La esencia político-ideológica elegida por el pueblo y que expresa el macrismo no es otra que un modelo de negocios voraz que ha sido ungido como tal por la voluntad popular. El desafío, entonces, pasa por mostrarle a la sociedad cómo la están vejando. En este año lo que avanzó fue el retroceso de un "Gobierno" que gasta en redes sociales todos los recursos que necesita el CONICET (el recorte en investigadores cientìficos becados es similar al monto que decide ejecutar en Google, Facebook y Twitter). En un año donde en el mundo, y especialmente en latinoamérica, se vivión un marcado retroceso, será tiempo de que el pueblo defina qué quiere para su futuro y que cada uno de nosotros reflexione sobre qué va a hacer concretamente para caminar hacia él.
Dijimos muchas veces que la estrategia de Corporación Cambiemos S.A. en el gobierno era distraer la atención de los orejones del tarro mediante operaciones rimbombantes que desviaran la mirada cada vez que tomaban medidas en contra de los ciudadanos o algún asunto turbio los ponía en entredicho. La demonizaciòn del gobierno anterior, su propio "Bin Laden" requería que el gobierno realizara una acción análoga a la que los torturadores de los Centros Clandestinos de Detención llevaban adelante en el momento de las torturas: elevar el volumen de la radio que tenían en la sala de tormentos para que el sonido tapara los gritos del torturado.
A medida que pasara el tiempo, tendrían que elevar el volumen más y más (los torturadores y el gobierno, que en un punto vendrían a ser lo mismo), porque los alaridos se multiplicarían y ya no sería posible ocultarlos bajo una cortina de ruidos.
¿Qué ocurrirá cuando la estrategia de elevar el volumen, esto es, multiplicar las denuncias y la estigmatización del gobierno anterior, dejen de ocultar el saqueo sistemático que lleva adelante Corporaciòn Cambiemos con la complicidad de sus socios del PJ y del FR?
El volumen de la radio ya no puede ocultar la realidad. Ya vemos la represión no solamente en Jujuy.
Este gobierno es un gobierno autoritario y violento, no le importan las instituciones, ni la constitución, ni los valores democráticos y etc. Concluida la estrategia distractiva ideada por el marketing polìtico de Duràn Barba, comienza la fase represiva en sentido fuerte. ¿Adiviná sobre qué espaldas caerán los palos?
Dijimos muchas veces que la estrategia de Corporación Cambiemos S.A. en el gobierno era distraer la atención de los orejones del tarro mediante operaciones rimbombantes que desviaran la mirada cada vez que tomaban medidas en contra de los ciudadanos o algún asunto turbio los ponía en entredicho. La demonizaciòn del gobierno anterior, su propio "Bin Laden" requería que el gobierno realizara una acción análoga a la que los torturadores de los Centros Clandestinos de Detención llevaban adelante en el momento de las torturas: elevar el volumen de la radio que tenían en la sala de tormentos para que el sonido tapara los gritos del torturado.
A medida que pasara el tiempo, tendrían que elevar el volumen más y más (los torturadores y el gobierno, que en un punto vendrían a ser lo mismo), porque los alaridos se multiplicarían y ya no sería posible ocultarlos bajo una cortina de ruidos.
¿Qué ocurrirá cuando la estrategia de elevar el volumen, esto es, multiplicar las denuncias y la estigmatización del gobierno anterior, dejen de ocultar el saqueo sistemático que lleva adelante Corporaciòn Cambiemos con la complicidad de sus socios del PJ y del FR?
El volumen de la radio ya no puede ocultar la realidad. Ya vemos la represión no solamente en Jujuy.
Este gobierno es un gobierno autoritario y violento, no le importan las instituciones, ni la constitución, ni los valores democráticos y etc. Concluida la estrategia distractiva ideada por el marketing polìtico de Duràn Barba, comienza la fase represiva en sentido fuerte. ¿Adiviná sobre qué espaldas caerán los palos?
Por una vez Peña tiene razón. Gerardo Morales, emperador de Jujuy y aledaños está convirtiendo una provincia que se regía por las leyes de la democracia en un campo de concentración en donde la única voluntad que cuenta es la suya.
