Y aún hoy la mítica banda rosarina Pablo El Enterrador sigue dando que hablar, y cuenta de ello lo da este disquito que hoy presentamos en el blog cabezón el primero de este proyecto, donde José María Blanc procura mantener viva la llama del mito del rock sinfónico de Rosario, manteniendo su particular estilo y sonido, intentando que perdure su clásica esencia con nuevos músicos que lo acompañan y la participación especial de Marcelo Sali como invitado. Aquí, como un Lázaro rosarino, Pablo se levanta nuevamente para seguir enarbolando la bandera de su música dentro de toda la movida musical rosarina.
Artista: Jose Maria Blanc
Álbum: La Herencia de Pablo
Año: 2018
Género: Rock sinfónico
Duración: 5158
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Argentina
Dentro de la profusa historia del Rock rosarino figura el emblemático paso de Pablo el Enterrador, una banda de Rock Sinfónico que irrumpió en la escena local en la década del 70, cosechando elogios y dejando una huella que atravesó generaciones. Cuarenta años después, su vocalista y compositor José María Blanc revive la leyenda de la mano de una nueva formación que se dio a conocer como La Herencia de Pablo. Con el espíritu del predecesor Pablo el Enterrador, este proyecto continúa con todo un legado que prosigue y cobra nuevas fisonomías, siendo todo un homenaje al que fuera líder de Pablo el Enterrador, el Turco Jorge Antún (fallecido en 2005) y Omar López, fallecido en el 2018. Pero si no tienen idea de quienes estamos hablando, demos dos pasos hacia atrás y reveamos la historia nuevamente...
Había surgido en 1973 el mítico grupo llamado Pablo El Enterrador (PEE), que tomó tal nombre porque un viejo sepulturero del cementerio de disidentes de Rosario llamado Pablo les dejaba tocar temas de música clásica y medieval entre lápidas y pasillos ensombrecidos, y, seguramente en su honor, es que eternizaron al hombre imponiendo su nombre en la formación.
Inspirados en Jethro Tull, más que nada por el sonido folk que inspiran, PEE, no obstante, también añade a sus temas características fugaces de Génesis (de su etapa con Peter Gabriel) y de Emerson, Lake & Palmer.
La crítica mundial del rock progresivo o sinfónico ubica a PEE como el grupo más importante del género en todo el hemisferio sur. Y entiéndase bien: del hemisferio sur, esto es de la línea del Ecuador para abajo, incluyendo a países como Australia, Nueva Zelandia, Brasil (uno de cuyos empresarios tiene, desde hace años, una de las empresas de difusión de rock progresivo más importantes del mundo), Chile, Sudáfrica, etc., etc. En el extremo oriente, más precisamente en Japón, PEE es venerado como Buda.
Aparte, el conjunto también está visto como los mejores de su tipo en Hispanoamérica, únicamente superado por los grupos de Inglaterra (creadores del rock sinfónico) y por los de Italia (que aplican los insuperables conocimientos líricos de los maestros de los siglos XVIII y XIX, como Premiata Forneria Marconi o Le Orme).
Pese a tan prestigiosa reputación, PEE pelea desde 1973 contra la decrepitud de la música comercial, tocando en lugares más bien pequeños o de poca o nula promoción. Buenos Aires, capital de la Argentina, desconoce prácticamente a estos genios que están por sacar, para comienzos de 2017, su tercer trabajo (“Trifónico”), luego de veinte años de ausencias –en 1997 sacaron “2” o “Sentido de Lucha”, y en 1979 su debutante y formidable “Pablo El Enterrador”-.
José María Blanc, voz, guitarrista, teclado y alma mater de PEE, se encarga de ponerle a sus composiciones letras de esmerada calidad, de donde surge una prolija defensa de América ante quienes impiden su florecimiento, temática que nunca desbordó en fanatismos desmedidos ni en incoherencias ideológicas, y que abarcan desde las violencias políticas, el delirio por la cotización del dólar, la sangría vertida sobre sus riquísimos trigales o la venalidad especulativa del garante o del accionista bursátil.
