#Músicaparaelencierro. Y vamos con el encuentro de dos genios en un híbrido entre jazz fusión progresiva y música de cámara y orquestal. A Gavin Harrison ya lo conocen y no necesita presentación, pero al bajista canadiense Antoine Fafard es la otra bestia detrás de esto, o mejor dicho delante, porque este es en realidad su proyecto y sus canciones, a él ya lo hemos presentado en su anterior proyecto: Spaced Out, conjunto que ya hemos traído al blog cabezón y del que prometí traer más cosas... Además de estas dos bestias, aparecen también otros genios como invitados especiales; como el ex violinista de Mahavishnu Orchestra Jerry Goodman -colaborador frecuente de Fafard- y la Orquesta de la República Checa Filarmónica Janácek, dirigida por Anthony Armore. Este es un disco de genios, y además genial, de lo mejor del 2020, en una línea estilística muy original y pocas veces escuchado, en una línea difusa entre Oregon, King Crimson, Philip Glass y Romantic Warrior ¿se imaginan tamaña mezcla?. Simplemente tenés que escuchar el disco! Super recontra recomendado!!!
Artista: Antoine Fafard & Gavin Harrison
Álbum: Chemical Reactions
Año: 2020
Género: Jazz rock / Fusión
Duración: 50:16
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra / Canadá
Debo comenzar el comentario diciendo que si te encanta la batería de Gavin Harrison, este disco es para vos, lo leas y escuchalo, sin más. Sus habilidades como batero, esos ritmos sincopados y esa técnica elegante brillan como nunca y quizás más que cualquier otra cosa que escuchaste de él.
"Siempre me ha interesado encontrar asociaciones musicales creativas que te lleven a una nueva zona y te hagan pensar de manera diferente sobre la forma en que tu instrumento encaja en la música. Antoine Fafard me invitó a tocar en dos piezas orquestales completas en 2016 y fue realmente un desafío interesante encontrar la manera de incorporar mi percusión en esa arena clásica. En tiempos más recientes, Antoine escribió algunas grandes nuevas composiciones para cuarteto de cuerdas, también con marimba, vibráfono y violín eléctrico, interpretadas por el brillante Jerry Goodman."
Gavin Harrison
Si habías escuchado los discos en solitario de Antoine Fafard (raro porque imagino que lo conocen pocos) cambió un poco el formato de sus álbumes anteriores acercándolo más a Oregon e invitó a un conjunto de cuerdas. Cada canción parece fundirse con la siguiente, y a veces empiezan a sonar similar, aunque siempre salen sorpresas si escuchás con atención, y debo decir que el disco es entretenido desde el principio hasta el final. Aquí, las palabras de nuestro eterno columnista involuntario de siempre, que nos comenta esto sobre el disco:
Una lúcida investigación dual en química musical vanguardista y ecléctica
Con un poco de demora, pero, ante todo, con bastante entusiasmo, presentamos hoy el disco del proyecto del dúo GAVIN HARRISON & ANTOINE FAFARD,
el cual se titula “Chemical Reactions” y fue publicado el 11 de
diciembre del pasado año 2020 por el sello Harmonic Heresy. Este disco
se centra en los aportes del maestro británico HARRISON a la batería y
la marimba, y los del maestro canadiense FAFARD a los bajos con y sin
trastes de 6 y 8 cuerdas, también. El esquema del trabajo de este dúo
consiste en una combinación de progresivo de talante Crimsoniano,
jazz-rock y chamber-rock, siendo así que la logística sonora apoyada
sobre sus funciones rítmicas se completa con la masiva presencia de
instrumentos de cuerda. Así, las colaboraciones de Maria Grig (violines y
viola) y Jonathan Gerstner (cello) se hacen presentes en casi todo el
álbum, pero también hay otros músicos como Reinaldo Ocando (marimba y
vibráfono), Avigail Arad (cello), y el legendario Jerry Goodman (sí, el
mismo de la MAHAVISHNU ORCHESTRA) a los violines acústico y eléctrico.
