El amigo cabezón Miguel Angel nos comparte este clásico de Bowie. Con "Heroes" David Bowie dejó atrás su período glam y su autodenominada fase de plastic soul para profundizar y experimentar en los sonidos electrónicos junto a su amigo Brian Eno, excomponente de Roxy Music, que junto a Tony Visconti y Robert Fripp hace del disco un lujo de luminarias musicales. La mejor ciudad para inspirarse en este tipo de universos sónicos sin duda era Berlín, capital alemana y patria de los Kraftwerk, en donde grabó la denominada "Trilogía de Berlín" comenzada con "Low" y finalizada con "Lodger". En medio se encuentra "Heroes" que ahora viene a parar al blog cabezón, como corresponde.
Artista: David Bowie
Álbum: Heroes
Año: 1977
Género: Art-Rock / Rock Alternativo
Nacionalidad: Inglaterra
El recorrido de este álbum está plagado de sintetizadores interpretados por Eno cuyo sonido encantará a los aficionados a este tipo de instrumentos pero puede dejar indiferente al amante del Bowie de alguna otra de sus etapas. La aportación principal de Brian Eno se encuentra en la segunda mitad del álbum co-escrita en buena parte entre Bowie y el ex Roxy Music (al igual que "Heroes"). Buen trabajo en todo el álbum de Robert Fripp, quien eleva en ciertos pasajes el nivel general los que de otra manera serían temas flojos.
Este es un disco dividido en seis canciones y cuatro piezas instrumentales que claramente definen la aportación de cada artista en el LP. El álbum se inicia con dos canciones tecno-pop tituladas "Beauty And The Beast" y "Joe The Lion", temas de ritmos bailables y letras un tanto absurdas en composiciones musicales bastante mediocres e iterativas destacadas por el tratamiento en las texturas sónicas. El tercer tema es el que da nombre al disco, romántica balada convertida en clásico dentro del extenso repertorio del camaleón con tempo hipnótico y una intensa emocionalidad.
Otras piezas de este disco son "Sons Of The Silent Age", un disfrutable pero tema menor con logradas armonías de Bowie, Tony Visconti, Brian Eno y Antonia Maas, y "Blackout", una canción con un buen tratamiento a la guitarras de Robert Fripp y Carlos Alomar. Crean un tributo a Florian Schneider (miembro de Kraftwerk) con "V-2 Schneider" y desarrollan valiosos pasajes ambientales a lo largo de estimables piezas atmosféricas de corte futurista y apocalíptico como "Sense Of Doubts" o "Moss Gardens". La última canción del disco es "The Secret Life Of Arabia", elegante aunque poco destacada melodía pop con trazos funk y coros de Antonia Maas.
Lista de Temas:
1. Beauty and the Beast
2. Joe the Lion
3. Heroes
4. Sons of the Silent Age
5. Blackout
6. V-2 Schneider
7. Sense of Doubt
8. Moss Garden
9. Neukoln
10. The Secret Life of Arabia
Alineación:
- David Bowie / voz, teclados, guitarra, saxofón, koto, coros.
- Carlos Alomar / guitarra rítmica
- Dennis Davis / percusión
- George Murray / bajo
- Brian Eno / sintetizador, teclados, tratamientos de guitarra.
- Robert Fripp / guitarra principal
- Tony Visconti / coros
- Antonia Maass / coros
Artista: David Bowie
Álbum: Heroes
Año: 1977
Género: Art-Rock / Rock Alternativo
Nacionalidad: Inglaterra
El recorrido de este álbum está plagado de sintetizadores interpretados por Eno cuyo sonido encantará a los aficionados a este tipo de instrumentos pero puede dejar indiferente al amante del Bowie de alguna otra de sus etapas. La aportación principal de Brian Eno se encuentra en la segunda mitad del álbum co-escrita en buena parte entre Bowie y el ex Roxy Music (al igual que "Heroes"). Buen trabajo en todo el álbum de Robert Fripp, quien eleva en ciertos pasajes el nivel general los que de otra manera serían temas flojos.
Hay discos cuyas atmósferas remiten al tiempo y espacio donde fueron concebidos.
En ese sentido, no es novedad si decimos que "Heroes" respira el clima enrarecido y apocalíptico de Berlín en años de la Guerra Fría. Un disco que en cada compás y en cada silencio recoge los ecos todavía presentes de la Segunda Guerra Mundial: una sonoridad repleta de nubes negras y grises de misiles aéreos, Stukas alemanes y bombardeos aliados.
