El 1975 la banda holandesa liderada por el teclista Rick Van Der Linden publicó su segundo álbum, uno de los pináculos del rock sinfónico y progresivo, un power trío perteneciente a esa raza de bandas en las que se incluyen The Nice, ELP, Ekseption y Triumvirat, con el absoluto dominio de los teclados, composiciones sinfónicas muy elaboradas y cambiantes, con elaboraciones que se nutren de las melodías clásicas de grandes compositores del barroco. Un disco que nos mantiene alerta con variaciones constantes dentro de suites complejas, composiciones enrevesadas, conceptos y músicas apoteóticas de una tremendamente sólida formación que no llegó a alcanzar el exito en este género, pero que no tenían nada que envidiar a los que terminaron siendo emblemáticos, en un disco que estaba faltando en el blog cabeza. Y ahora animado por Rockarte, para suplir esta notable falta de nuestra parte ¿Cómo es que esto nunca fue presentado por el Mago Alberto?.
Birds de Trace: 45 años de la redención del barroco en el rock
Reza un viejo adagio “nunca es tarde cuando la dicha es buena”. Al revisitar esta excelente obra musical colmada de un colorido barroco y pasajes jazzísticos aún hoy siguen siendo tan atractivos como hace 45 años.
La agrupación holandesa Trace nos sorprendía con su homónimo primer álbum en 1974 y ya para 1976, dejaba su última placa discográfica con otro gran vinilo llamado White Ladies.
Estas tres producciones son el resultado de una primera experiencia llamada Ekseption que en 1973 lanzaba al mercado el álbum Trinity y que tenía entre sus filas a un prominente teclista llamado Rick Van Der Linden.
Con una considerable fama en el ruedo musical holandés, Ekseption le pidió al citado teclista que se buscara la vida y con la venia del sello Philips, Rick comenzó a buscar músicos para formar una nueva banda. El baterista Peter De Leeuwe, también de Ekseption, sería la primera carta a jugar sin lograr la satisfacción del teclista quien pronto lo sustituiría por su primo Pierre Van Der Linden quien formaba parte de la hoy legendaria agrupación Focus con la cual había grabado los excepcionales Moving Waves (1971) y Focus III (1973).
El trío lo completaría el eximio bajista/guitarrista Jaap Van Eik. Fue así como nació Ace que pronto se convertiría en Trace, luego de descubrirse la previa existencia de una banda con ese nombre
Durante una lectura sobre los 500 discos más influyentes del rock, lista que anualmente publica la revista Rolling Stone, uno de sus críticos decía en referencia a Fragile de Yes que éste era una prueba fehaciente de que fue Bach y no Chuck Berry quien inventó el rock.
Trace, con su obra Birds, ciertamente es un vivo manifiesto de tal afirmación. El trío ya convertido en quinteto para esos “días de pájaros” lo completaban Darryl Way (ex Curved Air) en el violín, Coen Hoedeman (a quien se acreditó como responsable de “monos varios”) y un joven baterista llamado Ian Mosley sustituyendo a Pierre. Unos años después, Mosley formaría parte de la extraordinaria Marillion.
El diseño original de Rens Benerink fue concebido con un cuadrado recortado en la portada para destacar el “insert” que contenía por el lado frontal una llamativa ilustración probablemente en acuarela y una historieta relacionada con pájaros en distintos roles.
Trace BirdsBirds inicia con “Bourrée”, cierto tipo de danza francesa, compuesto por Johann Sebastian Bach como parte de la Suite Inglesa No. 2 en La menor. Es una perfecta conjunción de rock y barroco con partes claramente definidas donde apreciamos la intervención de Coen emulando los sonidos de un simio.
La pieza es seguida por “Snuff”, otra breve composición más influida por el jazz. Jaap destaca acá con un basculante bajo y Rick con pasajes de piano y otros teclados ensamblados de una forma armónica casi perfecta y con una dinámica atractiva y cargada de una energía que nos remonta a grupos como Cream y Flash.
