
"Al interiorizarme en la música progresiva argentina, descubrí Anabelas, un disco que rápidamente me deslumbró. Trabajar con Daniel nos da la posibilidad de entrar en una dinámica de generar ideas en conjunto", afirma el baterista Julián Bachmanovsky. "Cuando escuché a Bubu no pude imaginar que alguna vez iba a poder formar parte de este proyecto y tocar una música de tal calidad."
El guitarrista, Federico Silva, tiene la gran responsabilidad de estar en el lugar que en su momento ocupó Edurado Rogatti. "La música de Andreoli, compleja y cautivante dice- me ofrece la posibilidad de dar lo mejor de mí como instrumentista. Tanto Anabelas como Resplandor son obras en las que se puede apreciar su calidad como compositor."
Así como Anabelas continúa recibiendo elogiosos comentarios de expertos del género de todo el mundo, Resplandor, la nueva placa de la agrupación, no le va en zaga: "Además de la repercusión que estamos recibiendo en nuestro medio, hemos tenido muy buenas reseñas de Europa, Canadá, Rusia y hasta de Japón.", argumenta Andreoli.
Las históricas presentaciones del grupo, relatadas en las ediciones del recordado Expreso Imaginario, daban cuenta de diversas e inesperadas puestas en escena (bailarinas, personajes que irrumpían sobre bicicletas en el escenario, etcétera) con las cuales el grupo solía sorprender a público.
¿En esta segunda vida de Bubu ocurrirán este tipo de situaciones? "Siempre habrá algunas sorpresas además de la música, ya que esta característica forma parte de nuestra personalidad artística", finaliza Andreoli.
En lo que respecta al resultado del disco, "El Eco Del Sol" es un discazo tan rotundo que no solamente cumple con todas las expectativas sino que además ofrece todo lo que pueda desear de una banda progresiva clásica de los 70. Si bien no supera a su predecesor clásico en intensidad y destreza de composición, podemos decir que lo iguala en todo ello y también en imaginación, y tomando en cuenta los altísimos estándares de "Anabelas", sabremos que estamos en presencia de un tremendo discazo que puede quedar, como su antecesor, dentro de los anales de la mejor música que ha producido este país. Es así que el nuevo y renovado Bubu entrega su nuevo hijo; un álbum brillante, inteligente, honesto, imaginativo y que suena como si realmente pudiera haber aparecido dos años después de "Anabelas". Este álbum captura fácilmente el espíritu de la línea de tiempo original de la primera grabación de Bubu y los chicos que lo resucitan lo llevan al día de hoy. Andreoli conoce muy bien sus puntos fuertes en su entramado compositivo y en "El Eco Del Sol" se nutre muy bien de ellos, con esas construcciones rockeras que emanan desde el ambiente clásico, que hizo que ese primer álbum fuera tan genial, y ello hace de este esperado, esperadísimo regreso de Bubu un esfuerzo valiente y audaz, algo por lo que valió la pena tanta espera.
Como les dije antes, el disco se puede conseguir por el espacio de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Pero mientras tanto pueden ir degustando esta delicadeza tan bella desde su espacio en Bandcamp, que es el siguiente:
https://viajeroinmovilrecords.bandcamp.com/album/bubu-el-eco-del-sol-2018
Y claro que también lo pueden adquirir por ese medio.
Y ahora edito esta entrada porque acabo de ver una líneas de nuestro eterno e involuntario comentariosta de siempre, que nos da su opinión de este trabajo:
El nuevo eco de BUBU, astro rey de la vanguardia progresiva argentinaCésar Inca
Tenemos hoy la gozosa nueva de que el ensamble avant-progresivo argentino BUBU ha concretado la publicación de su nuevo disco de larga duración “El Eco Del Sol”, disco destinado a reactivar la nostalgia y remodelar el legado de su legendario disco de hace 40 años “Anabelas”, todo un clásico del rock progresivo latinoamericano. La algarabía es absoluta y muy bien justificada. Desde que el maestro Daniel Andreoli decidiera resucitar y reimpulsar la idea de BUBU hace unos cuantos años, las nuevas ideas musicales se han ido generando con una efervescencia mágica muy intensa y muy peculiar. Los primeros frutos concretos se plasmaron en el EP “Resplandor” que se publicó en abril del 2016.