Volvemos a lo mejor del rock mexicano con los aportes de Carlos Mora. "Ausencias e Irreverencias" es sin duda el más experimental y arriesgado trabajo del gran Briseño en toda su larga ruta. Está compuesto por dos trabajos largos, las "Ausencias (Música para cuatro cartas de amor)" en el lado A de su LP original, en vinilo, y las "Irreverencias (Texto e improvisación sobre un tema para siete instrumentos de teclado) en lo que fue su lado B. En ambos la experimentación y búsqueda no se quedan en la música solamente sino que se extienden a esa otra veta del trabajo briseñano que es la poesía (ha publicado varios libros), y aquí también cruza los límites de la gramática y la semántica "permitidas".
Por
mi lado, no puedo estar sino agradecido y con mucha emoción de volver a
escuchar un disco fascinante que sólo tenía en un cassette que era
copia de otro (¡y hace años que se malogró la cassettera!).
Ausencias e Irreverencias es sin duda el más experimental y arriesgado trabajo del gran Briseño en toda su larga ruta. Está compuesto por dos trabajos largos, las "Ausencias (Música para cuatro cartas de amor)" en el lado A, y las "Irreverencias (Texto e improvisación sobre un tema para siete instrumentos de teclado)" en el B. En ambos la experimentación y búsqueda no se quedan en la música solamente sino que se extienden a esa otra veta del trabajo briseñano que es la poesía (ha publicado varios libros), y aquí también cruza los límites de la gramática y la semántica "permitidas".
"Ausencias" se construye a través de cuatro entradas más o menos conectadas por la sensación de abandono; podría decirse que son quejidos de desamor si no abarcaran muchos otros temas alrededor, convirtiendo la ausencia en un asunto de amplia reflexión poética. Arranca con un fuerte blues al piano para la primera y desciende hasta una experimentación armónica en la segunda, un recurso propio del rock progresivo pero que aquí probablemente debe más al jazz post bop. Esta se extiende a un interludio casi barroco que desemboca en un boogie de esos que nos gusta oirle al piano de Briseño. La siguiente vuelve a las armonías rockeras que acompañan un juego de palabras alrededor del conocido lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, "Por mi raza hablará el espíritu" el cual termina en "mi raza no necesita que nadie hable por ella". Para cerrar desarrolla una improvisación al piano cercana a esa deconstrucción de la armonía que conocemos como free jazz; "de todas las ausencias, esta es la más honda".
El lado B, "Irreverencias", es más integral, si tomamos en cuenta que "Ausencias" son básicamente cuatro canciones ligadas entre sí a través de experimentos armónicos al piano. La primera parte de "Irreverencias" es una lectura, la declamación de un poema en el que Briseño se propone hacer una especie de fiesta mexicana a la que está invitado todo el mundo. Es palabra hablada durante los primeros tres minutos: "Muerto el perro, se acabó la rabia", empieza el autor y sigue adelante en la lectura de un texto de verso libre lleno de imágenes relacionadas a la construcción de una especie de utopía mexicana en la que se propone darle la vuelta a los estereotipos de lo "nacional": "Rompa el ajolote su códice batracio / levántense los glifos, las estelas / que cante su guerra el xoloescuintle / reviente el Sexto Sol en la obsidiana". De ahí construye un carnaval en el que México (el México de principios de los años 80, el de la gran crisis) ingresa a una especie de concierto global: "Que cese el sufrimiento de Vallejo / Que Chaplin sea ministro de la risa / Que Marx pruebe unos hongos en Palenque / y venga Bach a los cassettes y a la rockola... / Sirva los tacos Pasteur / Mezcle las aguas Einstein / En la fiesta de la toma / México es una esponja". Termina la lectura y arranca la experimentación a los teclados: piano, órganos, sintetizadores en un proceso de expresión ultramodernista, pariente de la musica concreta o de lo que conocemos como noise, con dejos impresionistas, sonidos sintéticos que quieren sonar como naturales, sonidos naturales que se sintetizan.
No sería demasiado afirmar que estamos ante la magnum opus de Briseño: año 1983, justo después de lanzar sus álbumes en trio y cuarteto con Carrasco y Flores más Hebe Rossell, y antes de formar El Séptimo Aire, álbumes que traeremos luego a Cabeza de Moog gracias al compa Carlos.
Otras cosas que se han escrito por ahí:
Wikipedia:
La Encyclopaedia of Electronic Music (http://www.pugachov.ru/eem/bj.html) dice:
Interesting artefact here. Guillermo Briseño is a singer-songwriter who plays piano in a jazzy style and sings. However, the whole side B of this LP is occupied by long electronic piece "Irreverencias". It is abstract, jazzy and is somewhat in Vangelis' Beaubourg vein, although with none of that work's spookiness and with different synth sounds used.
