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Dire Straits - Making Movies (1980)

#Músicaparaelencierro. Al fin aterriza la banda de Mark Knopfler al blog cabezón. Dire Straits, uno de los proyectos más interesantes que surgieron en los (para mí, desastrosos) ochentas, y aunque no me importe mucho lo que diga la revista Rolling Stone, figura en el puesto 52 de su lista de los 100 mejores álbumes de los 80. Como dice una reseña por ahí "cómo negarle pan y sal a aquel debut crudo y fulgurante, Dire Straits (mucho más que solo el-disco-de-Sultans-of-Swing). Y, muy en particular, a esta tercera entrega, la que dio de una vez por todas medida a las ambiciones del amigo Mark como compositor de altos vuelos.". Se cumplen 40 años de su "Making Movies" y Hernán Martínez le quería rendir un merecido homenaje, y este es su primer reseña en el blog cabezón, así que damos la bienvenida tanto a Hernán como a Dire Straits!

Artista: Dire Straits
Álbum: Making Movies
Año: 1980
Género: Rock / Roots rock
Duración: 38:34
Referencia: Discogs.
Nacionalidad: Inglaterra


Un 17 de octubre de 1980 Dire Straits dió a luz su "Making Movies", y 40 años después sus ecos resuenan en el blog cabezón, y gracias a Hernán lo presentamos en el blog cabezón, y le agradecemos públicamente, esperando que sus contribuciones continúen llenando de magia y buena música este humilde espacio.

A continuación, la reseña de Hernán...



 

Aprovechando que hoy 17 de octubre se cumplen 40 años de su lanzamiento, y para hacer un poco de justicia con los Dire Straits en el blog cabezón, hoy vamos a reseñar Making Movies su tercer álbum de estudio, uno de los mejores trabajos de la banda.

Escribir acerca de Dire Straits sería imposible sin detenerse en su principal figura, primera guitarra, primera voz y principal compositor de casi todas sus canciones. Estamos hablando del legendario Mark Knopfler.
¿Qué es lo que hace que un guitarrista reciba semejante calificación? Bien podría ser porque tocó, grabó y realizó colaboraciones para figuras de enorme peso como ser: Eric Clapton, Bob Dylan, Tina Turner, John Fogerty, Chet Atkins, Bryan Ferry, Jools Holland, Rod Stewart o Sting, por nombrar a algunos de los más representativos.
Sin embargo, trabajar al lado de artistas notables no es suficiente, lo que le da el status de leyenda es su enorme aporte a la guitarra dentro del rock. Sus composiciones, su lírica única, sus exquisitos solos y su técnica tan particular, tomada del clawhammer típico de los músicos de banjo; el chicken picking y el finger picking, lo hacen pertenecer a un selecto club de músicos como ser: JJ Cale, Chet Atkins, Jeff Beck o James Burton (guitarrista de Elvis Presley y Roy Orbison)



Luego de esta introducción al mayor héroe de Dire Straits, encaramos para el año 1980, concretamente el 17 de octubre de ese año, fecha en que salía el genial Making Movies al mercado. La formación era la de Mark en guitarras y voz; John Illsley, el bajista; Pick Withers en la batería y aportando voces; Roy Bittan en piano y David Knopfler en guitarra (sin acreditar) el hermano de Mark, en el que sería su último trabajo con la banda; y por último Sid McGinnis, otra guitarra también sin acreditar.

Inicia el disco con Tunnel of Love, un tema enorme, infaltable entre los preferidos de cualquier admirador de la banda.

Arranca el tema con un sonido de órgano muy característico, casi circense, junto con el piano de Bittan. Ahí no más entra la banda rockeando como ellos saben, con ataques de riffs de guitarra sutiles, la base rítmica como al galope, tan característico de su sonido.

El tema habla de un amor que aparentemente tuvo Mark en una feria con una chica. Se conocieron, simplemente algo sucedió y pasearon ese día por la feria como dos enamorados para nunca más volver a verse. El recuerdo quedó y Mark le dedicó pedazo de tema.