PEE, a través del genio creador de Blanc, mantuvo parejo el mensaje a transmitir: voz melodiosa, dulcificada y sin forzamientos estériles que contribuyen a mantener, gracias a un estupendo arsenal instrumental, una legítima defensa del Nuevo Mundo, tan abundante, tan paradisíaco pero, al mismo tiempo, tan agarrado por un puñado de inflexibles hombres que lo expolian en un persistente y abrumador aquelarre. En no pocas ocasiones, creo que PEE genera musicalmente lo que don Leopoldo Marechal ha querido expresar en su poema Descubrimiento de la Patria, esto es, una tierra de promisión que aún no ha desarrollado su plenitud, y que, justamente, por desconocerla nosotros mismos viene el extranjero con su fuerza arrolladora para llevárselo todo en provecho propio. Y de fondo, la mortuoria melodía de una tribuna de idiotas que aplaude hasta enrojecer sus manos y largar sardónicas risotadas.
Ante la visibilidad excesiva de nuestra era, convertida en orgiástico Gran Hermano, PEE prefiere, en cambio, recostarse sobre lugares penumbrosos, en cuevas donde unas pocas decenas de personas se permitan saborear la calidad de la excelencia, donde todavía perdure el ‘boca en boca’ para alertar los movimientos silenciosos y cultos de estos músicos incomprendidos. No es música masiva, y PEE lo sabe muy bien, por eso nunca abrazó la fama, por eso prefiere la calidad en vez de la cantidad.
El Centro de Arte “Maceo”, ubicado en uno de los extremos geográficos de Buenos Aires, se dio el lujo de traer a PEE. La segunda vez que pisan suelo capitalino desde aquel 2001 en que tocaron en un bar de Hurlingham. Y quien esto suscribe, junto a mis padres, hemos sido testigos del hito, de la segunda venida. Tocaron durante 50 minutos, en los que desarrollaron 7 temas, dos de ellos pertenecientes a su primer trabajo (“Quien gira y quien sueña” y “El carrusel de la vieja idiotez”), que ejecutaron con la maestría de siempre. Los demás temas pertenecen al futuro tercer trabajo que publicarán el año que viene. Cuando se dispusieron a tocar, aparecieron en aquel centro artístico como La Herencia de Pablo, que no es sino el título del último tema del disco debut de 1979. Así se llaman en la actualidad.
En el epílogo de estas líneas, bien puedo decir, ya en la tranquilidad del hogar, algo que esperé durante tanto tiempo: Yo vi tocar a “Pablo El Enterrador”, la leyenda. Ahora sí morir puede ser algo encantador.
Gabriel O. Turone
Guitarrista, cantante y bajista de Pablo El Enterrador, actuando solo en canto y teclados en este, su primer álbum en solitario, asistido por buenos músicos, algunos que formaron parte de Pablo El Enterrador, ''La herencia de Pablo '' ofrece precisamente eso, un progresivo sinfónico melódico con suaves toques clásicos y solos de guitarra y teclados de ensueño desde una melodía prominente, cálida y expresiva. Además de José María Blanc en teclados y voz, La Herencia de Pablo está integrada por Pablo López en guitarras y Jorge Urquilla en teclados, como formación estable. Lo acompañan ocasionalmente Iván Louro (batería), Ariel Martín (bajo), Pepe Moscuen (bajo), Sergio Schegtel (batería) y el ex miembro de Pablo el Enterrador: Marcelo Sali (batería).
Luego de la desaparición física del turco Antún, muchos pudieron suponer el final de la música de la señera banda de rock sinfónico de los años setentas (a la fecha), originaria de Rosario, Argentina, Pablo El Enterrador, sin embargo su cantante, guitarrista y bajista emblemático José María Blanc, con su disco debut marca firmemente que esa suposición es falsa, ya que en su nueva música, su debut como solista, toma la posta, continuando con “La Herencia de Pablo”.
