Artista: Jon Anderson
Año: 1976
Género: Rock prog
Duración: 44:28
Nacionalidad: Inglaterra
El primer disco en solitario del vocalista de Yes
posee una fuerza evocativa y un despliegue de imaginación tales que
hacen de Anderon una especie de J. R. R. Tolkien musical. Este álbum de
rock progresivo conceptual describe toda una epopeya fantástica, la de
Olias, constructor de un aparato volador con el que realizará un largo
viaje para intentar salvar su mundo. Todo esto viene narrado en una
carpeta interior alucinante con ilustraciones inspiradas en el estilo de
Roger Dean.
Solamente en los prodigiosos años '70 podía concebirse algo así de ambicioso e imaginativo, toda una narración de fantasía transmitida musicalmente, típico producto de cuando los músicos brillaban por su arte, por su talento y su creatividad, y no por dar una imagen de estrellas mediáticas que hiciesen a los adolescentes imitar sus poses. Jon toca todos los instrumentos: arpa, guitarra acústica, campanas, sintetizadores, percusiones y desde luego explora su interpretación con su delicado timbre vocal. Los temas están compuestos todos por él, y la producción también es suya. Esto dijo el Mago la primer vez que trajo al blog cabezón este trabajo:
Una obra genial por donde se la oiga, un disco que básicamente te "transporta" hacia lugares que nadie sabe a ciencia cierta porque se nos representan, y nos llegan además visiones de otros tiempos y paisajes ajenos a nuestras experiencias. Algo así como navegar por el espacio con rumbo incierto.
Y tampoco es casual la nave de la tapa del disco (llevando la semilla para un nuevo mundo) una continuación quizás de aquel viaje de Dean que comienza en Fragile, es que hay muchísimo de Yes, y del cual Anderson es una matriz absoluta.
Muchos cabezones inquietos seguro van a escuchar esta obra por primera vez y seguro va a dejar en sus cabezas esa marca atemporal que nos supo conseguir. Una belleza de esas que no podemos dejar de escuchar por más que pasen generaciones.
La música tiene como sello distintivo el infinito y Olias of Sunhillow es una representación absoluta de esa premisa. Un momento en la vida de Anderson que lo encontró en la plenitud de su poder creativo y un punto altísimo en su carrera artística.
Una obra que te ilumina el espíritu, un viaje de ida.
Mago Alberto
Y ahora traemos el comentario comentario del Mago Alberto con esta nueva versión del disco, una excelente manera de revivirnos este enorme trabajo...
Una obra icónica que marcó a fuego a una generación que crecia con las mas complejas variaciones musicales, una verdadera obra de arte, que por supuesto los asiduos cabezones deben conocer de memoria.
Olias Of Sunhillow vuelve en 2021 con una nueva remasterización, con algunos pequeños retoques digitales, debido a que el mismísimo Jon Anderson no pudo acceder a las cintas originales, perdidas u olvidadas en algún anaquel. Una lástima, debido a que se podría haber logrado quizás a una nueva mezcla, cosa que tampoco es tan terrible por cuanto este registro tal cual está, ya de por sí es una verdadera joya auditiva.
Olias es un trabajo excepcional que despierta las mas variadas sensaciones y que siempre es recurrente, así que seguramente va a volver a conmover a más de un cabezón.
El artwork es distinto a la versión original pero no menos atractivo, y esta nueva versión está acompañada de una version 5.1, que no acompaña este posteo, solo publicamos la version CD.
Un viejo conocido asoma de nuevo en el blog cabezón, así que démosle una nueva bienvenida.
