Simón Bolivar expresó: "Los EE.UU. parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad".
"Estampa espectacular" dice el periodista de TN, en la cobertura de la cadena de noticias del Grupo Clarín, cuando el Air Force One pisó suelo argentino. "Avión espectacular", repetía el corresponsal en el aeropuerto en Ezeiza.
"Ni una sola rayita", describía al pájaro que trajo al país al presidente de Estados Unidos y nos lleva a los argentinos, de regreso, al Primer Mundo.
"Es imponente la imagen de La Bestia" para referirse a la limusina que trasladó a Obama anoche. "Saluda Barack Obama y nosotros también lo saludamos", grita excitado, desbordado, exultante y al borde del orgasmo, el periodista de TN.
Nunca la vuelta al Primer Mundo podía ser tan emocionante, jamás sospechamos que podíamos sentir tan vértigo por volver al mundo.
Pero tanta obsecuencia reforzará la voluntad de protesta. Es probable que Obamita enfrente la mayor manifestación de repudio en un viaje al exterior de todo su mandato. Pero eso no impide el más impresionante y vomitante cipayismo.
El ideal presente de perfeccionamiento político es una coordinación federativa de grupos sociológicos afines, que respete sus características propias y las armonice en una poderosa nacionalidad común. Ninguna convergencia histórica parece más natural que una federación de los pueblos de la América latina. Disgregados hace un siglo por la incomunicación y el feudalismo, pueden ya plantear de nuevo el problema de su futura unidad nacional, extendida desde el río Bravo hasta el estrecho de Magallanes. Esa posibilidad histórica merece convertirse en ideal común, pues son comunes a todos sus pueblos las esperanzas de progreso y los peligros de vasallaje. Hora es de repetir que, si no llegara a cumplirse tal destino, sería inevitable su colonización por el imperialismo que desde ha cien años los acecha: la oblicua doctrina de Monroe, firme voluntad de los Estados Unidos, expresa hoy su decisión de tutelar y explotar a nuestra América latina, cautivándola sin violencia, por la diplomacia del dólar. Son sus cómplices la tiranía política, el parasitismo económico y la superstición religiosa, que necesitan mantener divididos a nuestros pueblos, explotando sus odios recíprocos en favor de los intereses creados en cien años de feudalismo tradicional.José Ingenieros, "Las fuerzas morales"
Frente a esas fuerzas inmorales del pasado, la esperanza de acercarnos a una firme solidaridad sólo puede ser puesta en la Nueva Generación, si logra ser tan nueva por su espíritu como por sus años. Sea ella capaz de resistir a las pequeñas tentaciones del presente, mientras adquiera las fuerzas morales que la capaciten para emprender nuestra gran obra del porvenir: desenvolver la justicia social en la nacionalidad continental.
"Estampa espectacular" dice el periodista de TN, en la cobertura de la cadena de noticias del Grupo Clarín, cuando el Air Force One pisó suelo argentino. "Avión espectacular", repetía el corresponsal en el aeropuerto en Ezeiza.
"Ni una sola rayita", describía al pájaro que trajo al país al presidente de Estados Unidos y nos lleva a los argentinos, de regreso, al Primer Mundo.
"Es imponente la imagen de La Bestia" para referirse a la limusina que trasladó a Obama anoche. "Saluda Barack Obama y nosotros también lo saludamos", grita excitado, desbordado, exultante y al borde del orgasmo, el periodista de TN.
Nunca la vuelta al Primer Mundo podía ser tan emocionante, jamás sospechamos que podíamos sentir tan vértigo por volver al mundo.
Pero tanta obsecuencia reforzará la voluntad de protesta. Es probable que Obamita enfrente la mayor manifestación de repudio en un viaje al exterior de todo su mandato. Pero eso no impide el más impresionante y vomitante cipayismo.
El colmo del retorno a las relaciones carnales es la llegada de Obama justo para el 24 de marzo. El extremo de esa provocación sería una visita al Museo de la Memoria de un hombre del imperio que sostuvo a Videla, cuando el Imperio pudo acabar con los dirigentes progresistas de una serie de países sudemaricanos gracias a la implantación de regímenes militares, en lo que se dió a llamar el "plan Cóndor".
