Ir al contenido principal

El Virus de la Revolución (XIII): Un Mundo Que Ya No

Hay veces en las que te paras a mirar este sistema y te llega una sensación extraña. La sensación se parece a la que tienes en un sueño, cuando la sucesión de las cosas se produce con un absurdo que resulta a la vez desconcertante y natural. En un momento de lucidez te dices que no tiene sentido que las cosas ocurran así y titubeas, pero los acontecimientos se suceden a toda velocidad y sólo puedes adaptarte, decirte que debe de ser así, que si el resto actúa con normalidad es que sin duda debe de ser normal y que ya se te pasará ese desconcierto que te llega al estómago. No es por azar si durante la oleada revolucionaria que se abre en 1917 aparece el mecanismo del extrañamiento en las vanguardias artísticas. Tampoco lo es el que muchos de los que lo pondrán en marcha, como Maiakovski, Einsenstein o Brecht, vinculen su actividad directamente a las esperanzas de la revolución mundial. Este mecanismo, que consiste en romper la inercia en que el receptor asume la información que le va llegando, en dislocarle y generar en él una sensación de extrañeza frente a lo que observa, se utilizó en un intento de sacarle de la pasividad y cambiar su mirada: prepararla, podría decirse, para ver el nuevo mundo que estaba naciendo. Algo semejante ocurre en los momentos de crisis. La absurda normalidad del capital se resquebraja y por momentos nos golpea la idea de que hay algo que no está bien. Que no está bien de raíz, en lo profundo de su lógica. La crisis que ha detonado la pandemia es un claro ejemplo, porque enfrenta de manera radical nuestra integridad física con los intereses de la economía: una economía que, al desmoronarse, se vuelve cada vez más brutal y perversa.

Otrora Marx hablaba de la “clase revolucionaria (der revolutionären Klasse)” (Marx, 1959: 470). Con el paso del tiempo, la fatiga de los fracasos sucesivos y los refinamientos conceptuales llevaron a contemplar un vocabulario más límpido: se acuñó el término “sujeto revolucionario” y se lo ha buscado cual Santo Grial de la política.
Pues bien, es posible sostener, con un poco de ironía histórica, que esta vez el SARS-CoV-2 se ha transformado en el primer sujeto revolucionario no humano de la historia global de los Póstumos. Cuando ya ningún ser hablante creía en el ideal de la Revolución, un virus se transformó en sujeto de una revolución instantánea que paralizó todos los resortes de la economía mundial, hizo colapsar las democracias occidentales para transformarlas en estados de excepción, sembró el fantasma de la extinción de la especie y detuvo el funcionamiento de la esfera pública y toda la maquinaria de la producción global de mercancías. Por unas semanas, los cielos de las grandes capitales brillaron con menos contaminación y un aire de alivio recorrió las calles desiertas de las ciudades abandonadas y recuperadas, no debe sorprendernos, por algunas otras especies animales que retornaban a los sitios de donde habían sido exiliadas.
Cuando nadie creía en ella, un virus logró un conato de Revolución nada despreciable. Su especificidad consistió, además, en la disolución social que llevó a los agrupamientos políticos planetarios a una especie de retorno al estado de naturaleza bajo la forma del oikos como prisión (cuarentena). No tanto, entonces, un estado de naturaleza como guerra de todos contra todos sino de todos contra el virus (a los efectos biológicos, un microorganismo contra el cual es necesario producir una vacuna pero, a los efectos políticos, un ente en última instancia imaginario). Casi sin vida, sin conciencia ni voluntad, un virus se transformó en el único sujeto revolucionario posible para una sociedad que no cree más en las revoluciones.

Texto del "Diario sobre la Pandemia" del filósofo Fabián Ludueña

 

Cuando era ya evidente que el COVID había aterrizado en Europa, y cuando las noticias que llegaban de China dejaban pocas dudas del desarrollo exponencial de los contagios y su potencia catastrófica, la burguesía industrial del norte de Italia lanzó una campaña contra el confinamiento con la consigna #YesWeWork. Unas semanas más tarde, un vídeo mostraba el desfile interminable de camiones militares sacando cadáveres de Bérgamo. Ya no cabían más en el cementerio de la ciudad.