Por último, otra presencia "germánica" destaca en "Heroes": la del Krautrock de NEU! y Kraftwerk, dos fuentes claras de inspiración para el Bowie modelo ´77.
Tampoco es novedad decir que 1977 fue un año especialmente productivo para ese séquito Arty que se armó en Berlín en torno a la dupla Brian Eno- David Bowie, con Iggy Pop como acólito de lujo. En aquel 77- no está demás recordarlo- se grabaron "Low", "Before and after science" y el par "The Idiot"/ "Lust for life".
Cuenta la historia que luego de dos años viviendo en Los Angeles, Bowie sintió la necesidad de una desintoxicación (en todo sentido) y se trasladó a Berlín, donde se alojó en un departamento antiguamente ocupado por un comedor nazi, con vista al Muro de Berlín. Relativamente ajenos al estallido punk, Eno y Bowie parecieron correrse concientemente del epicentro musical dominado por Inglaterra y New York en busca de otro ambiente, otra inspiración -en este caso- de corte europeo.
En definitiva, nos seguiremos preguntando qué pasó en Berlin aquel año.
Pero volviendo a "Heroes", habría que notar que el lp conserva el mismo esquema de "decrecimiento de la energía" en la segunda mitad, al igual que "Low". Aunque el clima general aquí es otro, más rockero, si se quiere, más suelto y menos frío- maquinal.
Esa soltura parece avanzar- sin embargo- de la mano de una experimentación bastante radical. Transmite la sensación de que Bowie y Eno estaban refundando (en ese preciso momento) las leyes de la música rock: su forma de ejecutarla, grabarla y presentarla como un objeto artístico. Una amalgama única de libertad y experimento.
Esa soltura se palpa desde el comienzo. En "Beauty and the beast" y "Joe the lion" (grabadas en brevísimo tiempo) Bowie registró las voces en menos de una hora y compuso las letras poco más que sobre la marcha. La música es de grandes trazos, sin llegar a los detalles.
Una mayor estructuración requirió "Heroes", el tema. Una balada de amor de dimensiones épicas con el Muro de Berlín (cercano a Hansa by the Wall, el estudio donde se grabó el álbum) como telón de fondo. Hay varios elementos magistrales a lo largo de esos seis minutos: la mayor clave está en esas guitarras atmosféricas de Fripp (que viajó directamente de EU para grabar todas sus partes en un día) y el manejo del crescendo dramático del tema. Los coros, por supuesto, de Eno y Bowie, en la segunda mitad. Una pieza de art rock notable por donde se la mire, que tomó su título como homenaje al tema "Hero" (1975) de NEU!.
El clima se enrarece con "Sons of silent age", la única canción que Bowie tenía compuesta antes de las sesiones y que primero funcionó como como título para el álbum. Entre interpretaciones diversas, algún crítico sugirió que la línea "platforms, blank looks, no books" alude al régimen Nazi.
Al igual de lo que ocurría en "Low", el lado 2 de Heroes se pasea por piezas ambientales (o "bélico- ambientales", podríamos decir) que descomprimen el álbum y lo llevan a otro territorio, más paisajístico y contemplativo, aunque igual de tenso. Aquí tenemos la seguidilla "V-2 Schneider" (referida a los cohetes alemanes de la Segunda Guerra y homenaje a Florian Schneider, de Kraftwerk); "Sense of doubt", "Moss garden" y "Neuköln". Si hay algún tramo del disco donde se evidencia la presencia de Eno, es aquí.
Pero a diferencia de "Low" (cuya segunda mitad nunca volvía de las profundidades) "Heroes" termina otra vez arriba con la colosal "The secret life of Arabia", compuesta por Bowie, Eno y el guitarrista Carlos Alomar. El fade out final del tema, con palmas y ese groove funk le dan un cierre ambiguo y magistral a un disco notable.
Este es un disco dividido en seis canciones y cuatro piezas instrumentales que claramente definen la aportación de cada artista en el LP. El álbum se inicia con dos canciones tecno-pop tituladas "Beauty And The Beast" y "Joe The Lion", temas de ritmos bailables y letras un tanto absurdas en composiciones musicales bastante mediocres e iterativas destacadas por el tratamiento en las texturas sónicas. El tercer tema es el que da nombre al disco, romántica balada convertida en clásico dentro del extenso repertorio del camaleón con tempo hipnótico y una intensa emocionalidad.