Para cerrar decir que tiene un solo memorable, con la técnica exquisita de, en medio de una escala pulsar notas que suenan y otras, a las que se las escucha semi muteadas pero que también están ahí, muy tenues. El tema cierra con unas exquisitas transiciones de piano en un fade out con la guitarra compartiendo la melodía.

Sigue con el segundo tema/himno, llamado Romeo and Juliet, otra canción de amor poco convencional, con esa intro tocada en esa guitarra National Duolian Resonator (esa que se ve por fuera toda de metal) con un sonido muy usado en el country.

Acá vamos a mencionar por primera vez la voz de Knopfler, entre melancólica y resignada por ese amor casi inalcanzable. Hace la voz de el y de ella, con su misma voz, no es que imposta una voz de mujer, sólo las líneas de ella. Pero uno le cree que es Julieta la que habla/canta.

La batería está ahí dando una atmósfera tenue con los platillos y el borde de la caja, pero cuando el tema levanta vuelo y la banda acelera, nos encontramos con ese sonido gordo de la batería de Whiters y que tenían los Dire Straits por aquellos años.

Volviendo a la canción, en un punto nos enteramos de que entre ellos hubo algo, pero no fue en el momento adecuado.

Un fragmento muy emotivo de la letra:

Julieta, cuando hacíamos el amor solías llorar
Te decía: "Te quiero como a las estrellas del firmamento.
Te querré hasta la muerte"
Hay un lugar para nosotros, ya conoces la canción
¿Cuándo te vas a dar cuenta de
que no era el momento apropiado, Julieta?


Le sigue en la lista Skateaway, que según palabras de Gustavo Dattas, de Mark Knopfler & Dire Straits Fans de Argentina “este tema tiene un video en donde la protagonista del video es Jayzik “Jay” Azikiwe, (falleció en 2008) y que fue la hija de Nnamdi Azikiwe presidente de Nigeria en la década del 60 quien ha luchado por la independencia de su país.” Nuevamente el aporte fundamental del piano de Roy Bittan (miembro durante muchos años de la E Street Band, la banda de Bruce Springsteen) para el que no lo conozca, está considerado uno de los mejores pianistas de rock del mundo.

Pasamos así a Expresso Love, un tema con una guitarra nuevamente en plan cowboy del lejano oeste, con todos los condimentos, un gran swing, una melodía algo repetitiva y casi bailable, sin renunciar nunca al estilo que fueron forjando.

Hand in Hand y Solid Rock son temas que acuden para redondear de mitad de disco hacia el final, el primero el punto más tranquilo quizá del disco, de suave discurrir y bonitos arreglos, y Solid Rock aparece vigoroso para volver a subir la adrenalina, casi al final Knopfler vuelve a demostrar su brillante técnica, sacándole chispas a su Fender Stratocaster.

Les Boys cierra esta obra maestra, un tema en su momento muy polémico, la letra trata de algo así como unos muchachos gays que van a trabajar a Munich, y declaran con orgullo su condición sexual. Fue criticado por ser considerado homofóbico, en Canadá un oyente de una radio radicó una denuncia y el tema fue censurado, durante muchos años debían pasar el tema modificado en algunas partes. Algo que luego fue revertido y todo quedó en anécdota. Es un tema que a mi entender no sigue la línea del resto del disco, quedando como una pieza de menor nivel.

Redondeando, Making Movies fue un gran álbum, sus canciones le hacen honor al título, son momentos de película, como el amor en el parque de diversiones, el cabaret, Romeo y Julieta, etc. Posee 2 himnos descomunales como Tunnel of Love y la susodicha Romeo y Julieta. Muestra unos músicos en estado de gracia, comandados por el enorme Knopfler, al que le quedaban aún por sacar un par de discos brillantes con la banda.

40 años de Making Movies, gracias Dire Straits por tanta buena y exquisita música!!!