#YesWeWork es una buena consigna para describir el absurdo antihumano del capital. No se trata de un mero gesto de cinismo, aunque lo sea. No expresa solo el profundo desprecio que la burguesía tiene por las vidas de quienes explota. Eso ya lo sabíamos. Es una consigna apropiada porque al recuperar el Yes We Can de Obama da voz al delirio de una clase dominante desorientada, consciente de que las costuras del capitalismo están saltando y, sin embargo, incapaz de dar otra respuesta que la huida hacia adelante, caiga quien caiga. #YesWeWork es su particular ejercicio de coaching: si el capitalismo se está desmoronando, hay que poner buena cara y esforzarse más. Todo es una cuestión de actitud.

Pero la actitud de la burguesía, por fuerza, está orientada en el sentido del propio capital. Y el capital tiene un sentido de vía única, consistente en superar sus crisis agravando las condiciones que harán estallar las siguientes. Lo que muestra de fondo la situación sanitaria, económica y social que estamos atravesando es que el capital se encuentra en un callejón sin salida, encerrado en un modo de funcionamiento que está agonizando y que sin embargo no puede abandonar.

Porque en última instancia lo que se está desmoronando es la propia mercancía. El hecho de que las relaciones sociales se organicen en torno al dinero, midiendo la cantidad de trabajo que cada productor ha gastado para poder exigir un equivalente, esa lógica misma, la lógica del valor y del capital, se está rompiendo por dentro. La producción de bienes materiales, la acumulación concentrada de conocimiento humano, la potencia productiva de nuestra sociedad es tal hoy en día que sencillamente esta forma de organizar el trabajo social pierde su sentido.

Expresión de ello son el desempleo estructural, que no deja de crecer, y la ingente cantidad de dinero sin valor, de capital ficticio, de endeudamiento generalizado de la sociedad. En Europa, se calcula que para 2030 se habrán perdido más del 20% de empleos por la automatización, algo que la crisis que ha detonado la pandemia sólo está acelerando. Muchos de los puestos de trabajo que se están perdiendo en esta crisis económica no van a regresar. Ante este hecho, la Unión Europea obliga a que sus ayudas sean destinadas a la digitalización, y lo hace con todo el sentido. Inserta en el corazón de la dinámica capitalista, la automatización de la producción es incuestionable. La única forma de no dejarse arrollar por ella es correr en su misma dirección.

Pero esa dirección es catastrófica. Si no hay trabajo que explotar, tampoco hay ganancias. Solo el crédito permite un poco de aire, y es precisamente lo que lleva dando oxígeno al capitalismo desde los años 70. La propia burguesía reacciona confusamente ante ello. Así, en 1976 al primer ministro francés se le ponían los pelos de punta al ver cómo la deuda pública ascendía al 16% respecto al PIB. Uno de sus sucesores, François Fillon, afirmaba en 1998 que Francia estaba en situación de quiebra con un 68%. Cuando en abril de 2020 ésta apuntaba con llegar al 120%, un diputado de su mismo partido declaraba que la única solución a la quiebra es que Francia se endeude. Y no sólo Francia. Para enfrentar la profunda crisis que está estallando, la Fed, el Banco de Inglaterra y el BCE han dado vía libre al endeudamiento estatal y privado. El mensaje es claro: la única receta económica de este sistema enfermo, tanto de la izquierda como de la derecha, es tirar la pelota hacia adelante.

Esto necesariamente conlleva una pérdida de valor del dinero. Pero la crisis económica es tan profunda que la Fed ha abandonado toda política de control de la inflación y mantendrá el flujo imparable del dinero —aunque qué dinero ya, sino un creativo ejercicio de contabilidad— para evitar los riesgos de deflación.

Pero que el dinero y el trabajo asalariado dejen de tener sentido no implica ni que esta sociedad colapse por sí misma, ni que transitemos gradualmente a otro tipo de sistema. Bien al contrario, la huida hacia adelante del capital se parece a la de aquellos altos mandos de la marina alemana que, en 1918, convencidos de la derrota y deseosos de salvar su honor, mandaron a los marineros de Kiel a un ataque suicida contra la flota inglesa. Yes, we work. En medio de una pandemia que ha alcanzado largamente el millón de muertos —según cifras oficiales—, la máquina del trabajo sigue funcionando. Y es una máquina de matar.

