"Primero vamos a matar a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos" decía el exgobernador de la provincia de Buenos Aires, el represor Ibérico Saint Jean, durante la última dictadura cívico-militar, y luego de que la Corte Suprema aplicara la "ley del 2x1" en beneficio para gente como esta, está más actual que nunca. El gobierno de psicópatas de Corporación Cambiemos ya no sabe con qué asustar a una sociedad anonadada, si no es con la reimplantación del capitalismo más salvaje es con el negacionismo más perverso, si no es con la entrega de nuestro patrimonio es con la horadación de derechos que pensábamos consolidados. El hálito restaurador que destilan contagia de podredumbre todo lo que toca y alienta la resurrección de ideas monstruosas que creíamos desterradas y que nos harán volver a lo peor de nuestro pasado. Nada bueno saldrá de la forzada reconciliación con los verdugos, nada bueno nos espera en el amargo túnel de retroceso a los momentos más tortuosos de nuestra historia.
La reciente sentencia de la Corte aprobada por los jueces Elena Highton, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz convalida una reducción de la pena a criminales de lesa humanidad por la aplicación del principio de la "ley más benigna", la del 2 por 1, a pesar de que dicha ley fue derogada hace años y tampoco estaba vigente en el momento en el que los crímenes comenzaron a cometerse, con el agravante de que la desaparición forzada de personas y la apropiación de menores se siguen cometiendo indefinidamente en la medida en que las víctimas no aparecen. Los crímenes de lesa humanidad, según una política de estado que nuestro país sostuvo hasta que estos jueces la derribaron, son imprescriptibles. Será imprescriptible la responsabilidad de estos funcionarios en la reposición del terrorismo de estado.
Una ley derogada a la que estos jueces recurren por su benignidad en favor de criminales que no cesan de cometer crímenes atroces es una catástrofe humanitaria que voltea de un saque una trabajosa conquista lograda por la lucha pacífica de varias generaciones de argentinos. Es una lucha ejemplar en el mundo para que los responsables y ejecutores del terrorismo de estado fueran juzgados con todas las garantías de la ley y cumplieran sus condenas en cárceles comunes.
La reconciliación es el deseo no cumplido de la oligarquía que presiona para que el olvido se instale en nuestras tierras. Lo habían logrado con las leyes del perdón y el indulto menemista, y actualmente tuvieron que volver a impulsarlo y lo comenzaron a hacer desde el pataleo en formato editorial del diario La Nación, luego seguidas por Darío Lopérfido y el Felino Macri con sus dudas sobre el número de asesinados por la dictadura, la pueril concepción sobre la dictadura como "algo terrible que nos pasó" o con las erráticas definiciones de otros funcionarios, toda una puesta en escena para un macabro acto que se empezó a ejecutar apenas asumió este temible gobierno reaccionario de Corporación Cambiemos S.A.
La reciente sentencia de la Corte aprobada por los jueces Elena Highton, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz convalida una reducción de la pena a criminales de lesa humanidad por la aplicación del principio de la "ley más benigna", la del 2 por 1, a pesar de que dicha ley fue derogada hace años y tampoco estaba vigente en el momento en el que los crímenes comenzaron a cometerse, con el agravante de que la desaparición forzada de personas y la apropiación de menores se siguen cometiendo indefinidamente en la medida en que las víctimas no aparecen. Los crímenes de lesa humanidad, según una política de estado que nuestro país sostuvo hasta que estos jueces la derribaron, son imprescriptibles. Será imprescriptible la responsabilidad de estos funcionarios en la reposición del terrorismo de estado.
Una ley derogada a la que estos jueces recurren por su benignidad en favor de criminales que no cesan de cometer crímenes atroces es una catástrofe humanitaria que voltea de un saque una trabajosa conquista lograda por la lucha pacífica de varias generaciones de argentinos. Es una lucha ejemplar en el mundo para que los responsables y ejecutores del terrorismo de estado fueran juzgados con todas las garantías de la ley y cumplieran sus condenas en cárceles comunes.
La reconciliación es el deseo no cumplido de la oligarquía que presiona para que el olvido se instale en nuestras tierras. Lo habían logrado con las leyes del perdón y el indulto menemista, y actualmente tuvieron que volver a impulsarlo y lo comenzaron a hacer desde el pataleo en formato editorial del diario La Nación, luego seguidas por Darío Lopérfido y el Felino Macri con sus dudas sobre el número de asesinados por la dictadura, la pueril concepción sobre la dictadura como "algo terrible que nos pasó" o con las erráticas definiciones de otros funcionarios, toda una puesta en escena para un macabro acto que se empezó a ejecutar apenas asumió este temible gobierno reaccionario de Corporación Cambiemos S.A.