Ya desde los sonidos bien sinfónicos del primer tema el instrumental “Eclipse” en una línea cercana a “La Marcha del Regreso”), la siguiente suite “Miro al Cielo Que no Tengo” con reminiscencias del Genesis de “Wind and Wuthering”, pero con la marcada línea establecida por Pablo el Enterrador, ya nos avisan que este disco continúa su senda, lo mismo que la oscura y bellísima “¿Quién Sabe Algo?” con climas ominosos e introspectivos que explotan en pasajes instrumentales sinfónicos de gran belleza melódica.
Luego es tiempo de otra suite de mas de trece minutos de duración, divida en dos partes y presentada cada parte por separado, “El Garante – 1 parte: Introducción al Infierno” de sonido mas moderno, incluyendo una secuencia rítmica pero sin despegarse del sonido global de la obra, una bella y envolvente melodía es la que define a esta parte; mientras que la segunda titulada “El Garante – 2 parte: Sobre Las Sombras” con una gran intro de teclados imponentes y melancólicos en tonalidad menor, le da una gran presencia dramática a la pieza para que luego, otra secuencia rítmica le de paso a sonidos poderosos pero teñidos de la misma melancolía, con la banda sonando a pleno.
“Limonero del Descanso” es un tema menos complejo pero no menos bello, marcado por otra secuencia rítmica, quizás emparentado al clásico “Accionista” con un estribillo pegadizo y cantable.
Le sigue, casi un madrigal, con teclados omnipresentes y la conmovedora voz de José María en “Crece” un tema semi acústico aunque dominado por el sonido de los teclados, sentido y bello.
“La Palabra Final” se inscribe en la línea de “Limonero” secuencia rítmica, sonidos mas modernos y pegadizos, lo que le da al disco un agregado de sonidos que lo acercan a los lineamientos del rock argentino lírico clásico.
Cierra este opus debut, “A Tu Corazón” sin apartarse de la tónica de la secuencia, sonidos modernos, con una melodía melancólica, bella e introspectiva, que se puede emparentar al “Secret World” de Peter Gabriel, dejando un bello “dulzor” final.
La banda conformada por José María Blanc en teclados, voz líder y composición; Jorge Urquilla en teclados; y Pablo López en guitarras; a quienes se suman como invitados Iván Louro en batería, Ariel Martín en bajo además de convocar para el tema “Miro al Cielo Que No Tengo” a Pepe Moscuén en bajo, Sergio Schegtel y Marcelo Sali en batería (también miembro de Pablo), para conformar un mosaico de nueve temas que delinean un disco que es una clara continuación estilística de “Threephonic” (tercer y último trabajo de Pablo El Enterrador.
Se le suma un hermoso arte de tapa y digipack de Enrique Rocca (abrirlo y contemplarlo desplegado rememora a los vinilos como “Foxtrot” o “Nursery Cryme” por citar ejemplos del caso), dan un marco magnífico a un obra bella y esencial para el progresivo argentino y para todos los fanáticos de “Los Pablos” quienes sin dudas podrán apreciar en la misma “La Herencia de Pablo”.
El disco se puede conseguir por el espacio de Viajero Inmóvil Records, específicamente aquí, o aquí también, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.
Espero les guste el disco, lo compren y apoyen a toda esta movida.