Para los dos últimos temas del repertorio, la Janáček Philharmonic
Orchestra bajo la dirección de Anthony Armoré se hace cargo de plasmar
los enclaves melódicos y armónicos para cada ocasión. De hecho, las
grabaciones realizadas por esta orquesta datan del año 2016, lo cual es
un indicio claro de que este disco es un proyecto realizado a lo largo
de un tiempo bastante extenso. El propio FAFARD se hizo cargo de la
composición de todas estas piezas, así como del diseño gráfico del
álbum. Bajo la guía productora de ambos maestros, la mezcla del material
fue realizada en el Studio LaMorte de Cagliari (Italia) por Davide
Sgualdini, quien suele colaborar con FAFARD. Ya es hora de ver los
detalles del repertorio contenido en “Chemical Reactions”, el cual nos
pareció uno de los ítems más exquisitos y majestuosos del año 2020.
Durando 5 minutos y pico, ‘Transmutation Circle’ abre el álbum con un
despliegue sobrio y, a la vez, convincente, de elegante ceremoniosidad,
el cual se sustenta sobre una ágilmente compleja arquitectura rítmica
desde la que se impulsa la excelsa expresividad de los arreglos de
cuerdas que se apoderan del centro temático. Con un excelente solo de
bajo inserto en el intermedio y un posterior despliegue de musculatura
táctica de parte de la batería, la pieza adquiere un plus de vigor para
el último minuto y medio del desarrollo temático. Una gran manera de
iniciar el álbum, y las cosas siguen manteniéndose en un altísimo nivel
con el arribo de ‘Atonic Water’, pieza que emerge para explorar matices
más oscurantistas e inquietantes, a medio camino entre los paradigmas de
KING CRIMSON y YUGEN, con algunos matices ocasionales a lo UNIVERS
ZERO. Si el primer tema quería explorar recursos de esplendor con un
leve toque de extravagancia, este segundo tema se mete más de lleno en
la nocturnidad, manteniendo en buena medida la limpieza melódica, pero,
principalmente, indicando vías expresivas un tanto lóbregos. Con la
dupla de ‘Vision Of A Lost Orbit’ y ‘Pair Of A Perfect Four’, el dúo
sigue explorando matices y colores que van continuamente expandiéndose
en sus potencialidades. El primero de estos temas mencionados se centra
en un lirismo majestuoso que, en parte replica la sobria opulencia de la
primera pieza, mientras que se explaya en un desarrollo temático más
complejo. El swing está apropiadamente ornamentado por la batería en
algunos lugares estratégicos, pero impera aquí la lógica ingenieril a la
hora de encuadrar el esquema temático en curso. En cuanto a ‘Pair Of A
Perfect Four’, éste es abiertamente más tenso que el tema precedente en
lo referente al dinamismo de la dupla rítmica y algunos pasajes
orquestales que nos remiten a una inaudita cruza entre los maestros
PROKOFIEV y GLASS. Por otro lado, también es verdad que hay otros
pasajes orquestales que tienden hacia lo envolvente y lo cálido, pero es
cierto que los otros tienen un mayor impacto en el oyente empático.
Cerca del final, hay un incremento en el dinamismo de la batería, lo
cual sostiene el florecimiento del estupendo clímax final que merece
esta pieza en cuestión.
