Un relevamiento del Sindicato de Prensa de Buenos Aires arroja datos alarmantes: 4500 puestos de trabajo menos desde la llegada de Macri y una pérdida salarial del 41,6% en menos de cuatro años. Además, el incremento de la violencia policial y una concentración mediática en aumento. Conmemorando esta fecha, celebrada en homenaje a la salida del primer número de la Gazeta de Buenos Aires fundada por Mariano Moreno en 1810, es menester también volver a poner en prioridad la comunicación como un derecho humano fundamental, derecho establecido en todos los tratados internacionales que el Estado ha firmado y ratificado. En este sentido, son los medios comunitarios y sin fines de lucro los que vienen dando una batalla central, visibilizando cómo la concentración y la escaza circulación de fuentes impacta en la democracia informativa, atentando contra el derecho a la diversidad de fuentes, miradas, perspectivas y actores de la comunicación.
Pasados 43 años del golpe cívico militar, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural actualizó las cifras que había relevado en la ponencia “Periodistas, trabajadores de prensa y gráficos desaparecidos: una lista en construcción”. Si se incorpora a cinco estudiantes de Comunicación, el número de víctimas llega a 228. "Fue la tragedia más grande del periodismo argentino", decía Osvaldo Bayer en el prólogo del libro Periodistas desaparecidos. Las voces que necesitaba silenciar la dictadura. Corría el año 1998 y el listado de periodistas desaparecidos llegaba a 101 casos. El número corroborado actualmente por el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) es de 223 periodistas, trabajadores de prensa y obreros gráficos desaparecidos. A esa cifra se le suman 5 más si toman los casos de estudiantes de Comunicación.
El balance que puede hacerse a la fecha, en el día del periodista, que se celebra hoy 7 de junio, es bastante penoso si se tienen en cuenta la cantidad de despidos y cierre de medios de los últimos años, situación que no ha hecho más que atentar contra la democratización de la información y la pluralidad de voces. Sin embargo, también debe ser noticia en este día, el importante avance en organización que ha tenido de uno de los sectores más postergados.
Así quedó plasmado en las calles, cada vez que los despidos en los medios privados y estatales avanzaron recortando voces. Y así también es denunciado por estas horas, con reclamos unificados por salarios y condiciones dignas de trabajo, la defensa de estatutos y convenios como banderas centrales para la construcción de la libertad de expresión.
En este sentido, los últimos años han sido devastadores. Desde la asunción de Mauricio Macri han quedado más de 3000 trabajadores de prensa de todo el país sin su trabajo. Uno de los casos más impactantes fue el de la agencia Telam: en julio del año pasado al menos 350 familias se quedaron en la calle tras los despidos que llevó a cabo el gobierno nacional en la Agencia de Noticias del Estado. La situación, aunque no de manera tan grotesca, se replica en otros medios estatales, donde los despidos van de la mano del cierre de las producciones locales, de los noticieros del fin de semana, de la pluralidad, del enriquecimiento de voces. Así lo sufrió la Televisión Pública, Radio Nacional y los trabajadores de los canales Encuentro, Paka Paka y Deportv, entre otros.
"Feliz día a todos los periodistas", tuiteó el 7 de junio por la mañana el presidente Mauricio Macri. Sin embargo, resulta difícil pensar motivos de celebración para un sector que viene siendo tan golpeado, y que la actualidad no parece darle tregua.
Actualmente, los medios de comunicación sirven para condenar a personas que resultan incómodas a la coyuntura, junto con el poder político y judicial. Sino, pregúntenle a Julian Assange, que sin ser periodista debería ser ejemplo de todos los periodistas del mundo. Pero en la actualidad los medios de comunicación se convirtieron en la base documental de un proceso judicial, que sirve para condenar a una persona que le resulta incomoda a la coyuntura regional actual. Porque anteriormente un juez o fiscal tomaba esos elementos de la publicación para contrastarlos, verificarlos y además sustanciarlos jurídicamente pero ahora se publica y a los dos días están presos los supuestos involucrados y luego, varios de esos involucrados terminan siendo condenados sin contrastación.
La prensa grande, como eficaz instrumento de los opresores y de la derecha política, cumple un papel que va más allá de la de imponer la cultura del miedo, además de este, lleva el propósito de distraer a la ciudadanía de los verdaderos problemas nacionales, en así que periódicamente va soltando “primicias” que marcan la agenda política, y con iniciativa política van señalando al movimiento popular (a una parte de este) los motivos por los cuales debe movilizarse y desplegar su lucha, distrayéndolo de las contradicciones centrales del sistema político y económico, tanto así que en este proceso por una nueva constitución se tiene como objetivo central la lucha contra la corrupción, y no el régimen económico donde el imperialismo sigue despojándonos de nuestras riquezas, sigue sometiéndonos y aplastando nuestra soberanía y dignidad.
La única defensa a está vorágine de denigración es el trabajo serio y responsable de quienes no necesariamente informan desde medios de comunicación tradicionales, sino desde los alternativos como las redes sociales, y que asumen su rol de contrastar sin creerse los dueños de la verdad absoluta.
