Luis Alberto Spinetta fue un músico y poeta tan formidable como prolífico. La complejidad de sus obras, tanto a nivel armónico como poético han sido una de las mayores influencias de la música argentina, afirmación reconocida incluso por los grandes protagonistas del género, como Charly García, Gustavo Santaolalla o Pedro Aznar. Quizás se puede tomar como mérito externo, también, ser el único músico solista del rock argentino al que Ástor Piazzolla le dedicó palabras gratificantes (ya hablamos del gusto de Astor por el grupo Alas): "el flaco es un fenómeno como cantautor, yo sólo soy un músico" declaró el tanguero, acérrimo crítico del rock nacional, en una entrevista concedida a Antonio Carrizo en Radio Rivadavia, en Marzo de 1985.
Antonín Artaud, carta a Jean Paulhan, París, 1937
“El Flaco es un fenómeno como cantautor, yo sólo soy un músico”.
Ástor Piazzolla
Por Juan Manuel Blaiotta
La obra de Spinetta ha trascendido las más inauditas fronteras. Su vanguardismo musical y literario, y el inconformismo de haber encontrado la fórmula del éxito y destruirla casi por completa para reinventarse, lo llevaron a marcar una huella en el arte, un estilo inconfundible que genera admiración en los más diversos públicos. Resuena aquel interminable aplauso en Cosquín Rock, copado de remeras de Los Redondos (esa misma noche tocaba Skay) y Bob Marley (provenientes del escenario temático de reggae) después de que “el flaco” tocara una excelente versión de “Buenos Aires, alma de piedra” con una larga improvisación jazzera a su cargo. Nadie atinó más que a aplaudir el virtuosismo que ese hombre, sentado frente a más de cien mil personas, estaba ofreciendo.
¿A qué me refiero con poesía surrealista? El término surrealista surge en Europa, aproximadamente en 1917. Fue acuñado por Guillame Apollinare, poeta referente de quiénes fueron los precursores del movimiento, especialmente André Breton (autor del “Primer Manifiesto Surrealista”). El mismo Apollinare, se refirió al término como “el punto de partida para toda una serie de manifestaciones del Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar que provoque cambios profundos en nuestras artes y costumbres a través de la alegría universal, pues es sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el mismo paso que el progreso científico e industrial.”Primer Manifiesto Surrealista, André Breton
Años más tarde, en 1926, el escritor y poeta André Breton, definía al surrealismo como un “Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral."
En contadas palabras, se trataba de producir y transferir, en cualquier ámbito, lo más puro posible el pensamiento, un “lenguaje del alma” sin filtros ni razón represora. El surrealismo no tiene reglas, y llega tan lejos como una mente humana puede hacerlo.
Aclarado el término de “poesía surrealista” y sus gramáticas de producción, podemos adentrarnos en el análisis de la poesía surrealista del disco, y en las relaciones poéticas que se establecen entre Spinetta y Artaud.
“Artaud” fue lanzado en 1973, en una total encrucijada histórica y cultural que vivía Argentina: violencia política y enfrentamientos armados, y unas elecciones históricas post-dictadura que dieron como ganador al movimiento peronista, por el cual Spinetta tenía simpatía. Pero el regreso de Perón al país, generó aún más violencia con enfrentamientos entre la izquierda y la derecha peronista. La muerte de Perón y la incapacidad gobernante de su mujer, Isabel Martínez, concluyeron en una nueva dictadura, en 1976, que sería la más sangrienta de la historia argentina. El músico, entonces, relacionaba ese momento del país, con esa especie de anarquismo suicida de la poesía de Artaud, y sentía incompatible su visión del rock y la vida comparado con lo que masivamente estaba pasando.
Fue por esa visión que Spinetta se quedó solo. Los planteos de los músicos de Pescado Rabioso, que querían un rock/blues más cuadrado y que alegaban “no entender” a donde quería llegar el cantante, hicieron que se vayan de a uno, quedando sólo Luis Alberto con sus nuevas ideas. “A lo último escribía un tema y yo no lo entendía; estaba leyendo mucho a Artaud. El Flaco se quedó solo, se sintió abandonado porque todos los demás decidimos no seguir su plan. Pero cuando escuché el disco terminado, me quería matar” confesaría años después Black Amaya, baterista del grupo.
Esta nueva visión que había desarrollado Spinetta, no era más que la de la poesía surrealista, inspirado especialmente por Antonin Artaud, pero también por otros autores como Rimbaud, Castaneda o Nietzsche.