Y ahora vamos a ver qué es lo que nos dice nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que siempre tiene algo que decirnos de las mejores obras:
Hoy tenemos la muy especial ocasión de presentar el disco de un muy especial proyecto: el de JOSÉ MARÍA BLANC, quien por muchos años fue guitarrista y cantante de ese grandioso grupo representativo de la élite progresiva argentina PABLO EL ENTERRADOR. Ahora se trata de seguir adelant con el legado de esta legendaria banda mientras se asume que hay una nueva época que exige un rebautizo, y el nuevo nombre es el que titula al disco al cual nos referiremos en esta ocasión: “La Herencia De Pablo”. El disco en cuestión fue publicado por el sello Viajero Inmóvil el día 23 del pasado mes de marzo. Esta vez, BLANC se ocupa de los teclados, las programaciones de ritmo y el habitual rol al canto, completándose el trío nuclear con otro teclista llamado Jorge Urquilla y Pablo López, quien se hace cargo de las guitarras eléctricas y acústica. La lista de músicos de apoyo incluye al baterista de PABLO EL ENTERRADOR, su amigo de años y años Marcelo Sali, además de otros bateristas que son Iván Louro y Sergio Schegtel, mientras que las labores al bajo son repartidas entre Ariel Martín y Pepe Moscuen. Que no nos tome este aparentemente extraño juego de roles por sorpresa, BLANC forma parte de otros proyectos musicales en la escena rockera rosarina y lo hace como teclista (LA BARCA). En lo que concierne a la gestación de “La Herencia De Pablo” como obra solista suya, se trata de la urgencia de seguir el llamado de las Musas para seguir perpetuando la vitalidad artística de PABLO EL ENTERRADOR aunque el grupo como tal ya no exista más: en palabras del propio BLANC, PABLO EL ENTERRADOR era más que un grupo, un estilo de vida y una bandera.* Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio contenido en el disco que ahora tenemos a nuestra disposición.
Se abre el disco con ‘Eclipse’, pieza de poco más de tres minutos y medio cuya estructura melódica y swing se basan en una mágica confluencia de barroquismo y aires folclóricos, la cual se focaliza adecuadamente en una refinada ingeniería sinfónica. Un proemio fabuloso para el repertorio... que todavía queda mucho por escuchar. A continuación sigue ‘Mira El Cielo Que No Tengo’, canción que se explaya hasta casi 9 minutos de duración y que parece diseñada para condensar y sintetizar las aristas más fastuosas de la línea de trabajo general del disco. Moviéndose sobre un compás de 7/8 manejado en un medio tiempo, este tema ostenta una espiritualidad envolvente muy semejante a los ambientes más recurrentes que habíamos encontrado en el tercer y final disco de PABLO EL ENTERRADOR (de lo mejor que dio el rock progresivo argentino al mundo en el año 2018). Las confluencias y diálogos entre las armonías destacadas de los teclados y los ensoñadores fraseos de la primera guitarra focalizan enfocan la mayor parte del encanto irresistible de esta canción mientras los minutos y segundos van pasando sin que nos demos cuenta. Aquí está el primer cénit decisivo del disco. Cuando llega el turno de ‘¿Quién Sabe Algo?’, el ensamble decide comenzar en clave etérea con solo los teclados y la voz, la cual expone una letra bastante airada. El intermedio instrumental ya brinda al encuadre instrumental entero la oportunidad de crear un paisaje sonoro pletórico de magnificencia antes de que la breve coda vuelva al ambiente inicial. El carácter celestialmente refinado del sonido grupal se mantiene firme, con lo cual tenemos ya otro cénit del álbum. Lo que sigue es el concepto de ‘El Garante’, cuyas dos primeras partes ocupan conjuntamente un espacio de casi 14 minutos. La primera parte se titula ‘Introducción Al Infierno’ y su esquema de trabajo se basa en una modernización del estándar sinfónico, muy al modo de los CAMEL de la primera mitad de los 80s pero con una labor más sensiblemente jazzera en el swing básico. La segunda parte se titula ‘Sobre Las Sombras’ y su enfoque es más solemne que en la anterior. Contando también con herramientas electrónicas para la base rítmica, esta pieza exhibe un talante blasonado y grave, lo cual significa darle un viraje adusto y escrupuloso a la atmósfera espiritual heredada de la primera parte: la idea funcionó a las mil maravillas, así nos parece.
