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Yes - Going For The One (1977)

#Músicaparaelencierro. En algún momento de su larga historia, los Yes podían reinventarse y reinventar su música, explorando o volviendo a sus raíces (aquí, volviendo también otra vez Rick Wakeman a las teclas). Y en este disco, que no deja de ser un disco bisagra ya que aquí germina la idea de modernizarse y explorar pero aún bebiendo de sus raíces (por suerte). Un disco que contiene  dos de los mejores temas del Yes de todos los tiempos: la extraordinaria suite "Awaken" (según Anderson lo mas grande que hizo Yes en su historia), y la no menos maravillosa "Turn of the Century", y además con un gran hit como "Wonderous Stories" y el icónico tema que da nombre al disco. Siempre cerramos la semana con algún disco especial, y gracias a Horacio Manrique aterriza (por primera vez en el blog cabezón, algo que se nos había pasado vaya a saber porqué) el mítico "Going For The One", otro hito más en la discografía del dinosaurio sinfónico, con comentarios sobre el disco, comentarios, investigaciones, anécdotas y demás.

Artista: Yes
Álbum: Going For The One
Año: 1977
Género: Progresivo sinfónico
Duración: 38:31
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra


Going for the One, grabado en Montreux, a orillas de un apacible lago suizo, señala el reencuentro de los miembros de la segunda formación de Yes, Rick Wakeman incluído, después de un período de actividad artística de cada uno de los cinco por separado. Según ellos mismos cuentan, reinaba en el estudio  un clima afable y festivo, de inspiración y de alegría por volver a tocar juntos. El resultado: uno de los mejores álbumes de Yes.