Pasados 43 años del golpe cívico militar, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural actualizó las cifras que había relevado en la ponencia “Periodistas, trabajadores de prensa y gráficos desaparecidos: una lista en construcción”. Si se incorpora a cinco estudiantes de Comunicación, el número de víctimas llega a 228. "Fue la tragedia más grande del periodismo argentino", decía Osvaldo Bayer en el prólogo del libro Periodistas desaparecidos. Las voces que necesitaba silenciar la dictadura. Corría el año 1998 y el listado de periodistas desaparecidos llegaba a 101 casos. El número corroborado actualmente por el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) es de 223 periodistas, trabajadores de prensa y obreros gráficos desaparecidos. A esa cifra se le suman 5 más si toman los casos de estudiantes de Comunicación.
El balance que puede hacerse a la fecha, en el día del periodista, que se celebra hoy 7 de junio, es bastante penoso si se tienen en cuenta la cantidad de despidos y cierre de medios de los últimos años, situación que no ha hecho más que atentar contra la democratización de la información y la pluralidad de voces. Sin embargo, también debe ser noticia en este día, el importante avance en organización que ha tenido de uno de los sectores más postergados.
Así quedó plasmado en las calles, cada vez que los despidos en los medios privados y estatales avanzaron recortando voces. Y así también es denunciado por estas horas, con reclamos unificados por salarios y condiciones dignas de trabajo, la defensa de estatutos y convenios como banderas centrales para la construcción de la libertad de expresión.
En este sentido, los últimos años han sido devastadores. Desde la asunción de Mauricio Macri han quedado más de 3000 trabajadores de prensa de todo el país sin su trabajo. Uno de los casos más impactantes fue el de la agencia Telam: en julio del año pasado al menos 350 familias se quedaron en la calle tras los despidos que llevó a cabo el gobierno nacional en la Agencia de Noticias del Estado. La situación, aunque no de manera tan grotesca, se replica en otros medios estatales, donde los despidos van de la mano del cierre de las producciones locales, de los noticieros del fin de semana, de la pluralidad, del enriquecimiento de voces. Así lo sufrió la Televisión Pública, Radio Nacional y los trabajadores de los canales Encuentro, Paka Paka y Deportv, entre otros.
"Feliz día a todos los periodistas", tuiteó el 7 de junio por la mañana el presidente Mauricio Macri. Sin embargo, resulta difícil pensar motivos de celebración para un sector que viene siendo tan golpeado, y que la actualidad no parece darle tregua.
¿Sabías que solo en 2018 y lo que va de 2019 el gremio de prensa perdió 1278 puestos de trabajo?— Sindicato Prensa BA (@sipreba) 7 de junio de 2019
Este #DiaDelPeriodista buscá, evaluá y compartí el #InformeDelSiPreBA desde el #NuevoSitio del Sindicato#PeriodismoEnEmergencia pic.twitter.com/93uypVh1Yn
¿Sabías que, desde 2016, 55 trabajadorxs de prensa fueron heridos por balas de goma y 28 fueron detenidos por mostrar la represión institucional? Accedé al #InformeDelSiPreBA publicado en el #NuevoSitio https://t.co/D0HkSC3ZKa pic.twitter.com/s4sbgxgMNY— Sindicato Prensa BA (@sipreba) 7 de junio de 2019
Actualmente, los medios de comunicación sirven para condenar a personas que resultan incómodas a la coyuntura, junto con el poder político y judicial. Sino, pregúntenle a Julian Assange, que sin ser periodista debería ser ejemplo de todos los periodistas del mundo. Pero en la actualidad los medios de comunicación se convirtieron en la base documental de un proceso judicial, que sirve para condenar a una persona que le resulta incomoda a la coyuntura regional actual. Porque anteriormente un juez o fiscal tomaba esos elementos de la publicación para contrastarlos, verificarlos y además sustanciarlos jurídicamente pero ahora se publica y a los dos días están presos los supuestos involucrados y luego, varios de esos involucrados terminan siendo condenados sin contrastación.
La prensa grande, como eficaz instrumento de los opresores y de la derecha política, cumple un papel que va más allá de la de imponer la cultura del miedo, además de este, lleva el propósito de distraer a la ciudadanía de los verdaderos problemas nacionales, en así que periódicamente va soltando “primicias” que marcan la agenda política, y con iniciativa política van señalando al movimiento popular (a una parte de este) los motivos por los cuales debe movilizarse y desplegar su lucha, distrayéndolo de las contradicciones centrales del sistema político y económico, tanto así que en este proceso por una nueva constitución se tiene como objetivo central la lucha contra la corrupción, y no el régimen económico donde el imperialismo sigue despojándonos de nuestras riquezas, sigue sometiéndonos y aplastando nuestra soberanía y dignidad.
La única defensa a está vorágine de denigración es el trabajo serio y responsable de quienes no necesariamente informan desde medios de comunicación tradicionales, sino desde los alternativos como las redes sociales, y que asumen su rol de contrastar sin creerse los dueños de la verdad absoluta.
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