Mago Alberto
Desde el punto de vista composición e interpretación es un gran esfuerzo de Jon, quien compone todos los temas e interpreta todos los instrumentos. Multitud de instrumentos y efectos sonoros nos van guiando por la aventura de Olias, con pasajes que van desde lo aventurero hasta lo delicado y soñador, donde el enanito de jardín de voz bella y aflautada se encarga de absolutamente todo. Al respecto de la cercanía con el estilo de Vangelis, me gustaria citar una entrevista a Vangelis en septiembre 1977 en la revista "Best":
Cuando el disco salió, la gente de RCA con el que estoy bajo contrato me invitó y me dijo que no era muy bueno haber participado en el álbum, sin previo aviso. Pero eso es aún más curioso ya que no he participado en él y estaban convencidos de haber reconocido mi sonido. Me sorprendió mucho que tenía mi nombre en la lista de agradecimientos. Tal vez han influido en Jon, yo no lo sé. Y está claro que está más cerca de mi música que la de Yes. Pero tal vez sea una coincidencia. En cualquier caso, es una hazaña formidable que exista un registro debut de Jon en los teclados de este estilo. Creo que el registro represente más al verdadero Jon que lo que Jon manifiesta en Yes, sin ánimo de ofender.Vangelis
A lo cual el propio Jon supo responder en otra oportunidad:
Hay música que se hace en conjunto y la música que se hace individualmente. Cuando hago música para Yes, es normal que sea el mismo Yes quien la interprete, para eso fue compuesta. Pero cuando la música es muy personal, lo ideal es ser capaz de conducirla por vos mismo. Yo podría hacer "Olias" con músicos y el nuevo disco, sin duda, sería mejor, técnicamente más éxitoso, y todavía podía rehacer una y otra vez aún con los demás y siempre sería diferente, pero la idea de "Olias", que viene de mí y que me gusta más lo haría permanecer conectado a este primer álbum, éste que he hecho, porque está más cerca de mi idea y mi entimiento.Jon Anderson
No es mucho más lo que puedo decir de este álbum. Se me ocurre una sola palabra: ¡Magia! No hay otra manera de definirlo...
Cuando Yes tuvo un parate después de 'Relayer' (1974) cada integrante se dedicó a su disco solista: A pesar de no ser compositor el baterista Alan White se las arregló para editar el correcto 'Ramshackled', y el 'nuevo' tecladista (que no tardaría mucho en mudarse a los Moody Blues) Patrick Moraz salió con 'Story of I'.Aldo
El debut solista de Steve Howe fué el excelente 'Begginings' con participaciones de Moraz, White y Bill Bruford , mientras que la gran sorpresa (o tal vez no tanto) fué el increíble 'Fish Out of Water' de Chris Squire, mostrando todo el potencial que se intuye de su trabajo en la banda. También tocan Moraz, Bruford, el saxofonista Mel Collins (King Crimson) y el tecladista y orquestador Andrew Jackman, antiguo compañero del bajista en The Syn.
A éstos convendría sumar 'Mitos y Leyendas del Rey Arturo' (1975), 'Liztomanía' (1975) y el excelente y no tan reconocido 'Sin Conexión Terrestre' (1976) de Rick Wakeman -que se había ido de Yes tras 'Tales From Topographic Oceans' en 1973- y también el compilado 'Yesterdays', que reúne temas de los dos primeros discos del grupo más la versión de 'América' de Simon & Garfunkel, que solo se conseguía en el 'various artist' 'The Age of Atlantic'... Así que en esos dos años -1975/76- sin disco nuevo de Yes como banda integral hubo de todo como para que el fan esté contento.
Pero el más esperado y exitoso lanzamiento fué el del cantante Jon Anderson. 'Olias of Sunhillow' se editó el 24 de Julio de 1976, y es otra maravillosa obra conceptual en la tradición de 'Tales' o 'Close to the Edge', que cuenta la historia de una raza que por la erupción de un volcán debe abandonar su planeta a bordo de la nave 'Moorglade', diseñada por Olias para llevar a su pueblo a un nuevo mundo. Ranyart es el piloto de la nave, y Qoquaq el encargado de reunir a las cuatro tribus para la travesía. La tapa con una barroca ilustración de la nave no es de Roger Dean pero el estilo es parecido, con una clara la influencia de 'Fragile'.
La música fué interpretada íntegramente por Anderson (guitarra, arpa, teclados, flauta, percusión, mandolina, etc) y tiene múltiples sobregrabaciones de voz, creando un collage fascinante que lo pinta de cuerpo entero y que no está mal considerar como una anticipación del estilo 'New Age' -en el mejor de los sentidos- que se empezaría a producir unos cuántos años después. En todo caso puede notarse alguna influencia del tecladista Vangelis -que había audicionado para el Yes de 'Relayer' donde finalmente quedaría Moraz- con quien Anderson grabara cuatro años después el increíble 'Short Stories', con un aire a 'Olias' y sin mucho que envidiarle.