El álbum comienza con “Todas las hojas son del viento”, una canción que reúne los temas más abordados en la poesía surrealista: la libertad (“hoy que un hijo hiciste / cambia ya tu mente / cuídalo de drogas / nunca lo reprimas”); la mujer (“dale un vientre blanco / dale tibia leche de tu cuerpo / …dale el áurea misma de tu sexo”) y el amor que le destila y le pide a esa nueva madre que tenga para con su hijo. No es un amor convencional, sino un amor maternal. Las temáticas y la metáfora de la vida y la muerte de “las hojas” con el nacimiento de un niño, nos dan indicios del giro surrealista que el autor tomaba en el disco. Y aquí, en la apertura del disco, podemos establecer la primer relación entre Spinetta y Artaud. Muchos pensarán que anteriormente, la palabra “áurea” fue un error de tipeo que intentaba hacer referencia, por como se venía dando la lírica de la canción, al término “aura”. Pero no es así. El poeta francés en numerosas oportunidades ha creado o deformado palabras tan sólo por su sonoridad. Artaud alegaba que las palabras no eran lo más importante del lenguaje, sino cómo se las decía y sentía. Si veía necesario llamar de otra manera a lo que comúnmente se llama, por ejemplo, silla, no dudaba en escribirlo, y en adaptar al lector a su propio lenguaje. Este mismo recurso fue el que utilizó Spinetta al nombrar el “áurea” donde todos esperan el “aura”. No se refería ni a un término matemático, ni a un municipio brasileño: logró imponer la sorpresa, otro de los recursos surrealistas, e inventar algo que en la poesía clásica jamás sería aceptado.
Otra de las letras que más llaman la atención del disco es “Por”. Antes de cualquier análisis, prefiero que sea leída en su totalidad:
“Árbol, hoja, salto, luz,
aproximación,
mueble, lana, gusto, pie,
té, marcas, miradas.
Nube, loba, dedo, cal,
gesticulador,
hijo, cama, menta, sien,
rey, fin, sol, amigo, cruz.
Alga, dado, cielo, riel,
estalactita, mirador, corazón.
Hombre, rayo, felpa, sed
extremidad, insolación, parecer.
Clavo, coito, Dios
temor, mujer, por...”
Estamos ante una poesía de surrealismo extremadamente pura. No hay nada que se le escape a Spinetta en esta canción. El carácter lúdico de las palabras, de la formación de los versos, lo llevan a componer una letra en base a un clásico juego del surrealismo: el cadáver exquisito. Éste consiste en una composición cooperativa entre dos o más sujetos para la creación de una obra a partir de sus colaboraciones, que permite crear una obra única a partir de diferentes intencionalidades. Breton decía que lo emocionante en este tipo de producciones era la certeza de que para bien o para mal, representaban algo que no era posible por el trabajo de una sola mente, y poseían un grado excepcional propio de la poesía. “Por” fue creada mediante este juego, realizado por el propio Luis Alberto Spinetta y su mujer de aquel entonces, Patricia Salazar. Si bien, y claro está, no tiene una temática definida, se vuelve a tratar términos propios de este estilo, como la mujer, el sexo, los hijos, Dios y la naturaleza.
Una de las principales conexiones que se puede establecer entre las líricas de este disco y las de Antonin Artaud, es la de “A Starosta, el idiota” poniéndolo en relación con la poesía “Poeta negro” del francés.
A Starosta, el idiota
“Bocas del aire del mar
beban la sal de esta luz
para sí
ya coman en la eternidad
algo se va ahogar
es este ardor y es esta la fiebre del que espera
frente al despertar
vámonos de aquí...
No llores más ya no tengas frío
No creas que ya no hay más tinieblas
Tan sólo debes comprenderla
Es como la luz de primavera
Es como la luz de primavera
Altas mareas del sol
llenan sus bocas con él
el idiota
ya nada puedo hacer por él
El se quemará mirando al sol
y es esta la historia del que espera
para despertar
Vámonos de aquí”
Poeta Negro
“Poeta negro, te obsesiona
un seno de doncella
poeta amargo, la vida se agita
y arde la ciudad
y el cielo se diluye en agua,
y tu pluma punza el corazón de la vida.
Selva, selva, ojos irisados
sobre pináculos que se multiplican
hilos de tormenta, los poetas
montan caballos, montan perros.
Los ojos se enardecen, las lenguas giran
el cielo fluye hacia las fosas nasales
como una leche azul y nutritiva;
estoy atento a sus bocas
mujeres, rígidos corazones de vinagre.”
Tal y como lo reconoce la escritora María Victoria Acebal, la conexión que se da entre estas dos letras, además del estilo surrealista que ambos le impregnan, es que tanto Spinetta como Artaud se reconocen en sus personajes. Artaud se declaró como el protagonista de la poesía, siendo él mismo ese poeta negro obsesionado por una mujer, y cuya vida agitada parece arder.
“Starosta no es nadie, y a la vez somos todos. En realidad, es como si fuera un Spinetta exagerado que termina siendo un idiota. En la canción le hablo a esa parte idiota que tengo” declaró el mismo Spinetta sobre su escrito. Ambos se autocritican, se reconocen dentro de la poesía y del surrealismo, y utilizan un término idéntico para los momentos de sus vidas: “arder”. Uno en la ciudad, el nihilismo en base a una sociedad “quemada”, una sociedad perdida. Y el otro la fiebre que le sube antes los momentos de tiniebla que atraviesan su vida.