Otras piezas de este disco son "Sons Of The Silent Age", un disfrutable pero tema menor con logradas armonías de Bowie, Tony Visconti, Brian Eno y Antonia Maas, y "Blackout", una canción con un buen tratamiento a la guitarras de Robert Fripp y Carlos Alomar. Crean un tributo a Florian Schneider (miembro de Kraftwerk) con "V-2 Schneider" y desarrollan valiosos pasajes ambientales a lo largo de estimables piezas atmosféricas de corte futurista y apocalíptico como "Sense Of Doubts" o "Moss Gardens". La última canción del disco es "The Secret Life Of Arabia", elegante aunque poco destacada melodía pop con trazos funk y coros de Antonia Maas.
En 1975 Bowie ya se había establecido como una presencia mundial. Ziggy Stardust ya había muerto y se había adentrado en la actuación con el sustancial film “The Man Who Fell To Earth” lanzado en 1976. Habiendo renacido con “The Thin White Duke”, Bowie se integra en su era post Ziggy con una prolongada adicción a la cocaína atravesando al mismo tiempo experimentaciones con el soul y el R&B con “Young Americans” y la fría representación adictiva “Station to Station”. La fase narcótica culmina con la escapada a Berlín, viaje que se propone como el punto inflexivo en su carrera desplegando la llamada “Trilogía de Berlín” en tres momentos de electricidad hasta espiritual: “Low” (1977), ” ‘Heroes‘ ” (1977) y “Lodger” (1979).Isidora González
Un 14 de Octubre de 1977, exactamente hace 40 años ”Heroes” aparece como segunda parte de este asentamiento desintoxicante en la ciudad de Berlín y el duodécimo LP de David Bowie. Desde LA a Alemania Bowie e Iggy Pop se retiran de sus adicciones en una ciudad que los lleva al anonimato absoluto, al mismo tiempo que aquel país atravesaba su división geográfica y el krautrock se tejía como resistencia.
El ex Roxy Music Brian Eno como multi-instrumentalista junto a Tony Visconti como percusionista y productor, se unen para realizar un trío de exploración sónica en una valiente declaración de principios, en dónde logran fortalecer el vínculo de Bowie con las crecientes escenas que se desarrollaban en Alemania formando el llamado subgénero alemán por excelencia: el krautrock. Aquel movimiento algo disperso en el que ven inmersos les sirve de modelo para la experimentación artística capturando la calidez y fuerza que caracteriza a las bandas caracterizadas en el subgénero. Destacan referencias directas de Neu!, Kraftwerk, Can, y el solitario de Brian Eno “Discreet Music”.
La trilogía rescata distintos elementos atribuidos al conjunto de músicos alemanes a los cuales podemos englobar de minimalistas. La repetición, la atmósfera atrapante arman aquel sonido progresivo basado en sintetizadores y elementos de música oriental y africana, juntado también al avant garde y el jazz para crear aquel krautrock, término que se ocupa simplemente para el space rock alemán.
“Low” como primer acercamiento se componía de dos partes, la primera englobaba una más familiar y pop, y la segunda una de exploración sónica instrumental que devenía de un “Station to Station”. Esta segunda parte que hoy nos convoca llamada ”Heroes” lanzada a través de RCA Records, fue el único de estos tres acontecimientos grabado en su totalidad en Alemania en el Hansa Studios by the Wall, el cual se ubicaba a 460 metros del Muro de Berlín. El título de este álbum se inserta como una referencia directa al krautrock alemán, aludiendo al track “Hero” del “Neu! 75” de los maestros Neu!.
”Heroes” se compone de 10 temas en los cuales la colaboración es clave. Los créditos de esta trilogía se atribuyen a: Bowie en voces, teclados, guitarra, saxo, koto y pandero; Brian Eno con sintetizadores, teclado y guitarra; Tony Visconti en percusiones y voces secundarias aparte de la producción en conjunto con Bowie; Robert Fripp en guitarra principal; Carlos Alomar en guitarra; Dennis Davis en percusión; George Murray en bajo y Antonia Mass en voces secundarias. La combinación Eno/Bowie tanto en composición como en personalidades era una creación unida por las producciones alemanas tanto como el sentido de libertad que podían adquirir con todo aquel contexto controversial y exquisito cultural y musicalmente.
Este acontecimiento de liberación abre los 40 minutos con “Beauty and the Beast” comienza como enérgico y accesible con traviesos sintetizadores a lo lejos, creando un cierto vínculo con el “Young Americans”. Contagioso en esencia un track que sumerge al receptor en la efervescencia de sus líneas, relevando a un Bowie rehabilitado desde su núcleo. Aquella efervescencia da paso a “Joe the Lion”, una canción igualmente upbeat con letras particularmente ambiguas.