En lo que queda del repertorio del disco, el ensamble se centrará mayormente en explorar el formato de canción y apelar a la llegada más inmediata del atractivo melódico de cada composición aunque, claro está, sin abandonar el preciosismo propio del discurso del rock sinfónico. Esto ya lo notamos fehacientemente en ‘El Limonero Del Descanso’, canción que se orienta hacia una dimensión amablemente accesible, tratándose básicamente de un ítem pop donde las labores de los dobles teclados permiten canalizar efectivas estilizaciones progresivas. Al arribar el antepenúltimo tema del disco, titulado ‘Crece’, recibimos una demostración de gráciles atmósferas palaciegas: esta vez la instrumentación se mete a fondo en el clasicismo en una especie de cruza entre lo que PABLO EL ENTERRADOR hizo en varias canciones de su segundo álbum y la faceta más intimista de SERÚ GIRÁN sobre un trasfondo empapado del legado Genesiano. Dado lo perfectamente aprovechados que están sus relativamente concisos 3 3⁄4 minutos, solo cabe añadir que el bloque de esta canción es simple y llanamente precioso. La dupla de ‘La Palabra Final’ y ‘A Tu Corazón’ cierra el repertorio con un muy impactante despliegue de candor melódico que eficazmente refuerza el espíritu de consistencia estética que ha atravesado a todo el disco. En el caso de ‘La Palabra Final’ tenemos una canción muy ágil y llamativa donde se deja relucir varios estándares del sinfonismo moderno. Una mención especial debe ir para los aportes del bajo, los cuales gestan una cadencia distinguida al relativamente sencillo patrón rítmico utilizado para la ocasión. ‘A Tu Corazón’ se arroja hacia los brazos de la melancolía pero con una mesurada elasticidad que permite que la cualidad flotante del desarrollo melódico y los arreglos ostenten una luminosidad hipnótica. Los vuelos de la guitarra eléctrica en las instancias finales de la canción portan una refrescante sobriedad mientras la labor de la dupla rítmica impulsa un swing muy interesante bajo las bien perfiladas capas de teclado.
Todo esto fue lo que se nos brindó en “La Herencia De Pablo”, un disco dueño de una hermosura estilizada y un candor aristocrático que se imponen con elegante autoridad. JOSÉ MARÍA BLANC ha capturado muchas claves de lo que fue la esencia musical histórica de PABLO EL ENTERRADOR y les ha dado una vitalidad nueva con la ayuda de sus compañeros constantes y sus colaboradores ocasionales. Este disco es un ítem musical pero también algo más; es una declaración jurada sobre la genuina vigencia de una herencia progresiva que nunca podrá enterrarse.
Para cerrar el post, a continuación les dejo el link de este disco en Viajero Inmóvil Records:
http://viajeroinmovil.com/ar/banda/945
Y su espacio en Bandcamp como para que lo escuchen y lo compren:
https://viajeroinmovilrecords.bandcamp.com/album/la-herencia-de-pablo-jos-mar-a-blanc-2018
Lista de Temas:
1. Eclipse
2. Miro Al Cielo Que No Tengo
3. ¿Quién Sabe Algo?
4. El Garante - 1ra Parte - Introducción Al Infierno
5. El Garante - 2da Parte - Sobre Las Sombras
6. Limonero Del Descanso
7. Crece
8. La Palabra Final
9. A Tu Corazón
Alineación:
- José María Blanc / Teclados, Ensonic SD 1, Módulo Korg 01R/W y voz
- Jorge Urquilla / Teclados, Yamaha CS1X, Korg -TR61
- Pablo López / Guitarras Gibson Les Paul, PRS Caston 24, Fender Stratocaster, guitarra acústica Washburn y equipo Marshall JM 900
Músicos invitados:
Iván Louro / Batería
Ariel Martín / Bajo
Pepe Moscue / Bajo
Sergio Schegtel / Batería
Marcelo Sali / Batería
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