Año: 2012
Género: Jazz fusión
Duración: 3:35:21
Hoy vamos con pocas publicaciones pero con algo especial que nos trae , a quien agradecemos públicamente.
Este recital fue tal vez la presentación más importante en la extensa carrera del gran artista argentino, que se reencontró con gran parte de las bandas y músicos que lo acompañaron durante sus 40 años de trayectoria, frente a más de 40.000 espectadores. La caja se editó por primera vez en 2010, incluyendo tres DVD y tres CD, más dos libros de fotos, pero esa edición era limitada, agotándose al poco tiempo. Luego se reeditó en 2012 incluyendo una edición completamente rediseñada por el propio artista antes de su muerte. La reedición contiene un libro de fotos y los tres CD con más de cinco horas del concierto que Spinetta ofreció el 4 de diciembre de 2009.
El recital ha sido considerado histórico de manera general.
[El recital] quedará en la historia del Rock Argentino como el concierto más auténtico de nuestro país, para mí fue el Festival Spinetta y sus bandas eternas, una especie del BA Rock de aquellos años en dónde se hacían este tipo de encuentros, todas bandas argentinas y de diferentes estilos y con músicos de primera línea, todo esto gracias a Luis Alberto y su mundo. Impresionante y emotivo. Por suerte está todo filmado y grabado.
Black Amaya.
Un 4 de diciembre, pero del 2009, Luis Alberto Spinetta iba a dar uno de los shows más emblemáticos del rock nacional. El show de Spinetta y las Bandas Eternas recopiló gran parte de la inmensa obra del músico argentino, repasando sus clásicos con Pescado Rabioso, Invisible y Almendra, además de sus hits solistas y las infaltables rarezas que conforman la obra del “flaco”. Como si fuera poco, invitados de lujo se sumaron a la fiesta: Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, entre muchos otros.
Algunos hablan de más de 35.000 personas, otros 40.000. Lo cierto es que fuimos varios los testigos de un show entrañable en la cancha de Vélez: Spinetta y las Bandas Eternas, un concierto que bien podría pasar a la historia como Spinetta y el recital eterno. Cargado de emoción, talento y profesionalismo, seguramente ninguno de los asistentes pudo darse cuenta en ese momento que se estaba asistiendo a una fecha clave del rock nacional. Tantos años después, ya no hay dudas de eso. Con casi 6 horas de show (empezó a las 21:40 y terminó a las 3:30) , es uno de los shows más largos de la historia.
En los meses previos, la consigna era clara: Luis Alberto Spinetta, más conocido simplemente como “el flaco”, iba a reunir a sus históricas bandas para repasar toda su carrera. Una experiencia única para los que lo siguieron desde finales de los 60’s con Almendra, rockearon en los 70”s con Pescado Rabioso y disfrutaron de la calidad exquisita de Invisible. Para los más jóvenes, se nos presentaba el milagro de la resurrección o la chance de volver a ver a Spinetta y los Socios del Desierto.
Cargado de emoción, talento y profesionalismo, seguramente ninguno de los asistentes pudo darse cuenta en ese momento que se estaba asistiendo a una fecha clave del rock nacional.
Sin embargo, esa decisión no fue bien recibida por todos, ansiosos por lo que sería el plato fuerte de la noche con la llegada de los grupos reunidos. El campo, dividido en VIP y popular, generaba que los del fondo empezaran a corear por Pescado Rabioso. Algo similar ocurría en las plateas, donde la impaciencia daba paso al malestar o a la dispersión. Nadie, entre los que me incluyo, sabía que iba a ser la última vez que viéramos al flaco en vivo.
La aparición de Fito Páez, el primer invitado “popular” de la noche -antes desfilaron Javier Malosetti y el “Mono” Fontana-, sirvió para calmar esos ánimos variados, logrando recuperar la conexión con una parte del público. Versiones inolvidables de “Las cosas tienen movimiento” con el músico rosarino, “Té para tres” con Gustavo Cerati y “Rezo por vos” con Charly García -uno de los momentos más emotivos de la noche-, empezaron a calentar el ambiente para lo que sería una noche única.