En España, el desconfinamiento se hizo con una campaña publicitaria orquestada en todos los medios de comunicación del país con un solo objetivo: hemos ganado, todo va bien, abran las terrazas, consuman y sobre todo sirvan las copas, que llegan los alemanes. Apenas un mes y medio después del final del confinamiento la curva de contagios volvía a ascender a toda velocidad. Para salvar el turismo, se rechaza cualquier medida de prevención real y en su lugar se dan algunas medidas de maquillaje: mascarilla obligatoria, prohibido fumar en la calle, máximo de reunión a grupos de diez. A partir de septiembre, como en tantos otros sitios del hemisferio norte, la vuelta a clase se hace presencial y en mitad del caos. Los propios políticos, de izquierdas y derechas, lo explican: todos los alumnos se van a contagiar, los profesores por tanto también y —va de suyo— algunos morirán. Pero sin aparcar a los niños en la escuela, los padres y las madres no pueden seguir haciendo funcionar la máquina del trabajo asalariado. Después del personal sanitario y los trabajadores esenciales —para el capital— con el primer confinamiento, los profesores son la siguiente hornada en la venta de carne de cañón.

Esto no va a parar. En primer lugar, porque la aparición del coronavirus era la crónica de una matanza anunciada. Producto característico de la relación del capital con la naturaleza, las condiciones que han hecho emerger esta pandemia sólo pueden empeorar: cuanto más fuerte es la crisis del valor, más salvaje es su consumo de energía y recursos naturales, menos miramientos puede tener la producción con la destrucción de los hábitats naturales, más miseria social se genera, más se debilita el sistema inmune de nuestra especie, más crecen las megalópolis, más forzados se ven los Estados a reducir el gasto sanitario para dedicarlo a la deuda y la represión. Como un cáncer en su fase terminal, el capital se descontrola y alcanza todos los órganos de un cuerpo social enfermo.

En este contexto, no hay que sorprenderse porque el Estado burgués se comporte como un Estado burgués. Reprime: naturalmente. Su función es garantizar que el flujo de mercancías y trabajadores continúe con la mayor normalidad posible. Si eso supone 200 muertos diarios en cada país —el equivalente a un avión lleno de pasajeros que se estrella todos los días—, es un precio que está más que dispuesto a pagar. Si eso supone penalizar el espacio privado en que se tejen lazos de solidaridad y apoyo mutuo, lo hará. Si aumenta las multas, los juicios, si tiene que mandar a la policía para aplastar las protestas contra el hambre, no tiene más que firmar. Para eso los capitalistas le rinden su tributo. La izquierda y la derecha, sus bailes parlamentarios, sus chivos expiatorios, sus malabarismos para que el colapso sanitario no se convierta en un colapso funerario con cadáveres ardiendo en las calles, todo eso no es más que el telón de fondo de una obra de teatro macabra.

No entraremos en una nueva normalidad. Seguirá siendo la misma normalidad del capital, cada vez más catastrófica y salvaje. Pero al igual que la propia crisis, los movimientos de lucha venían de antes y la pandemia sólo puede funcionar como catalizador. A finales de 2018 se inicia con los chalecos amarillos en Francia una oleada de luchas a nivel internacional que se extenderá a lo largo del siguiente año. Se suceden las revueltas de Sudán y Haití. Poco después llega Hong Kong, que paraliza el país durante semanas y pone en riesgo la gobernabilidad de ese bastión de los juegos del hambre donde se disputan de las distintas potencias imperialistas. El otoño de 2019 concentrará potentes enfrentamientos en Líbano, Irak, Ecuador. En Líbano e Irak las protestas hacen caer al primer ministro, en Ecuador obligan a cambiar la sede del gobierno. Si a principios de octubre Sebastián Piñera presumía ante los medios de la estabilidad de Chile en una Latinoamérica convulsionada por los enfrentamientos de clase, apenas unas semanas después, con las calles del país ardiendo, cambiará el tono: «estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable», que su propia esposa describirá como una «invasión alienígena» que les sobrepasa.

Aún cuando un tercio de la población mundial se encuentra confinada, en mayo de 2020 estalla la ira en Estados Unidos por el asesinato de George Floyd. Unos días después la revuelta se ha extendido por todo el país, y no hay confinamiento ni estado de alarma que consiga pararla. Los manifestantes llegan hasta la Casa Blanca y Trump corre a refugiarse en el búnker, como apenas un año antes lo hacía Macron en el punto más álgido del movimiento de los chalecos amarillos. En agosto regresa el Líbano y poco después Bielorrusia, donde una oleada de huelgas fabriles se suma a las mayores movilizaciones desde la caída de la URSS. En los momentos en que esto se escribe, Nigeria está ardiendo.