El 7 de julio de 1977 se produce el regreso de Yes de la mano de "Going For the One", el primer disco editado luego de un parate de casi dos años y medio en los que los integrantes del grupo se dedicaron a la elaboración de sendas producciones individuales. Este disco también trajo como novedad el regreso de Rick Wakeman a la banda luego de tres años de ausencia; así como también un retorno a la composición de canciones más cortas luego de la experimentación de "Close to the Edge", "Tales from Topographic Oceans" y "Relayer". En muchos aspectos, "Going for the One" podría ser considerado como el "sucesor" de "Fragile". Sus cinco numeros musicales incluían letras imaginativas y abstractas, mientras que la música alcanzaba una calidad que rozaba un nivel grandioso y melódico por igual. En "Going for the One", las armonías vocales estaban perfectamente balanceadas por el magistral trabajo instrumental realizado por Howe en guitarras y Wakeman en teclados. Mientras que, por otra parte, White y Squire se mostraban muy sólidos elaborando eficientes bases rítmicas que apuntalaban la estructura musical.
Este nuevo disco fue grabado (por motivos impositivos) en Suiza. Allí, luego de un mes de ensayos, quedó claro que la química musical del grupo con Moraz no funcionaba más y la banda le pidió que se fuera. Entonces, el manager, Brian Lane contrato a Wakeman en calidad de sesionista invitado.
Cuando Wakeman se juntó de nuevo con sus ex-compañeros le gustó mucho la música que estaban ensayando y no pasó mucho tiempo para que se integrara a Yes en calidad "full-time"; debido a las insistencias del mismo Lane y de Chris Squire. En ese entonces, Squire declaro: "Rick nunca debió haberse ido, en primer lugar. Debió haber seguido con sus cosas solistas y también con la banda, pero él también tenia su ego. Sus primeros albumes solistas fueron un exito de ventas y (a él) no le gustaba nada el material de "Tales From Topographic Oceans". Tal vez el hecho de que eramos bastante jóvenes en aquel momento hizo que las cosas no se hablaran como era debido, pero yo no soy nadie para hablar... porque yo también tenía demasiados problemas."
A fines de diciembre del '76, Wakeman decia: "Cuando me fui de Yes no fue porque tuviera problemas con los otros, sino porque, simplemente, sentía la necesidad de buscar nuevas sendas musicales por mi cuenta, de experimentar con algunas cosas que no iban en el grupo. Yes es un grupo que tiene muy claros sus alcances, sus fines, sus intenciones, lo que quiere hacer, hasta donde quiere llegar, y, con respecto a esto, es un poco estricto. Cuando decidí separarme, lo hice porque no me sentía plenamente satisfecho con esas pautas: queria establecer las mías propias, y tener (de paso) más libertad para 'inventar' y explayarme en cualquier dirección. Ahora que complete ese círculo, volver a Yes es algo casi lógico, natural. Ellos se entienden bien conmigo y yo con ellos. No se -y creo que aunque lo supiera no soy yo quien debe decirlo- cuales fueron las razones de la ida de Moraz, pero no creo que haya sido una situación de violencia entre el resto del grupo y él; probablemente quiera seguir con sus trabajos individuales, no sé. Lo único que puedo decir es que el grupo y yo nos pusimos en contacto y (casi sin darnos cuenta) llegamos a la conclusión de que estábamos de acuerdo en trabajar juntos otra vez. Tal vez dentro de un mes nos separaremos nuevamente, no puedo saber que va a pasar en el futuro, pero pienso que, a pesar de todo lo que hemos hecho separados en este tiempo que transcurrió, seguiremos entendiendonos tan bien como siempre."
Con respecto a la grabación de "Going For The One", Jon Anderson declaró en aquel momento: "El album fue una especie de celebración. En los últimos dos o tres años estuvimos experimentando un montón, y estamos felices de poder concretar eso en un disco que es más suelto y relajado que los anteriores". Alan White tambien guarda lindos recuerdos al respecto de la grabación de este disco, ya que segun el "estaban felices con la vuelta de Rick... y además él estaba tocando mejor que nunca..."