Spinetta y los Socios del Desierto fue la primer “banda eterna” en aparecer en escena, recordando ese rock a contracorriente que irrumpió en la década de los 90’s, con un flaco inesperado y sorprendente para muchos. Después Invisible, en un formato de power trío con Spinetta – Pomo – Machi, empezó a cumplir la promesa retrospectiva y emotiva de la jornada. Versiones de “Durazno sangrando” y “Lo que nos ocupa es esa abuela, la conciencia que regula el mundo”, quedaron registradas en la memoria de los asistentes.
Inmediatamente llegó el turno de Pescado Rabioso, esa banda que agitó al rock nacional de los 70’s que se había encandilado con Almendra y, posteriormente, las canciones armoniosas de Sui Generis. Los distintos integrantes del conjunto en su breve tiempo de vida (1971-1973) aparecieron en escena: Black Amaya – David Lebón – Carlos Cutaia – Guillermo Vadalá- Osvaldo “Bocón” Frascino. Para atesorar, las versiones de “Poseído del Alba”, “Despiértate nena” y “Post crucifixión”.
El plato más fuerte de la noche llegó ya entrada la madrugada, cuando Almendra – una de las bandas fundadoras del rock en español que decidió alejarse de las letras en inglés y las melodías beats – salió en escena con su formación original: Spinetta – Edelmiro Molinari – Emilio del Güercio – Rodolfo García. “Fermín”, “Hermano Perro” y la tan esperada “Muchacha ojos de papel” en una versión casi a capella dieron el broche de oro y emoción a la jornada que, al recorrer la historia del flaco Spinetta, recorre de alguna forma una parte importante de la música popular argentina y de habla hispana.
El plato más fuerte de la noche llegó ya entrada la madrugada, cuando Almendra – una de las bandas fundadoras del rock en español que decidió alejarse de las letras en inglés y las melodías beats – salió en escena con su formación original: Spinetta – Edelmiro Molinari – Emilio del Güercio – Rodolfo García. “Fermín”, “Hermano Perro” y la tan esperada “Muchacha ojos de papel” en una versión casi a capella dieron el broche de oro y emoción a la jornada que, al recorrer la historia del flaco Spinetta, recorre de alguna forma una parte importante de la música popular argentina y de habla hispana.
-¿Cuánto me pueden dar por la Pensa? –Spinetta preguntaba cuánto le ofrecerían por su guitarra roja hecha por el célebre luthier Rudy Pensa-.
La viola más importante de su colección, la que conocés aunque sólo hayas escuchado a Wos o a Gardel. La roja y blanca que le había hecho a medida uno de los luthiers preferidos de Lenny Kravitz, Mark Knopfler, Peter Frampton, Dave Grohl, Spinetta y Gustavo Cerati.
Esta charla ocurrió a un año exacto del recital más multitudinario en la vida artística de Spinetta. Mangone, a esa altura, era una de las pocas personas allegadas. Cenas en familia, almuerzos, mate en la cocina. “Un consejero”, según el Flaco. Más aún: el amigo incondicional que lo acompañó hasta el último momento.
Fue Mangone el ideólogo de las Bandas Eternas. También fue quien tuvo la horrible tarea de comunicarle al Flaco la enfermedad que lo mató el 8 de febrero de 2012, a los 62 años.
En 2008, Spinetta edita Un mañana. Su más reciente lanzamiento tiene poca y mala difusión. Sería el último disco antes del megaconcierto de las Bandas Eternas. A decir verdad, no pasaba demasiado con Spinetta. Su trabajo consistía en mantener activos a sus músicos haciendo shows chicos casi todos los fines de semana.
El manager era el de siempre, Juan Carlos Giacobino.
Con Las bandas... Luis Alberto debió retroceder cien mil casilleros. Hacer memoria. Cantar Muchacha ojos de papel casi como broche de oro. Habrá sufrido y disfrutado en partes iguales. Cantar Muchacha…, ni su público más fiel osaba pedírsela.
Mangone es el de la foto. Cuando lo vean, pueden darle un abrazo grande.
En los primeros 2.000 fue dueño de una casa de instrumentos musicales llamada Mangos Music. Talcahuano 156. Para Spinetta era como ir a Disney.