A partir de ahí Anderson tuvo una carrera solista que alternó estilos y calidad, y como en 'Toltec' (1996) cada tanto retoma las historias de 'Civilizaciones Perdidas', pero en 'Olias of Sunhillow' se lo escucha en su forma mas auténtica y característica. Tribal y futurista, mágico y científico... Ancestral y eterno.
En 1976, Jon Anderson recrea un increíble viaje hacia un mundo de fantasía hacia la tierra de “Olias de Sunhillow”. El album cuenta la historia de una raza alienígena y su viaje hacia un nuevo mundo debido a una catástrofe. Olias, el protagonista de la historia, es el arquitecto elegido del planeador Moorglade, que será utilizado para llevar su pueblo a su nuevo hogar. Ranyart es el navegante del planeador y QoQuaQ es el lider quien une las cuatro tribus de Sunhillow para participar en el éxodo.Neil Parsons
Combinando teclados exuberantes, secciones vocales acodadas, cánticos, world music en la percusión, y otros instrumentos (campanas, carillones, arpa, guitarra acústica) crean una aventura musical que hipnotiza. Los pasajes musicales pastorales resaltan la belleza de la voz de Anderson, con un ritmo lento y continuo. Las piezas deben la mayor parte de su fuerza a la atmósfera que se crea, donde los sintetizadores y el arpa son los instrumentos que mas contribuyen en el sonido. Unos temas se desarrollan en lo que hoy conocemos como New Age, melodías suaves basadas en juegos de cuerdas y sintetizadores, mientras que otras, tal como “Naon” son creadas sobre los ritmos de tambores enérgicos, unos sobre otros.
El concepto del álbum puede estar en parte inspirado por la ilustración de portada del álbum de Yes "Fragile" (1972), en el cual se contempla un pequeño planeta partiéndose en pedazos y una aeronave espacial surcando en las inmediaciones fuera de aquel mundo, hacia el espacio exterior. Otro vínculo con "Fragile" reside en el hecho de que en los dos discos hay extractos (en Fragile es el corte "We Have Heaven") donde Anderson utiliza su propia voz multiplicada varias veces. Anderson ha comentado entonces que las obras de J. R. R. Tolkien fueron también una influencia para su primer disco en solitario, poniendo énfasis sobre la narrativa del disco con un enfoque amplio, en el campo de la épica.
Olias Of Sunhillow fue el disco más aclamado de todos sus trabajos en solitario tanto por fans como por la crítica. Pese a los meses de esfuerzo en su gestación, Jon Anderson había conseguido aunar una virtuosidad como multi-intrumentista por encima de sus propias posibilidades pero que no secundó después en sus posteriores trabajos, ampliando su capacidad como habitual guitarrista con el grupo Yes a la interpretación con todo tipo de instrumentos, tanto sintetizadores como percusiones.
Jon AndersonDesde la publicación de este trabajo, y coincidiendo en el tiempo con las noticias de que Vangelis había realizado una audición para Yes, pronto se especuló con el insistente rumor de que el sintesista griego había contribuido de alguna forma en este disco, todo ello sumado a los comentarios de fans que se referían al sonido que había en secciones de "Olias..." con el característico del músico y todo ello junto con la preconizada idea de que ese podría haber sido el sonido de Yes en el caso de que Vangelis finalmente se hubiese unido a la banda. Sin embargo, tanto Jon como Vangelis han desmentido por activa y por pasiva su mutua colaboración en "Olias...", y debe ser apreciado en tanto en cuanto que dicho disco es marcadamente diferente a los cinco discos que realizaron juntos en los años 80.
Este es un álbum donde el el resultado final es mejor que la suma de sus partes. Disfrute el viaje de Olias de Sunhillow hacia el nuevo mundo y dejese llevar por la fantasía que nos recrea Jon con su música. No se arrepentirá de esta experiencia.