El disco abría, justamente, con el tema "Going for the One" de la mano de un "irónico" riff de guitarra más cercano al estilo de Page en Led Zeppelin que al del Yes. Pero no solo esto hizo Howe aquí, ya que su trabajo en la steel guitar fue soberbio. De acuerdo a su autor, Jon Anderson, este tema "trata acerca del mundo de los deportes y las competencias. Parte del tema, habla de las carreras de caballos; pero también me inspiró una película que ví acerca de unos deportistas que atraviezan el Río del Gran Cañón del Colorado, en una de esas balsas de goma... aunque tampoco me olvidé de mencionar a la "mente cósmica" en una parte de la letra."
Con respecto a "Turn of the Century", Jon Anderson dice que pensó "en la historia de un escultor que quiere hacer una estatua de piedra dedicada a su amada, fallecida en invierno. La inspiración primigenia me vino de la opera "La Boheme" y (obviamente) de la historia (mitológica) del "Pigmalion". El punto culminante de este cuento es que el escultor pone todo su amor en esta estatua, y ella (finalmente) cobra vida."
"Parallels" es una pomposa canción con la cual la banda abriría los conciertos en los años posteriores. En ella, Wakeman toca unos auténticos órganos de iglesia, grabados en St. Martin's Church, Vevey, Suiza. En parte, "Parallels" es (casi) una prima lejana de la vieja "Roundabout", en lo a que ritmo e intención respecta, aunque (obvio) sin la trascendencia de aquel viejo clásico. Con respecto a la composición del tema, Squire decia: "Se trata de un amor espiritual. Un tema que ofrece un mensaje de esperanza. En algun momento pudo haber integrado mi primer album solista ("Fish Out of Water"), pero lo pensé mejor y lo reservé para un futuro disco de Yes. También, en este tema, hay una superposición de dos estilos: por un lado esta el riff de blues de mi bajo y, por el otro, el órgano de la catedral; todo sonando al mismo tiempo..."
Después llegaba la hermosa balada "Wonderous Stories", a la que Steve Howe describió como "parte del período renacentista de Jon Anderson. Es por eso que a esta balada la recorre un sentimiento de música clásica". El tema se compuso en Suiza y Anderson dice que: "Era un hermoso día. Uno de esos momentos que uno recuerda por muchos años y, de repente, la letra de "Wonderous Stories" me vino a la mente. Es una canción exuberante que habla de las alegrías de la vida. Una secuencia de ensueño que recorre historias del pasado y del futuro".
El album concluye con "Awaken", un impresionante tema largo que se colocó "de cabeza" entre los mayores clásicos de la historia del grupo. Según el mismísimo Anderson, "Awaken" fue "lo más grande que hicimos jamás". Aquí, otra vez, las letras son surrealísticas, cósmicas y místicas al extremo. Por eso, tanto Anderson como Squire cantan como si fueran "auténticos muertos" que evocan las visiones extraordinarias y superterrenales que están viviendo. El clímax instrumental final, luego de una parte media experimental, es simplemante demoledor y emocionante y uno de los momentos más gloriosos que haya grabado Yes en toda su historia. Aquí se subraya el carácter místico del tema cuando se evoca (respectivamente) a los maestros de las imágenes, del alma, de la luz, y del tiempo. Con respecto a la composición del tema, Anderson dice: "Estando en Suiza, tuve la oportunidad de leer un libro llamado "The Singer" ("El Cantante"), que trataba acerca de un himno antiguo. También fui influenciado por otra lectura, acerca de la vida del pintor holandes Rembrandt..." Alan White cuenta que "el tema fue dividido en diferentes secciones, para su grabación; pero nosotros tuvimos siempre la totalidad del tema en mente, el modo en que tenía que quedar la composición final". Dice ademas, que en ese final monumental de "Awaken": "Rick Wakeman estaba tocando el órgano de iglesia en una iglesia que estaba a 16 kilometros de distancia del estudio y nosotros nos comunicábamos con el a través de cables telefónicos."
Una vez editado, el álbum muy pronto alcanzó el primer lugar de los rankings ingleses y la octava colocación en los Estados Unidos. Sin dudas, marcando que el regreso de Yes había sido todo un exito. Al mismo tiempo, el grupo conseguía un triunfo inesperado en el mercado de singles cuando, en septiembre del '77, el tema "Wonderous Stories" trepó hasta el séptimo lugar en Inglaterra.
(Bibliografia: A. Rosso, H. Armas, E. Quintana, R. Boissoneau; Revista "Pelo", "Yesyears")