 


Un especial agradecimiento a la gente de Mark Knopfler & Dire Straits Fans de Argentina, dejo su dirección de Facebook por si algún interesado se quiere sumar al grupo:

https://www.facebook.com/groups/553572868650881/

 

Hernán Esteban Martínez 




Y como hay bastante escrito sobre este disco, dejo algunas otras líneas creadas por terceros, pero hablando del mismo álbum:

Llevo tiempo queriendo escribir una crítica de este grupo que, desde que tengo uso de razón, se ha escuchado en mi casa en diversos directos y recopilatorios. Siempre he considerado a Mark Knopfler uno de los mejores guitarristas de la historia, no tanto por su virtuosismo sino por el carisma que tiene, lo buen tío que parece y lo bien que compone (y si algún día llego a músico, cosa que dudo mucho, será en buena parte gracias a él). Pero bueno, por unas cosas y otras había dejado la crítica de lado y ahora, que pensaba ponerme al día con las peticiones del blog, me piden que haga un análisis de alguno de sus discos. Y como no pienso desaprovechar esta maravillosa oportunidad, pues aquí lo tenéis.
He de reconocer que la historia del grupo apenas la conozco, más allá de que Mark Knopfler les dejó tirados hace tiempo ya (en el ’95, si no recuerdo mal) y cuando le propusieron una reunión hace un par de años rechazó el proyecto. Así que tendré que tirar un poco de Wikipedia para completar esto…
Veamos, el grupo lo forma Knopfler en 1977, junto con su hermano pequeño David a la guitarra y los coros (aunque el chico abandonaría el grupo en 1980, justo antes de que se lanzase Making Movies, lo que conlleva que me voy a hacer un lío en la crítica… Para que conste, siempre que diga “Knopfler”, a secas, me refiero a Mark, no a David), John Illsley al bajo (el único miembro que se mantuvo junto con Mark Knopfler hasta 1995) y Pick Withers a la batería. Hubo mogollón de cambios de formación, pero esos cuatro fueron los que estuvieron básicamente en el disco que os traigo hoy, así que son los que nos interesan. En esos 18 años de trayectoria, se las apañaron para convertirse en una de las bandas más importantes de la música inglesa, de esas que puedes escuchar todos los días en cualquier radio. Lograron éxitos maravillosos como “Sultans Of Swing”, “Money For Nothing” (con Sting), “Brothers In Arms”, “So Far Away”, “Romeo And Juliet”, “Walk Of Life”… e infinidad de temas más. Ganaron cuatro Grammys (aunque les nominaron unas cuantas veces más), y algún premio MTV por sus videoclip. En fin, que llegaron a lo más alto, siendo una de esas bandas que hacen congeniar fama y calidad, y que logran que sus temas estén en boca de oyentes de toda clase. Grabaron uno de los mejores directos de la historia, el Alchemy, y (como dirían Pius Riot en Los Simpson) “tocaron en más ferias que los Beatles”. En 1995 Mark Knopfler disuelve el grupo y se lanza a su carrera en solitario. En la que, por otra parte, no le ha ido nada mal.
En 1980, ya habían conocido lo que era la fama gracias al tema “Sultans Of Swing”, a día de hoy su canción más conocida y celebrada (y no sin motivo). Se lanzan entonces, con las turbulencias en la formación ya comentadas, a grabar su tercer álbum de estudio, Making Movies que, si bien no es el mejor de su carrera (por ahí anda el maravilloso Brothers In Arms), si está en lo más alto de la lista.
El disco hace gala de un par de temas que están entre la flor y la nata de Dire Straits, y que aparecen seguidos en el trabajo, en lo que quizá sea uno de los comienzos más fuertes de un álbum en la historia de la música. “Tunnel Of Love – Intro: The Carousel Waltz” (o simplemente “Tunnel Of Love”) es el tema más largo del disco, de ocho minutos, y comienza con un piano acompañado de algunos instrumentos de viento que reconozco que no sé identificar; la batería y los punteos de guitarra entran con contundencia, abriendo para un Mark Knopfler que, si bien no es el mejor cantante del mundo, escribe unas letras maravillosas y complejas, con unos versos larguísimos a los que sabe dotar de un sentimiento sin igual (“And the big Wheel keep on turning, neon burning up above/, and i’m just high on the world/, come on and take a low ride with me, girl, / on the tunnel of love”). La música mantiene un patrón sencillo mientras suenan los versos, con la guitarra punteando