Un fantasma recorre a la Argentina: es el fantasma del 2001. La actual economía argentina afrontará una gran crisis, el único interrogante es el momento de esa convulsión... El estallido de la bomba financiera que ha montado el oficialismo es inminente ¿Será antes o después de octubre?. La evidente imposibilidad de pagar la deuda, la atroz fuga de capitales, el riesgo de corralito, el precio del dólar, la demolición del aparato productivo, el aumento del desempleo, todo en dirección a que el programa monetario explote indefectiblemente, como nos vienen diciendo algunos expertos desde hace tiempo (después que nadie diga que no sabía...). José Sbattella, ex titular de la UIF (Unidad de Información Financiera), fue explícito: "Están preparando la salida porque en diciembre explota todo". Aquí, les contamos más o menos cómo será el final de una historia de un sistema político-financiero al borde de la legalidad y al servicio del saqueo donde la fuga de dólares es una política de Estado. ¿Qué podría salir mal?.
En el peor trimestre de la era Corporación Cambiemos, no son pocos los que a la hora de comparar las gestiones neoliberales en la Argentina, asocian a Macri con Martínez de Hoz y Cavallo. También deberían hablar de Sourrouille en la década de 1980 cuando, antes de lanzar el Plan Austral, se comprometió a hacer un ajuste y a desautorizar los intentos de su predecesor Bernardo Grinspún de conformar un frente de países deudores para negociar con firmeza la deuda sin resignar soberanía.
Estas gestiones fueron afines a las recomendaciones del FMI, que lejos de buscar la reducción de la deuda pública promovieron y promueven políticas de endeudamiento para generar una mayor dependencia del sistema financiero internacional, consagraron la hegemonía del sector financiero, descartaron (como consecuencia de esta hegemonía financiera) políticas de crecimiento a largo plazo y tomaron medidas que apuntan a una redistribución regresiva del ingreso, es decir políticas Robin Hood pero al revés.
Entraron en Pánico: El Saqueo Final
Con la complicidad del FMI, el Felino Macri y su gobierno siguen dando palazos de ciego, y no dudan en demoler, una por una, las supuestas "verdades neoliberales inmutables" a las que se aferraban, con tal de intentar salvar su pellejo electoral. Tres días después de que Macri dijera que teníamos que acostumbrarnos a la volatilidad cambiaria, que el "riesgo país" no era importante y subía porque el mundo pensaba que podía ganar Cristina, y un año después de que rajaran a "Toto" Caputo del Banco Central por hacer exactamente lo mismo que hacen ahora: rifar las reservas del Banco Central, para financiar la fuga.
Hace un año atrás pactaron un acuerdo stand que ya tuvo tantos cambios como meses de vigencia: que si los dólares del Fondo eran precautorios y estaban no para ser usados sino "por las dudas", que si iban a ser cambiados por pesos para financiar gasto corrientes del Tesoro, que estaban afectados exclusivamente al pago de la deuda y no iban a financiar la fuga de capitales; hasta que ahora se sacaron la careta: asustados por las encuestas decidieron autorizar su venta en el mercado, para intentar domar el dólar antes de las elecciones.
Entraron en pánico y convalidaron la continuación del saqueo hasta el último minuto; el Titanic se hunde, y sucede con los dólares lo mismo que pasaba en el barquito gigante con los botes: no hay para todos, pero hay pasajeros que tienen privilegios de clase.
Con la venia del FMI, el gobierno empieza a rifar los dólares que quedarán para nosotros como deuda, entre los amigos y testaferros, fondos especulativos y de inversión que financiaron la campaña de Macri en el 2015. Se trata de evitar la estampida, garantizando una salida ordenada de los capitales golondrina, antes de las elecciones.
Si al gobierno le preocupara en serio disciplinar al dólar, empezaría con reponer la obligación de los exportadores para liquidar divisas para recomponer la oferta, y al mismo tiempo regular los flujos de capitales e imponer restricciones a la compra de divisas para atesoramiento y fuga, para reconfigurar la demanda. Pero está claro que no lo hará, porque atentaría contra sí mismos, contra sus amigos y buena parte de su base electoral. Por ello regalan reservas a precio de ganga, dejándonos a nosotros la deuda, y quedándose ellos con las ganancias de la valorización financiera.
La oposición debería salir a cruzar de inmediato este intento de empobrecernos aun más para beneficio de unos pocos, y advertir a las autoridades del FMI respecto a que su corresponsabilidad en el latrocinio (en violación de su propia carta orgánica, que le prohíbe financiar con sus recursos la fuga de capitales) traerá consecuencias. Reivindicar las facultades constitucionales del Congreso de la nación sobre el manejo de la deuda externa; y mientras tanto, exigir de inmediato que se de a publicidad la nómina de los grandes compradores de dólares, de un año a esta parte. Así les ponemos nombre y apellidos a los que no son más que vulgares saqueadores, que después predican moral con la bragueta abierta.
Eso, en lugar de intentar sacar ventajas electorales comprometiendo nuestro futuro en los costos de buscarle una solución al despelote que construyeron ellos mismos, desde el momento en que, con total irresponsabilidad, acordaron con los fondos buitres, que fue el inicio de todo este descalabro de endeudamiento.
Para terminar, les recomiendo esta nota titulada "ARGENTINA: MÁS GRAVE QUE GRECIA Y LEJOS DE PORTUGAL" que dice cosas como esta:
¿Qué cosa podría salir mal?