-¡¿Cómo vas a vender esa guitarra, Luis?! –Mangone salía al cruce con un razonamiento indudable-.
Le dijo, además, que una cosa era el valor industrial y otro, muy distinto, el valor simbólico de “la” viola de Spinetta.
-Bueno –minimizó Luis Alberto, tratando de restar dramatismo-: entonces trato de vendérsela a alguien que me la preste si la llego a extrañar.
-Listo –le dijo Mangone-, ya la vendiste. La tenés vendida, pero como ahora no la necesito, te la estoy prestando.
El número del valor de la viola nunca se revelará. Mangone es de esas personas que tiene todos los códigos que la discreción exige. Se la compró en dólares. Eso dirá. Punto y nota al pie: la guitarra roja es el disparador de todo.
Mangone se quedó preocupado. Le indignaba cómo podía ser que uno de los músicos más grandes de la Argentina, lejos de ser millonario, necesitara vender su herramienta de trabajo más emblemática y preciada. Quizás por eso, años más tarde, El Flaco hablaría de las Bandas Eternas como de “un acto de Justicia”.
Hacia fines de 2008 faltaban pocos días para que se cumplieran 40 años del primer disco de Almendra. Faltaba poco también para que Spinetta llegara a los 60 años. Señales. Números redondos. Las Bandas Eternas llegó a pensarse como un tributo gigantesco para que Luis Alberto disfrutara, a moco tendido, desde un palco.
El primero en enterarse de la locura no fue Spinetta, sino Gustavo Cerati. Amigo de Mangone, el ex Soda sentía un amor incondicional por quien era su ídolo. “Si hay un deseo cumplido, es éste. Disfrutalo Luis”. Lo dijo en el escenario de Vélez y se abalanzó sobre el Flaco.
-Muy lindo, ¿pero cómo lo vas a convencer? –preguntó Cerati con sarcasmo-. ¡¿Qué se junten todas las bandas?! ¿Qué haga lo de antes…?
A menos de diez días de lo de la guitarra insignia, Mangone pasa por la casa de Luis con un regalito navideño. Calle Iberá, Villa Urquiza. Estudio-hogar “La Diosa Salvaje”.
-Escuchame, vos sos uno de los pocos artistas cuyos pares son tus fans...
Mangone empezó el rodeo. En esa primera charla, Spinetta nunca oyó hablar de la reunión de sus bandas, sino de un “megaconcierto” donde estarían los músicos de siempre y los grosos del rock. La despersonalización pudo ser una estrategia de aproximación al porfiado héroe del rock nacional.
Número uno: las Bandas Eternas todavía no se llamaba así. Dos: se hablaba de músicos reunidos, no de grupos. Tres: Vélez no era el Plan A.
-Lo vemos –respondió Spinetta, sentado en la mítica cocina de la calle Iberá-.
Lo vemos. Esa respuesta se interpretó como el Sí de un plebiscito contundente.
La misma noche que Spinetta tocó en Vélez, AC/DC se presentó en River.
Marzo de 2009.
-¿Cómo no voy a tocar yo…? ¿Me voy a quedar mirando en una platea mientras ellos hacen mis propios temas? Naaa, ni en pedo.
Ahí empezaron a suceder las convocatorias. Luis en persona llamando y haciéndose cargo de la magnitud de su obra. El fue quien le puso las Bandas Eternas a la juntada.
¿Reunir a todas las bandas de Spinetta era la única posibilidad de llenar un estadio de fútbol? “No”, dice Mangone, “la intención era quitarle los límites. Qué el mismo eligiera si una banda, si dos bandas, si todas, lo que él quisiera”.
El show arrancó con Mi elemento que sirvió, sobre todo, para ajustar el sonido. Ella también, con Diego Rapopport como invitado, fue el primer indicio de lo que vendría. Javier Malosetti inauguró el miniset de "estrellas invitadas" y después tocó como baterista en Los Socios del Desierto (el Tuerto Wirzt había fallecido poco antes).