a su rollo cada vez que quiere; y aunque la verdad es que en la canción cada elemento va a su rollo, todo mantiene una coherencia increíble (no así la letra que yo, al menos, no tengo ni idea de qué va… pero que tiene versos preciosos, como cuando canta “and girl it looks so pretty to me, just like it always did, / like the spanish city to me when we were kids”). Después de esta primera mitad de la canción, los instrumentos “improvisan” un poco, y la guitarra toca sus primeros solos, antes de enlazar nuevamente con la letra. La sencillez con la que Knopfler canta versos con un piano de fondo que se va apagando, igual que su voz, hace que olvides todos los prejuicios que puedas tener hacia su forma de cantar: este tío es como Ian Anderson, puede que objetivamente no sea el mejor a la hora de desgranar versos, pero su voz y su forma de hacerlo tienen algo que hipnotiza y cautiva desde el primer momento. Si a eso lo añadimos que cuando la voz se apaga poco después de empezar el sexto minuto llega otro solo guitarra que se va construyendo sobre sí mismo, y que culmina con el virtuosismo brutal del minuto 7.28 (personalmente, creo que una de las mejores guitarras de la historia de la música), tienes una canción maravillosa, que se pasa realmente volando.
Y la cosa no acaba ahí, porque cuando se desvanece ocupa su lugar mi canción favorita del grupo británico, a siglos luz de cualquier otra. Si cuando hice la crítica de Sôber dije que “Náufrago” me parecía la mejor balada del rock español, ese lugar, en inglés, lo ocupa sin duda “Romeo and Juliet”. Desde el primer segundo, la melodía compuesta por Mark Knopfler (y tocada por los dos hermanos por una “resonator guitar”, instrumento que siempre me ha fascinado y que aparece en la portada del “Brothers In Arms”… por cierto, si alguien sabe cómo se la llama en español, agradecería que me lo diga), invade los oídos, construyendo una de las baladas más tristes de la historia de la música. La letra, sobra decirlo, es sencillamente sublime, y cuenta una versión distorsionada de la historia de amor por excelencia, en la que Romeo no es más que un capricho de una Julieta ninfómana, que se aburre de él aunque Romeo la siga amando. Dramón bestial acompañado por una instrumentación correcta, sin alardes de virtuosismo (y más difícil de tocar de lo que parece, por lo que me han comentado), y que solo se luce en algunos de los mejores versos (“And I dreamed your dream for you and now your dream is real” o “When you can fall for chains of silver you can fall for chains of gold,/ you can fall for pretty strangers, and the promises they hold;/ you promised you everything, you promised me thick and thin, yeah,/ now you just say oh, romeo, yeah, you know, I used to have a scene with him”), y en ese estribillo insuperable (“Juliet, when we made love you used to cry,/ you said I love you like the stars above, I’ll love you ‘till I die…”). El final que se apaga poco a poco (como gusta tanto a Dire Straits), y con Knopfler cantando cada vez más desganado, es realmente deprimente… He de confesar que más de una vez se me ha escapado alguna lágrima con esta canción.
“Skateaway” empieza con una percusión machacona y una pandereta, que se unen a una especie de órgano, y al bajo y la guitarra que van entrando poco a poco. La letra, por lo que puedo pillar, habla de una chica que, al convertirse en skater, comienza a ser el centro de las miradas y la atención de los chicos. Mark Knopfler reniega por completo aquí de lo que es cantar, más bien recita como le da la gana los versos (alguno realmente raros, como los de “She tortures taxi drivers just for fun,/ she likes to read their lips”). La canción se torna desestructurada por momentos, manteniendo tan solo cierta cadencia en los estribillos, y parece casi que estén improvisando en un garito mientras suelta algún verso que a priori parece importante “she’s making movies on location,/ she don’t know what it means,/ but the music make her wanna be the story,/ and the story was whatever was the song what it was”. Vale, lo siento, pero me he perdido por completo. A partir de ahora me centraré en la instrumentación. Que ya no innova mucho en la canción, por cierto. Knopfler está a su rollo, bastante pegadizo, y los instrumentos al suyo, hasta que termina la canción, apagándose en la lejanía, como no.