La victoria del "no" en el referéndum para modificar la Constitución de Bolivia y permitir al presidente, Evo Morales, a presentarse a la reelección en 2019, así como la llegada de Marioneta Macri al poder en Argentina, se hizo posible gracias al intenso trabajo de EEUU. Washington recurre a presiones económicas y mediáticas. Durante el mandato del presidente norteamericano, Obamita, EEUU endureció su política injerencista hacia Latinoamérica, con dos golpes de Estado exitosos en la región: en 2009 fue derrocado el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y en 2012 el mandatario paraguayo Fernando Lugo, en un golpe de Estado exprés.
Abultada financiacion yanky para desestabilizar y derrocar gobiernos populares de América Latina. El Pro está lleno de activistas financiados por organizaciones a tal efecto, muchos de los cuales hoy son funcionarios (lean esta nota sobre la vinculaciòn de la diputada Laura Alonso, por ejemplo). Estados Unidos ha destinado 2 mil millones de dólares a la desestabilización de países de América Latina. De acuerdo con un informe publicado en 2007, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) destinó un total de 4.066.131 dólares para promover unas 101 subversiones contra el Gobierno del presidente de Bolivia.
Lean la siguiente nota:
Wikileaks: EEUU planea golpes de Estado y magnicidios en América LatinaNota original en HispanTV
La web de filtraciones Wikileaks revela que la política exterior de Estados Unidos contempla un plan que incluye golpes de Estados y magnicidios para mantener el dogma neoliberal. Según los documentos filtrados por Wikileaks y publicados este viernes por el portal de la agencia rusa de noticias RT, el establecimiento de cualquier gobierno no neoliberal, así como cualquier movimiento opuesto a la instauración de esa ideología en cualquier parte del mundo, serán condenados a derrocamiento.
Los documentos, estudiados por Alexander Main y Dan Beeton, del Centro para la Investigación Económica y Política, con sede en Washington (EE.UU.), demuestran además que el país norteamericano ha aplicado la misma estrategia en Sudamérica, al menos durante los últimos 15 años.
Añaden que no solo en América Latina, sino también en otros países, Washington ha seguido una estrategia de "disidencia estatal".
En su libro WikiLeaks: el mundo según el Imperio estadounidense, Main y Beeton explican cómo Washington logró difundir en Sudamérica la austeridad presupuestaria, la desregulación, el "libre comercio", la privatización y la destrucción del sector público desde mediados de 1980, a través de la coacción ejercida por los 'Chicago Boys' —jóvenes economistas latinoamericanos que regresan a sus países después de estudiar en Estados Unidos.
Los intentos de EE.UU. para desestabilizar Bolivia
De acuerdo con un informe publicado en 2007, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) destinó un total de 4.066.131 dólares para promover unas 101 subversiones contra el Gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, primer presidente indígena del país, electo en 2006.
Este intento de golpe de Estado, no obstante, fracasó bajo la presión del conjunto de presidentes de América del Sur que emitieron una declaración conjunta de apoyo al Gobierno constitucional de Bolivia.
Ante esa situación, adelantan los referidos expertos estadounidenses, Washington no se rindió y siguió manteniendo comunicación constante con los líderes del movimiento separatista Nación Camba.
Cabe recordar que la asambleísta ecuatoriana María Augusta Calle, en declaraciones concedidas el pasado 3 de julio a la Radio del Sur, denunció que Estados Unidos ha destinado 2 mil millones de dólares a la desestabilización de países de América Latina.
Los gobiernos antineoliberales electos en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, El Salvador, Ecuador y Nicaragua llaman a la resistencia ante la política exterior de Washington llevando a la práctica sus promesas electorales de redistribución social y reducción de la pobreza.
En verdad, la agenda de la derecha latinoamericana no ha variado nunca. Si por alguna razón las clases dominantes dejaron en pausa la técnica del golpe de Estado, se debió al reinado absolutista del neoliberalismo ejercido entre los años 80 y los 90. Cuando latinoamérica dió un giro debido a la crisis generada por el libremercado moderno, la derecha política, económica, social, las grandes empresas trasnacionales, apuntaron contra el el populismo que lo venís a reemplazar, y cuando ello no alcanzaba, siempre estaban a la mano excusas como la corrupción, amenazas identificada con el narcotráfico o el terrorismo internacional, la exclusión del mundo, etc. La justificación ideológica siempre está a la orden del día.