Esta primera parte de 5 temas –en edición vinilo- continua con quizás el mayor himno de David Bowie: ”Heroes“. Con seis minutos de duración, tal tema podría prolongarse una eternidad con su dulzura y comodidad, aunque las referencias al contexto son inevitables y directas. ”Heroes” alcanza la esperanza y alcanza la eternidad en sus gritos de resistencia, Bowie nos sumerge con una voz terrenal y penetrante, que nos hace sentir vivos y nos otorga un propósito.
“I, I can remember
Standing, by the wall
And the guns, shot above our heads
And we kissed, as though nothing could fall
And the shame, was on the other side
Oh, we can beat them, forever and ever
Then we could be heroes, just for one day”
Ya hacia el quinto tema nos encontramos con un gran destello “Blackout“, con un coro sobre dramático y que evoca un pánico certero de tal bello caos del que nos vemos bañados. Ya en la segunda parte de ” ‘Heroes’ ” el cambio es hacia la intensidad instrumental exploratoria. “V-2 Schneider” como referencia al “Florian Schneider” de Kraftwerk, se acerca al jazz upbeat con sus sutilezas y pasajes unidos desde el saxo y las voces esporádicas. Aquel veloz cambio se ve drásticamente contrastado con su sucesor “Sense of Doubt“, sound escape inadvertido y atmosférico, capaz de detener aquel electrizante recorrido y volcándolo hacia un cierto reflejo doomy.
“Moss Garden” entonces devuelve la calidez con una aparición dulce, Bowie dirige el pasaje con su despliegue en el koto complementando Eno por parte con la sintetización casi zen del track, interludio que podría inducirnos una parálisis sentimental. Continuado por “Neukoln” lo alien se inserta como jugada clave, un saxo perturbante con teclas comprimidas en una atmósfera feroz, este segmento instrumental entra para contrarrestar la esperanza con una acidez genuina y certera.
”Heroes” se arma como un reflejo del zeitgeist de la Guerra Fría y la división de la ciudad de Berlín. Así como el muro separa en dos, este álbum nos entrega dos salidas, dos partes, dos bloques de Bowie. La primera parte agita en su calidad esperanzadora con gritos cálidos y estremecedores, la segunda parte entonces se adentra en el escape instrumental, la contraparte densa en sus capas de oscuridad.
La electricidad en la que nos vemos inmersos revienta a esta segunda aparición de la trilogía para destellar aquellas mezclas culturales, un álbum enérgico y accesible y que logra precisamente equilibrar las otras dos partes de esta triada, la accesibilidad del “Lodger” del 79 y la escapada sónica del “Low“. La trilogía es el ADN de David Bowie, un art-rock trifecta, tres manifiestos extremadamente audaces, una aparición terrenal desde un artista que logra cuestionar la identidad, su propia identidad, su propio ADN, sumergiéndonos en una seguridad y un himno central eterno y visceral en sus 10 temas: ”Heroes“
Heroes no solo es el segundo disco de la trilogía conocida como “Berlin”, sino también uno de los más espectaculares de toda la discografía de David Bowie. Podría ser tomado como el momento más prospero de su unión con Brian Eno y de su incursión hacia los anales más profundos del rock experimental alemán.Persy
Si uno busca las razones de porque llegó a ser tan exitoso, en primer lugar se puede decir que no es un disco que se diferencia en su esencia mucho de Low. Nuevamente Bowie y Eno improvisan dentro del Krautrock, con sonidos de ambiente y arreglos que pueden resultar extravagantes pero con melodías y atmósferas aún más pulidas que en sus trabajos previos. Mucho tuvo que ver en el alto nivel del disco la colaboración del guitarrista Robert Fripp, que se incorporó muy bien en la idea de Bowie.
Y en cuanto a sus canciones (que llevan un concepto sobre la Guerra Fría), el disco esta dividido en dos partes. La primera con las mejores composiciones de David, que incluye temas tan bizarros como entre tenidos como “Beauty and the Beast”, “Joe the Lion” y “Blackout”. Y por supuesto el homónimo “Heroes”, uno de los himnos más conocidos y conmovedores de Bowie, sobre una historia de amor entre dos personas que se conocen en el muro de Berlín.
