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The Moddal Sexxxtet - The Moddal Sexxxtet (1999)


Artista: The Moddal Sexxxtet
Álbum: The Moddal Sexxxtet
Año: 1999
Género: Jazz modal / Free Jazz
Duración: 64:08
Nacionalidad: México/EUA


Lista de Temas:
1. All Blues
2. Footprints

3. Impressions

Alineación:
- Paul McCandless / Saxos soprano y sopranino
- Eugenio Toussaint / Piano

- Cristóbal López / Guitarra eléctrica
- Diego Maroto / Sax tenor
- Roberto Aymes / Bajo
- Fernando Toussaint / Batería


El jazz modal es una especie de puente entre el post bop y los desarrollos que se conocerían a fines de los 50 y durante los 60 como cool, por un lado y free jazz por el otro. Ese puente, por supuesto se llama Miles Davis. En este disco, cinco músicos mexicanos y un estadounidense se reúnen para rendir homenaje al modal a través de la puesta en práctica de los descubrimientos de esa estructura de improvisación sobre tres standards clave del género: “All Blues” de Miles; un tema que apareció en el disco modal por excelencia: Kind of Blue (1959), en el que estuvo acompañado por nada menos que Bill Evans, John Coltrane y Cannonball Adderley; “Footprints” de Wayne Shorter, que este gran músico grabó con el acompañamiento de Herbie Hancock y que también ha sido versionado por el propio Miles, e “Impressions” de Coltrane, que marca a su vez un puente entre el post bop del propio Colt y sus más avezadas experimentaciones hechas entre 1965 y 1967 (Ascension, 1965; Cosmic Music, 1966 e Interstellar Space, 1967). Hay que señalar que este standard ha sido un favorito interpretado por numerosos músicos, entre los que podemos contar al mismísimo Christian Vander, el compositor y baterista de Magma, que también tiene excelentes producciones de jazz en trío y cuarteto. 

La idea modal (y esta es una de las razones por las que Miles es un visionario) radica en trascender la improvisación sobre una escala única, propia del hot y heredada por el swing y el be-bop, desarrollando una mayor libertad de acción en torno a modos armónicos que se suceden uno al otro cambiando de tónica central y eventualmente retornando al planteamiento inicial. Cualquier semejanza con el serialismo post-Schoenberg, el dodecafonismo y la atonalidad, es mera coincidencia, pero demuestra cómo en la libertad del jazz fue posible llegar a conclusiones similares a las que alcanzó la música académica luego de mucha teoría, experimentación y sobre todo discurso. Como subgénero del jazz, el modal se concentra en ciertos discos de esta etapa y con ciertos músicos, pero como forma de abordar la improvisación se ha extendido en el tiempo hasta convertirse en un lenguaje que se puede encontrar lo mismo en el rock progresivo y el jazz rock que en las fusiones basadas en las músicas latinoamericanas e incluso en ciertas expresiones de la electrónica más experimental.


En cuanto a los integrantes de The Moddal Sexxxtet, todos ellos son jazzistas de amplio reconocimiento en México y, en algunos casos, en otros países, como es el caso de los hermanos Toussaint, Eugenio (fallecido en 2011) y Fernando, fundadores de una de las más influyentes bandas de jazz fusión en México, Sacbé. También ampliamente reconocido, una especie de padrino del nuevo jazz mexicano y promotor quijotesco de esta música que poco a poco ha ido ganando público en México es el bajista Roberto Aymes, en cuyas manos recae la producción de este material grabado en vivo en los Estados Unidos. Con ellos un guitarrista que también ha participado en gran cantidad de proyectos dentro y fuera de México, Cristóbal López (también conocido como Cris Lobo), y el saxofonista virtuoso Diego Maroto en esta que es una de sus primeras grabaciones. El sexto integrante de la banda es el estadounidense Paul McCandless, saxofonista de claridad inusitada, fundador de la mítica banda de fusión Oregon.

Aviso: escribo lo siguiente mientras escucho y intentando describir lo que va sucediendo, con la esperanza de que, si alguien lee, se va a interesar en la música. Pero si la lectura te aburre, querido lector cabezón, es porque la música está más chingona, así que ¡deja de leer! y bájate el disco enseguida porque no te lo puedes perder.