La guitarra de “Expresso Love”, que me recuerda al Boss antes de convertirse en puro Knopfler esconde unos versos casi susurrados hasta que entra la batería y la voz se digna a hacerse oír. La verdad es que la canción no ofrece nada especialmente innovador, aunque está sí está mejor cantada y mantiene una estructura más clásica y convencional. La letra también es más sencilla, es la típica balada rockera alabando a una chica de forma descarada, con unos punteos maravillosos de fondo. “Hand in Hand”, por su parte, es una balada más lenta y tranquila, preciosa, en la que Knopfler vuelve a cantar con cierto éxito relativo (teniendo en cuenta que es él), y que saca su lado más romanticón con versos del estilo de “I tried my best to be somebody you’d be closed to,/ hand in hand like lovers are supposed to”, y el más deprimente con cosas como “Rain come down, forgive this dirty town”. La canción repite el mismo esquema varias veces, pero si funciona ¿para qué cambiar? Es un tema sencillo a la par que precioso, y muy bien tocado. Si no se te encoge un poco el corazón al oírlo, es que no tienes corazón. No se puede esperar más.
Harina de otro costal es “Solid Rock”. El punteo casi country que abre el tema da paso a un tecladito insistente a lo Jerry Lee Lewis, y la canción mantiene ese estilo de rock de los cincuenta, aunque con el inconfundible sello del grupo. Sin duda, el tema más cañero y bailable del disco, simple, desenfadado y juerguista. Para cerrar el álbum llega “Les Boys”, probablemente una de las canciones más raras de Dire Straits que he oído en mi vida. Me escuché la letra de los tres primeros minutos detenidamente intentando averiguar de qué iba la cosa. Hasta que escuché el final de la letra. Coño. Si lo deja bastante claro. Es una canción sobre gays. Guay. Una vez que lo sabes, la cosa ya cobra más sentido, aunque no por ello deja de ser un tema bastante raro, con un ritmo lentíiisimo, poca instrumentación y un Knopfler que parece dormido mientras la canta.
Se cierra el disco y la sensación que te deja es… que se ha hecho muy corto. Una genialidad así tenía que durar toda la eternidad. O al menos, gran parte de ella.
Escuchadlo, que no os vais a arrepentir.
Allez-y, mes ami!
Buenas noches, y buena suerte.
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LO MEJOR: “Hand in Hand” está genial. “Tunnel Of Love”, como ya digo, tiene un solo de guitarra maravilloso. Y “Romeo and Juliet” es la balada por excelencia del rock. El resto, magníficas, pero no demasiado especiales.
LO PEOR: a veces se hace un poco cuesta arriba esa desgana con la que canta Knopfler, pero en otras ocasiones es sencillamente maravillosa. Bueno, y la portada, la verdad, me parece horrible, me hace daño a la vista ese pegote rojo.
VALORACIÓN: 9,5/10. Como ya digo, no es el mejor disco de Dire Straits, pero casi. En conjunto supone una genialidad. Ya os podéis imaginar ya que nota le doy al Brothers In Arms.
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Comandada por Mark Knopfler en voz y guitarra, la banda británica Dire Straits se compone con David Knopfler en el mismo rol que su hermano mayor, John Illsley en el bajo  y Pick Withers en la batería. A pesar de haber surgido en 1977 durante la expansión del punk, Dire Straits mantenía el estilo tradicional de rock & roll y tomaba influencias del rock de estadio.
Luego de editar sus dos primeros discos “Dire Straits” en 1977 y “Communiqué” al año siguiente, el grupo había conseguido gran popularidad gracias al exitoso “Sultans of Swing”. En 1980 editarían “Making Movies”, título que hace referencia a una línea de la canción “Skateaway”. La grabación del álbum se llevó a cabo sin la presencia de David Knopfler debido a su decisión de continuar la carrera solista. En este material Dire Straits se aparta ligeramente de sus orígenes rockeros para abordar en el country y folk rock. Puede apreciarse un notable crecimiento en las habilidades compositoras de Knopfler, sobre todo en “Tunnel of Love”.
“Romeo and Juliet” es una de las mejores piezas del disco y en ella se relata la conversación entre dos amantes en clara alusión a la obra de Shakespeare. “Solid Rock” es otro gran tema que hace de este álbum uno de los más interesantes de la banda.
Piro