La segunda parte no decae aunque es menos impresionante. Son canciones instrumentales interesantes que son más del sello de Eno. Desde la flashera “V-2 Schneider” se diversifica con cortes como “Sense of Doubt” y “Neukoln”, que son oscuros y turbios en base a sus sinterizadotes, y “Moss Garden” que es más relajante (perfecta para hacer meditaciones). Y sobre el final esta la divertida “The Secret Life of Arabia” con la reaparición de Bowie en vocales.
Grandes canciones, gran álbum, uno de los más distinguidos del Duque Blanco, aunque en mi opinión no tan superlativo como lo fue Ziggy Stardust. Pero qué importa, les recomiendo a todos este discazo que no los va a defraudar.
Puntaje del Disco: 9,5
En Berlín, en el verano del 77, las mentes de David Bowie, Brian Eno y Tony Visconti actuaron como un crisol para una heterogeneidad de influencias musicales que los seducían tanto a su alrededor, como desde el pasado, y los hacían ver hacia el futuro. La segunda entrega de la ahora conocida como “Trilogía de Berlín” es el único álbum grabado exclusivamente en territorio alemán —Low es mayormente francés y Lodger suizo y neoyorquino—, pero se bate en duelo con su sucesor en cuanto a sus niveles de amplitud experimental y complejidad técnica. A pesar de ser una pieza revolucionaria en cuanto a producción y llevar la antorcha electrónica de Low hacia el siguiente nivel, “Heroes” no se contenta en ser una integración de krautrock y pop sino que su collage pasa por África, Japon y Europa como si fuera cualquier cosa; además, no fue sino hasta Blackstar en 2016 cuando fue destronado como el álbum de David Bowie en tener más contacto con el free jazz.Brandon Zamudio
Cuando Bowie se mudó a Berlín al lado de Iggy Pop, la intención era escapar de la eterna persecución de la celebridad en América —donde había nacido el engendro atormentado de sus deslices hedonistas, Station to Station— y por supuesto, desintoxicarse. Mientras su consumo de cocaína disminuía, su acervo cultural aumentaba: tras visitar numerosas galerías de arte, él mismo comenzó a retomar la pintura al óleo, y el resultado fueron obras posmodernas y expresionistas que a la fecha apenas están recibiendo difusión en algunos sectores de la red (Bowie mantendría esta práctica el resto de su vida). Pero quizá la revelación más importante, y la que teñiría a “Heroes” de todo su aire mítico, sería la conciencia que el músico adquirió sobre la situación social y política de Berlín, una ciudad dividida.
Desde los estudios Hansa del distrito Kreuzberg —lugar conocido popularmente como “Hansa by the Wall”—, el muro de Berlín era perfectamente visible para David y su equipo. Del otro lado estaba Berlín oriental, la Berlín soviética, y la división física estaba vigilada por torres llenas de guardias llamados vopos (Volkspolizei). Si en Low la pared lloraba (“Weeping Wall”), en “Heroes” toda Berlín, oriental y occidental, llora en instrumentales como “Sense of Doubt” —con una sucesión de notas igual de simple pero más depresiva y menos meditabunda que en la pasada “Warszawa”— o “Neuköln”, una pesadilla con tintes de expresionismo alemán donde Bowie toma su primer instrumento, el saxofón, y cierra el segmento instrumental de su obra emitiendo una serie de estertores con el instrumento que dejan la espina congelada.
Pero antes de adentrarnos más al lado más manifestante de “Heroes”, vayamos al principio. Lo poco que Bowie tenía de ortodoxo en cuanto al rock es instantáneamente obliterado por “Beauty and the Beast” que en sus primeros segundos crea expectativa hacia un funk al estilo de “Young Americans” que termina llegando atonal y visto (¿escuchado?) a través del cristal de los sintetizadores de Brian Eno. La letra, en tradición bowiesca, parece ser producto de un flujo de pensamiento surrealista, pero atisbos de significado literal se dejan ver: es un retrato de las sensaciones de autor al dejar atrás su adicción y haberla sobrevivido (thank God heaven left us standing on our feet), y de las nuevas que llegaron al conocer su nuevo entorno, que tienen un tratamiento más político. Los coros de darling se transforman en liebling, versos que hablan sobre protesta en el viento. “Beauty and the Beast” no solo habla de la dicotomía de la cocaína, a la vez bella y bestia (you can’t say no to the beauty and the beast) sino de una política: las dos Berlines, e incluso el comunismo y la democracia (según James E. Perone).