Alineación:
- Guillermo Briseño / Voz, piano, teclados
Artista: Guillermo Briseño
Álbum: Ausencias e Irreverencias
Año: 1983
Género: Rock Progresivo / Electrónica experimental
Duración: 38:58
Nacionalidad: México
Año: 1983
Género: Rock Progresivo / Electrónica experimental
Duración: 38:58
Nacionalidad: México
Antes que nada hay que agradecer a Carlos por esta rareza (y otras que seguiremos posteando) de una de las leyendas del rock mexicano: Guillermo Briseño.
Guillemo Briseño, en su ausencia, me atrevo a la irreverencia de hablar de su trabajo realizado en 1983 y tal vez el material más libre que haya hecho este músico, que se proclama rockero pero que como buen músico hace música (valga la rebuznancia), en el sentido real de un creador musical, no este engendro que se ha generado a partir de la necesidad de subsistir y de existir y de ser reconocido, aún a pesar de perder la originalidad en aras de que más gente te conozca.
Regreso y sigo…
La industria musical a partir de supuestamente saber qué le gusta a la gente y qué es lo que va a comprar, ha ido exigiendo a los músicos para poder grabar y ser alguien en el mundillo de la música, material que abarque a la mayor parte de sus posibles compradores, lo cual lleva a que si quieres que algo le guste a todos, tiene que ser tan poco profundo para no ahondar en el gusto (tan diverso de los individuos) y que todos se vayan gustosos a casa con su adquisición. Eso a llevado a esta época en que el material musical de un compositor no sólo suena parecido a sus trabajos anteriores, sino que se parece a todo lo que los otros necesitados compositores hacen, es decir, vivimos en la época de una sola canción. Algunos pegaran el grito en el cielo diciendo que no, que hay grandes diferencias, no en la música masiva, ese es su función, una masa uniforme para que a todos les guste. Cuántas veces escuchamos o leemos, "este músico sí se arriesgó, arriesgó su carrera y su prestigio para crear algo nuevo." (No maaa….ss eso me faltaba, todos arriesgamos comiendo tacos en la calle día a día, y eso de arriesgar la carrera… mmm lo único que puede arriesgar es la plata que puede ganar por hacer churros para todos)
Pero regresando a Briseño, este material tal vez a muchos no les guste, por güeyes se lo pierden, y no por mala onda contra ellos, sólo porque abrir los oídos y tratar de entender lo que un músico quiso decirte en un momento dado de su vida y hacerlo con su voz más clara y profunda, con el lenguaje más libre que en ese momento le pareció que debían decirse las cosas, vale la pena ahondar en ello, y vamos a descubrir profundidad, búsqueda, propuesta y en este disco lo vas a encontrar.
En la primera parte te encuentras la música del Briseño como siempre, con ese swing percusivo que lo caracteriza y la palabra trabajada como lenguaje rítmico-poético-musical y un desarrollo discursivo que va avanzando y creciendo como las ausencias. La segunda parte…jeje “pare acá oreja” pues comienza texto irreverente y complejo (aparentemente), sólo narrativa entrelazada con la historia de este México nuestro. Y luego da rienda suelta a la producción sonora, con un montón de tecladitos electrónicos y un lenguaje más abstracto, si pensamos en discurso musical tradicional, aunque, suenan irremisiblemente a jazz y un poquito a música concreta, pero en los 80’s ya tenían su lugar en la historia musical gente como Arnold Schönberg u Ornette Coleman y demás banda, nada nuevo o atrevido, sólo una forma más de comunicarse y que por los comentarios del mismo Briseño, esa era la forma que en ese momento tenía que usar.
Vaya pues, no se pierda un buen disco de Briseño, un músico de lo más neto, en la escena del rock en los últimos 50 años. Y para más información incluyo un material que la verdad no sé de donde me lo apañé, por lo cual no puedo dar el crédito, quien sea el dueño que alce la mano. E incluyo otro material, una reseña que sacó el Roberto Ponce (el mismo de Callo y Colmillo que toco mucho tiempo con la Nina Galindo y que escribe hace chorromil años en Proceso, sí, ese mismo) para publicarse en Proceso en 1984, cuando recién había salido el disco y que resultan interesantes los comentarios de Guillermo Briseño sobre las compañías que editaron y distribuyeron el disco: “la puerca aunque se vista de rojo puerca se queda”.