Entre los inefables hechos que iniciaron la polémica década de los 80, destacan la ruptura de Led Zeppelin tras la muerte de su baterista John Bonham, el suicidio de Ian Curtis (cantante de Joy Division) y el asesinato de John Lennon.
Tan sólo dos años antes, una entonces incipiente banda de rock llamada Dire Straits captaba la atención en tiempos en los que el irreverente punk, en las voces de Sex Pistols, The Clash, Patti Smith, Talking Heads, Television  y The Ramones, entre muchos otros, desafiaban los excesos de una cultura que comenzaba a ser reemplazada por otra. 
Dire Straits, guiada por el virtuoso guitarrista y cantautor Mark Knopfler, surgía desde las raíces del rock con una propuesta que, si bien poco duró en el mundo discográfico, tuvo sus años de esplendor en el primer lustro de una era que muchos recordamos como la “era MTV”, época en la que “los vídeos ultimaban a la estrella radial.”
Los Dire Straits se anotaron puntos a favor con su homónimo álbum en 1978 y al año siguiente con Communiqué, lo que indicaba que las expectativas de éxito eran auspiciosas para nuestra festejada obra Making Movies, que llegaba a las tiendas a poco menos de dos meses del asesinato que cambió al mundo.
Making Movies nos ofrece varias de las emblemáticas composiciones del para entonces trío de Mark Knopfler (guitarra y voz), John Illisley (bajo y voz) y David “Pick Withers (batería y voz), con el teclista Roy Bittan de la E-Street Band de Bruce Springteen y el segunda guitarra Sid McGinnis como músicos adicionales para este encuentro en el cual David Knopfler, hermano de Mark, habría participado antes de dejar la banda.
Bajo la producción de Knopfler y Jimmy Iovine, los siete temas que conforman el álbum grabado por Shelly Yakus en los estudios Power Station de Nueva York están envueltos en una portada enteramente roja con el título del álbum y el nombre de la banda en una tira azul con letras blancas que corre verticalmente en el lado derecho y que es un diseño minimalista de Neil Terk.
El disco abre con un extracto del tema “The Carousel Waltz”, escrito por dos de los más emblemáticos compositores de la música popular estadounidense como fueron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein III.
Se trata del clásico sencillo “Tunnel of Love”. La pieza inicia con un sonido de Carousel (órgano) y luego entra el piano para finalmente escuchar a  toda la banda que en parte nos dice: “Enloqueciendo con los bailarines del valse, pero es la vida que he escogido, cantar sobre las seis hojillas, a cerca de los retornos y la tortura de un tatú, he estado viajando en un tren fantasma, donde gritan y golpean en los carros, no se donde estaré esta noche pero siempre te diré donde estoy”
La distintiva guitarra de Mark hace un excelente solo lleno de dulzura y elegancia en esta travesía a lo largo del túnel del amor. Las teclas del piano signan el final.