* Dicho ítem contenía tres piezas, las mismas que vuelven a salir al frente para formar parte de la serie de ocho composiciones con los que se arma el repertorio de “El Eco Del Sol”. El ensamble nuclear de BUBU está integrado por el antes mencionado maestro Daniel Andreoli [bajo y composición], Federico Silva [guitarras eléctrica y acústica], Julián Bachmanovsky [batería], Virginia Maqui Tenconi [teclados y dirección de coros], Alvar Llusá Damiani [violines eléctrico y acústico], Juan Ignacio Varela [saxo tenor] y Emilio Tomás Ariza [flauta traversa]. Además, están las intervenciones de los invitados Lucas Aguirre a la voz, Manuel De La Cruz Zambrano, a la percusión; Pablo Murgier, a los teclados, y; Aníbal Domínguez, a la flauta traversa. No solo eso, sino también aparece un ensamble coral bastante nutrido que incluye a Óscar Amaya, Agostina Tudisco, Ana María Battezzati, Pablo Mancuso, Emilio Tomás Ariza, Florencia Stefanelli, Abigail D’Angiolillo, Paula Liffschitz y Tina Haus. Este disco que tenemos en nuestras manos fue grabado en Casa Frida en el mes de febrero del año 2017, y ahora se ha oficializado su salida al mercado en el día 10 de setiembre del presente año 2018. Tal como lo anuncia el grupo en sus redes sociales, “de esta manera renace una semilla proveniente del sol y hace resonar un eco infinito.” Cabe adelantar que este disco encarna a la perfección un aire de coherencia y continuidad respecto al legado de “Anabelas”, a la par que añade algunos elementos rejuvenecedores dentro del ecléctico dinamismo avant-progresivo que es esencial para BUBU. A este grupo siempre lo conocimos como un original híbrido de Crimsoniamo, factores Zappianos, chamber-rock y jazz… y así sigue siendo en esta etapa de pletórica resurrección. Bueno, veamos ahora los detalles de “El Eco Del Sol”.
‘Resplandor’ abre el álbum ocupando un espacio de 3 ¾ minutos. Un hermoso y esplendoroso arreglo coral transita por las sílabas de la cantata inicial con una fluidez hipnotizadora, asentando así las bases para el aguerrido armazón instrumental que ha de instalarse al poco rato para completar un exquisito epílogo bárbaro. El cuerpo central vira convincentemente hacia un esquema de trabajo posado sobre un compás ceremonioso, alternando pasajes sobrios con otros más explícitamente tensos. Los neuróticos golpes finales iniciados por el violín y dirigidos por la dupla rítmica gestan una conclusión inapelable. ¡Qué enorme inicio de disco! La pieza homónima es la segunda del repertorio, y de paso, también la más extensa del mismo con sus 9 minutos y segundos de duración. Todo comienza con un talante sigiloso que bordea seriamente con lo misterioso: en base a las lentas escalas de guitarra y las casi cósmicas capas de los vientos y el violín se arma un efectivo preludio que nos remite con facilidad a los paradigmas de UNIVERS ZÉRO y de HENRY COW en su etapa final. Poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto, el ensamble elabora recursos de ágil vitalidad y elegante musculatura donde se da una eficiente convivencia entre las viscerales vibraciones de la dupla rítmica y las evocativas láminas sonoras provistas por los vientos y el violín. Aspectos jazz-rockeros en el esquema rítmico y efluvios psicodélicos en varias intervenciones de la guitarra y los instrumentos melódicos garantizan el uso aristocrático del vigor rockero en curso. A mitad de camino, todo vira hacia una cadencia misteriosa que raya flagrantemente con lo tétrico (aunque sin meterse de lleno allí), aunque pronto habrá un nuevo viraje en el armazón melódico, esta vez hacia climas cálidos. Así, las cosas están dispuestas para facilitar el arribo de un interludio marchoso de amable tenor fusionesco y una subsiguiente sección final donde el empuje rockero hace gala de su majestuosa vivacidad, incluyendo una cita conclusiva del interludio fusionesco antes mencionado. Atención a la letra, que el poder evocativo de las primeras líneas del canto es muy contundente: “Una luz detrás de las puertas del Sol / y detrás de esa luz, / la canción que vendrá por vos. / Mundos de gris / a la luz de otro sol / su color cambian.”