Hubo un tiempo en que los limites que separaban unos géneros musicales y otros eran tan finos y delicados que multitud de grupos estuvieron bailando sobre ellos, creando una mezcolanza tan extraña que, a día de hoy, es muy difícil saber delimitar donde empiezan unos y acaban otros. Los 70 fueron años maravillosos para la música popular: cualquier voz lo suficientemente original podía crear un sonido nuevo y ser recibido por la mayor parte del público con los brazos abiertos. La primera música electrónica, el rock progresivo, el new age primitivo comenzaron en este periodo, los experimentos neoclasicos vieron la luz en esta convulsa decada, y creo que no me equivoco al afirmar que en nuestro siglo muchos de estos grupos junto a sus ideas hubieran muerto en el mismo momento de su concepción. Pero los setentas eran años donde no se censuraba la creatividad, era la época de la psicodelia, la cultura hippie, las filosofías de la Nueva Era y las drogas; eso explicaría el porque la gente era capaz de soportar largas suites instrumentales, experimentos alienígenas con sintetizador y explosiones musicales pergeñadas por artistas con el ego mas grande que el puto ojete. Sabéis que bromeo. Pero no bromeo.Murnau
Yes era uno de estos grupos que condensaban todo lo citado anteriormente: gran despliegue musical, combinación de múltiples géneros, la introduccion de temas religiosos, oníricos y existenciales en sus letras y composiciones, virtuosismo desaforado y, sobre todo, un aura mágica y colorida que les hacia únicos entre las bandas de rock progresivo de entonces, y de las mas longevas. Su carrera se prolongo desde finales de los 60 hasta hoy, con numerosos cambios en su formación a lo largo de su dilatada y convulsa carrera. De entre los miembros de Yes habían varios que destacaban por su carisma y estilo característico. Dejando de lado al synthesizer hero por antonomasia Rick Wakeman y al monstruo de las cuerdas Steve Howe, centremonos en Jon Anderson, el vocalista que a sus 71 años nadie ha tenido el gusto en quitarle el bogavante que le atenaza los huevos desde crío. Jon Anderson fue el componente de Yes que mas reflejó el gusto de la época por las religiones orientales, el yoga, los preceptos de la Nueva Era, y tras coquetear con Vangelis en su álbum Heaven and Hell -con el que volvería a trabajar en cuatro albums mas- la banda observo que las aficiones del bueno de Jon iban a terminar por permear al sonido de la banda, que ya por aquel entonces estaba bastante saturada tras sus dos últimos álbumes, Tales from Topographic Oceans y Relayer. Ojo, no estoy cuestionando la calidad de estos albums, es mas, Relayer es de lo mejor de Yes para mi gusto, pero si es verdad que su sonido ya se estaba volviendo demasiado denso y sus pretensiones grandilocuentes empezaban a irritar a sus fans; es mas, por ese entonces Yes se tomo un año sabático para trazar un nuevo rumbo, así que puede que mi razonamiento no ande desencaminado. Con este panorama estaba claro que la conversión del sonido de Yes a uno mas New Age y místico no iban a ser bien recibidas, por lo que decidió no relacionar ese nuevo estilo con la banda y experimentar en solitario, que acabaría derivando en una también dilatada carrera musical. De ese primer experimento nació en 1976 Olias of Sunhillow.
Esta es la epopeya del arquitecto Olias, uno de los tres lideres del feérico mundo de Sunhillow, poblado por pantanos de arboles metalizados de hojas doradas y troncos nudosos y recorrido vastos océanos de luz y pasión, un mundo a punto de sucumbir por sus propias fuerzas telúricas al destruirse el vinculo musical que unia al planeta con sus habitantes. La tarea de nuestro arquitecto es la construcción de un arca, la Moorglave, que capitaneada por Ranyart transportará en su seno a las tribus de Sunhillow, reunidas en armonía por los cánticos del profeta Qoquaq hacia un nuevo hogar allende a las estrellas. ¿Pensáis que este lenguaje es enrevesado y prosopopéyico? No tenéis ni idea de lo que es entender, que coño, de descifrar este libreto. La historia esta contada de una forma aun mas recargada y espiritual, abusando de descripciones abstractas de colores y formas caleidoscópicas; pese a ser casi ilegible para alguien que chapurrea el ingles -servidor, el inútil-, este lenguaje triunfa al evocar un universo fantástico mágico y onírico completamente original, mezcla del poderoso imaginario de los cuentos de hadas victorianos; las filosofías orientales, de las que se extrae toda la simbología de la que se empapan tanto a personajes como historia; los parajes imaginarios de Lord Dunsany y la mitología de Tolkien, de la que veo mayor influencia -sus personajes y el poder que la música tiene en este universo me recuerdan mucho al mito de la creación de Harda por Iluvatar y los Ainurs-. La narración se complementa, ademas, con las maravillosas ilustraciones que acompañan al álbum de la mano de Roger Dean, con esa mezcla entre modernismo y surrealismo que tanto caracterizan a su obra y que tan bien se enlazan con el estilo esteticista y fabuloso de Anderson.
