Vivimos en la sociedad del cansancio, vivimos en una sociedad cargada de trastornos neuróticos, hiperactividad, meritocracia, fatiga crónica y adicción al trabajo, sociedad en la que vivimos híper conectados prestando atención simultánea a varios frentes, corriendo hacia una meta que no sabemos bien cuál es, ni por qué debemos alcanzarla. El ciudadano sometido no es ni siquiera consciente de su sometimiento. La sociedad del cansancio, se inserta además en una cultura cada día más auto referencial y narcicista, potenciada al extremo por las redes sociales manipuladas por los dueños de la pelota, no alcanza el mirar al semejante a los ojos, mientras él los tiene clavados en su smartphone.
El filósofo Byung-Chul Han, en "La sociedad del cansancio" desarrolla una análisis acerca de las consecuencias que tienen en nuestra vida (y en nuestra mente también) las normas culturales propias del mercado neoliberal. El filósofo define que cada época tiene su propia enfermedad. La anterior habría sido de tipo viral, infecciosa, referida a una amenaza desde el exterior (siglo XIX, el cólera, las pandemias). La del siglo XXI sería “neuronal”. El ser que produce, es también el que padece las enfermedades por estrés, depresión, fatiga y cansancio. Poco a poco, y en la medida en que el desajuste crece, comienza a producirse un colapso.
La depresión es uno de los efectos colaterales de nuestra sociedad, mientras se nos muestra una realidad que se intenta transmitir un panorama de equilibrio y realización que entrega la globalización. En la pretendida armonía del modelo zen, alegre, moderno, colorido, conciliador se esconden todos los vicios de un modelo social enfermo, que produce malestar, dolor, sufrimiento, despidos, tarifazos, dominación, totalitarismos, deudas, violencia y corrupción al por mayor. ¿Y cómo hemos llegado a elegir a este verdugo disfrazado de maestro zen si no es que representa a la misma Sociedad del Cansancio?. Marioneta como reflejo de nuestra propia sociedad. La depresión que logra tanto cinismo, que busca desesperadamente el llamado de la Felicidad, de la Alegría, buscando un presente armónico, individualista, meritocrático y efectivo, en una búsqueda de una vida perfecta que nos llevó al infierno neoliberal de Corporación Cambiemos S.A..
El filósofo Byung-Chul Han, en "La sociedad del cansancio" desarrolla una análisis acerca de las consecuencias que tienen en nuestra vida (y en nuestra mente también) las normas culturales propias del mercado neoliberal. El filósofo define que cada época tiene su propia enfermedad. La anterior habría sido de tipo viral, infecciosa, referida a una amenaza desde el exterior (siglo XIX, el cólera, las pandemias). La del siglo XXI sería “neuronal”. El ser que produce, es también el que padece las enfermedades por estrés, depresión, fatiga y cansancio. Poco a poco, y en la medida en que el desajuste crece, comienza a producirse un colapso.
La depresión es uno de los efectos colaterales de nuestra sociedad, mientras se nos muestra una realidad que se intenta transmitir un panorama de equilibrio y realización que entrega la globalización. En la pretendida armonía del modelo zen, alegre, moderno, colorido, conciliador se esconden todos los vicios de un modelo social enfermo, que produce malestar, dolor, sufrimiento, despidos, tarifazos, dominación, totalitarismos, deudas, violencia y corrupción al por mayor. ¿Y cómo hemos llegado a elegir a este verdugo disfrazado de maestro zen si no es que representa a la misma Sociedad del Cansancio?. Marioneta como reflejo de nuestra propia sociedad. La depresión que logra tanto cinismo, que busca desesperadamente el llamado de la Felicidad, de la Alegría, buscando un presente armónico, individualista, meritocrático y efectivo, en una búsqueda de una vida perfecta que nos llevó al infierno neoliberal de Corporación Cambiemos S.A..
El director de Página Popular formula en este artículo una “pregunta sencilla y a la vez atroz: ¿cómo puede ser que la Argentina tenga a un presidente como Macri?” A partir de allí esgrime argumentos y afirma que el actual mandatario es "el emergente ideal de una subcultura diseñada en los laboratorios de las universidades norteamericanas y los servicios (de inteligencia)".
Copio y pego la nota entera...
Juan Carlos Romero López - Periodista. Director editorial de Página Popular. Ex presidente de La Asociación Latinoamericana de Periodistas de Tecnología. Miembro del Comité Editorial de la Federación Internacional de Prensa de los pueblos
Copio y pego la nota entera...