El segundo tema es otro de los sencillos del disco y un tema esencial del catálogo Dire Straits.
La balada nos dibuja un romance moderno basado en el conocido drama shakesperiano que da titulo al tema. Es “Romeo and Juliet” con la grave voz de Mark quien nos narra: “Un Romeo enamorado cantaba en las calles de las serenatas, apaciguando a todos con la canción que hizo, encuentra un poste de luz y sale de las sombras y dice algo como: tú y yo, nena ¿Qué te parece?
La balada es una de las más hermosas dentro del característico estilo de Knopfler, quien pareciera tener influencia del legendario Bob Dylan con un notorio apego al folk.


Skateaway” completa el trío de sencillos del álbum y es la tercera y última pieza del lado A. En este rock ‘n’ roll que decanta en una historia de amor, Dire Straits nos dice parcialmente en sus versos: “He visto a una chica en un pasillo de una sola dirección, en un camino equivocado, para todo el mundo como un toreador urbano, iba en patines…. Sin temores solitarios en la noche a través de la multitud, en sus oídos los audífonos están ajustados y la música suena duro”.
 
 
“Ella toma el sol durante el día, se perfuma al atardecer y sale de noche con el aroma a almizcle de madreselva, porque ella huele como una  rosa y sabe a durazno, me hace caminar hacia donde está la vida silvestre, haría lo necesario para llegar a ella…”
En esta estimulante y sensorial canción llamada “Expresso Love”, Dire Straits mantiene el tema amoroso con un lenguaje en esencia guitarrístico con matices de teclado.
Sin embargo, en esta oportunidad, han escogido una pieza más movida donde el solo de Mark es una simple línea melódica pero con los típicos acentos de este discreto virtuoso.
La pieza cede espacio al teclado de “Hand in Hand” donde una vez más los románticos Dire Straits recurren al drama amoroso: “El cielo llora y las calles se llenan de lágrimas, y todas esas palabras en la pared, oh! puedo leer entre líneas, cae lluvia, perdona a este sucio pueblo, perdónalo y dale agua, dale vino”.
El acompañamiento del piano de Bittan con sutiles arpegios es uno de los más hermosos y breves momentos de nuestro homenajeado disco.
Como el título nos indica, “Solid Rock” es un sólido tema de rock con un contenido metafórico que va más allá del tema meramente sentimental: “Bueno, mira esto, hice un castillo en la arena, diciendo aquí es donde está en ti, tú sabes, no puedo entenderlo ahora, si me hubiera dado cuenta que no había muchas posibilidades por qué me ha sorprendido la marea al llegar…”
La da paso a “Les Boys” tema final donde el  piano recrea la atmósfera de un cabaret. El híbrido título nos dice: “Los chicos actúan en el cabaret, los chicos están felices de ser gays, no tienen temor ahora, Disco bar en Alemania, Les Boys contentos de estar ahí, en el desfile ahora…”
Making Movies fue publicado en formatos de LP y cassette con tres vídeos de cada uno de los sencillos del álbum dirigidos por Lester Bookbinder, conocido fotógrafo de moda por aquellos días donde el formato CD aún no se apoderaba del mercado.
Vale la pena mencionar que para las sesiones de Making Movies fueron grabados cuatro temas, incluyendo el tema título y el pegadizo “Twisting by the  Pool” que no fueron incluidos en el álbum, siendo los otros dos “Sucker For Punihmenr” y “Suicidal Towers”.
Tras su sofisticado álbum siguiente Love Over Gold (1982), sería en 1985 cuando publicarían su magna obra, Brothers in Arms. La banda dejaría de existir en 1995 pero Mark Knopfler ha seguido activo como solista con discos de gran valor musical, siendo Down the Road Wherever de 2018 su más reciente, además de unos nueve discos que son bandas sonoras. Es tiempo de celebrar los 40 años de este clásico del rock, cuyo título es parte de los versos del tema “Skateaway”.