Nos ha tocado vivir los estertores de un mundo absurdo. Presa de su propia agonía, el capital nos pide que sacrifiquemos nuestras vidas y la de nuestros seres queridos por seguir alimentando una máquina que ni siquiera se sostiene. Desempleo, deuda, incendios, pandemias, depresión: ese es el horizonte de una vida sin sentido, de un sistema social sin sentido por el que nos piden dejar hasta la última gota de sangre. Moral de victoria, lo llaman, y ni la propia burguesía consigue convencerse.

En todo sueño, hay una pugna entre la normalidad y el desconcierto. Llegado un punto, la herida se abre y sólo nos queda una alternativa: mantenernos en él o despertar. Toda crisis es un comienzo. Así, cuando los altos mandos alemanes quisieron enviar a los marinos de Kiel a una muerte segura, acabaron provocando una revolución. En aquel momento la lógica de este mundo se había quebrado.

Barbaria

Comentarios

Lo más visto de la semana pasada

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim

Isaac Asimov: El Culto a la Ignorancia

Vivimos una época violenta, muy violenta; quizás tan violenta como otras épocas, sin embargo, la diferencia radica en que la actual es una violencia estructural y mundial; que hasta la OMS retrata como "epidemia mundial" en muchos de sus variados informes de situación. En ese engendro imperial denominado (grandilocuentemente) como "el gran país del norte", la ignorancia (junto con otras bestialidades, como el supremacismo, el racismo y la xenofobia, etc.) adquiere ribetes escandalosos, y más por la violencia que se ejerce directamente sobre aquellos seres que los "ganadores" han determinado como "inferiores". Aquí, un texto fechado en 1980 donde el genio de la ciencia ficción Isaac Asimov hace una crítica mordaz sobre el culto a la ignorancia, un culto a un Dios ciego y estúpido cual Azathoth, que se ha esparcido por todo el mundo, y aquí tenemos sus consecuencias, las vivimos en nuestra cotidaneidad. Hoy, como ayer, Cthulhu sigue llamando... ah,

Pink Floyd - Doug Sax Remasters (Discografia 67-87) (2007)

Se viene el fin de semana largo y nosotros no apareceremos hasta el lunes, así que siempre tratamos de dejarles varias cosas para que se acuerden de nosotros. Y esta vez es Felicia quien nos trae nada más y nada menos que a Pink Floyd en una de sus muchas, muchísimas remasterizaciones y reediciones, esta vez se trata de su discografía que va de 1967 hasta 1987, laburada por el reconocido ingeniero de sonido Doug Sax, que según dicen los entendidos es quien mejor ha podido plasmar el sonido Floyd, o al menos uno de los que mejores resultados ha tenido. Y con esto cerramos otra semana a pura música, sorpresas y ganas de romper las pelotas, otra semana típica en el blog cabeza. Artista: Pink Floyd Álbum: Doug Sax Remasters Año: 1967 - 1987 Género: Rock Psicodélico / Rock progresivo Referencia: Pink Floyd Ilustrado Nacionalidad: Inglaterra Pink Floyd supone todo un jardín de ediciones para perderse. He escuchado muchas diferentes, aunque no sé si todas porque hay una b

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos

Alejandro Matos - Carnaval De Las Víctimas (2024)

Tras el impresionante "La Potestad" en el 2015, y casi diez años después llega el nuevo y  magnífico álbum del multiinstrumentista Alejandro Matos "Carnaval De Las Victimas", otro trabajo de primer nivel que para constatarlo se puede ver simplemente el lugar que ocupa en Progarchives, dentro de los mejores discos del este año 2024 a nivel mundial, y con eso ya nos damos una idea de la valía de este nuestro trabajo, donde Alejandro Matos se ocupa de todos los instrumentos salvo la batería, conformando un trabajo oscuro, cinematográfico, elegante y ambicioso, y toda una reflexión sobre los tiempos que corren, en base a buenos riffs y melodías cautivadoras, hasta su bucólica y triste belleza. Un trabajo que llevó tres largos años, que cursa su travesía desde un medio tiempo en casi toda su extensión y se escucha como un oscuro regalo de los dioses... o de los demonios, uno vaya a saber, pero que definitivamente tenemos que recomendar al selecto público cabezón. Ide