Cuando llega el turno del tercer tema, el cual responde al título de ‘Ariel’, el ensamble comienza el curso de las cosas con un talante nostálgico y contemplativo bajo la guía de la guitarra acústica, cuyo sereno enclave motiva que la instrumentación global se centre en sutilezas impresionistas a la hora de concretar a musicalidad esencial de la pieza. Luego hay un pasaje más intenso donde el bloque instrumental exhibe una garra un tanto cortante una vez que los riffs de la guitarra eléctrica entran a tallar, pero este viraje no es realmente el inicio de un nuevo desarrollo temático sino un deliciosamente extravagante puente hacia la retoma final del motivo inicial. Las refinadas triangulaciones de flauta, violín y saxofón para los segundos finales son simplemente maravillosas. ‘Omer’ comienza con una disposición reflexiva no muy diferente a la que había impulsado el centro temático de la pieza precedente, pero esta vez, la conexión entre las secciones serenas y las penetrantes se beneficia de un desarrollo más amplio, siendo así que los esquemas melódicos en curso resultan curtidos con una mayor meticulosidad. Si ‘Ariel’ nos brindaba una mirada desde un balcón, ‘Omer’ exhibe una caminata completa por lo que antes era un paisaje frente a nosotros. Con la dupla de ‘Cielo Negro’ y ‘Penas’, la gente de BUBU se dispone a seguir explorando el siempre abierto potencial de su visión avant-progresiva. En el caso de ‘Cielo Negro’, tenemos un viaje frenético y llamativo por un trayecto signado por inagotables subterfugios de incandescente vigor. Aquí se incluye un fabuloso solo de órgano así como un coqueteo con el modelo de unos MAGMA de fines de los 70s en lo relativo a la aureola de inquietante jolgorio que penetra al desarrollo temático. Por su parte, ‘Penas’ instaura un retorno a las ambientaciones generales de la primera pieza del disco a la vez que remodela y reconstruye la extrovertida estrategia ecléctica que ya resplandeció en la pieza homónima del disco. Tal vez estén aquí los solos más bellos de saxofón y de violín de todo el disco, tal vez... ‘Por La Mañana’ abre las puertas al retorno del swing fusionesco mientras da una nueva vuelta de tuerca al lirismo frontal e imponente que se ha venido explayando consistentemente en varios temas anteriores (como ‘Ariel’ y ‘Omer’).
En fin, ‘La Vaca Roja’ pone el broche de oro al disco y realmente es una pieza que luce como el oro que recubre al más señorial templo construido para honrar a lo trascendente. Hay una cualidad mística tanto en el entramado instrumental como en las intervenciones corales que entran a tallar en algún lugar estratégico durante el último tercio. A poco de iniciada la pieza, la calma reinante es interrumpida por la emergencia de un ejercicio de musicalidades progresivas suntuosamente neuróticas (al modo de una mezcla de FRANK ZAPPA y KING CRIMSON), pero es solo por muy poco tiempo. Los ornamentos que imponen ciertos instrumentos a modo de breves improvisaciones enriquecen el bien encuadrado centro melódico de la segunda mitad de la pieza al aportar dosis de mesurada agilidad al asunto; otro recurso de agilidad está en las percusiones, los cuales añaden matices folklóricos. Como dijimos anteriormente, todo un broche de oro para un disco hecho exclusivamente con metales preciosos. “El Eco Del Sol” es un disco imponentemente sublime que reconstruye con total y radical eficacia el posicionamiento de BUBU como algo más que una entidad musical: un genuino astro rey dentro del colectivo de universos avant-progresivos de ayer y hoy, una estrella argentina cuyos ecos del pasado ahora son revitalizados dentro de una firme declaración de principios sobre su propia vigencia. ¡¡Disco recomendable al 200%!!
Espero les guste el disco, es una joya, que lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar. Hecha la aclaración, seguimos con la perorata obligada para una obra de esta magnitud.
Y por favor, que nadie que haya comprado el disco copie aquí algún link para la descarga en MP3 porque me veré obligado a borrar el cometario, más teniendo en cuenta que esto es una primicia absoluta porque este disco recién, recién sale a la luz.
Es un verdadero placer para el alma y los oídos constatar que Andreoli no ha perdido ninguna de sus habilidades compositivas y aunque está trabajando con una generación completamente nueva de músicos, logra con éxito todos los flujos y reflujos requeridos que hacen que "Anabelas"... digoooooo.... "El Eco Del Sol" sea tan brillante. ¡Otro disco para la posteridad! Una excelente adición a cualquier colección de rock progresivo, un viaje sonoro hacia el infinito.
https://www.facebook.com/BubuResplandor/
Lista de Temas:
1. Resplandor 03:49
2. El eco del sol 09:05
3. Ariel 03:45
4. Omer 06:49
5. Cielo negro 05:41
6. Penas 07:25
7. Por la mañana 03:52
8. La vaca roja 07:38
Alineación:
- Daniel Andreoli/ composition and bass
- Federico Silva / electric guitar and acoustic guitar
- Julian Bachmanovsky / Drums
- Virginia Maqui Tenconi / keyboards and choir conducting
- Alvar Llusá Damiani / electric violin and acoustic violin
- Juan Ignacio Varela / tenor saxophone
- Emilio Tomás Ariza / transverse flute
Músicos invitados:
Oscar Amaya / Choir
Agostina Tudisco / Choir
Ana María Battezzati
Pablo Mancuso
Emilio Tomás Ariza
Florence Stefanelli
Abigail D'Angiolillo
Paula Liffschitz
Tina Haus
Guests
Lucas Aguirre/ voice
Manuel De La Cruz Zambrano/ percussion
Pablo Murgier/ keyboards
Anibal Dominguez/ transverse flute
Espacio de Bandcamp: https://bubuprog.bandcamp.com/album/el-eco-del-sol
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