‘Proto Mundi’ es el quinto tema del álbum y también el más extenso
del mismo con su espacio de casi 10 ¾ minutos. En líneas generales, para
el ambicioso núcleo temático, el dúo y el ensamble de cuerdas se
focalizan en una síntesis entre la majestuosidad fulgurosa del primer
tema y la sofisticación sistemática del tercero. De hecho, queda claro
que la extensión de esta pieza da pie a que la susodicha sofisticación
encuentre fácilmente espacios para la expansión de su potencial
cromatismo y la capitalización de su garra expresiva. A mitad de camino,
un breve interludio puramente orquestal sirve para que la pieza vire
hacia un clima otoñal, lo cual sirve como punto de impacto para la
instauración de algunos recursos de elegancia jazzera que enriquecen el
entrelazamiento entre lo sinfónico y el chamber-rock. Una nueva sección
se orienta hacia sobrecogedores juegos de síncopas y contrapuntos en los
que el ensamble entero se acerca al paradigma Crimsoniano a través del
filtro de un OZONE QUARTET. En estas instancias, definitivamente, el dúo
y sus compañeros de cámara están lejos de la luminosidad que atravesó a
los primeros cuatro minutos y pico de la pieza, pero en el último
minuto, se da una mezcla entre esa luminosidad y la tensión actual para
brindar un espectacular cierre a este grandioso tema. He aquí el cénit
definitivo del álbum... pero todavía queda más por disfrutar a lo
grande. ‘Singular Quartz’ se presenta como una remodelación más ligera
de varios de los recursos oscurantistas que tuvieron un rol protagónico
en los esquemas temáticos de algunas piezas precedentes (especialmente,
la #4). La presencia de un invitado tan insigne como el legendario Jerry
Goodman (alternando solos de violines acústico y eléctrico) añade un
toque extra de pedigrí a la concreción de esta fabulosa pieza. ‘Holding
Back The Clock’, por su parte, ostenta una aureola más aristocrática y
señorial, con una faceta jazz-progresiva meticulosamente explorada a
través de las pulcramente fluidas alternancias entre los pasajes
grandilocuentes y otros más contenidos. Hay un aura optimista que late
constantemente a través de las diversas variantes de expresividad que
tienen lugar. Otro momento álgido que resalta con luz propia dentro del
bloque general del álbum. La pieza homónima dura 8 ½ minutos y es la
encargada de cerrar el repertorio. ‘Chemical Reactions’ se caracteriza
principalmente por un derroche de gracilidad tanto en el desarrollo
temático como en la elaboración de la atmósfera predominante. Así las
cosas, disponemos de la oportunidad idónea para prestar especial
atención a la interacción entre los dos protagonistas.
Toda esta fue nuestra experiencia con este hermoso disco que es
“Chemical Reactions”, un despliegue de vigor, color y vibraciones
aventureras que emergió de la genial química conjunta de estos dos
maestros que son GAVIN HARRISON y ANTOINE FAFARD. Este disco exhibe su
señorío imponente con rotunda prestancia, concretando un aporte
especialmente hermoso para el actual escenario mundial de la música
progresiva. ¡Totalmente recomendable al 200%! (Un 100% por cada músicos
protagonista.)
Hoy tenemos la oportunidad de comentar su más reciente disco junto a Antoine Fafard, llamado Chemical Reactions, el cual promete mucho por quién proviene. Cabe destacar que este se trata de un álbum instrumental, con casi cincuenta minutos de duración y que tiene la particularidad de ser orquestado en su mayor parte gracias a la participación de Fafard. Consta de ocho temas que parece justo pues asi se evita que haya rellenos que desmeriten a la obra entera. Sin nada más que agregar, pasamos a comentar el álbum.
La primera canción, Transmutation Circle, inicia con lo que parece un ritmo de jazz con varios violines regalándonos un espectacular sonido orquestal. Tal vez suene fuera de tiempo, pero es todo lo contrario, es lo que hace genial el primer minuto de canción. Este ritmo se alarga en todo el tema con una gran presencia y agilidad en la ejecución de los instrumentos. Cabe destacar que a mitad de tema un largo solo de bajo dice presente para alimentar el ambiente sonoro que poco a poco aumenta sus revoluciones. A la vez, también nos brindan suculencia con un solo de guitarra súper jazzístico. Es un buen tema que solo para los más refinados les gustará a primera escucha pues no es sencillo digerir cada elemento.