Investigacion: Emiliano M. Acevedo   

Y tenemos varios comentarios sobre el disco, claro, comenzamos con el de un amigo de la casa, aquí el Canario sando su impresión del disco:

Cuando era un chiquillo, había en mi ciudad un grupo que ensayaba cerca de mi casa. Se llamaba Roundabout, tocaba principalmente temas de Yes, y estaba liderado por un querido amigo mio, Ricardo. Un día me invitaron a un ensayo; sonaban tan bien, y se conocían tan a fondo las canciones de Yes, que realmente me sentí como si estuviera en un ensayo de esa legendaria banda. También será que en esa época yo no era muy capaz de distinguir la imitación del original, pero el caso es que salí de allí como si me encontrara en estado de gracia, y con un sueño secreto en mi corazón: el de formar parte algún día de esa banda. Eso nunca ocurrió.
Recuerdo que un amigo albañil más afín al Heavy que al Rock Progresivo, los llamaba con desdén, los yesistas.
No voy a escribir aquí otra bio de Yes, para eso les remito a posteos anteriores (en el de la película Yessongs hay una biografía muy extensa), y paso a hablarles directamente de este legendario álbum, que, a mi modo de ver, cierra la época de oro de Yes, y lo hace de manera fastuosa.

ANTECEDENTES
En el año 1975, después de la gira de Relayer, los miembros de Yes deciden tomarse un descanso de la banda, y ponerse a trabajar cada uno por su cuenta. Es el año de Olias of Sunhillow de Jon Anderson, de Fish out of Water de Squire; de Story of I de Patrick Moratz, de Ramshackled de Alan White, y finalmente, de Beginnings de Steve Howe.
En el '76 se reunieron para hacer "Solos", una larga gira en la que alternan los temas clásicos de la banda, con parte de lo que habían creado en su etapa como solistas.

LA REUNIÓN
El hermoso paisaje de la foto, que parece sacado de El Señor de los Anillos, o de Las Crónicas de Narnia, es el del lago Lemán, en Suiza, el país de Patrick Moratz; en este lugar se reunieron los componentes de Yes para concebir y preparar su nuevo disco. En el interior de la carpeta del álbum, pueden verse fotos de cada uno de ellos posando cerca de las aguas del lago. Debió ser un tiempo de paz y de mucha inspiración, después del laborioso período de grabación de los discos y de las giras en solitario, seguido de la gira "Solos".
A pesar de lo idílico que suena todo, tuvieron que irse a grabar el disco allá por razones fiscales... será que también ellos eran evasores de impuestos? Si, pero parece que tenían buenas razones: en Inglaterra los impuestos a los músicos se habían vuelto abusivos, y todo el gremio se quejaba de eso.
Después de estar ensayando un tiempo en Montreux, localidad que asoma al lago Lemán, Patrick Moratz abandona: ya no se integraba, no se encontraba en sintonía con el resto del grupo, y todos los demás también lo sentían así.


