#Muerteparaelencierro. "En este triste día, despedimos al adorado artista Gabo Ferro. Nos abrazarán siempre sus canciones, su poesía y su generosa sonrisa. Sabemos que es una persona y artista muy querido. Agradecemos el respeto en este momento para con sus familiares y amigxs. Estuve, estoy, estamos, estarás", con este mensaje el manager de Gabo Ferro, (historiador, cantante, autor, compositor, poeta y performer, uno de los cantautores más personales de la escena argentina) comunicó hace una semana la triste noticia de su partida. Cantautor del rock, escuchaba a Cage, Berio, Stravinsky, ópera, música contemoránea, vanguardia y todo aquello que pudiese romper con el estereotipo cultural de la belleza. Murió a los 54 años víctima de un cáncer terminal. En la lista de correo comentamos sobre esta tragedia humana y artística, y los cabezones se organizaron para un sentido homenaje, o recuerdo, o simplemente querencia. Por ello hemos decidido armar este posteo un poco especial, recordando toda la obra de un muchacho de Mataderos al que le decían Gabo Ferro y gracias al Mago Alberto, Lisandro y la muchachada de la lista de correo, lo recordamos como corresponde.
Artista: Gabo Ferro
Álbums: Canciones que un hombre no debería cantar. Todo lo sólido se desvanece en el aire, Mañana no debe seguir siendo esto, Boca arriba, Amar, temer, partir, La aguja tras la máscara, La primera noche del fantasma, El lapsus del jinete ciego, El agua del espejo, Su reflejo es el lobo del hombre, El Veneno de los milagros. Historias de pescadores y ladrones de la pampa argentina
Año: 2005 al 2019
Género: Cantautor
Nacionalidad: Argentina
Comenzó a hacerse conocido desde el mundo de la música, con el grupo de hardcore Porco, a principios de la década del noventa. Luego se tomó una pausa musical de siete años. y reapareció en 2005 con el álbum "Canciones que un hombre no debería cantar", que fue el puntapié de una carrera en la que sorprendió a su público con cada nuevo estreno. Luego de trece discos (como solista o junto a otros artistas), seis libros publicados y varias piezas escénicas estrenadas, únicamente la muerte podía parar la obra del artista.
Lo que a mí me gusta y lo que hago es poner en riesgo el canon clásico de belleza. Creo que la síntesis de la historia de uno es inevitable. Después está en uno dejar que eso hable más o hable menos. A mí me gusta ser una síntesis. Una vez, una figura de la música popular argentina me dijo: "Gabito, si podés cantar tan bien, ¿por qué cantás así?". Y esa crítica de buena intención se refería a por qué rompía la voz si cuando cantaba bajito y afinado podría llegar a ser lo que era él. Lo que yo pensé es que para eso ya estaba él. Lo que a mí me gusta y lo que hago es poner en riesgo el canon clásico de belleza. Creo que a muchas de las cosas de la canción todavía no les ha llegado ni el siglo XX. Están todavía con rudimentos decimonónicos para entender la belleza. Les falta Oriente. Romper el ritmo, la melodía, dejar silencios que no estén agarrados a un metrónomo. En general, cuando uno lo hace, eso es entendido como error. No piensan que querés hacerlo, piensan que te equivocaste.
Gabo Ferro
Su voz también lo definió. Siempre defendió su rebeldía frente a los buenos usos de la garganta -esos que son instalados por las escuelas de canto- y se manifestó como él mismo lo había descripto, en ese gesto que -pocas veces- "lo natural" se impone a "lo cultural". Fue un cantante políticamente incorrecto pero artísticamente efectivo, que supo llegar con su voz adonde quiso llegar, sin formalidades.
"La poesía de Gabo Ferro es la poesía de un mago. Alguien que puede hacer de las palabras siempre algo imprevisto. Hablar del mal y convertirlo en bien, hablar del bien y convertirlo en dolor, hablar de la muerte y transformarla en sembradora, en dadora de vida. Por eso, en sus poemas suceden cosas extraordinarias". Ese es el prólogo Diana Bellessi de una antología de las letras de las canciones de todos sus discos.
Y aquí, las palabras del Mago Alberto presentando este posteo un tanto especial.