Bowie era un compositor autodidacta. Ello llevaba a que sus primeras canciones exhibieran un número impresionante de cambios de clave y acordes muy radicales, que después aprendió a controlar y usar para bello efecto en temas como “Life on Mars?”. Aquí su enfoque a la creación de canciones cambia por dejarse llevar por un ritmo e improvisar por encima de él, manteniendo su tendencia hacia las modulaciones improbables: el puente de “Beauty and the Beast” (ese en el que Bowie explica de manera lastimera su estadía en Berlín: I wanted to believe me, I wanted to be good…) va de un A7 a un C7, y es tenso a más no poder, una grosería del songwriting pop pero un detalle expresivo maravilloso para el art rock. Como si algo faltara para corroer aún más la usanza, entra en escena Robert Fripp, virtuoso guitarrista de la banda de rock progresivo King Crimson, con jet lag tras viajar a Alemania y poco tiempo, para colaborar en guitarra después de tres años de no tocar. La pista usada en “Beauty and the Beast” es su primer toma, con todo y errores.
Es en el modus operandi de Bowie, Visconti y Eno donde entra el espíritu improvisado de “Heroes”. Bowie y Eno gustaban de jugar en el estudio Oblique Strategies (“estrategias oblicuas”), un juego de cartas diseñado por el segundo para ayudarle a los artistas en sus procesos creativos, evitar bloqueos, y encontrar maneras de llegar a un resultado más interesante. Las indicaciones de las cartas van por la onda de “usa una idea vieja” (“Joe the Lion” posee la línea de bajo de “Changes”), representa el problema con el mínimo uso de palabras (“Heroes”), “si hay secciones, considera transiciones” (“Sons of the Silent Age”), y “trabaja a una diferente velocidad” (“Blackout”), entre otras. Estas son meras especulaciones mías, pero tienen una base en la realidad. Lo que “Heroes” te entrega son veinte minutos del rock más profuso y convulso en la existencia, potenciales hits como “Joe the Lion” abiertos por la guitarra de Fripp, y un extático Dennis Davies dirigiendo la canción “Blackout” con una polirritmia en batería mientras Bowie improvisa al momento letras, diferentes fraseos y melodías vocales; el efecto es visceral e impresionante, y un conjunto tan cohesivo que suele ocultar su excentricidad en las primeras escuchas.
Y digo que son tan solo veinte minutos, porque la segunda mitad del disco está poblada por números instrumentales, frescos sonoros pesadillescos que se toman un descanso trotamundos con “Moss Garden”, donde Bowie, al igual que con el saxofón en “Neuköln”, emplea su limitada capacidad con el koto (un instrumento de cuerdas japonés parecido a un arpa cruzada con una guitarra) para darte un recorrido por los campos de musgo del templo budista Saihō-ji, en Japón; casi puedes escuchar la vegetación crecer. “Heroes” está lleno, al tope, de este tipo de influencias y referencias, que en una obra donde estuvieran menos integradas serían más que suficientes para hastiar: “Joe the Lion” hace un guiño al artista del performance Chris Burden (nail me to my car and I’ll tell you who you are), “Sons of the Silent Age” mezcla clichés de canciones de amor con todo el rollo del Übermensch de Nietzsche de sus primeros discos, “V-2 Schneider” referencia tanto a Florian Schneider de Kraftwerk (quienes mencionaron a Bowie y a Iggy en la letra de “Trans Europe Express”) como al misil nazi del mismo nombre, y la neurosis y descontrol de “Blackout” la convierten ya no en post-rock —como llaman los contemporáneos a Low— sino en post-punk. En esta miscelánea cultural entran incluso pinturas, como el Roquairol de Erich Heckel (inspiración de la foto de la portada, tomada por Masayoshi Sukita) y Liebespaar Zwischen Gartenmauern (“amantes entre muros”) de Otto Müller, que, junto con el amorío al pie del muro de Tony Visconti y la corista del disco, Antonia Maaß, fueron las imágenes que engendraron el épico title track, “”Heroes””, la segunda canción más covereada de Bowie, solo detrás de “Rebel Rebel”.