El álbum relata, con magnificas composiciones fantasiosas, los acontecimientos mas relevantes de la destrucción de Sunhillow y el éxodo de sus habitantes. Ocean Song funciona a modo obertura, introduciéndonos en el feérico mundo de Sunhillow con campanas y el rasgueo de arpa y otras cuerdas orientales que componen una sugerente atmósfera que enlaza con el siguiente tema, Meetings, el primero cantado, que nos describe con los cánticos de los tres profetas unidos en una única voz angelical el éxodo de las tribus de Sunhillow. Lo mejor de este tema es escuchar como a la voz de Anderson se suman los coros y la cortina de sonido que crea el arpa, que vuelve a marcar la transicion al siguiente tema, Dance of Ranyart/ Olias (To Build The Moorglade). Aquí aparece el sintetizador, que unido al arpa y la guitarra, terminan por evocar definitivamente los ultimos momentos de Sunhillow, aun rebosante de color, exotismo y fantasía que cesa bruscamente por un efecto electrónico ominoso, como de comandos en un ordenador alienigena, que muestra a nuestro protagonista y su enérgica labor al ritmo de timbales, cimbalos y sitares. Qoquaq Ën Transic / Naon / Transic Tö vuelve a la calma y a un sonido mas atmosferico, recreando el trance en el que se haya el profeta Qoquaq al reunir con su melodioso cántico a las cuatro tribus de Sunhillow. En la segunda parte, Naon, los habitantes acuden al llamado al son de una marcha de tambores y sitares; Quoqaq sigue convocándolos a todos, apremiándolos, pues el fin del planeta es inminente. Y las voces van desapareciendo poco a poco al ir introduciéndose en la nave, y la melodía inicial del disco, prolongada por los suavísimos coros, cierra la primera cara del álbum.
La segunda cara abre con una explosión de guitarras y coloridos sintetizador a los que se une la voz de Anderson, esta vez en calidad de narrador, que nos describe el viaje de la Moorglade a través de la agonizante Sunhillow y sus grandes montañas combadas sobre si mismas y los pantanos de flora surrealista, hasta finalmente lograr abandonar la atmósfera del planeta. Solid Space describe a las estrellas con un tintinear de campanillas y el vuelo de la Moorglade con un tenue sonido de motores en ignición abriendose paso a través de una densa atmósfera de sintetizador y platillos mudo, con la voz de Anderson en un segundo plano, que prosigue con su descripción, esta vez de las convulsas circunstancias del viaje. El sintetizador cierra este tema con una melodía cósmica muy del estilo del Echoes de Pink Floyd. Moon Ra / Chords / Song of Search es la pieza mas larga de todo el conjunto, y en su primera parte desarrolla una larga algarabía de cánticos atonales sobre un fondo de denso sintetizador y luminosos teclados a los que se van sumando mas y mas instrumentos, hasta culminar, tras un pequeño respiro que marca la transición, en una nueva melodía mas orquestal que se desvanece en un vibrante eco, en el que la voz de Jon Anderson decide poner fin a la narración, despidiéndonos desde la Moorglade que ya desaparece entre la luz de las estrellas, envuelta en un nebuloso eco de esperanza, delicado y lánguido. Sin embargo, aun nos queda un ultimo pasaje, To the runner, una mezcolanza de exóticos sonidos de instrumentos orientales y cálidos teclados en el que, a modo de epilogo, Jon Anderson nos narra los últimos pensamientos de sus protagonistas en una de las piezas mas vibrantes y sentimentales del álbum, un punto y final que hace desaparecer por completo este universo y a sus habitantes.
