El cuerpo humano, nuestro propio cuerpo, como soporte del quehacer cotidiano, es también un objeto político y social. Cada día, desde la cuna a la tumba, expresamos en él nuestro ser más profundo de muy variadas formas. La mente, ese reducto mal llamado de la libertad, la voluntad y la realización personal, no es más que una actualización intangible del cuerpo que sufre, doliente, enfermo, disciplinado, sometido o abocado a la condición de pasividad en nuestro régimen de sociedad de consumo, limitándolo principalmente al trabajo, al hogar, al estudio. Pero hay individuos que no logran, ni pueden (y menos quieren) quedar fijados en un estado determinado (trabajador, empleado, hombre, mujer), viviendo la vida de pasión en pasión, de situación en situación, saltando por sobre lo impuesto, por sobre la moda, la cultura e incluso la contracultura, en una rebelión del alma, la mente y el cuerpo: la rebelión del fantástico ser humano en estado puro: brutal, pleno, alejado del ser humano que no es dueño de su quehacer, del ser humano que vive y se adapta a lo que viene impuesto, ese mundo donde todo es inapelable y todo está acabado, cerrado a la crítica, el diálogo y el pensamiento crítico y social, mientras la industria de la belleza, la moda y las dietas se encarga de marcarnos las pautas de lo aceptado, hay almas (podemos tomar el caso de Charly como el más claro ejemplo) que sobresalen porque saltan sobre lo impuesto e imponen su propia voluntad. Aquí copio una nota que va en esa dirección, basada en el contenido del último programa radial de La otra radio, con otra entrevista a Roque Di Pietro, autor de "Esta noche toca Charly", libro del que ya hemos hablado bastante y quizás aún de para hablar aún más. Para escuchar el programa entero, hacé click acá.
La entrevista que hace poco le hicimos a Roque Di Pietro, autor del magníficolibro Esta noche toca Charly, nos dejó mucha tela para cortar. El 11 de diciembre pasamos la primera parte de la conversación (escuchar acá), anoche pasamos la segunda parte (acá). Y todavía tenemos material para una tercera parte, que vamos a pasar en los próximos programas: la charla fue extensa y jugosa y el libro que escribió lo amerita. Tres pasajes de esa conversación resumen el núcleo que da sentido a esta pesquisa a lo largo de la extensa e intensa presencia de Charly.
EL CUERPO DE CHARLY
(Lo emitimos en el programa de ayer)- El cuerpo de García también es un objeto muy relevante para la cultura de este país- dice Di Pietro-. Por la manera como lo puso, lo intervino y lo exhibe. Aún hoy lo exhibe sin pudor. Todo el mundo dice: "Eh... Charly no puede caminar...". Bueno, es verdad, pero no está haciendo otra cosa que lo que hizo toda su vida. Exhibirse de una manera brutal y exponerse al asombro de los tipos, de todos nosotros. ¿Quién no se asombró? "Loco, le faltan los dientes a Charly...". Los dedos. Los dedos como martillos. Cuando le pegan una piña en la Trastienda, los tipos de seguridad del propio lugar donde iba a tocar, y al otro día le da una nota a Majul. Te interpela de un modo como ningún otro.
EL SER NACIONAL
(Emitido el 11-12-2017)
- Yo pensaba que Charly García inventó la cultura de este país. Lo digo yo, que tengo limitaciones en mi formación, pero para un tipo como yo Chalry inventó el ser nacional. Su obra inventa una manera de ver a este país. Incluso la música de Charly es música folklórica, pero no por el tiempo transcurrido, desde su nacimiento. ¿Viste lo que decía Billy Bond del tango? Para mí es así: "Canción para mi muerte", un tango. E "Inconsciente colectivo" es una deconstrucción de una baguala, con un ritmo que parece una zamba, tocado por una máquina. Un ritmo absolutamente simple además. Un bombo, las congas, las palmas, pero combinado de una manera tan genial... Para mí el pulso de la máquina de ritmo Roland TR-808 en "Inconsciente colectivo" es como el Himno Nacional. Para un tipo como yo ponés a sonar eso, y nada más que eso, y, loco, viva la Patria. Es el latido del corazón de este país.
CHARLY Y LA CLASE MEDIA
(Aún sin emitir)
- Pregunta: En el epílogo vos decís algo interesante: Yo soy de clase media, con todos los clisés y uno de ellos es Charly García, decís. Charly es un artista popular. ¿Vos creés que él atraviesa todas las clases argentinas?- Mirá -dice Di Pietro-. Es volver a "Para quién canto yo entonces". Yo creo que es popular porque lo conoce todo el mundo, literalmente. Mi tía lo conoce, que no tiene un puto disco de Charly, lo conoce, y creo que no tiene un puto disco de nada quizás. Una persona de 80 años sabe quién es. Porque lo veía tirándose del noveno piso de un hotel, lo veía tirándole una maceta al reportero de Nuevediario, o se enteró en 83 de que se bajó los pantalones dos días antes de la asunción de Alfonsín. Ahora, yo creo que la gente que lo escucha y lo tiene incorporado en su ADN emocional es la clase media.- Que a su vez no es poco, porque la clase media argentina...- Es todo - dice Roque.
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