Leonardo Bigott

 
Lista de Temas:
1. Tunnel Of Love
2. Romeo And Juliet
3. Skateaway
4. Expresso Love
5. Hand In Hand
6. Solid Rock
7. Les Boys

 
Alineación:
- John Illsley / Bass
- Pick Withers /
Drums
- Mark Knopfler / Guitar
- Roy Bittan / Keyboards 
With:
John Illsley, Mark Knopfler, Pick Withers / Vocals




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Buenos días desde La Barra Beatles. Hoy reunidos para recordar una hermosa canción, de las más lindas del cancionero de nuestro rock: “Iba acabándose el vino”, de Charly García. Está en un gran disco llamado “Música del Alma”, un álbum altamente recomendable para amantes de la música acústica. Para introducirnos en el tema voy a traer a un amigo que se nos fue hace varios años, Hernie, conocido en la barra brava de Ferro como “El eléctrico”. Probablemente este pibe sea el mayor fanático de García que conocí. Solía relatar las frases de Charly de un modo tan sentimental que hasta el propio autor se hubiera quedado oyendo a esa voz que venía desde tan adentro, casi desde el significado mismo de la canción. Se notaba que la había recorrido, conocía bien esos vericuetos que están detrás de las palabras, esas notas que la melodía no canta y que, ni bien empieza el tema, la imaginación le hace un coro en silencio que atraviesa todos los compases, los adorna y queda dando vueltas por los parl

Humillación

Jorge Alemán afirma en esta nota (tan actual aunque haya sido escrita hace siglos: el 5 de octubre de 2023) que la pesadilla del avance de la ultraderecha argentina, experta en crueles humillaciones, comenzó hace tiempo y parece que las razones argumentadas que se presentan no alcanzan para despertar de este mundo distópico. Por Jorge Alemán "La historia es una pesadilla de la que estamos intentando  despertar". James Joyce Además del lógico temor frente a que las ultraderechas se queden con el gobierno, estamos asistiendo a uno de los espectáculos más humillantes de la historia argentina. La pesadilla ha comenzado hace tiempo y no parece que las razones argumentadas que se presentan sirvan para despertar de este mundo distópico.   Un clan experto en humillaciones crueles, con matices delirantes que apuntan con una ametralladora de estupideces que son pronunciadas con fruición y goce, se presenta para ocupar las más altas responsabilidades de la Nación. Es el punto

Cuando la Quieren Enterrar, la Memoria se Planta

El pueblo armado con pañuelos blancos aplastó el intento de impunidad . Alrededor de medio millón de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo para rechazar categóricamente el 2x1 de la Corte a los genocidas. No fue la única, hubo al menos veinte plazas más en todo el país, todas repletas, además de manifestaciones en el exterior. Una multitud con pañuelos blancos en la cabeza pudo más que todo el mecanismo político-judicial-eclesiastico-mediático, forzando al Congreso a votar una ley para excluir la aplicación del "2x1" en las causas de lesa humanidad. Tocaron una fibra muy profunda en la historia Argentina, que traspasa generaciones. No queremos genocidas en la calle: es tan simple como eso. Tenemos que tolerar las prisiones domiciliarias a genocidas, que se mueran sin ser condenados o que sean excarcelados gracias a los jueces blancos. Cuesta muchísimo armar las causas, años. Muchos están prófugos, muchos no pudieron condenarse por falta de pruebas y otros porque tard

Kosmovoid - Space Demon (2021)

Todo un viaje. Seguimos con la saga de buenos discos brasileros, y presentamos el tercer álbum del power trío brasileño Kosmovoid, haciendo una mezcla de krautrock, industrial, psicodelia, ambient, post-rock y space-rock, una mezcla de estilos que no hemos escuchado en otras bandas brasileras, desplegada por una banda que tiene como principales influencias a bandas como Ash Ra Temple, Dead Can Dance, Popol Vuh, Kraftwerk, Tangerine Dream y Goblin entre muchas otras. Aquí los sonidos electrónicos forman parte del espíritu de las canciones, que deambulan de manera instrumental sobre un colchón de ritmos casi tribales, creando un trance ritual generada por una buena armonía entre cada instrumento, buscando siempre no caer en lugares comunes aunque estén claras las referencias y las influencias de su música. Once temas instrumentales envolventes y reconfortantes forman este buen disco, que toma el Krautrock y lo trae al día de hoy, mezclándolo también con otros estilos para crear algo

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.