Con Mariposas de madera, Spinetta reconoció la inspiración de Miguel Abuelo en los posteriores "ojos de papel". ¿Adónde está la libertad?, de Pappo, con Juanse, fue un momentos estelar.
"Les voy a presentar a cuatro genios: Edelmiro Molinari, Emilio del Güercio y Rodolfo García. Bueno, son tres, pero son tan genios que valen por un genio más", dijo El Flaco antes de que apareciera Almendra.
El recital de las Bandas Eternas terminó a las tres y media de la mañana.
El baterista Sergio Verdinelli, de la banda estable (“estables” versus “eternos) fue el músico que más tiempo estuvo sobre el escenario después del Flaco.
Andrés Calamaro no fue de la partida porque estaba en Santiago de Chile para tocar en el Arena.
Cerati postergó una fecha de la gira Ahí vamos en Uruguay para no perderse el homenaje en Vélez.
Las Bandas Eternas terminó estructurándose del presente hacia el pasado. El camino inverso finalizó con Almendra. Bah, en realidad termina con No te alejes tanto de mí empañada por un pedido de Fuck You al mejor estilo Lanata.
El destinatario del masivo dedo en alto era la revista Rolling Stone por un malentendido en la foto de tapa. Al Flaco parece que le habían borrado, sin querer, sin ninguna maldad, las letras de su leyenda en la remera de la ONG Conduciendo a conciencia. Por poco suspende el show. Las Bandas Eternas casi no sucede porque Spinetta vio conspiraciones donde sólo había diseño gráfico.
-No cuenten conmigo. ¡Una cagada esa tapa! –Luis Alberto al teléfono; del otro lado, Mangone, el productor de la movida-. Tres días faltaban para el recital del 4 de diciembre.
-Estoy en mi cena de aniversario de casado, Luis, no puedo hablar ahora. Hacé lo que quieras. Si no querés tocar, no toques.
Cuando el recital ya era un secreto a voces, Spinetta no quería notas, no quería publicidad, no quería nada. “Fue misión imposible”, recuerda Mangone. “Muy difícil hacer campaña con Luis. Era reacio a las marcas comerciales, al periodismo. Imposible convencerlo de un spot para radio o televisión. Complicadísimo vender el show”.
Mangone insistió hasta que el músico aceptó un argumento televisivo. Lo eligió Spinetta entre varias opciones. Se produjo, se contrató actores, se grabó. Nunca salió al aire porque el Flaco terminó bochándolo: un tipo de unos 50 años mirando un álbum de fotos del pasado y escuchando la voz inconfundible de Luis Alberto. De golpe irrumpe en escena el hijo adolescente y deja caer los tickets para ver las Bandas Eternas. Ambos se abrazan.
-No me gusta como quedó. No va.
Las entradas se vendían por TopShow. Mucha gente no sabía cómo conseguirlas. Spinetta desarmaba todas y cada una de las iniciativas publicitarias donde debía aparecer el chivo de la empresa ticketera.
Absurdo hacer un estadio de fútbol sin publicidad.
El único sponsor que finalmente tuvo el recital fue Banco Santander, que ofrecía descuentos especiales para sus clientes.
Moliere, un bar de San Telmo, fue el lugar elegido para actuar en vivo y en directo, a la hora de los noticieros. Faltaba para el show en Vélez y esa era la última posibilidad de prensa que Spinetta aceptaría como condición. Sobraban buenas razones: estaban juntos Spinetta y Charly. Sin dudas era la mejor publicidad de todas. Las ventas de las Bandas Eternas se dispararon de inmediato.
-Luis, dame un segundo, necesito hablar con vos –le dijo Mangone días después del café Moliere-.
-Ya sé, necesitás que haga más notas. Todo bien, dale, decime con quién tengo que hablar…
-No. Quiero decirte que se está vendiendo tan bien que hasta podríamos hacer un segundo Vélez.
Cuando el recital terminó, algunos privilegiados entraron al camarín. Ahí estaban todos. Cerati, Fito, Charly, Mollo. Se formó una especie de fila donde amigos y no tanto saludaban al Flaco. “Crecí con vos”, le dijo un infiltrado al camarín de luxe. Spinetta cacheteó cariñosamente la mejilla del desconocido.