La sección de los teclados volvió a llevar el sello de Rick Wakeman, que desde hacía algún tiempo coqueteaba con la idea de regresar con sus antiguos compañeros. Squire declaró que Wakeman nunca debió irse de Yes. Con su aporte la banda llegaba a la máxima expresión de su creatividad.
Y en ese clima de alegría por el reencuentro, bajo el influjo de los espíritus lacustres y de la majestuosidad de los Alpes suizos, surgió Going for the One, disco que se caracteriza por el predominio de temas de menor duración que los de sus álbumes anteriores, a excepción del último, Awaken, que dura 15 minutos.
Los tiempos así lo exigían: este disco es el paradigma de un cambio de estética que se volvió forzoso dentro del rock progresivo, ya que a finales de los '70, en gran medida por la influencia del Punk, ya empezaban a no interesar las suites que ocupaban toda una cara de un disco de vinilo.
 
LOS TEMAS
Ese esfuerzo por sintetizar y simplificar no impidió que el álbum estuviera cargado de un imponente barroquismo instrumental, y de un brillante desarrollo compositivo que hacen, en mi opinión, de Going for the One uno de los más grandiosos álbumes de Yes.
El primer tema, que le da nombre al disco, es una idea de Anderson. Con guitarras cañeras y con una melodía rebuscada en su aparente sencillez, fue uno de los dos singles que se sacaron de este álbum. Su nombre mismo podría sugerir la intención de escalar puestos hasta situarse en el número uno, y de hecho el álbum lo logró en Inglaterra, permaneciendo en el primer puesto por dos semanas, pero en realidad la letra parece que hace referencia a reintegrarse en la unidad cósmica.
Tampoco faltan los temas melódicos, como la joyita The Turn of the Century, donde Howe despliega todo su saber utilizando magistralmente desde la guitarra clásica hasta la eléctrica distorsionada y con slide, al estilo de la que usa en And You and I. Esta canción está inspirada en el mito griego de Pigmalión, que se enamora de una estatua de mujer tallada por el mismo.
Parallels, es un potente y majestuoso tema de Squire, cuyas partes de órgano de tubos Wakeman las interpretó en el organo de la iglésia de San Martín en Vevey, Suiza; Este tema iba a incluírse en Fish out of Water, pero por motivos de espacio, quedó fuera.
Wonderous Stories, el otro single, es una bellísima y pegadiza canción que ocuparía puestos bastante altos en los hit parade ingleses y norteamericanos de aquel año. Wonderous Stories fue el tema de mayor éxito comercial de toda la historia de Yes.
Finalmente, en Awaken, el tema más largo y conceptual del álbum, se vuelve a oír el órgano de Parallels. Jon Anderson dijo en más de una ocasión que para él este es el mejor tema de toda la discografía de Yes, y en efecto, en mi opinión, con Awaken, Yes alcanza una de sus más altas cimas creativas.
Y eso es todo, son cinco temas deliciosos, de una radiante espiritualidad, de un exquisito preciosismo, que componen el octavo disco de estudio de Yes, Going for the One.
Hablando claro, para mi el disco en cuestión es un clásico que se encuentra a la altura de Relayer, Close to the Edge, y Tales from Topographic Oceans. Y puestos a dar opiniones, diré también que para mi es el último gran álbum de Yes, después del cual comienza su declive. 
 
LA CARPETA
Incluso la cubierta del disco expresa ese cambio de estética del que antes hablábamos: por primera vez su diseño no es obra de Roger Dean, que en esta ocasión, no compartía ni el estilo ni los conceptos que querían plasmar los miembros de la banda, de manera especial Jon Anderson, que al parecer era "ligeramente" exigente. Se hizo cargo de las tapas y del interior de la carpeta la firma Hypgnosis, que ya había trabajado para Peter Gabriel, Pink Floyd, Rush, etc.)
Se trata de una triple carpeta, en cuya portada se ve a un hombre de espaldas, desnudo, mirando hacia las Century Plaza Towers (llamadas también Torres Gemelas), en Los Angeles, California. En su interior hay varias fotos de los componentes del grupo posando con el lago de Lemán al fondo. Sigue presente el pequeño logo de la banda, el planetoide de Dean.
El diseño de la carpeta representa el encuentro de lo antiguo y lo moderno, y la búsqueda del equilibrio entre ambos.

                 

 Y tenemos más comentarios, vamos solo con algunos...