La poesía, el canto, la fragilidad, la tristeza, la eterna dicotomía entre la vida y la muerte, todo esto encierra la presencia y la ausencia de un trovador que ya no está entre nosotros, que dejó impreso en nuestros corazones la nostalgia, la pasión, la rebeldía, un fulgor que seguro se desvanecerá con el tiempo, pero que seguirá intacto entre quienes seguimos su obra, y los que compartimos los mismos ideales. La muerte tocó la luz de Gabo Ferro, y su luminosidad se fundió con nuestro alrededor, y aquí quedamos huérfanos de su guitarra y su voz.
Luego del posteo de "Canciones Que Un Hombre No Debería Cantar", quedó la deuda de seguir posteando su obra musical y entre ese momento y este queremos saldar esa deuda, así que vamos con un superpost donde van a encontrar casi toda la discografía de Gabo, faltan algunas cosas pero lo esencial lo van a encontrar acá, junto a "Boca Arriba" que fue presentado en el correo cabezón.
Quizás sea un homenaje, quizás sea solo las ganas de compartir un material que es imprescindible escuchar, pero en el fondo solo es la intención de que conozcan en toda su dimensión la obra de un tipo que siempre fue fiel a sus principios, y que dejó una marca profunda en más de un corazón.
Mago Alberto
Músico contaminado, de esos que nos gustan, cantautor del rock, amante de la música contemporánea,Gabo participó junto a Haydée Schvartz en la puesta de Four Walls de John Cage para el Centro de Experimentación del Teatro Colón de Buenos Aires (temporadas 2009 y 2011), del Festival John Cage y el ciclo «Las músicas dentro de la música» con obras de Berio, Dowland y Gandini, entre otros. En 2014, fue protagonista de la ópera Ese grito es todavía un grito de amor sobre textos de Roland Barthes.
Gabo Ferro murió este jueves, a los 54 años (la causa aun no fue informada). El músico, poeta e historiador dio sus primeros pasos en el hardcore, como cantante del grupo Porco. Ya solista, desarrolló su veta de cantautor rockero, con un repertorio tan amplio como sòlido. Aquí, cinco de sus obras fundamentales para descubrirlo.
"Sobre madera rosa" ( Canciones que un hombre no debería cantar , 2004)
La escena tiene potencia bíblica. 31 de marzo de 1997. En el medio de su concierto, el cantante de Porco abandona el escenario del Hotel Bauen y sale caminando por Callao mientras la banda sigue tocando su hardcore nihilista. Gabo Ferro vende su guitarra y sobrevienen años de silencio. Una noche se reencuentra con la cofradía del sello Azione Artigianale en el Centro Cultural San Martín y, aún antes de regresar a su casa, vuelve a componer en el aire de la mismísima parada del 5. "Tengo un mandala / pintado en Jaipur / bajo un vaso con agua / con dos gotas de gin / Una trampa cazadora de espíritus del Japón / y un espejo que atesora el origen del sueño". La voz que enuncia esa enumeración de orden borgeano es otra y es la misma. El 25 de febrero de 2005 -es decir, el día que murió Pappo-, Ferro empuña una guitarra criolla y graba la primera canción de su primer disco solista en los estudios ION. Los fantasmas de la trova renacentista, el folklore libertario y el primer rock argentino quedan invocados.
"Cuando el amor no entra" (Mañana no debe seguir siendo esto, 2006)
La célebre prepotencia de trabajo. Una vez que dejó trazados los primeros ítems de su mapa, Ferro se puso en marcha y ya no se detuvo. A razón de un disco por año, sin contar bootlegs, DVD, libros y colaboraciones de la más diversa índole. Nunca, sin embargo, fue auto-indulgente. A diferencia de otros artistas igual de prolíficos, su productividad estaba casada con un gran sentido de la crítica y la disciplina. Por esa misma naturaleza, su música siempre pareció evadir la idea del hit en favor de una idea más integral como obra. Montada sobre el compás binario de una fiesta mediterránea, "Cuando el amor no entra" es lo más cercano a un hit de toda su carrera. Aun así, no cede un milímetro. Acompañada por su ensamble de entonces (piano, contrabajo, percusión, guitarra y violín), la voz de Ferro juguetea con un puñado de versos fatales: "no sirve salmo ni rezo / ni santo ni procesión / el amor más bien se espanta / si hay dogma o hay religión".