“”Heroes”” nació como un instrumental de Brian Eno que terminó cruzándose con un pastiche de “I’m Waiting for the Man” —una canción de The Velvet Underground” con la que Bowie había estado obsesionado por años— y simple y sencillo humanismo. Más que una historia sobre un amigo besándose con tu corista, Bowie escribió sobre las sensación que le transmitió la visión: ¿realmente puede el amor —en un sentido amplio, tanto romántico como global— triunfar a pesar de estar rodeado de muros, torres, armas, violencia y divisiones, polarizaciones? ¿podemos ser héroes, aunque sea por un día? “”Heroes””, con su batería subyugada en la producción, con tres tomas sobrepuestas de un riff de Robert Fripp tomando protagonismo, crece hasta estallar. Las declaraciones del protagonista pasan de ser cantadas en un tono laxo y conversacional a un grito desgarrador, una esperanza combativa. Para asegurar el efecto, el sistema de gating de Visconti no grabaría nada a menos que Bowie cantara lo suficientemente fuerte y a la distancia adecuada…
“”Heroes””, con el tiempo, después de tantas versiones por variedad de actos tanto mainstream como underground (incluso como parte de la música de Godzilla del 98), ha perdido gran parte de su oscuridad y ganado un tono hímnico; incluso el mismo Bowie en sus conciertos terminó abrazando por completo ese lado de la canción. Esto no la reduce sino que la fortalece: esta es una creación que ha trascendido a su creador, un auténtico himno y manifiesto de la cultura del siglo XX que seguirá vigente mientras haya humanidad, así se emplee en comerciales, películas, series y todo lo que quieras, actuando en diferentes contextos. Como el autor David Buckley sugiere: “es quizá el manifiesto definitivo del pop sobre el potencial triunfo del espíritu humano sobre la adversidad”. Aunque seamos nada, y nada nos ayude, y nos estemos mintiendo, y el mismo título de la canción tenga comillas deliberadas…
“Heroes” termina, después de expresar la ansiedad de los inmigrantes en Berlín durante la Guerra Fría con “Neuköln”, con lo que se puede interpretar como un pequeño teaser del enfoque pluricultural y completamente trotamundos del siguiente álbum, Lodger: “The Secret Life of Arabia”, un divertido número que suena exactamente como su nombre, donde Bowie hace gala de sus improbables bajos y falsetes a segundos ridículamente cercanos de distancia. Sirve para aligerar el tono después de la pesadilla, pero después de todo, el mensaje de “Heroes” es, por sobre todo, positivo. Donde Ziggy Stardust era humanista de manera —más que nada— relativa a cuestiones de inclusión social y aceptación personal, “Heroes” lo es en un panorama más global. El 6 de junio de 1987, Bowie se presentó en Berlín Oeste y dio un concierto a la sombra del muro, lo suficientemente cerca para que miles de fanáticos y gente de a pie se conglomeraran del lado oriental. Aplausos y cánticos dieron pie a protestas y gritos de Mauer veg! (“¡abajo el muro!”) y, en consecuencia, muchos arrestos y actos de represión sucedieron. La vergüenza quizá este del otro lado o del nuestro, pero si algo nos dejan de lección las consecuencias humanitarias de la creación de un álbum o el dar un concierto, es que sí, podemos ser héroes, aunque sea por un día.
Sabíamos que algunos berlineses orientales podían tener la oportunidad de escucharlo, pero no éramos conscientes de cuántos. Se habían acercado miles al otro lado del muro. Era como un concierto doble con el muro marcando la división. Los escuchábamos aplaudiendo y cantando desde el otro lado. ¡Dios! Aún hoy se me hace un nudo en la garganta. Se me estaba rompiendo el corazón. Nunca había hecho algo así en mi vida y creo que nunca lo haré. Cuando tocamos “”Heroes””, realmente lo sintieron como un himno, casi como una plegaria.David Bowie
LA HISTORIA DE “HEROES” DE DAVID BOWIE , EN SU 40 ANIVERSARIOJulian Ruiz
El sábado 24 de septiembre de 1977, David Bowie lanzó como single la primera canción de su próximo álbum, “Heroes”, con un single, respaldado por “V-2 Schneider” ,un homenaje al gran Florian de Kratwerk como cara B. El sensacional tema tiene una rica historia y un lugar destacado en la cultura popular, merecidamente.
Originalmente, David Bowie contó que “Heroes” estaba inspirado en un par de jóvenes amantes que solía ver desde la ventana del estudio de Hansa, extremadamente cerca del Muro de Berlín:
Y cuenta:
“Pensé que todos los lugares para reunirse en Berlín, ¿por qué no elegir un banco de amor, debajo una torreta de guardia de los “vopos” de la Alemania oriental en el Muro? .Pensé que se sentían un poco culpables por elegir el Muro y así se habían impuesto esta restricción sobre sí mismos, dando así una excusa para su acto heroico. Utilicé esa posición como base.