Poéticamente, ambos rompen las normas clásicas, fieles al estilo, y estructuran la poesía de manera dispar. La metáfora, siempre presente, al igual que la comparación entre objetos desemejantes en la obra Spinetteana: “no creas que ya no hay más tiniebla / tan sólo debes comprenderla / es como la luz de primavera”. La tiniebla es como la luz, como la luz primaveral, que tal vez sea la que, mentalmente, consideramos más luminosa. Y el autor vuelve a sorprender, a romper lo habitual.
Pero no sólo la obra de Artaud inspiró a Spinetta a componer este disco. A partir de la lectura del libro del poeta francés “Van Gogh: el suicidado de la sociedad”, el Flaco establece relación y se dispone a leer las cartas que Van Gogh le escribió a su hermano Theo. De esas cartas, es que nace gran parte de “Cantata de puentes amarillos” , una canción de más de nueve minutos de duración. Spinetta utiliza como disparador no sólo textos escritos, sino que también elementos pictóricos, para lograr su composición. Vicent Van Gogh sólo ha pintado un puente amarillo en toda su obra: un retrato del puente levadizo de Langlois, en Arles (provincia del sur de Francia). Y también hace referencias directas a lo que las cartas decían: “Aquellas sombras del camino azul, donde están / yo las comparo con cipreses que vi solo en sueños’” , escribe Spinetta, alegando, tal vez, a la obra “Camino por cipreses” del propio Van Gogh.“El puente de Langlois en Arles”,
cuadro de Vincent Van Gogh
Luego, en otra referencia a la libertad, Spinetta escribe: “Mira el pájaro / se mueve en su jaula”, temática similar a la que el pintor holandés escribe en una de sus cartas: la desesperación de un pájaro enjaulado que desea ser libre como los demás pájaros: “Estoy enjaulado. Y, por lo tanto, no me falta nada imbéciles. ¡Ah, por piedad, la libertad! ¡Ser un pájaro como los otros pájaros!”.
En este caso, Artaud fue un “puente” de conexión entre Spinetta y Van Gogh, donde el autor argentino pudo atravesarlo, ir más allá, e inspirarse en su obra.
Los argumentos en los que Spinetta se considera un poeta surrealista, y la afirmación de conexiones entre sus letras y las de Artaud, están fundamentadas. Pero bien, hay otra canción (y dejando algunas muy buenas fuera del análisis) en el que Spinetta, siguiendo también una línea Bretoniana, se declara en contra de la lógica. "En cuanto a las letras, lo que pasa es que hemos hecho de las palabras algo para entender, cuando en realidad son aquello que está ahí y suena. Yo uso las palabras como música, pero la paradoja es que te tengo que explicar todo esto mediante palabras. La música no se entiende". El autor se defendía sobre las críticas y rumores que corrían sobre su persona en la prensa amarillista del momento. Las letras que comenzaban a ser poco comprendidas por los críticos y los chimentos de amores, desataron en Luis Alberto una furia que desembocaría en “Las habladurías del mundo”
“Toda toda la ternura me darás
si te ofrezco ser
parte de tu cuerpo
Y ya al acariciarme me darás
los espejos que son de tu día del alma
Mientras oigo trinos voces oigo más
son aquellos los dioses que nos escuchan
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos
Veo veo las palabras nunca son
lo mejor para estar desnudos
Ni ni la anaconda es como el buey
ya no hay más reyes de la selva
Toda toda la ternura me darás
si te ofrezco ser carne de tu cuerpo
No estoy atado a ningún sueño ya
Las habladurías del mundo
no pueden atraparnos”
Rompe con la lógica, y se protege de aquellas habladurías que critican lo que no comprenden, a los convencionalistas sociales. Spinetta cierra el disco con una canción impregnada de ideología y estructura surrealista, para terminar de partir la cabeza de quienes lo comprendieron, y para también, por qué no, patear a quienes ferozmente lo criticaron o se burlaron de sus delirios artísticos.
Haciendo un repaso, hemos recorrido sólo un poco de lo abarcativo de la obra de Luis Alberto Spinetta. Comenzando con una aclaración sobre qué consideramos poesía surrealista, se pudo emparentar perfectamente la obra de Luis con ese movimiento artístico surgido a principios del siglo XX. Los recursos que Spinetta ha utilizado a lo largo de toda su carrera, le hacen ganarse el título, entre tantas otras cosas, de gran representante de la poesía surrealista. Y limitándose a tan sólo un disco, se pudieron encontrar estrechas relaciones con quien inspiró a Spinetta a darle el título a su álbum. Spinetta tuvo una visión única del país, de pensar la poesía en este lado del mundo. Será porque los grandes pueden tomar de todos algo, para formar una obra aún mejor que la de sus maestros.
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