Atonic Water es el siguiente tema en la placa. Contiene un genial inicio de batería que te hará creer que tienes el apocalipsis detrás de ti, y más aún será si escuchas los cellos que acompañan la batería. Es claro el uso de una escala menor, pues tiene un sonido algo oscuro pero bastante refinado. Gavin se desata con sus destiempos a medida que avanza el tema. Esta canción puede entrar fácilmente como el soundtrack de un videojuego o película con contenido distópico o apocalíptico. Lo mejor del tema está en los últimos minutos ya que estos músicos se destacan más.
Continuando con esta particular obra, Tenemos a Vision of a Last Orbit, que sigue la misma línea del tema anterior pero con un sonido un poco más optimista. Alrededor del minuto 1:35, tenemos otro solo jazzístico en guitarra que es un poco opacado por la orquestación pero que muestra la capacidad de composición súper fina de Fafard. Continúa el sonido a banda sonora hasta que Gavin vuelve a desatarse con un solo corto de batería. El tema reitera el sonido de su inicio para así finalizar a sus casi cinco minutos de duración. Por otra parte, tenemos la canción más corta del álbum, Pair of a Perfect Four, la cual, en líneas generales, tiene un ritmo reminiscente al estilo medio oriental. Los cellos, violines y ese tímido xilófono enriquecen enormemente el ambiente sonoro del tema logrando que sea una de las mejores de todo el álbum.
Proto Mundi hace su aparición y cuenta con unos diez minutos de duración. A primera instancia, su sonido es reminiscente a la cultura escocesa. La batería de Gavin es donde mejor se destaca, para así llenarnos de encanto con su virtuosismo tocando ritmos con tiempos atípicos bien logrados. A los tres minutos de tema, se considera que está en su punto más pesado, recordándonos a ritmos de heavy metal. Ya a la mitad, la orquesta toma protagonismo y luego acompaña a un nuevo solo de guitarra que suena algo reiterativo. Después de los seis minutos y medio, es donde todo se vuelve más épico con grandes y numerosos cambios de ritmo y estilos. Hasta ahora, es el mejor tema del álbum.
Continuando con el álbum, Singular Quartz inicia con un sonido casi de canción de cuna y a la vez como los engranajes de un reloj. Su tono pasa por momentos bastante sofisticados casi como un soneto para una coreografía de ballet bastante elegante. Gavin vuelve a tomar protagonismo con un redoble de caja y platillos a la velocidad de la luz para volver a calmarse para ser de nuevo opacado por las notas de los violines. Estos presentan una sección de solos, que a la vez son sucedidos por un solo de guitarra con un tono bastante particular. Todo esto para que el tema se posicione como uno de los más destacables. Cabe mencionar que tiene sonidos reminiscentes a The Call of Ktulu de Metallica.
Holding Back The Clock presenta una mejor sección orquestada que en el resto del álbum. Cada instrumento se ha juntado para darnos una excelente banda sonora, tan épica como para ser parte de una película de acción (de las buenas). Sigue esta misma línea hasta la mitad para que un solo de guitarra bastante tímido, casi que de relleno, haga su intento de destacar. Otro de los mejores momentos está al final donde todo vuelve a ser épico.
Como último tema del álbum, tenemos a Chemical Reactions. Ya hasta este punto no existe variación del sonido con respecto al tema anterior, pero va más allá sin duda alguna. Se siente bastante calmado los primeros minutos aunque se torna un poco más pesado al avanzar. No existe alguna sección que nos aburra en este tema y los músicos demuestran sin dificultad su habilidad de composición con los últimos minutos.
Calificación 7.5/10.
https://antoinefafard.bandcamp.com/album/chemical-reactions
Lista de Temas:
1. Transmutation Circle
2. Atonic Water
3. Vision. Of A Lost Orbit
4. Pair Of A Perfect Four
5. Proto Mundi
6. Singular Quartz
7. Holding Back The Clock
8. Chemical Reactions
Alineación:
- Gavin Harrison / drums, percussion, piano, marimba
- Antoine Fafard / bass, guitars, producer
With:
Jerry Goodman / violin (6)
Janáček Philharmonic Orchestra, conducted by Anthony Armore (7,8)
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