Este disco es uno de los más importantes en la discografía de Yes, en principio, por su evolución discográfica. Para una más o menos adecuada situación del disco hay que remontarse al Tales from Topographic Oceans (1973), un disco mítico que marca varias cosas. Por citar algunas de ellas, se muestra, exacervadamente, el carácter pomposo-ambicioso-epico del grupo, tanto a nivel instrumental como al lírico; la marcha del baterista Bill Bruford y la entrada de Alan White (con antecedentes en la banda de John Lennon); el predominio de Wakeman en el sonido de Yes, notándose sobre todo en el uso de sintetizadores más concisos, creando texturas que rozaban el Progressive electronic de Vangelis, Mark Isham o Jean Michel Jarre... En el Close To The Edge (1972), un disco claramente con pasajes atmosféricos muy efectivos, no se notan esos aires espaciales que se crean a partir del Tales ni con esa sonoridad. El sonido es mas rústico y los mellotrons más concisos (menos envolventes). Que conste que esto no es ni bueno ni malo, solo quiero establecer un parámetro que, a mi juicio, empieza a cambiar. En el Going for the one esto estará presente (baste oír Turn of the Century o Awaken).
Con el Going se vuelve a la predominancia de los temas mas cortos, aunque hay uno que supere los 15 minutos y otro que llegue casi a los 10. Desde el The Yes Album (1971) y el Fragile (1972) Yes no había abogado por combinar temas de diversas longitudes, lo que puede dar una mayor agilidad a la escucha. Justo después surgieron sus tres obras magnas y épicas, unidas a veces por una misma idea-concepto, caso del Tales y de su inspiración yogui. Tras el Relayer (1974), su siguiente disco de estudio fue el presente, una obra en donde se ve que las ideas de Yes habían evolucionado por otras vías, a la vez que los gustos, la estética y los patrones del momento (habían dejado tres años de separación entre una obra y otra, lo que hizo que el contraste fuera aún mayor, en lugar de ser más ... eh ... PROGRESIVOOO).
Otro dato relevante antes de comenzar a analizar el disco es la vuelta de Rick Wakeman, después de un intervalo con Patrick Moraz en el Relayer, lo que significó volver a la segunda formación clásica de Yes (la propia del Tales). La primera seria con Bruford en lugar de White, y, sinceramente, siendo un fiel de Bruford, no me atrevo a elucubrar si la permanencia de este en Yes hubiera dado para hacer las grandes obras posteriores. Posiblemente Yes. Pero a falta de hacer historia virtual valoremos este disco, con este personal. Cambio de sonido, cambio de mentalidad, final de una década...
TEMAS DEL GOING FOR THE ONE
1 - Going for the one (Anderson): aqui nos encontramos el primer cambio radical del grupo. El disco se abre con unas guitarras estilo "surfing", a lo Beach Boys, para entrar en un ritmo de rock ligero y estridente. Poco a poco, a pesar de el inesperado empiece, los toques del sonido Yes empiezan a aflorar, el juego de voces, los saltos intervalicos de Howe y el ágil ritmo de Yes, que siempre consigue hacer entendibles ritmos audaces y extraños. En este tema se me reitera una idea que tuve desde el Tales: Mike Oldfield, aquel músico que, sobre en 1983, intentando huir de toda etiqueta decía aquello de "Yo solo escucho musica clasica y heavy metal". Pues yo creo que a Yes tambien lo ha debido de escuchar. Hay algunos pasajes concretos e ideas del Incantations (1978), tema 1, que se reflejan en el Tales (tema 3). Los punteos de Howe en el primer tema del Going me recuerdan muchísimo a lo que despues seran las guitarras de la época de los ochenta de Mike Oldfield. Un timbre muy limpio haciendo éxtasis melódicos para culminar ciertos pasajes ... BFno les parece?
2 - Turn of the century (Anderson/Howe/White): gran tema que ha abierto muchos conciertos de Yes. Aquí se patenta la antes mencionada atmósfera iniciada en el Tales, dándole un toque muy espacial. Los pasajes de guitarra acústica de Howe nos vuelven a traer a colación otra característica de los discos de Yes, aunque no sea la solista. En este tema, las backing vocals a cargo de Squire estan de cine. A la par que sus bases al bajo. También Wakeman. Después del torbellino del primer tema, nos traen la paz y la calma. Uno de los pasajes mas bellos de Yes, para mí, se encuentra en este disco, hacia la mitad, cuando Wakeman se pasa al piano y Howe hace sus partes de guitarra eléctrica, como al final del Gates of Delirium del Relayer; un pasaje delicado que a veces quiere aspirar a cierto estilo polifónico orquestal, como el GOD antes citado. Una verdadera maravilla. Primera joyita de este disco.
3 - Parallels (Squire): en este tema, como en el primero, nos vuelven a mostrar a un Yes más ligero, más orientado a las canciones, aunque ello no quite el tono épico de este tema. Las armonías vocales me recuerdan al Love will find a way del Big Generator (1987), no lo puedo evitar. Quizás en este tema sea donde se note más el camino que van a seguir aunque Wakeman ha tenido un gran acierto al interpretar este tema con un rotundo órgano de iglesia (concretamente de la Iglesia de San Martin, Vevey, Suiza). El tema es muy rotundo y pegadizo. A mi me recuerda al Roundabout (del Fragile) en algunos momentos, por el ritmo, aunque por el sonido y todo de la batería me recuerda más al del Genesis del Squonk (A trick of the tail, 1976).
4 - Wonderous stories (Anderson): tema mas acústico que se convirtio en todo un exito. Esta incluido en su recopilatorio oficial. Delicioso preambulo al gran tema final. La armonía recuerda a la del Turn of the century.
5 - Awaken (Anderson & Howe): todo lo que se diga de este tema es poco. Uno de los mejores momentos de Yes y del progresivo a la vez, creado por el tandem que nos dio el Tales o el Close. Curiosamente Wakeman no solia componer, aunque supongo que si arreglaria. Me asombra la continua presencia de Anderson en la composición, lo que no se si se reduce tan solo a las letras... Pero hay temas que se atribuyen solo a Anderson con musicalidad compleja, caso de la primera parte del Starship Troopers (The Yes album). Eso es como que el Take a pebble de Emerson Lake & Palmer sea solo de Lake, con las partes de piano que conlleva!!! En fin. Este tema es lo mejor del disco sin dudarlo. Es la gran épica que establece nexos con sus anteriores trabajos. Los músicos están todos geniales. Wakeman demuestra el virtuosismo del Fragile (tan solo vean el principio al piano) y la capacidad armónica del Tales; Anderson sigue siendo el arma fuerte de Yes, sus pasajes y juegos vocales son impresionantes (véase en la parte mas contrapuntistica con el organo de iglesia); Howe tampoco defrauda y nos otorga muy buenas partes de guitarra, aunque deja más protagonismo a Wakeman. Aun así hay algunos momentos en los que imprime su sello (escuchen su punteo pseudo-flamenco en la parte mas lenta); Squire, como Howe, se dedica más que nada a reforzar las armonías, ya contundentes de por sí... y White, aunque no sobresale se mantiene discreto para no darle ningún toque agresivo al tema, como lo tenían el primer tema y el tercero. El último tema te deja sereno, en paz, pero cumpliendo su función de culminación, lo que aquí se materializa con esa progresión que recuerda a las composiciones barrocas, gracias a la armonía y al organo, que crece en intensidad hasta ser todo un climax con trasfondo de organo (como ya se hizo en el Close). Al fin, se vuelve al principio, como algo cíclico, con acordes diluyentes. Despues de la tempestad viene la calma. Hay muchas ideas orientales en el trasfondo...
Tengo debilidad por este disco hay que decirlo. A pesar de no tener la complejidad y la ambición de otras obras, es un disco bello por su sobriedad (aunque eso en Yes sea una fuerte carga instrumental). Muy similar a lo que significó el Trick of the tail en la discografía de Genesis. Marca cambios en el estilo y en el sonido. Un buen punto de partida para empezar.
Nota: 8/10