Regreso y sigo…
La industria musical a partir de supuestamente saber qué le gusta a la gente y qué es lo que va a comprar, ha ido exigiendo a los músicos para poder grabar y ser alguien en el mundillo de la música, material que abarque a la mayor parte de sus posibles compradores, lo cual lleva a que si quieres que algo le guste a todos, tiene que ser tan poco profundo para no ahondar en el gusto (tan diverso de los individuos) y que todos se vayan gustosos a casa con su adquisición. Eso a llevado a esta época en que el material musical de un compositor no sólo suena parecido a sus trabajos anteriores, sino que se parece a todo lo que los otros necesitados compositores hacen, es decir, vivimos en la época de una sola canción. Algunos pegaran el grito en el cielo diciendo que no, que hay grandes diferencias, no en la música masiva, ese es su función, una masa uniforme para que a todos les guste. Cuántas veces escuchamos o leemos, "este músico sí se arriesgó, arriesgó su carrera y su prestigio para crear algo nuevo." (No maaa….ss eso me faltaba, todos arriesgamos comiendo tacos en la calle día a día, y eso de arriesgar la carrera… mmm lo único que puede arriesgar es la plata que puede ganar por hacer churros para todos)
Pero regresando a Briseño, este material tal vez a muchos no les guste, por güeyes se lo pierden, y no por mala onda contra ellos, sólo porque abrir los oídos y tratar de entender lo que un músico quiso decirte en un momento dado de su vida y hacerlo con su voz más clara y profunda, con el lenguaje más libre que en ese momento le pareció que debían decirse las cosas, vale la pena ahondar en ello, y vamos a descubrir profundidad, búsqueda, propuesta y en este disco lo vas a encontrar.
En la primera parte te encuentras la música del Briseño como siempre, con ese swing percusivo que lo caracteriza y la palabra trabajada como lenguaje rítmico-poético-musical y un desarrollo discursivo que va avanzando y creciendo como las ausencias. La segunda parte…jeje “pare acá oreja” pues comienza texto irreverente y complejo (aparentemente), sólo narrativa entrelazada con la historia de este México nuestro. Y luego da rienda suelta a la producción sonora, con un montón de tecladitos electrónicos y un lenguaje más abstracto, si pensamos en discurso musical tradicional, aunque, suenan irremisiblemente a jazz y un poquito a música concreta, pero en los 80’s ya tenían su lugar en la historia musical gente como Arnold Schönberg u Ornette Coleman y demás banda, nada nuevo o atrevido, sólo una forma más de comunicarse y que por los comentarios del mismo Briseño, esa era la forma que en ese momento tenía que usar.
Vaya pues, no se pierda un buen disco de Briseño, un músico de lo más neto, en la escena del rock en los últimos 50 años. Y para más información incluyo un material que la verdad no sé de donde me lo apañé, por lo cual no puedo dar el crédito, quien sea el dueño que alce la mano. E incluyo otro material, una reseña que sacó el Roberto Ponce (el mismo de Callo y Colmillo que toco mucho tiempo con la Nina Galindo y que escribe hace chorromil años en Proceso, sí, ese mismo) para publicarse en Proceso en 1984, cuando recién había salido el disco y que resultan interesantes los comentarios de Guillermo Briseño sobre las compañías que editaron y distribuyeron el disco: “la puerca aunque se vista de rojo puerca se queda”.
Ojo
que la digitalización desde el vinilo original tiene algunos problemas
(un ruido de fondo) y que la fuente digitalizada ya tenía horas de vuelo
y le suenan bastantes clicks; ojalá que se pudiera volver a pasar del
surco al dato.
Ausencias e Irreverencias es sin duda el más experimental y arriesgado trabajo del gran Briseño en toda su larga ruta. Está compuesto por dos trabajos largos, las "Ausencias (Música para cuatro cartas de amor)" en el lado A, y las "Irreverencias (Texto e improvisación sobre un tema para siete instrumentos de teclado)" en el B. En ambos la experimentación y búsqueda no se quedan en la música solamente sino que se extienden a esa otra veta del trabajo briseñano que es la poesía (ha publicado varios libros), y aquí también cruza los límites de la gramática y la semántica "permitidas".
"Ausencias" se construye a través de cuatro entradas más o menos conectadas por la sensación de abandono; podría decirse que son quejidos de desamor si no abarcaran muchos otros temas alrededor, convirtiendo la ausencia en un asunto de amplia reflexión poética. Arranca con un fuerte blues al piano para la primera y desciende hasta una experimentación armónica en la segunda, un recurso propio del rock progresivo pero que aquí probablemente debe más al jazz post bop. Esta se extiende a un interludio casi barroco que desemboca en un boogie de esos que nos gusta oirle al piano de Briseño. La siguiente vuelve a las armonías rockeras que acompañan un juego de palabras alrededor del conocido lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, "Por mi raza hablará el espíritu" el cual termina en "mi raza no necesita que nadie hable por ella". Para cerrar desarrolla una improvisación al piano cercana a esa deconstrucción de la armonía que conocemos como free jazz; "de todas las ausencias, esta es la más honda".