Todo en Olias of Sunhillow, la narración, el recargado esteticismo en la prosa, el arte visual surrealista, todo es utilizado para complementar a una composición musical llena de magia para crear un mundo de fantasía único, que solo podía haber salido de un sueño psicotrópico o de las viñetas de The Sandman. Mientras escribía acerca del disco me he enfrentado a un problema que podría haberse resuelto fácilmente si no hubiera sido tan ambicioso y no hubiera querido centrarme tanto en describir la música. El gran problema a la hora de hablar de Olias of Sunhillow es que es un sonido ambiguo y sugerente cargado de emociones, una experiencia muy sensorial que evoca sensaciones diferentes de una persona a otra, ademas de que todo el universo al que rodea la música es difícil de interpretar si no se esta dispuesto a hacerlo. Para colmo, es probable que a muchos os repela este Rock-New Age saturado de cánticos y sintetizadores tan poco convencional, o tener que escuchar 40 minutos de un tirón. Sin embargo, si tenéis un mínimo de sensibilidad, si hay música que os excite mas allá del chunda-chunda y la radioformula, deberíais emprender este viaje a bordo de la Moorglade, visitar sus selvas metalizadas y sus luminosos océanos y escuchar los cantos de sus gentes unidos por el poder de la canción y el sonido.
O por cierto, aquí encontrareis la historia del libreto, original y traducida, aunque os aviso que la segunda no esta particularmente inspirada:
https://olias.wordpress.com/
http://ferhiga.com/progre/notas/notas-anderson-olias-sunhillow-espanol.htm
Aquí podemos ver a Quqoaq sumido en el trance místico.
Y aquí la Moorglade...
La fantástica historia de una raza alienígena forzada a viajar hacia un nuevo mundo, tras la catástrofe volcánica que destruyó el suyo, es el resultado de la no menos fantástica imaginación del genial compositor y vocalista inglés Jon Anderson, cofundador de la legendaria banda de rock progresivo Yes a la que perteneció hasta 2008. Su mística poesía, peculiar registro vocal y maravillosas ideas le han hecho, además de una de las voces más características del rock, un arquitecto celestial que ha compartido su talento con bandas como King Crimson y músicos como Kitaro, Mike Oldfield y Vangelis y, recientemente, con Roine Stolt, guitarrista de The Flower Kings, con quien ha grabado Invention of Knoweledge (2016) (reseña aquí).Leonardo Bigott
Olias of Sunhillow (publicado el 24 de julio de 1976), nació de la inspiración de la portada del álbum Fragile (1972) de Yes. Un mundo fragmentado sobrevolado por una nave de aspecto inusual. En esta historia, nuestro primer encuentro es con la imagen del “Moorglade Mover” dibujada por David Fairbrother Roe, el mismo de Hair of the Dog (1975) de Nazareth. En aquellos días de vinilo era fascinante ser parte de este viaje imaginario hojeando las hermosas páginas con ilustraciones que relataban toda la historia de este maravilloso y salvador viaje. Esta historia es también el inicio como solista de este insigne músico que junto a Yes acababa de grabar Relayer (1974), álbum tras el cual la banda decidió tomar una pausa para grabar proyectos solistas: Fish out of Water (1975) del bajista Chris Squire, Beginnnings (1976) del guitarrista Steve Howe, Ramschckled (1976) del baterista Alan White y The story of I (1976) del teclista Patrick Moraz, aunque este último no volvió a tocar con la banda.