Vienen por todo. Están buscando ex profeso una crisis tal que los sectores medios colonizados acepten de buen grado una dolarización, de modo que San Martín y Belgrano fueron reemplazados por yaguaretes y ballenas que pronto serán reemplazados por Washington y Franklin.
En estéreo a los actos y declaraciones de los CEOs de Corporación Cambiemos, aparece el vergonzoso fallo de la Corte Suprema de Justicia con la equiparación de delitos comunes con los de Lesa Humanidad, y escuchamos la Conferencia Episcopal Argentina, y su "cultura del encuentro" que pregona la Iglesia -en sintonía con el cinismo macrista de "la unión de todos los argentinos", mientras los mismos amarillos agigantan la grieta día a día- no es más que la renuncia a todas las luchas de un pueblo a lo largo de su historia. Ahora, en medio de una crisis pre fabricada, sacan de la galera la peor de las pesadillas para polarizar a la sociedad de cara a las elecciones de medio término. Y sépanlo, el voto no bastará para frenarlos.
La Policía del Pensamiento ya está instalada, está funcionando desde todas las pantallas, desde cada diario, desde la "justicia" y también desde la violencia del garrote concreto:
"Vamos por el buen camino", dijo Macri, aunque casi todos sabemos hacia dónde nos conduce. No sólo nos quiere reconciliados, sino también sumisos, callados, obedientes. Con unos "Minutos de Odio" que gracias a los medios de comunicación concentrados se convierten en 24 hs. de lavado de cerebro y de diatriba contra la ex presidenta, contra la herencia recibida, contra los extranjeros, contra cualquier protesta social. Con la "neolengua" donde dichos mass-media nos encajan relatos y operaciones mediáticas las 24 hs. Con la "Policía del Pensamiento" de la que contamos con múltiples ejemplos. Con el "doblepensar" que genera nuevos sentidos comunes y nos intenta olvidar nuestro sangriento pasado sufriente para ser reemplazado por algo más light y zen. Ya sabemos, es la memoria la que nos impide volver al pasado sufriente, y es el olvido, lo que permite volver al círculo infinito del dolor.
El sentido preciso de la democracia está en permanente disputa y ahora vemos que tampoco asegura que los crímenes de estado no se vuelvan a repetir.
Cada vez más parecido a "1984"...
¿Con la democracia se libera a los genocidas? ¿Así es como piensan pacificar nuestra memoria? La voluntad de tres personas aniquila en un instante el esfuerzo colectivo de años de lucha y abre la puerta para que en un plazo corto los criminales más abominables de la historia argentina vuelvan a caminar por nuestras calles. Este fallo se produce en un contexto político que lo posibilita, en la semana en que la cúpula de la iglesia católica, perpetuatemente sospechada de complicidad con el terrorismo de estado, llama otra vez a promover una reconciliación de los terroristas de estado con sus víctimas. Y la sincronización de jueces y curas no puede ser disimulada.
El gobierno del Felino Macri no puede considerarse una completa dictadura. Arribar a esa conclusión sería un grave error analítico, pero los Amarillos se esfuerzan tanto, que nos van a terminar convenciendo.
En estéreo a los actos y declaraciones de los CEOs de Corporación Cambiemos, aparece el vergonzoso fallo de la Corte Suprema de Justicia con la equiparación de delitos comunes con los de Lesa Humanidad, y escuchamos la Conferencia Episcopal Argentina, y su "cultura del encuentro" que pregona la Iglesia -en sintonía con el cinismo macrista de "la unión de todos los argentinos", mientras los mismos amarillos agigantan la grieta día a día- no es más que la renuncia a todas las luchas de un pueblo a lo largo de su historia. Ahora, en medio de una crisis pre fabricada, sacan de la galera la peor de las pesadillas para polarizar a la sociedad de cara a las elecciones de medio término. Y sépanlo, el voto no bastará para frenarlos.
La Policía del Pensamiento ya está instalada, está funcionando desde todas las pantallas, desde cada diario, desde la "justicia" y también desde la violencia del garrote concreto:
- Detenciones ilegales de cualquier dirigente opositor, como el caso de Milagro Sala. Otro ejemplo, pero hay muchos como él, es el caso del ex subsecretario de Tierra y Hábitat Diego Barreto acusado de irregularidades en entrega de viviendas a quien se le niega la libertad pese a que todavía ni siquiera hay una fecha de juicio.