La tríada inicial la cierra “Janny (In A Mist)”, un solo de piano (a la manera de Keith Emerson) que rinde tributo a uno de los íconos del jazz, el pianista, cornetista y compositor Leon Bismark Beiderbecke, mejor conocido como “Bix” Beiderbecke (†) nacido en 1903 en Davenport, Iowa, activo entre 1924 y 1931, y fallecido en New York City en 1931 y autor de esta pieza junto W.H. Challis.
Continúa el LP con una más progresiva “Opus 1065”, una composición de Bach extraída del “Concierto para cuatro manos”. La adaptación está llena de interesantes cambios y ambientaciones que a lo largo de poco más de siete minutos nos lleva en una frenética carrera y donde apreciamos el violín de Way en un fantástico solo, literalmente hablando, en el cual el músico despliega, a plenitud, su talento paralelamente a Rick Van Der Linden.
Es uno de los puntos álgidos del disco.
Otro cautivador momento es el último segmento donde reaparece el motivo inicial para culminar la pieza. La nostálgica y hermosa balada jazz, “Penny”, continúa el repertorio. Esta hermosa melodía es otro punto alto de esta magna obra y un claro catalizador entre el lado A y el lado B, mejor apreciado en la edición CD del sello MUSEA en 1996 que además incluye los sencillos “Birds” en su versión corta y un tema de Dizzy Gillespie titulado “Tabu” y que les recomiendo sin reservas.
Cierra el lado A con un sonoro capricho llamado “Trixie-Dixie” que en 26 segundos culmina con una explosión.
Y como era usual en el progresivo de los 70, la Birds Suite ocupa toda la segunda cara del LP. Los primeros cuatro minutos inician con unas campanadas en “King-Bird” y un órgano de sacro sonido.
El trío en pleno llena todo el espacio con Jaap en la guitarra y un sostenido acorde al órgano de catedral en buena parte del inicio. Rick hace alarde apilando cuantas notas pueda por compás pero con unos cortes estupendos.
La melodía cambia de teclas a guitarra para luego ceder espacio a “First Avenue/Sculptor Bird” y posteriormente a “Second Avenue/Preacher Bird” donde con letra de Harry Mojo escuchamos a Jaap Van Eik cantar: “Los más brillantes sonidos mientras escucho en la mañana, son los pájaros que cantan sus oraciones al cielo, tu alma despierta con cada nueva mañana para exaltar con gozo las miles de razones de por qué”
El piano acompañante es sencillamente hermoso. Las armonías vocales nos erizan a lo largo de este hermoso pasaje vocal.
El trío retorna a sus fueros barrocos con marcado entusiasmo haciendo alarde de sus talentos. En especial la sección rítmica. La tres breves piezas que no alcanzan el minuto son “Third Avenue”, “Birdcorps” y “Firecorps”, las cuales evocan el nivel interpretativo de Emerson, Lake & Palmer. En ese trance Jaap Van Eik nos cautiva con su bajo.
Y como si se tratara de una doble suite, cierra el surco final con “Birdcorps/Mail Bird/Fourth Avenue/Soul Bird/Mail Bird/Sculptor Bird/Second Avenue/Preacher Bird/Last Avenue/King Bird/Reflection»
El grupo, como es de suponer, retorna a varios de los motivos una vez más.
“Allí en tu rostro, al toque de tantas maravillas, encontraré un vestigio de tristeza a lo largo del paso de todos estos años, como han mostrado las estrellas su belleza, y como cada uno de nosotros ha aprendido a amar y a llorar….”
Al año siguiente Trace publicaría el conceptual White Ladies, otra historia por contar, altamente recomendada, aunque ya solo con Rick Van Der Linden como único miembro original.
Birds permanece como uno de los pináculos del rock sinfónico y progresivo.
Y a continuación lo pueden escuchar completito...
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