La pregunta es sencilla y a la vez atroz: ¿cómo puede ser que la Argentina tenga a un presidente como Macri?
Se han elaborado muchas teorías al respecto, infinidad de argumentaciones acerca del poder de los medios hegemónicos, su capacidad de imponer incluso a un personaje ramplón, escaso de luces y caprichoso, atravesado de causas de corrupción y sospechado de todas las sospechas. La pregunta se vuelve más insidiosa si pensamos en Macri como primer mandatario de un país culto y que ha conocido líderes de otras estaturas intelectuales y morales.
Intentaremos una respuesta.
Vivimos en la sociedad del cansancio como bien definió el filósofo surcoreano Han, una sociedad cargada de trastornos neuróticos, hiperactividad, meritocracia, fatiga crónica y adicción al trabajo, sociedad en la que vivimos híper conectados prestando atención simultánea a varios frentes, corriendo hacia una meta que no sabemos bien cuál es, ni por qué debemos alcanzarla.
El neoliberalismo y su fase terminal, la plutocracia, ya no necesita imponer por la violencia física sus políticas, mucho menos a sus gerentes operativos, gozan de la adhesión “voluntaria” de las propias víctimas, seducidas y atrapadas en esta carrera de ratas, sin fin ni premio más que la enajenación.
El carácter estabilizador del sistema plutocrático como el que gobierna a la Argentina ya no es represor (aunque eche mano a la represión si es imprescindible), sino seductor; es decir cautivante, voluntario, deseado.
El neoliberalismo convierte al trabajador oprimido en cuentapropista, en empleador de sí mismo. Hoy cada uno es un trabajador que a su vez es su propio jefe. Cada uno es amo y esclavo en una persona. La lucha de clases se convierte en una lucha interna, el que fracasa se culpa a sí mismo y se avergüenza. Uno se cuestiona a sí mismo, no a la sociedad.
Es mucho más eficiente, crear un entramado publicitario y marketinero que pondere las “virtudes” de Macri, sus ojos celestes, su “éxito” en Boca Juniors, su familia “adorable” su mujer empresaria (aunque esclavista), su hijita de catálogo de canchera ropita infantil, y dejar que el enjambre intente parecerse, creer que podrán conseguirlo por el esfuerzo propio, y que están invitados a esa fiesta.
Por supuesto, en esta concepción, los pobres lo son por falta de esfuerzo y no de oportunidades, como si no iniciaran una carrera de embolsados con la bolsa llena de adoquines frente a los atletas formados (o deformados) en el Cardenal Newman y su red adherida de contactos mafiosos de por vida.
El ciudadano sometido no es ni siquiera consciente de su sometimiento. Se cree libre se cree dueño de sus actos. Esta técnica de dominación neutraliza la resistencia de una forma muy efectiva. La dominación que somete y ataca la libertad no es estable. Por ello el neoliberalismo es tan estable, se inmuniza contra toda resistencia porque hace uso de la libertad, en lugar de someterla. La opresión de la libertad genera de inmediato resistencia. En cambio, no sucede así con la explotación con la libertad.
La sociedad del cansancio, se inserta además en una cultura cada día más auto referencial y narcicista, potenciada al extremo por las redes sociales manipuladas por los dueños de la pelota: las corporaciones tecno financieras y los servicios de inteligencia imperiales que trabajan para ellas.
Macri, ganó esencialmente en las redes, es decir cosechó a través de las redes, lo que la imposición cultural previa le dejó servido. Es el emergente ideal de esta subcultura diseñada en los laboratorios de las universidades norteamericanas y los servicios.
Las fuerzas del campo popular aún discuten cuestiones de la civilización pre virtual, sin entender a veces cómo la revolución, bajo este contexto de cesión voluntaria de la rebeldía, no sólo no es posible, sino que ni siquiera es deseable para el grueso de los ciudadanos que prefieren cambiar pasado por futuro.
Deberemos en todo caso crear nuevas herramientas, no alcanza el mirar al semejante a los ojos, mientras él los tiene clavados en su smartphone.
Los estrategas de campaña del Gerente General de la Corporación Cambiemos han hecho un excelente trabajo, y aún lo siguen haciendo. Entre tarifazos salvajes y despidos muchas de las próximas víctimas imploran que se le dé tiempo al que les está extrayendo sangre con una bomba de succión.
¿Cómo lo hicieron?