Hay que agregar que también Corporación Cambiemos S.A. está transformando al país: está convirtiendo una república soberana en una dependencia menor de EE.UU. o de quien se postule como salvador de los valores occidentales y cristianos. En el contexto de una Argentina donde diariamente aumenta la represión y se reactiva el ciclo de persecuciones políticas, ante la resistencia popular que llenó las calles en rechazo a las políticas macristas (generalmente invisibilizado por los medios de comunicación masivos), copio una nota del notable dramaturgo Tito Cosa:
Y en eso llegó un empresarioRoberto “Tito” Cossa
Todas las encuestas coinciden: más del setenta por ciento de los argentinos desaprueba la administración del gobierno de Cambiemos, pero la mitad confía en Mauricio Macri. ¿Cómo es posible? ¿Qué explicación tiene? Los mismos profesionales aseguran que Cambiemos tiene un techo de aceptación del veinticinco por ciento, al que llaman el núcleo duro. Es entendible. La cuarta parte de los argentinos vive bien, mejor o igual bajo el neoliberalismo. Además se suman al apoyo subjetividades ideológicas y sociales. Habrá alguno que descendió un escalón, pero comparte la ideología del actual gobierno. Pero ¿y la otra mitad? Veinticinco puntos en la estadística significan millones de argentinos y argentinas. Está claro que esos veinticinco puntos de diferencia provienen de sectores de la clase media, la clase media baja y de los obreros, muchos de los cuáles la están pasando muy mal. Componen lo que los especialistas denominan “mayoría silenciosa” y elevan su caudal a un treinta por ciento de la población. No son mayoría pero son muchos; un tercio de los argentinos. No deben ser pocos los que apoyan al gobierno de Macri.
¿A quiénes ubicamos dentro de ese magma llamado mayoría silenciosa cuando hablamos de política? Justamente a quiénes la política no les interesa. Más aun, le disgusta. Pero, cuidado, no hay que confundir silencio político con indiferencia social. Muchos silenciosos son personas solidarias dentro de su pequeña comunidad. Capaces de entregar su tiempo al club de barrio o la sociedad de fomento. Un joven solidario dona sangre para un vecino y al día siguiente muele a patadas a un pibe chorro. Sale a la calle por un corte de luz en la cuadra donde vive, pero cuando recupera la energía vuelve a su casa y prende el televisor. Un obrero silencioso hace huelga por un conflicto en la fábrica donde trabaja, pero no se suma a una marcha por un problema de los trabajadores. Me pregunto qué cara pone cuando un militante del FIT le habla de la explotación a la clase trabajadora o le explica lo que es la plusvalía.
En mis tiempos los silenciosos decían “la política no me da de comer”. Es decir, gobierne quien gobierne, mi historia personal depende de mí y no de la política, ni del gobierno de turno. Todo lo que un silencioso pide es seguridad, un buen trabajo y una sociedad sin conflictos. Por eso apostó más de una vez a los golpes militares hasta que descubrió el engaño.
Sospecho que esta aceptación personal de Macri es porque se trata de un empresario, el primero que llega por medios democráticos. Los silenciosos suelen respetar a los empresarios. Piensan que han hecho plata con su trabajo y su capacidad para hacer dinero, sin preguntarse por qué medios logró su fortuna. Nunca vinculan a un empresario con la corrupción. “Tienen plata, no necesitan robar” escuché decir. Y a veces son agradecidos porque “dan trabajo”. Jamás vinculan los males del país con la conducta de los empresarios. Si unos les explica las consecuencias de llevarse fortunas al exterior dicen “hacen bien; resguardan su plata”. Surge de las encuestas que, si bien se quejan por las medidas económicas del gobierno, los silenciosos “tienen esperanza”. Es decir, le creen a Macri cuando habla de la herencia recibida, explica que estas medidas “dolorosas” son necesarias y que pronto estaremos mejor.
Curioso país éste. En tiempos del neoliberalismo los obreros confían en el Presidente. Los que desconfían son los empresarios.
Pero en este año no solamente en Argentina lo que avanzó fue el retroceso; al fin y al cabo fue el pueblo (y su poca memoria) quien eligió su propio destino en el sufragio. Distinto fue el caso de Brasil, donde el golpe fue el golpe parlamentario, mediático y judicial con el que comenzó la Era del Hielo en el hermano país. Con la reciente aprobación de la PEC 55, se congela el gasto público por 20 años en la Constitución, congelando la posibilidad de que millones de personas en la pobreza puedan salir de ella. Ese gobierno golpista, junto al de Paraguay y al gobierno de Clarín y las corporaciones en Argentina, pretenden también congelar y hacer retroceder la integración regional, sirviendo junto a los nucleados en la Alianza del Pacífico de cabeza de puente al intento de EEUU de recuperar la hegemonía perdida sobre la región.