Las tres versiones incluidas en esta placa se extienden más allá de la duración de las grabaciones originales de los autores. El sexteto lleva “All Blues” de Miles a duplicar el tiempo de ejecución que originalmente grabó el autor. 23 minutos sin cansancio en los que cada instrumentista va estableciendo el modo improvisativo desde el carácter de su propio instrumento. Aquí se puede experimentar esta fórmula multiplicada por seis, más los momentos colectivos. La guitarra en primer lugar, va a dar paso a una improvisación grupal que se va a ir acomodando sobre la estructura de los trades, esa forma de darle a cada músico un espacio personal de improvisación que se cierra con una coda del ensamble y abre de nuevo para el siguiente instrumento. El siguiente protagonista es el sax sopranino (el más agudo de la familia, que suele ser recto) de McCandless, que terminará en un moderato en diálogo con el bajo de Aymes, apoyados apenas por la guitarra de Lobo. Poco a poco la guitarra irá adquiriendo protagonismo armónico, hasta caer de nuevo en la tónica a nivel sexteto. A partir de ahí se hará más presente el saxo de Maroto, menos dulce y con más ataque, y el piano de Toussaint replicando el papel que había llevado hasta ahí la guitarra. Es el momento más claramente libre del arreglo y deja ver que los ejecutantes se están divirtiendo como en circo. La batería, que ha soportado discretamente toda esta estructura, comenzará a sentirse más a partir de los 15 minutos, y juntos continuarán desarrollando hasta llegar a un poderoso final llevado de la mano del piano cuando este concluye una magnífica improvisación individual con brillos de blues.

“Footprints” también excede con holgura los 8 minutos de la primera grabación de Shorter. El arranque es con piano, que marca la tónica y va generando los espacios para el planteamiento melódico apegado al original. En esta ocasión tenemos a los dos saxofones armonizando la melodía. La guitarra toma el relevo con la primera improvisación modal, sobre un bajo también creativo con el que comienza un diálogo. El piano interviene discretamente con apoyos armónicos cuidadosamente colocados en los intersticios del compás. Probablemente es aquí donde Cris Lobo muestra sus mejores aptitudes guitarrísticas: velocidad, creatividad y limpieza. A sus costados, los hermanos Toussaint enseñan esa combinación que le dio carácter a su banda Sacbé: es como si fueran el mismo músico, percutiendo juntos al piano y los tambores. Entra después el sax rasposo de Maroto para ir desarrollando una estructura en la que se queda solo hasta que su virtuosismo arranca aplausos del público, indicándonos que el disco se ha grabado en vivo (febrero 18 de 1995, Zafiro Hall). Aymes toma la posta con un solo de bajo en notas dobles. Piano, guitarra y batería entran de a pocos para apoyarlo en un diálogo alucinante. La improvisación se extiende hasta dar paso a un diálogo de de contrastes entre el bajo haciendo novenas y el sax soprano de McCandless. Hacia los 16 minutos el ensamble absorbe una energía como de jazz afrobrasileño sobre las síncopas del bajo y los acordes del piano, y así se va hasta el final.

Por último, quizás la más compleja de las tres versiones, “Impressions” de Coltrane es introducida por el trío básico: piano-bajo-batería para iniciar el recorrido de 21 minutos de improvisación modal. Entra después el sax de Maroto directo a la improvisación; el piano le ha dejado su lugar y luego, cuando el sax ya planteó su derrotero de virtuosismo, lo apoya. Este diálogo dura por varios compases. Detrás de él, la batería va mostrándose cada vez más hasta que por fin el sax se queda solo, reduce el ritmo y deja que intervenga la guitarra. En la parte más suave de la pista, guitarra y piano dialogan bajito, nuevamente en formato free jazz, hasta que el diálogo es sustituido por el ensamble completo con protagonismo de McCandless en su momento más destacado técnicamente en todo el recital. Bajo y batería, con discretos apoyos del piano, le darán cauce al virtuosismo del saxofonista de Oregon y otra vez el tema se irá a la mesura en volumen. La batería se va al primer plano en diálogo con el saxo y juntos invitan al bajo y al ensamble a armarse de nuevo. El trío inicial vuelve a improvisar hacia el minuto 16 con el piano en primer plano. La guitarra se incorpora un poco después haciéndole ecos al piano, otra vez mostrando cómo se divierten estos monstruos. El cierre, como en los dos cortes anteriores, es un regreso festivo a la idea original.

El disco es una muestra de jazz en su personificación como lenguaje universal, ese lenguaje capaz de asimilar extremos, de reunir y armonizar los contrarios y convertir el espacio sonoro en un lugar que da gusto habitar. ¡No se lo pierdan! (Y perdonen que no ponga textos recopilados, pero es que ¡no hay nada! Otra muestra de lo ciega que es la industria y lo sorda que es la crítica).
 





Comentarios

  1. Acá está (flac + cue + scans + no log):
    http://pastebin.com/8gS9exJW

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  2. Increíble , dijera Quincy Jones " puro monstruo escupe fuego" haciendo alusión al inmenso talento mostrado.

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