"Soy todo lo que recuerdo" (Boca arriba, 2009)
Los cínicos pueden esperar detrás de la puerta. Como Leonardo Favio, Ferro pone toda la carne a la parrilla: aunque reconoce la geografía del melodrama, su canto se lanza al abismo sin culpa ni snobismo. La emoción, parece decirnos, no está reñida con el intelecto. Como un sueño recurrente, la canción central de Boca arriba no avanza sino que gira en el pozo de un arpegio concéntrico: "Soy todo lo que recuerdo y vos / Todo lo que has olvidado / Yo me muevo entre las cosas / Vos entre fantasmas cansados. / Cuando la cárcel se desarmó / La penitencia fue amarte / No se fuga uno para atrás / Se fuga para adelante". La escalada incluye una guitarra eléctrica con e-bow, el ingreso de unos tambores tribales y una de las performances vocales más poderosas de Ferro. Grabado en los estudios Circo Beat, el disco fue claramente un salto en términos de audio y producción. "Soy todo lo que recuerdo", incluso, tuvo esta suerte de videoclip.
"El extrañante", junto a Luciana Jury (El veneno de los milagros, 2014)
No se dejen engañar. Aunque Ferro parecía cabalgar en soledad, el radio de sus colaboraciones es inmenso: desde el escritor Pablo Ramos hasta Sergio Ch. de Los Natas, pasando por el artista plástico Ral Veroni, la pianista Haydée Schvartz, Lisandro Aristimuño, el poeta Vicente Luy o la editorial de la familia Vitale. Su parcería con Luciana Jury, sin embargo, se recorta en otro sitio. Con el diario del lunes, el encuentro con la sobrina de Favio parece una fruta cayendo de madura: dos de las voces más inflamables e inatrapables de la cancionística argentina contemporánea. Dos jinetes del apocalipsis que, como el joven Bob Dylan de "A Hard Rain A-Gonna Fall", se apean en el corazón del monte para cantar la noticia del final de los tiempos después de un largo viaje: "Vi rostros cuerpos fantasmas / unos alegres y tristes / Vi cosas que no te cuento / porque no pueden decirse".
"Cuerporeclamo" (Su reflejo es el lobo del hombre, 2019)
Armado con la palabra, una guitarra de cuerdas de nylon y su voz de pájaro, Ferro fue construyendo su propia genealogía disco a disco. Una saga de trovadores iconoclastas capaz de unir a Jorge Cafrune con los performers del Parakultural, pasando por Atahualpa Yupanqui, las cancionistas de los años veinte y el Moris de "Escúchame entre el ruido". Grabadas y mezcladas en el estudio Los Elefantes durante solo tres días, sus últimas canciones pendulan entre la política del deseo y el melodrama místico. El núcleo indivisible de ese disco, en ese sentido, es el sexo salvaje que tienen las dos criaturas que somos sobre un escritorio de carne y hueso. "Yo sólo sigo a mi cuerpo / donde va mi cuerpo voy / Y si hoy me pide esta forma / cuando me piden yo doy / Yo tengo un cuerpo / tengo un cuerporeclamo / reclamo mi espacio". La canción de Gabo, con la mala nueva de su muerte, revela la potencia de su paradoja: es urgente y es para siempre.
Lista de Discos:
2005. Canciones que un hombre no debería cantar
2006: Todo lo sólido se desvanece en el aire.
2007: Mañana no debe seguir siendo esto.
2008: Amar, temer, partir.
2011: La aguja tras la máscara.
2013: La primera noche del fantasma.
2016: El lapsus del jinete ciego.
2017: El agua del espejo.
2019: Su reflejo es el lobo del hombre.
2014: El Veneno de los milagros con Luciana Jury.
2018: Historias de pescadores y ladrones de la pampa argentina con Sergio Ch.
El Mago Alberto realmente le hace honor a su apodo, ahí lo veo editando la lista de discos. Gracias Gracias Gracias.
ResponderEliminarAhora se acuerdan de Gabo Ferro. En todos estos años un solo disco publicaron de el.
ResponderEliminarDicen que la magia es el arte de lo oportuno...
Qué gran sponsor la muerte...!!
EliminarSu discografía oficial => https://gaboferro.com.ar/portfolio-category/discos/
EliminarÚltimo disco editado en 2018. Antes de eso era un disco por año, máximo cada dos...
Es fantástica esta discografía y excelente laburo.
ResponderEliminarMe gustaría encontrar uno de 2010 "El hambre y las ganas de comer"
con Pablo Ramos.
Si alguien lo tiene que chifle...
Gracias !!
¡Qué hermoso esto! ¡Gracias!
ResponderEliminarHola. Se pueden bajar?
ResponderEliminarEl Gran Gabo. Hoy pasé por la Av. Alberdi y lo vi como siempre, descascarándose.
ResponderEliminarno encuentro los links de descarga :(
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