Salu





No sé si vale la pena escribir demasiado, cada uno tiene sus gustos y si te gusta Yes te gustará este disco, aunque en su día a algunos fanáticos les dió urticaria, aunque luego de que pasó el tiempo se acostumbraron a ella, demasiado creo yo...

Despues de dos años largos, en que los miembros de la banda se dedicaron a sus carreras en solitario, Yes volvieron al estudio de grabación. Y volvieron con tantas ganas, que ni siquiera pudieron esperar a que Patrick Moraz terminara su album en solitario. Así que decidieron volver a llamar a Wakeman, que se reincorporó al grupo.
"Going for the One" siempre me ha parecido un album un tanto irregular. Por un lado tenemos dos de los mejores temas de Yes de siempre, la extraordinaria suite "Awaken", y la no menos maravillosa "Turn of the Century", ambos con gran trabajo de Howe. Dos temas que significaron un paso más en la evolución del estilo de Yes, de nuevo encaminado directamente hacia contextos sinfónicos y melódicos, además de una ligera ambientación espacial, una sensación de gélida distancia. Mientras que "Wonderous Stories" es un tema mas inofensivo, una bonita balada que cumple perfectamente.

Y por otro lado, hay dos buenos temas, que no alcanzan el gran nivel de los que he citado al inicio. "Going for the One" es un buen rock'n'roll, no tan atinado como "Siberian Khatru", donde destaca el trabajo de Howe a la steel guitar, y el tema de Squire, "Parallells" es tal vez lo más discreto del album, bueno sin mas.
Valoracion: 8/10

Ferran Lizana
 
Y cerramos el posteo con el siguiente review... que es más de los mismo teniendo en cuenta las maravillosas canciones que hay para escuchar aquí.
 