Rezo por vos con Charly. Té para tres y Bajan con Cerati. Necesito un amor con Dante y Valentino, sus hijos. Fito, Javier Malosetti, Juanse, Mollo, Baltasar Comotto, Juan del Barrio, Claudito Cardone -el músico que más años acompañó a Spinetta en toda su carrera-, El Mono Fontana, Carlos Cutaia en los teclados de Pescado Rabioso, David Lebón.
-Hay que pegarle de puntín al medio.
A la hora de planificar los temas con cada una de sus bandas, Spinetta no dudó. Con Pescado debían sonar Poseído del alba, Serpiente viaja por la sal, Credulidad, Despiértate nena, Me gusta ese tajo y Post crucifixión. De Almendra, Color humano, A estos hombres tristes, Muchacha ojos de papel.
Tres meses de ensayos. Todo el mundo cobró, todos los músicos percibieron un cachet excepto Cerati, Charly y Fito, “que realmente fueron de onda”. Javier Malosetti tampoco quería cobrar. Tanto le insistieron que dijo: “Yo extiendo mi mano y tiren la moneda que quieran”.
El set box que salió un año más tarde dejó afuera cinco temas. Dos eran de Almendra. A Spinetta no le convenció el resultado final. A decir verdad, el material audiovisual no le hace ninguna justicia a ese tremendo recital. Casi no hay sonido ambiente y las cámaras están sólo posadas sobre el escenario. Más que el gran concierto de tu vida, se parece a un recital en un estudio de televisión por cable.
Las Bandas Eternas trascendió por hacerse. Al otro día, todos los medios hablan de eso.
-¿Spinetta tuvo un contrato millonario?
-El contrato no fue con cifras. Yo fui a tentarlo con una, pero nos asociamos en la locura -dice Mangone-. Si él perdía, perdía en su reputación, y yo en el dinero de mi familia y mis hijos.
Al año siguiente Luis Alberto Spinetta giró por Estados Unidos. Ya tocaba sentado. Le dolía el hombro. Esa fue la causa inicial del desenlace. Los médicos decían que era un problema en la articulación por tantos años de guitarra colgada. Lo operaron dos veces. El dolor continuaba.
A un iluminado se le ocurrió hacerle otra clase de estudios y ahí se descubrió que lo del hombro podía ser una metástasis de su enfermedad.
Ya era muy tarde.
Mangone fue el encargado de comunicárselo.
-Ajá, ¿por qué…? –preguntó Spinetta.
-Porque eso que tenés en el hombro es consecuencia de otra cosa en otro lado.
Spinetta dio vueltas en la cocina de su casa:
-¿O sea que ahora además de tocar la guitarra voy a tener que aprender a tocar el arpa?
En diciembre de 2011 a la casa de la calle Iberá se entraba usando contraseñas. El Flaco estaba débil, pero andaba un poco de acá para allá. Mangone lo fue a visitar y Luis le dijo que le quería dar algo. Se refería a la famosa guitarra roja.
-Llevatela, es tuya. No me hagás hablar...
Hoy día la guitarra que el Flaco mismo definió como una de sus “mejores amigas” se encuentra en manos de los hijos de Luis Alberto Spinetta.