Bill Bruford - The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years (2024)

Empezamos la semana con la nueva versión del "Red" de King Crimson, seguimos luego con Bill Bruford´s Earthworks y parece que seguimos en la misma onda porque ahora presentamos, gracias al Mago Alberto, algo recién salido del horno: "The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years", que no otra cosa que una retrospectiva completa que cubre amplias franjas del trabajo del legendario baterista, desde su homónima banda de jazz-rock hasta la encarnación final de su célebre banda de jazz Earthworks, un conjunto de tres discos que está lleno de numerosas colaboraciones; su compañero de Yes Patrick Moraz, el pianista holandés Michiel Borstlap, Luis Conte, Chad Wackerman y Ralph Towner, entre otros. Artista: Bill Bruford Álbum: The Best of Bill Bruford The Winterfold & Summerfold Years Año: 2024 Género: Jazz Rock /  Fusion Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea. Nacionalidad: Inglaterra Ante

Con la IDEA fija en cagarnos la vida

Javier Milei fue aplaudido por gerentes y empresarios de los grupos económicos reunidos en el Coloquio de IDEA. Aplaudían que la economía argentina está siendo devastada para ponerla al servicio de su propia rentabilidad. Aplaudían radicalidad ideológica y salvajismo político. Aplaudían una democracia raquítica. Y también el estado de salud de un peronismo que discute el tamaño del ombligo de sus dirigentes. Justo un 17 de octubre, cuando tendría que estar pensando en cómo combatir al capital. Por Fernando Gómez Los aviones privados se agolpaban en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Mar del Plata. Trasladaban a los empresarios que se reunieron en la 60ª edición del “Coloquio de IDEA” con un interrogante que denota la ofensiva desatada por los sectores más radicalizados ideológicamente de las clases dominantes en la Argentina: “Si no es ahora, cuándo”. El Coloquio de IDEA es un espacio de lobby y presión política de los principales grupos económicos que operan en la

Charly García - La Lógica del Escorpión (2024)

Y ya que nos estamos yendo a la mierda, nos vamos a la mierda bien y presentamos lo último de Charly, en otro gran aporte de LightbulbSun. Y no será el mejor disco de Charly, ya no tiene la misma chispa de siempre, su lírica no es la misma, pero es un disco de un sobreviviente, y ese sobreviviente es nada más y nada menos que Charly. No daré mucha vuelta a esto, otra entrada cortita y al pie, como para adentrarse a lo último de un genio que marcó una etapa. Esto es lo que queda... lanzado hoy mismo, se suma a las sorpresas de Tony Levin y del Tío Franky, porque a ellos se les suma ahora el abuelo jodón de Charly, quien lanza esto en compañía de David Lebón, Pedro Aznar, Fito Páez, Fernando Kabusacki, Fernando Samalea y muchos otros, entre ellos nuestro querido Spinetta que presenta su aporte desde el más allá. Artista: Charly García Álbum: La Lógica del Escorpión Año: 2024 Género: Rock Referencia: Rollingstone Nacionalidad: Argentina Como comentario, solamente dejar

King Crimson - Red (Elemental Mixes) (1974 - 2024)

Y para empezar la semana siempre vamos con algo bueno ¿Y qué decir de esto que ahora nos trae El Mago Alberto?, tenemos uno de los disco claves del Rey Carmesí con temas inéditos, y me copio de uno de los comentarios de esta entrada: "El último gran álbum de los mejores King Crimson, los de la década de los ’70, veía la luz en aquel Noviembre de 1974. "Red" nacía proyectando su propia sombra densa, vestida de elementos de su sinfónico pasado, de un oscuro y rauco jazz y del naciente heavy metal, marcado este último por las distorsionadas guitarras y sus pétreos riffs, que dieron una visión un tanto peculiar de aquel primogénito del Hard Rock desde el especial prisma de Robert Fripp. (...) Este álbum sin duda marcó un antes y un después en la carrera de la banda, pues tras 7 años de silencio después de "Red", la banda volvió entrados los ’80 con otra onda completamente distinta, otra visión y concepción de su sonido, sonando también interesantes y originales, pe

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.