En la dilatada discografía de Yes, Going For The One, su octavo álbum, representa un punto de inflexión donde mágicas historias se entrelazan con oníricas visiones en un tiempo donde era inimaginable, a juzgar por la calidad musical resultante, que la legendaria banda estuviera a las puertas de lo que sería un cambio radical de dirección musical que encaró tiempos de hastío, cansancio y finalmente la conclusión de una etapa que ya requería un replanteamiento para enfrentar una nueva década donde el agonizante progrock dejaría sus pretensiones artísticas guindadas del perchero para ofrecer algo más accesible y ligero a los estándares regulares del subgénero más vilipendiado del rock.
Going For The One, en el catálogo Yes, nos ofrecía un interesante sonido que conjugaba celestialmente arpa y órgano de tubos con guitarras eléctricas y acústicas (incluyendo una portuguesa), batería y bajo que desde la primera nota hasta la última fue la ponderación de una sonoridad demencial vivida en “Gates of Delirum”, donde un caos sónico decantaba en una sublime divinidad y la voz de Jon Anderson nos acariciaba con dulzura para luego contrastar con una de las guitarras eléctricas más osadas en “Sound Chaser” y cerrar con uno de las temas más hermosos del género y por ende de la banda.
Esos tres temas conformaron Relayer (1974), álbum predecesor a Going For The One.
Fue al término de ese álbum que los integrantes de la banda se tomarían un tiempo para grabar propuestas individuales que ilustraban la calidad musical que apreciábamos cuando esas cinco fuerzas se unían.
Jon Anderson grabaría una de las más bellas historias del género con Olias Of Sunhillow (1976); Chris Squire saldría con lo que muchos consideran el álbum que Yes nunca grabó, Fish Out Of Water (1975); Steve Howe demostraría su originalidad y eclecticismo conjugando ragtime, bluegrass, folk, country y barroco con maestría en Beginnings (1975); Alan White daría sus primeros pasos como compositor con Ramshackled (1976); y finalmente el mago de las teclas, Patrick Moraz, nos sorprendería con sonoridades brasileras en Story of I (1976).
Este último abandonaría a la banda al finalizar el tour en apoyo a Relayer dejando una importante contribución en lo que para mí es, junto a Close To The Edge (1972), el pináculo del género.
Su abandono traería de vuelta a Rick Wakeman estableciendo una conducta recurrente en la agrupación a lo que Wakeman se refirió como “un embrión que sale del huevo y retorna a él pero evolucionado”, pues se había retirado tras el mega álbum Tales From Topographic Oceans (1973) con un alto grado de frustración para regresar como un ave fénix en  el álbum que hoy nos ocupa. Bill Bruford, Tony Kaye y Steve Howe tendrían similar experiencia al término de la siguiente década.
La lógica consecuencia fue una total renovación de ideas cuyo primer resultado fue una pieza de rock ‘n’ roll en el lenguaje Yes. El tema título, a la cuenta de cuatro, encabezaría esta nueva experiencia publicada el 15 de julio de 1977, que cumple 40 años.
Steve Howe, con el steel guitar, abriría el álbum donde Jon Anderson nos cuenta…
La idea me vino / al cruzar la pista / Al flanco de un cazador de carreras de pura sangre / Siente / Como fluye el ritmo / Te gustaría ir / Y apuntar a las montañas? / Y aquí estás parado no más alto de lo que se ve el césped / Y debes realmente intentarlo con empeño? / La verdad del deporte juega con aros a tu alrededor / Yendo tras el gran premio / Yendo tras el gran premio 
Interesante escuchar a Squire contrastando con la frase “ventana abierta”, la guitarra de Howe en el modo más rock ‘n’ roll que el grupo haya tocado y una sutil estridencia que le otorga un cierto estilo sui generis, mientras Wakeman frasea en su más característico estilo pero empelando esta vez un “Polymoog” (versión polifónica del famoso sintetizador monofónico, Mini Moog).
En conjunto, con el retorno de Wakeman y la salida del hasta ahora ingeniero, Eddie Offord, era inevitable que Yes sonara diferente. Sin dudas, un estilo más madurado pero manteniendo los marcados contrastes que le han caracterizado.
En la segunda composición, “Turn of the Century”, Steve Howe inicia la historia de Roan con un hermoso intro de guitarra acústica y la voz de Anderson relatando la historia de este ficticio escultor cuya esposa muere y él, en su dolor, esculpe la imagen de ella para traerla de vuelta a la vida….
Y en su habitación, su dama / Ella danza y canta a plenitud / Así, mantente inmóvil, ahora grita él / Tengo tiempo, deja que la arcilla transforme
Está basada en la ópera La Boheme y la tragedia griega de Pygmalión. Acá White aporta su talento como compositor junto a Howe y Anderson.
Entre esa pieza y la siguiente no hay una separación. Sin embargo, sí puede apreciarse un sonido casi imperceptible que une a los dos temas. Sorpresivamente, Rick Wakeman estalla con el órgano de la iglesia de San Martín en Vevey, Suiza, en “Parallels”, una composición de Squire que pertenece a un grupo de canciones que quedaron fuera de la lista final de su álbum Fish Out Of Water.
El tema tiene toda la fuerza que dio a la banda parte de su fama. Howe deja caer como hojas frases cortas a la guitarra que ornamenta la línea del bajo…
Cuando has intentado todo / Y nada te eleva más / Cuando notas que has jugado con fuego / Escúchame cuando te digo que es en realidad en tu corazón / Es el comienzo de un nuevo amor a la vista / Tienes todo para hacer que ocurra / Dale vueltas / Crea una nueva dimensión / Cuando estamos ganando podemos detenernos y gritar / Haciendo el amor hacia la perfección.
“Wonderous Stories”, el siguiente tema, fue compuesto por Jon Anderson. Una hermosa canción en la cual Steve emplea la guitarra portuguesa que usó en “I’ve Seen All Good People” (en Yes Album, 1971) y donde Wakeman hace alarde de su virtuosismo al teclado.
Es una de las canciones más hermosas de la banda. Jon canta:
Desperté esta mañana / El amor me acostó cerca del río / A la deriva corriente arriba / Tras mi redentor / Sin dejar trazos / Rogué irme para escuchar tus maravillosas historias…
El tema que culmina este maravilloso álbum es “Awaken” tema escrito por Jon Anderson y Steve Howe. El piano de Wakeman inicia la pieza alternando frases rápidas con un temperamento más contemplativo antes que Anderson inicie…
Alta vibración sigue  / Hacia el sol / Deja soñar a mi corazón / Pasado, un mortal como yo / ¿Dónde puedo estar?
En versos subsiguientes y en estructura musical, “Awaken” guarda similitud con “Close To The Edge”. Como ejemplo, un pasaje a modo de intermezzo en la cual Jon toca arpa y que une dos secciones donde la música es desarrollada a plenitud.
En esa sección media Wakeman sostiene las notas dando amplitud a ese segmento. Squire usa acá un bajo de tres mástiles, algo que para la época resultaba extravagante. Luego de ese casi silencioso motif la segunda parte se desarrolla en crescendo a partir de allí…
Obras del hombre / Puestas para aplastar la histórica vida / Recobrando la flor de la fruta de su árbol / Todo despertando / Todo restaurándote 
Howe termina con tal sutileza en la eléctrica que nos deja reflexionando pero satisfechos con este excelente álbum cuya carátula fue elaborada por Hipgnosis y no Roger Dean, resultando en una señal inequívoca de los cambios por venir.
Going For The One  tuvo un gran éxito comercial no sólo por un música más accesible sino también por unas letras más directas pero igualmente llena de magia y fantasía.

Leonardo Bigott
 

Lista de Temas:
01. Going for the one
02. Turn of the century
03. Parallels
04. Wonderous stories
05. Awaken

Alineación:
- Rick Wakeman / Organ, piano, keyboards, choir arrangement, polymoog.
- Jon Anderson / Vocals, harp.
- Steve Howe / Guitar (acoustic, electric, steel), vocals.
- Chris Squire / Bass guitar, vocals.
- Alan White / Percussion, drums.




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