CD 1
1. Mi elemento
2. Tu vuelo al fin
3. Ella también - no te busques ya en el umbral
4. Fina ropa blanca (Spinetta - Faruolo)
5. La bengala perdida
6. Sombras en los álamos - alma de diamante
7. Cisne
8. Al Ver Verás - ¿no ves que ya no somos chiquitos?
9. Cielo de ti
10. Las cosas tienen movimiento (F. Páez)
11. Retrato de Bambis (C. Franzetti) - asilo en tu corazón
12. Mariposas de madera (M. Abuelo)
13. El rey lloró (L. Nebbia)
14. ¿adónde está la libertad? (Pappo)
CD2
1. Té para tres (G. Cerati)
2. Bajan
3. Cementerio club
4. Era de uranio - vida siempre (Spinetta - Sujatovich) - Maribel se durmió
5. Necesito un amor (J. Martínez)
6. Filosofía barata y zapatos de goma (Ch. García)
7. Rezo por vos (Spinetta - Ch. García)
8. San Cristóforo (Spinetta - Torres - Wirtz) LOS SOCIOS DEL DESIERTO
9. Bosnia - LOS SOCIOS DEL DESIERTO
10. Durazno sangrando (Invisible) INVISIBLE
11. Jugo de lúcuma (Invisible) INVISIBLE
12. Lo que nos ocupa es esa abuela… (Invisible) INVISIBLE
13. Perdonado - niño condenado (Invisible) INVISIBLE
14. Amor de primavera (Tanguito - Pujó) INVISIBLE
CD3
1. Poseído del alba - PESCADO RABIOSO
2. Hola, dulce viento (D. Lebón) PESCADO RABIOSO
3. Serpiente viaja por la sal - PESCADO RABIOSO
4. Credulidad - PESCADO RABIOSO
5. Despiértate, nena - PESCADO RABIOSO
6. Me gusta ese tajo (Spinetta - Amaya - Frascino) PESCADO RABIOSO
7. Poscrucifixión (Spinetta - Cutaia) PESCADO RABIOSO
8. Color humano (E. Molinari) ALMENDRA
9. A estos hombres tristes - ALMENDRA
10. Muchacha, ojos de papel - ALMENDRA
11. 8 de octubre (Spinetta - Gieco)
12. Retoño
13. Yo quiero ver un tren
14. No te alejes tanto de mí
Luis Alberto Spinetta / guitarra, voz
Claudio Cardone / teclados
Sergio Verdinelli / batería
Nerina Nicotra / bajo
Guillermo Vadalá / guitarra
Spinetta y los Socios del Desierto
Invisible
Pescado Rabioso
Almendra
Baltasar Comotto / guitarra
Diego Rapoport / teclados
Juan Carlos "Mono" Fontana / teclados
Juan del Barrio / teclados
Javier Malosetti / bajo, batería
Fito Páez / voz, teclados
Beto Satragni / bajo
Juanse / voz
Gustavo Cerati / voz, guitarra
Gustavo Spinetta / batería
Leo Sujatovich / teclados
Dante Spinetta / guitarra
Leeva (Valentino Spinetta) / voz
Charly García / voz, teclados
Marcelo Torres / bajo
Héctor "Pomo" Lorenzo / batería
Machi / voz, bajo
Lito Epumer / guitarra
Black Amaya / batería
Carlos Cutaia / órgano
David Lebón / guitarra
Osvaldo "Bocón" Frascino / guitarra
Rodolfo García / batería, coros
Emilio del Guercio / bajo, coros
Ricardo Mollo / voz, guitarra
Daniel Rawsi / percusión
Nico Cota / percusión
Hola Amigo: el Pastelbin no funciona, Gracias !!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEl pastebin funciona
EliminarNo me lo abre Amigo !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
EliminarAcabo de probar los 2 pastebin y funcionan. Quizás tu problema se ese, fijate. Hay 2 pastebin en la celda, uno para Mega y otro para Drive. Copia uno y pegalo en la barra de direcciones del navegador
EliminarHola cómo puedo descargarlo?
ResponderEliminarHola Amigo: como estas ?????????, seguimos con el mismo problema, no se puede bajar, te explico con cualquier otro disco, pinchas el pastebin y enseguida te aparece la leyenda abajo, le das click y solo te lleva a Mega, pero estos dos los pinchas y nada, los copie, como dijiste y cuando los pegue, te contesta que son direcciones que no existen, ahora por lo visto no soy el único que tiene problemas, gracias por el aguante !!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarDejame un mail para contactarte
Eliminarbuenas que tal? no entiendo si se puede descargar, hay un link por algun lado?? muchas gracias y gran post!
ResponderEliminarNo hay links en el blog. Podés suscribirte a la lista de correo https://cabezademoog.blogspot.com/p/por-si-algun-dia-no-estamos-aca.html
EliminarHola! estás suscripto al correo pero no se cómo ver los links de descarga.
ResponderEliminarLa lista de correo hace mucho que no funciona. Escribí a cabezademoogmega1@gmail.com
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