Un profundo y telúrico sonido es nuestro primer encuentro con la música de Olias of Sunhillow. “Ocean song”, tan tenebroso y desgarrador como el terremoto de Caracas en 1967. El estruendoso sonido es matizado con diversas texturas que añaden un toque celestial como preámbulo al encuentro, “The meeting / Garden of Geda / Sound out the Galleon”. Allí conocemos a nuestro redentor, Olias: “Allí está Olias para construir una nave / manteniendo toda la esperanza que debemos conservar / será construida para retar al universo…”
Tras la ceremonial iniciación impulsada por la destrucción y con todas las esperanzas de encontrar un mundo mejor, comienzan los preparativos del viaje. Este conceptual trabajo tuvo como único protagonista a Jon Anderson quien notoriamente influido por la música india y celta tocó todos los instrumentos (arpa, teclados, saz, guitarras, flauta, mandolina, bajo), escribió cada verso y compuso toda la música de esta increíble historia, apoyándose enteramente en los recursos que ofrecía la tecnología de la época, haciendo del estudio de grabación su aliado idóneo para el desarrollo de esta idea. Así, llegamos a “Dance of Ranyart”, nuestro segundo héroe que cabalga las llanuras de Tallowercross junto a Olias y Qoquaq, sastre del pueblo de Sunhillow.
En “Qoquaq en Transic / Naon / Transic Co”, Anderson vocaliza con especial belleza éste tribal segmento que evoca noches estrelladas. “Para mover nos deleitamos / Llama a su nombre, llama a su nombre…”
Finalmente parte el Moorglade Mover. Como si se tratara del Señor de los anillos, la historia relata la existencia de cuatro tribus devotas de las estrellas a las cuales le cantaban. Cada una de las tribus existía a través de la música, el ritmo y el tempo. Nagranium, profunda de piel oscura; Asatranius, monótona de líneas discordantes; Oractaniom, cascada de metal; Nordranius, tejedora de sonidos corporales. Anderson nos describe el inicio del viaje en uno de los más hermosos temas del álbum “Flight of the Moorglade” y la dramática “Solid space”.
“Toma mi vida / Cruza la senda / Guía y curva mis sueños”
Una vez más Anderson evoca sonoridades tribales en “Moon Ra / Chords / Song of Search” con un hermoso pasaje de guitarra precedido de versos como “…mientras esperamos el llamado para ascender a las estrellas / todos para entrar en tu corazón / para tu amor / para tu amor / para tu amor”
La guitarra deja un aire de nostalgia y al mismo tiempo la tercera parte de esta composición -“Song of Search”- nos pone a levitar. Este pasaje instrumental que se desarrolla hasta el final es tan dramático como esperanzador. La sensación espacial que crea Anderson es muy efectiva en lo emocional y psicológico.
“To the runner” el tema final del álbum con pulsada característica relata “Pide a una flor que se arrodille / Ora por el corredor”
El álbum en su totalidad guarda cierto temperamento cinemático, e incluso transmite un estado de animación suspendida que sugiere una segunda parte. Al parecer, después de 40 años Jon sigue mezclando ingredientes que en algún momento darán origen a la continuación de esta fascinante historia. Mientras tanto dejémonos llevar una vez más a través de la fantasía de este inigualable trabajo musical que sigue siendo altamente atractivo 40 años después, gracias a su exotismo y una lírica compleja que en cierto modo dibuja en Olias el alter-ego de Jon Anderson, quien también emplea su voz como un instrumento más vocalizando y usando palabras por su textura y sonido
“…do gariytansha too raytan
ganmattasha pa
muttomattomutto
radanattoraddanatto
stou to muttosha go teka
sha go teka
d e i…”
1. Ocean Song
2. Meeting (Garden of Geda)
-a. Sound Out the Galleon
3. Dance of Ranyart
-a. Olias (To Build the Moorglade)
4. Qoquac Ën Transic
-a. Naon
-b. Transic Tö
5. Flight of the Moorglade
6. Solid Space
7. Moon Ra
-a. Chords
-b. Song of Search
8. To the Runner
Alineación:
- Jon Anderson / Todos los instrumentos
delicioso posteo Moe. Mucha información valiosa y fabulosas ilustraciones, gracias!
ResponderEliminarbusco el flac, alguien lo tiene ?
ResponderEliminarlos que vivimos los 70 tenemos en nuestro disco rígido, las melodías y canciones que en esa época se formaron gracias por esta maravillosa nota, y créanme en mi taxi se puede escuchar esta música y verla en el vídeo que tengo, , asi que saben en capital suban a mi taxi 11987 jeje , me mande chivo del negocio
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