El lado B, "Irreverencias", es más integral, si tomamos en cuenta que "Ausencias" son básicamente cuatro canciones ligadas entre sí a través de experimentos armónicos al piano. La primera parte de "Irreverencias" es una lectura, la declamación de un poema en el que Briseño se propone hacer una especie de fiesta mexicana a la que está invitado todo el mundo. Es palabra hablada durante los primeros tres minutos: "Muerto el perro, se acabó la rabia", empieza el autor y sigue adelante en la lectura de un texto de verso libre lleno de imágenes relacionadas a la construcción de una especie de utopía mexicana en la que se propone darle la vuelta a los estereotipos de lo "nacional": "Rompa el ajolote su códice batracio / levántense los glifos, las estelas / que cante su guerra el xoloescuintle / reviente el Sexto Sol en la obsidiana". De ahí construye un carnaval en el que México (el México de principios de los años 80, el de la gran crisis) ingresa a una especie de concierto global: "Que cese el sufrimiento de Vallejo / Que Chaplin sea ministro de la risa / Que Marx pruebe unos hongos en Palenque / y venga Bach a los cassettes y a la rockola... / Sirva los tacos Pasteur / Mezcle las aguas Einstein / En la fiesta de la toma / México es una esponja". Termina la lectura y arranca la experimentación a los teclados: piano, órganos, sintetizadores en un proceso de expresión ultramodernista, pariente de la musica concreta o de lo que conocemos como noise, con dejos impresionistas, sonidos sintéticos que quieren sonar como naturales, sonidos naturales que se sintetizan.
No sería demasiado afirmar que estamos ante la magnum opus de Briseño: año 1983, justo después de lanzar sus álbumes en trio y cuarteto con Carrasco y Flores más Hebe Rossell, y antes de formar El Séptimo Aire, álbumes que traeremos luego a Cabeza de Moog gracias al compa Carlos.
Otras cosas que se han escrito por ahí:
Wikipedia:
«A pesar de la calidad y oficio longevo de este artista, algo falla: Briseño no es tan popular como merece».
—Roberto Ponce
Durante una gira en la ciudad de Monterrey, Briseño grabó en el estudio de Quico Cadena Irreverencias improvisación para siete instrumentos de teclado, y a su regreso a México grabó con Paco Rosas a la consola "Ausencias", música para cuatro cartas de amor. El resultado de estas grabaciones fue el disco Ausencias e irreverencias.
Una minireseña en worthpoint.com :
A unique LP from Mexican composer Guillermo Briseno. The first side is solo piano and voice doing songs. The second side starts out with a spoken word piece and moves into an excellent multilayered keyboard instrumental.
Una minireseña en worthpoint.com :
A unique LP from Mexican composer Guillermo Briseno. The first side is solo piano and voice doing songs. The second side starts out with a spoken word piece and moves into an excellent multilayered keyboard instrumental.
La Encyclopaedia of Electronic Music (http://www.pugachov.ru/eem/bj.html) dice:
Interesting artefact here. Guillermo Briseño is a singer-songwriter who plays piano in a jazzy style and sings. However, the whole side B of this LP is occupied by long electronic piece "Irreverencias". It is abstract, jazzy and is somewhat in Vangelis' Beaubourg vein, although with none of that work's spookiness and with different synth sounds used.
Pueden escuchar el disco de esta playlist:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLCzdBMu_SA7H6nomzAWt2IkOteIW_Vs02
https://www.youtube.com/playlist?list=PLCzdBMu_SA7H6nomzAWt2IkOteIW_Vs02
Lista de Temas:
1. Ausencias
2. Irreverencias
1. Ausencias
2. Irreverencias
Alineación:
- Guillermo Briseño / Voz, piano, teclados
Pregunta, ¿esto no esntraría dentro del tag "Progresivo latinoamericano"? porque tengo entendido que este es uno de los discos más cercano al prog de Briseño, no?
ResponderEliminarSea como sea, gracias por el trabajo que están haciendo acá, tanto Carlos ripeando el disco (ojalá pueda mejorar la calidad ¿será eso posible Carlos?) y Calle Neptuno con sus comentarios :)
EliminarSeguro! De esas cosas que se asumen tan naturales que se ilvida uno de escribirlas. Voy a corregir los tags porque este disco de blues solo tiene algunos ecos en el lado A.
EliminarGracias por el aporte. Lo disfrutaré, seguro.
ResponderEliminarles comento que ya existe una redigitalizacion de este material en las dos ediciones que saco guillermo, ya sea que cabeza actualice su link o visiten el viaje al esapcio...
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