Artista: The Flower Kings
Álbum: Back in the World of Adventures
Año: 1995
Género: Rock progresivo sinfónico
Duración: 1:11:21
Nacionalidad: Suecia
Incluso ubicándonos a mediados de los 90, Back in the World of Adventures tiene algo de retro en su sonido y su estructura: cuando la mayor parte de los músicos del mundo había renunciado al largo aliento y a la música significativa, Roine Stolt aparece como emisario de una utopía que no se dejaría olvidar. En las notas del disco, el guitarrista rubio, el hippie que no fue, incluso agradece a los fans del rock no comercial por su apoyo a su proyecto. Un gran disco de Los Reyes de la Flor (que debía desde hace tiempo al blog cabezón).
Vamos a un breve comentario de las rolas: “World of Adventures” es una sabrosa minisuite en tonos mayores, llena de sinfonismo y con un puente instrumental para lucimiento de los teclados que recupera un motivo que parece tradicional, como céltico. Luego vienen los solos; hay que empezar a observar la guitarra de Stolt sobre el Hammond de Bodin pues, sin ser emisarios del pasado, parecen incorporar décadas de conocimiento rockero en sus melodías. “Somos los hijos de la nación Woodstock”, dice en este tema que abre y anuncia lo que será el viaje. Un viaje que durará hasta mediados de los 2010 llevando buena onda al mundo pues la perspectiva de Stolt es como la de un neohippie encantado por los valores de fraternidad, comunidad y espiritualidad que caracterizaron al movimiento de los 60-70.
“Atomic Prince / Kaleidoscope” es un tema instrumental que nuevamente recupera melodías sencillas, como de la música popular, para fusionarlas con el sinfonismo eléctrico que caracteriza a la banda. Los diálogos entre Bodin (teclados) y Stolt (guitarras) son muestra inicial de la poderosa dupla que habrían de crear estos dos vikingos bonachones. A la mitad, la rola desciende hacia un largo pianísimo liderado por el bajo, donde se muestra la maestría de los integrantes desde el otro lado del virtuosismo: la mesura, y que termina en un rico diálogo de guitarras acústicas.
En “Go West Judas” el modo de la banda se va por fin a menores, adopta un ritmo más decidido y deja casi de lado la nostalgia hippie para hablar de un modo más directo. ¡Este es uno de los grandes temas de The Flower Kings! Se ubica en un diálogo con Judas después de que ha vendido a Jesús. A lo largo de la obra de Stolt hay frecuentes referencias al daño que le hace al planeta y a la humanidad el vicio del comercio y la ambición; esta es una de ellas pues Judas se convierte en su símbolo: “Vete al Oeste, Judas, a ver qué encuentras/ Vete al ‘Sieg Heil’ y al signo del dólar / Tú, negro corazón del intercambio humano / ahora hechicero de los pantanos”.
Dedicada a Raoul Wallenberg, diplomático sueco en Hungría durante el domino nazi que salvó tantos judíos como pudo y murió en circunstancias nunca aclaradas, “Train to Nowhere” es una dramática balada basada en los trenes de la muerte que transportaban a las víctimas de los nazis hacia los campos de concentración.
Con “Oblivion Road” volvemos al Flower Kings instrumental, pero ahora más jazzístico e improvisativo, en una vena poco explotada por la banda en la que se pueden sentir guiños a The Soft Machine.
Luego, “Theme for a Hero” sigue en plan instrumental, con más fuerza y volumen al principio, y aterrizando en un motivo pop en el que destaca la melodiosa guitarra de Stolt y, nuevamente, los diálogos con los teclados (un piano por momentos) de Bodin. La fusión jazzística continúa, esta vez con el apoyo de una extraordinariamente sólida batería en manos de Jaime Salazar.
La brevísima instrumental/ambiental “Temple of the Snakes” introduce uno de los hits más famosos de The Flower Kings, un tema rítmico y muy alegre (lo que explica su presencia en charts), “My Cosmic Lover”, ejecutado con la maestría de estos monstruos. Con base en un bajo incansable sobre el que se encabalga un riff de teclado y guitarra, este es uno de esos temas para disfrutar en la discografía de los Reyes de la Flor. Pero aunque parece una simple y linda canción de amor, es otra cosa: nuevamente Stolt se arranca contra el espíritu ambicioso del capitalismo: “Soy el signo de los tiempos / Recen, canten al símbolo del dólar”. Y los cortes luego de ese coro son extraordinarios. Un tema en que se resume la maestría de Roine Stolt, tanto musical como ideológicamente.
“The Wonder Wheel” es otro instrumental/ambiental que desarrolla suaves instrumentaciones sobre un ritmo lento y fijo. Es otro ejemplo de cómo Stolt se sacude sus claras influencias para llevarnos a su propio territorio.
El disco cierra con otro tema largo, en forma de minisuite y con interesantes tiempos complejos. “Big Puzzle” está dedicado nuevamente a las preocupaciones sociales de Stolt, en este caso a la deshumanización que acarrea el progreso. Es uno de los temas en los que se siente más la influencia musical de Genesis y donde destacan mejor los integrantes de esta gran banda, especialmente los tremendos solos finales de Stolt.
Para muchos seguidores, este es el mejor disco de The Flower Kings; yo no estaría totalmente de acuerdo pues creo que en cada disco hay material para sorprenderse. Pero sin duda es un discazo, el primero de la discografía oficial de la banda y, claro, un infaltable cabezón.
Lista de Temas:
1. World of Adventures
2. Atomic Prince / Kaleidoscope
3. Go West Judas
4. Train to Nowhere
5. Oblivion Road
6. Theme for a Hero
7. Temple of the Snakes
8. My Cosmic Lover
9. The Wonder Wheel
10. Big Puzzle
Alineación:
- Roine Stolt / Guitarras, voz principal, teclados
- Tomas Bodin / Órgano Hammond, Mellotron, piano, flauta, teclados
- Michael Stolt / Bajo, voz
- Hasse Bruniusson / Percusión, batería (10)
- Jaime Salazar / Batería
- Ulf Wallander / Sax soprano (5, 8, 10)
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