- En medio de la precarización laboral, serán perseguidos quienes osen oponerse a tanto despido, maltrato y rebaja salarial, ya sean políticos, sindicalistas o comunes trabajadores. Ni hablar de la represión a cualquier acto de protesta, pedido salarial o laboral.
- Hostigamiento intempestivo de la Policía de Pensamiento para amedrentar a todo sector que pueda resultar conflictivo, como en el caso de las escuelas "visitadas" por agentes armados para recolectar información de los maestros.
- Persecución política e ideológica en todo medio de comunicación, ya sea público o privado, causas armadas a los abogados defensores de cualquier opositor y persecución de jueces no adictos al poder macrista, como en las causas armadas a los abogados que componen el equipo de abogados de Milagro Sala y el resto de los presos: Elizabeth Gómez Alcorta y Luis Paz, la persecución a los jueces Graciela Marino y Enrique Arias Gibert, magistrados que fallaron a favor de los trabajadores bancarios en el acuerdo que los gremios habían firmado con las cámaras de bancos nacionales y extranjeros y sobre los que ahora se les impulsa el juicio político por el ministro de trabajo Jorge Traiacca, la persecución a la jueza laboral Dora Temis, la magistrada hizo lugar a una medida cautelar presentada por el gremio docente UDA y emplazó al gobierno que debe negociar salarios y el gobierno nacional la recusó, el pedido de juicio político por parte del macrismo al juez Luis Federico Arias de La Plata, quien falló a favor de los gremios docentes al dejar sin efecto la conciliación obligatoria dictada por la gobernadora María Eugenia Vidal, el pedido de juicio político por parte de Corporación Cambiemos contra el juez federal Daniel Rafecas por supuesta tergiversación de pruebas en el caso de la denuncia realizada por el exf iscal Alberto Nisman, el pedido de juicio político por parte del dirigente correntino Rodolfo Martínez a la jueza federal de San Martín, Martina Isabel Fons, quien había ordenado suspender el aumento de las tarifas de electricidad a través de una medida cautelar de alcance nacional, rechazada y devuelta a primera instancia por la Corte Suprema, los innumerables pedidos de Juicio Político y embestida inusitada a la procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó.
- El repentino sobreseimiento a los empresarios Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre, Ernestina Herrera de Noble, Raymundo Juan Pío Podestá y Guillermo Juan Gainza Paz en la causa judicial vinculada la compra de la empresa Papel Prensa SA, propiedad del La Nación y el Grupo Clarín. El Juez Federal Julián Ercolini había concluido que no existió vinculación alguna entre la compra de la empresa y los delitos de lesa humanidad cometidos por la última dictadura militar sobre la familia Graiver, anteriores titulares de Papel Prensa.
"Vamos por el buen camino", dijo Macri, aunque casi todos sabemos hacia dónde nos conduce. No sólo nos quiere reconciliados, sino también sumisos, callados, obedientes. Con unos "Minutos de Odio" que gracias a los medios de comunicación concentrados se convierten en 24 hs. de lavado de cerebro y de diatriba contra la ex presidenta, contra la herencia recibida, contra los extranjeros, contra cualquier protesta social. Con la "neolengua" donde dichos mass-media nos encajan relatos y operaciones mediáticas las 24 hs. Con la "Policía del Pensamiento" de la que contamos con múltiples ejemplos. Con el "doblepensar" que genera nuevos sentidos comunes y nos intenta olvidar nuestro sangriento pasado sufriente para ser reemplazado por algo más light y zen. Ya sabemos, es la memoria la que nos impide volver al pasado sufriente, y es el olvido, lo que permite volver al círculo infinito del dolor.
El sentido preciso de la democracia está en permanente disputa y ahora vemos que tampoco asegura que los crímenes de estado no se vuelvan a repetir.
Cada vez más parecido a "1984"...
¿Con la democracia se libera a los genocidas? ¿Así es como piensan pacificar nuestra memoria? La voluntad de tres personas aniquila en un instante el esfuerzo colectivo de años de lucha y abre la puerta para que en un plazo corto los criminales más abominables de la historia argentina vuelvan a caminar por nuestras calles. Este fallo se produce en un contexto político que lo posibilita, en la semana en que la cúpula de la iglesia católica, perpetuatemente sospechada de complicidad con el terrorismo de estado, llama otra vez a promover una reconciliación de los terroristas de estado con sus víctimas. Y la sincronización de jueces y curas no puede ser disimulada.
El gobierno del Felino Macri no puede considerarse una completa dictadura. Arribar a esa conclusión sería un grave error analítico, pero los Amarillos se esfuerzan tanto, que nos van a terminar convenciendo.
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