El co-productor Tony Visconti reveló años más tarde que Bowie estaba simplemente describiendo sus citas con su amante, la cantante Antonia Maaß.
Tony recuerda:
“Fuimos nosotros. Coco, la secretaria de David, estaba sentada en la sala de control con David, y ambos dijeron: ‘Los vimos paseando por el Muro”. De ahí fue donde David sacó la idea. Porque yo estaba casado en ese momento, ya sabeis, con el descubrimiento de Paul Mc Cartney, Mary Hopkins. David me protegió durante todos estos años al no decir que me vio con Antonia y besarnos cerca del Muro de Berlín”
Sólo en el año 2003 Bowie confirmó la verdad:
“Siempre dije que era un par de amantes rondando por el Muro y que fue lo que impulsó la idea de” Héroes “. En realidad, fueron Tony Visconti y su novia. Tony estaba casado en ese momento, así que no podía hablar de eso. Pero ahora puedo decir que los amantes eran Tony y una chica alemana que había conocido mientras estábamos en Berlín. Creo que posiblemente su matrimonio acabó en los siguientes meses. Y fue muy conmovedor porque pude ver que Tony estaba muy enamorado de esta chica, . Esa romántica relación la que motivó la canción“.
Pero no se puede olvidar ni muchos, la creación de Brian Eno, con la estructura de la canción, el dibujo de guitarra de Robert Fripp y las otras guitarras de Andrew Bellew. Todo maravilloso.
Antonia Maaß también ayudó a David con la pronunciación de la versión alemana de “Heroes”, es decir, Helden.
Sigue siendo una de las canciones más versionadas de Bowie, con una ´ultima recién estrenada por Depeche Mode uniéndose a las de Arcade Fire, Prince, Blondie, Oasis, Nico, Depeche Mode, Motörhead, PJ Proby, LCD Soundsystem Peter Gabriel, Billy Preston, Janelle Monae, King Crimson, Philip Glass, Kasabian, Magnetic Fields, TV on the Radio, los Wallflowers y muchos, muchos más.
El video no llegó hasta un poco más tarde y ciertamente no fue proyectado en ninguna parte , en el momento del lanzamiento. La actuación en el programa de televisión de Marc Bolan fue transmitida cinco días después de la salida del single.
Ninguno de los slogans promocionales de RCA fueron utilizados, frases como:
“El Mañana pertenece a los que pueden oírlo venir” y “Hay ola vieja, hay una nueva ola y ahí está David Bowie”que no es de extrañar que “Heroes” sólo logró una posición máxima del número 24 en las listas del Reino Unido.
Bowie no se negó su parte en términos de promoción. Hizo muchas entrevistas, Interpretó la canción en diferentes programas de televisión , varias veces durante la promoción. El disco también salió en todo el mundo. “Héroes” fue mejor en muchos otros países , incluyendo las diez primeras posiciones tanto en Holanda como en Irlanda.Hubo versiones grabadas en alemán y francés e inglesas
A: “Heroes” / “Helden” (Versión en inglés / alemán)
B: “Heroes” / “Héros” (Versión en inglés / francés)
Esta fue la primera vez que el título Héros fue utilizado para la versión francesa.
El disco de fotos de “Héroes” en la edición limitada de sus 40 años del single acaba de ser publicado , a través de Parlophone.
“Héroes” (Bowie / Eno)
Fecha de Estreno Original en UK: September 24 1977
Originalmente apareció en: “Heroes”
Producido por: David Bowie, Tony Visconti
Vídeo realizado por: Nick Ferguson
Los lectores c pueden haber notado la fecha de lanzamiento en la etiqueta de promoción del Reino Unido. Se puede leer como fecha, el 23 de agosto de 1977. Fue un error RCA y algunas de las copias fueron corregidas manualmente con un bolígrafo.
Lista de Temas:
1. Beauty and the Beast
2. Joe the Lion
3. Heroes
4. Sons of the Silent Age
5. Blackout
6. V-2 Schneider
7. Sense of Doubt
8. Moss Garden
9. Neukoln
10. The Secret Life of Arabia
Alineación:
- David Bowie / voz, teclados, guitarra, saxofón, koto, coros.
- Carlos Alomar / guitarra rítmica
- Dennis Davis / percusión
- George Murray / bajo
- Brian Eno / sintetizador, teclados, tratamientos de guitarra.
- Robert Fripp / guitarra principal
- Tony Visconti / coros
- Antonia Maass / coros
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