En el peor trimestre de la era Corporación Cambiemos, no son pocos los que a la hora de comparar las gestiones neoliberales en la Argentina, asocian a Macri con Martínez de Hoz y Cavallo. También deberían hablar de Sourrouille en la década de 1980 cuando, antes de lanzar el Plan Austral, se comprometió a hacer un ajuste y a desautorizar los intentos de su predecesor Bernardo Grinspún de conformar un frente de países deudores para negociar con firmeza la deuda sin resignar soberanía.
"Esta situación esta armada para condicionar el esquema que de alguna manera también fue el condicionamiento del 89, la inflación de Alfonsín, que la recibió Menen y Menen no tenía muchas ganas de resolver el conflicto. Ahí el fondo se mete y ordena el país diez años. Esto lo están queriendo hacer de vuelta porque todo esto explota en diciembre y el año que viene no hay financiamiento. A algunos les puede generar algún miedo de que el Fondo Monetario se meta con nosotros, en la practica está todo armado para que eso pase."José Sbattella
Estas gestiones fueron afines a las recomendaciones del FMI, que lejos de buscar la reducción de la deuda pública promovieron y promueven políticas de endeudamiento para generar una mayor dependencia del sistema financiero internacional, consagraron la hegemonía del sector financiero, descartaron (como consecuencia de esta hegemonía financiera) políticas de crecimiento a largo plazo y tomaron medidas que apuntan a una redistribución regresiva del ingreso, es decir políticas Robin Hood pero al revés.
Entraron en Pánico: El Saqueo Final
Con la complicidad del FMI, el Felino Macri y su gobierno siguen dando palazos de ciego, y no dudan en demoler, una por una, las supuestas "verdades neoliberales inmutables" a las que se aferraban, con tal de intentar salvar su pellejo electoral. Tres días después de que Macri dijera que teníamos que acostumbrarnos a la volatilidad cambiaria, que el "riesgo país" no era importante y subía porque el mundo pensaba que podía ganar Cristina, y un año después de que rajaran a "Toto" Caputo del Banco Central por hacer exactamente lo mismo que hacen ahora: rifar las reservas del Banco Central, para financiar la fuga.
Hace un año atrás pactaron un acuerdo stand que ya tuvo tantos cambios como meses de vigencia: que si los dólares del Fondo eran precautorios y estaban no para ser usados sino "por las dudas", que si iban a ser cambiados por pesos para financiar gasto corrientes del Tesoro, que estaban afectados exclusivamente al pago de la deuda y no iban a financiar la fuga de capitales; hasta que ahora se sacaron la careta: asustados por las encuestas decidieron autorizar su venta en el mercado, para intentar domar el dólar antes de las elecciones.
Entraron en pánico y convalidaron la continuación del saqueo hasta el último minuto; el Titanic se hunde, y sucede con los dólares lo mismo que pasaba en el barquito gigante con los botes: no hay para todos, pero hay pasajeros que tienen privilegios de clase.
Con la venia del FMI, el gobierno empieza a rifar los dólares que quedarán para nosotros como deuda, entre los amigos y testaferros, fondos especulativos y de inversión que financiaron la campaña de Macri en el 2015. Se trata de evitar la estampida, garantizando una salida ordenada de los capitales golondrina, antes de las elecciones.
Si al gobierno le preocupara en serio disciplinar al dólar, empezaría con reponer la obligación de los exportadores para liquidar divisas para recomponer la oferta, y al mismo tiempo regular los flujos de capitales e imponer restricciones a la compra de divisas para atesoramiento y fuga, para reconfigurar la demanda. Pero está claro que no lo hará, porque atentaría contra sí mismos, contra sus amigos y buena parte de su base electoral. Por ello regalan reservas a precio de ganga, dejándonos a nosotros la deuda, y quedándose ellos con las ganancias de la valorización financiera.
La oposición debería salir a cruzar de inmediato este intento de empobrecernos aun más para beneficio de unos pocos, y advertir a las autoridades del FMI respecto a que su corresponsabilidad en el latrocinio (en violación de su propia carta orgánica, que le prohíbe financiar con sus recursos la fuga de capitales) traerá consecuencias. Reivindicar las facultades constitucionales del Congreso de la nación sobre el manejo de la deuda externa; y mientras tanto, exigir de inmediato que se de a publicidad la nómina de los grandes compradores de dólares, de un año a esta parte. Así les ponemos nombre y apellidos a los que no son más que vulgares saqueadores, que después predican moral con la bragueta abierta.
Eso, en lugar de intentar sacar ventajas electorales comprometiendo nuestro futuro en los costos de buscarle una solución al despelote que construyeron ellos mismos, desde el momento en que, con total irresponsabilidad, acordaron con los fondos buitres, que fue el inicio de todo este descalabro de endeudamiento.
Para terminar, les recomiendo esta nota titulada "ARGENTINA: MÁS GRAVE QUE GRECIA Y LEJOS DE PORTUGAL" que dice cosas como esta:
"Esta dramática perspectiva induce a distintos analistas a delinear cuatro escenarios posteriores a octubre: continuidad acentuada del ajuste, retorno al desahogo de la década pasada, padecimiento griego o alivio portugués. Todas las alternativas deberían confrontan con el descalabro de la economía. (...) Ese castillo de naipes podría derrumbarse por un impago del gobierno o por la fuga masiva de los especuladores, si el miedo vence a la codicia. Ya se comenta un plan de canje compulsivo de los bonos para socorrer a los banqueros, a costa de los ahorristas. En ese tembladeral todas las fichas del gobierno están colocadas en llegar a los comicios y conseguir una inesperada revalidación de su mandato."Claudio Katz
¿Qué cosa podría salir mal?
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