Segmentaron las poblaciones, usaron los datos y metadatos que les proveen las redes sociales del imperio, adaptaron el discurso y lo retroalimentaron cada vez con mayor precisión. Cada día en las redes sociales, les seguimos entregando voluntariamente todo lo que necesitan para manipularnos, y lo hacen imponiendo términos y condiciones que ni los legisladores del campo popular se atreven a restringir o regular.
La ubicuidad de los dispositivos móviles y el acceso de los más pobres crece día a día, financiados por las corporaciones citadas, por eso Facebook impulsa un proyecto de conectividad “gratuita” global, cómo si la entrega voluntaria de los datos personales, hábitos, preferencias de todos y cada uno de nosotros no fuera un tesoro invalorable para los que nos dominan y someten, y cómo eso nos les alcanza ahora el gobierno argentino hace uso discrecional de los datos personales privados de los ciudadanos a través de las bases de datos del ANSES tal cómo denunció el diputado del FPV Rodolfo Tailhade.
Disponen de un ejército de usuarios falsos para torcer las tendencias de opinión en las redes, cuándo no para denunciar masivamente a los opositores, especialmente los más lúcidos. De más está decir que los medios masivos contribuyen en la tarea por ser parte del combo manipulador. La noticia es que esto será así por un tiempo más dejando paso a multitud de micro audiencias, pero eso será tema de otra editorial.
No es de extrañar que la sociedad del cansancio lleve como estandarte a un presidente que ya se ha tomado vacaciones en tres oportunidades en sus escasos ocho meses de saqueo (gobierno) y que esos mismos ciudadanos que lo votaron aspiren a parecerse un poco a él y su clase, mientras agregan más horas de trabajo, angustia y desesperación para mantenerse lejos de los que ni siquiera tienen la oportunidad de lograr algo mediante el trabajo, dado que ya lo han perdido hace rato y es probable, bajo este estado de cosas, que jamás lo recuperen.
Juan Carlos Romero López - Periodista. Director editorial de Página Popular. Ex presidente de La Asociación Latinoamericana de Periodistas de Tecnología. Miembro del Comité Editorial de la Federación Internacional de Prensa de los pueblos
Estaba muy cansado pero pude llegar al final de la nota. La verdad es que m me cansa tanto que reemplazaría la m por un punto o un espacio si no fuera porque la m lo define bien. A mi me gustan las notas tipo Resumen Leru...¿será una epidemia?
ResponderEliminarEl problema es que a los golpistas lo que les da cansancio es laburar.
ResponderEliminarMátense tranquilos que Argentina no los necesita
huuujujuju... parece que hay gente que se está poniendo nerviosa. Quien habló de golpe? ¿Y quien carajo quiere un golpe?.
EliminarParece que lo que sucede es que se están desinflando los globitos... no?
Me das ternura Moebius.
EliminarAcostumbrate, tus ideales no encajan en el pueblo argentino.
Me importa un carajo que es lo que te doy y tu opinión sobre mi. Me importa un carajo si mis ideales no encajan en el pueblo argentino. Mis ideales son míos y por eso los defiendo.
Eliminaray algo que se llama coherencia, no se vende en las vidrieras de navidad ni está en los ideales neoliberales que vienen desde el norte, ni en el marketing político de Durán Barba.
Así que dejen de entrar en este espacio a los que les molesta que yo opine.
Bueno Moebius, pará que te va a dar un ataque che...
ResponderEliminarEste espacio no es abierto a todos, por eso los comentarios están moderados...por vos mismo, el dueño de la verdad.
Si te molestan los comentarios contrarios a tus ideales no los publiques y listo.
Abrazos y que tengas felices fiestas.
No me enojé, quizás confunden un poco de pasión y vida con enojo. Es muy distinto, una cosa es la rebeldía que te hace vivir y otra cosa es la bronca.
EliminarTe aclaro que el espcio no está abiertno para todo no porque yo lo quiera sino porque trolls macristas nos empezaron a bombardear con mensajes, así que no me quedó otra, pero igualmente el blog siempre está abierto, se publican todos los comentarios salvo aquellos que manifiesten agresiones y violencia hacia cualquiera.
Y no me molestan los comentarios contrarios, simplemente les respondo. Si les molesta que responda los comentarios, no los hagan. Pero yo prefiero que los hagan si es que tienen algo que decir, siempre es interesante intercambiar y si hay algo de lo que no le escapo es al intercambio.
Más abrazos y felices fiestas cabezonas.