La violencia continuó este año azotando a América Central, exhibiendo los índices de homicidio más altos del mundo. Violencia que continúa destrozando a México, prisionero del sistema neoliberal, igual que Chile y Perú. Violencia física y económica que ha hecho aumentar el número de migrantes. Violencia que también muestra su faz discriminatoria en los recientes rebrotes de xenofobia.
También los organismos articuladores de la integración regional sufrieron el retroceso o piadosamente, un severo estancamiento. Ya la IV Cumbre de la CELAC en Quito dejó entrever, más allá de la retórica de las declaraciones, la grieta subyacente entre los diferentes proyectos políticos. Allá las alianzas regresivas del Pacífico, los defensores de la OEA y el neoliberalismo. Acá los impulsores de la integración soberana en la Celac, la Unasur y el ALBA.
En proyección regional de la escalada golpista, la triple Alianza efectuó un golpe institucional en el MerCoSur, desconociendo la presidencia Pro Témpore de Venezuela y suspendiendo al país del bloque, culminando el año en vergonzosas reuniones paralelas y la inaudita agresión física a la canciller venezolana por parte de personal policial argentino.
Pero sin duda que lo más significativo (y quizás lo único positivo de este año) han sido las innumerables acciones de los movimientos sociales, que han tomado el relevo para resistir el oleaje conservador en toda la región.
Signaron el año masivas marchas estudiantiles, enormes movilizaciones por la paz en Colombia, huelgas de profesores y maestros en Chile y México, múltiples acciones creativas contra el TPP, significativas concentraciones anti-fujimoristas en Perú, tomas de miles de escuelas y universidades en Brasil y Paraguay.
Las organizaciones de izquierda y los sindicatos, junto a un gran número de colectivos motorizaron el rechazo popular al golpe en Brasil. El campesinado se movilizó fuertemente en reclamo del cumplimiento de acuerdos anteriores en Colombia y Paraguay, multiplicándose las acciones de defensa del territorio en Honduras, México, Colombia, Perú y Guatemala, con el triste saldo de lideresas y líderes asesinados por el sicariato para amedrentar y frenar la protesta social.
Honduras y Guatemala fueron escenario de la protesta ciudadana contra la corrupción y delincuencia enquistadas en el gobierno, al tiempo que se extendió a lo largo de la región un indignado y unánime rechazo a los feminicidios y la violencia de género bajo la consigna “Ni una Menos”. Impactante resultó la participación de millones de cubanos en la despedida al líder de la revolución en su recorrida póstuma.
En cientos de foros, congresos, simposios y jornadas, a través de un creciente trabajo en red y de reciprocidad entre los reclamos sectoriales, los movimientos sociales articularon avances de unidad en la diversidad, comprendiendo que, una vez más, el protagonismo de la resistencia a los embates neocoloniales es del pueblo mismo.
¿Qué puede traer el 2017? En aquellos lugares de gobernantes con el corazón congelado, aumentará el conflicto social y posiblemente también aumente la represión institucional para mantener el estado de cosas injusto. En los países gobernados por procesos progresistas y revolucionarios, veremos, al igual que ya antes, el repetido ataque contrarrevolucionario para intentar socavar, derrocar o suplantar a los gobiernos de izquierda.
El muro que se ha levantado entre las aspiraciones humanistas y el mundo actual continúa allí, amenazando con hacerse más grande todavía. Hoy más que nunca, es imprescindible, para derribar ese muro, voltear los pequeños muros que dividen a la mejor gente y buscar la articulación y la acción común de todos aquellos que desean, verdaderamente, una mejor vida para todos. En eso nos encontrará el 2017.
Lo peor está por venir, pero quizás tambièn sea la puerta psra que se exprese lo mejor del ser humano: cuando el pueblo toma el destino en sus propias manos, retomando un poco a Miles Davis; en cada error es una oportunidad de mejora.
Solamente gente de espíritu miserable y corrupto puede ponerse del lado del que los desangra. Macri nos hizo retroceder 100 casillas en este juego porque tiene dados cargados.
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