Los años 90 se caracterizaron por la reforma del Estado, el abandono de la inversión estatal y las políticas públicas redistributivas. El proceso desregulador, las privatizaciones, fueron las armas utilizadas para desmantelar el movimiento obrero y sindical, atacar a los partidos de la izquierda. Asimismo, la caída del muro de Berlín se interpretó como el fin de un ciclo histórico. Para los acólitos del neoliberalismo y la globalización fue el fracaso de la utopía socialista. En América Latina dicho argumento se aderezó con elucubraciones teóricas destinadas a mostrar las imperfecciones de los dirigentes progresistas latinoamericanos, adjetivados como mafiosos, subrayando la esterilidad del pensamiento emancipador antimperialista, al tiempo que proponía trabajar consolidando la hegemonía estadunidense. Esta visión fue completada con "El manual del perfecto idiota latinoamericano", donde el insulto sustituyó el argumento. Todo en pro de la supremacía de la doctrina neoliberal. Ambos textos cobraron protagonismo editorial gracias a una publicidad y fondos destinados a potenciar la guerra sicológica contra el enemigo interno.
Se popularizó la versión idílica del neoliberalismo. Bajo el paraguas de la economía de mercado, todos podrían conseguir sus metas, aumentar sus bienes, prosperar y ascender en la escala social. Sin enemigos internos ni externos, sólo se trataba de administrar el orden neoligárquico.
El momento sin intervenciones a la fuerza ¿Para qué golpes de Estado si los pueblos abrazan el neoliberalismo? cubre un breve periodo que va desde 1990 hasta 2002, momento del fallido golpe contra el gobierno del presidente Hugo Chávez. luego del "fin de la historia" que otorgaba al sistema capitalista una victoria que parecía desmentir todos los esfuerzos e ideologías puestos en su contra, con un Estados Unidos convertido en un gendarme mundial sin competidor alguno, comenzó a germinar una nueva realidad en esta parte del mundo, azotada justamente por las consecuencias del neoliberalismo.
A partir de ese instante, la política imperial poco a poco se redefine. Los llamados golpes de guante blanco se compatibilizan con las armas de la guerra sicológica, comunicacional y las acciones desestabilizadoras en el orden económico, político e internacional.
Así llegamos al golpe cívico-militar contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya (2009), se convierte en un punto de inflexión. En 2012, el derrocamiento del presidente Fernando Lugo, en Paraguay, da la bienvenida a los golpes consensuados entre los poderes del Estado. Hoy la derecha brasileña pretende dar la puntilla, forzando la dimisión de la presidenta Dilma Rousseff.
Si triunfa la operación Lavado Rápido, orquestada por los empresarios, el capital trasnacional, con aval de Estados Unidos y la eurozona, Brasil se transforma en referente para plantificar golpes fundados en el protagonismo político extemporáneo de jueces, fiscales y tribunales. El Poder Judicial, con el apoyo del Poder Legislativo, toma el relevo de las fuerzas armadas.
La "corrupción", como argumento central, desplaza a un segundo plano la política económica y social para derrocar gobiernos, ampliando la base social del descontento, agitando la bandera de la transparencia, la buena gestión.
La emergencia de proyectos populistas no solamente en Venezuela sino también en Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, El Salvador y República Dominicana, entre otros, fue suficiente para sacar del armario la técnica del golpe de Estado. Sólo que la mano ejecutora no será la institución militar, y ahora se habla de golpes blandos. La situación de inestabilidad política de Brasil corresponde a esta nueva modalidad, así como la llegada al poder de Marioneta Macri.
Ahora, Marioneta M&M busca oxigeno con fuertes gestos de sometimiento al imperio. Como todo mandatario derechista espera recibir alguna devolución de favores.
Así están los medios, adulando a Obamita, su avión, su limusina y la maravilla que es estar nuevamente en el mundo.
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