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Plesiosaurio - El Cuento de las Manos Heladas (2015)

Rock sinfónico muy imaginativo que viene de la Patagonia argentina, en un trabajo por demás interesante y disfrutable, no se pierdan de escuchar ésto, que además está disponible para su descarga gratuita... El disco es una excitante aventura por los sonidos, potentes pero muy melodiosos, con una propuesta de renovación imaginativa al género clásico, buscando nuevas manera interpretativas y desarrollos, en un disco bien largo, donde dan cuenta de todo lo que estos chicos del sur pueden llegar a imaginarse. Si aún no lo conocieron, no pierdan tiempo que es hora de solucionar ese error.

Artista: Plesiosaurio
Álbum: El cuento de las manos heladas
Año: 2015
Género: Rock sinfónico
Duración: 73:33
Nacionalidad: Argentina


Siguiendo la saga que alguna vez empecé con respecto al tema del rock patagónico, aquí presentamos una banda oriunda de las tierras heladas del sur, que extrañamente conocí por un foro de intercambio musical del Este (me refiero a Rusia), y decían los siguiente:
Plesiosaurio is a slightly heavier symphonic prog band from Buenos Aires, founded in San Carlos de Beriloche, in 2012. Plesiosaurio released 2 full-lenght, live recorded albums: "Live at The Hearl Mergent Garden" released in May 2015 and "ARSAT - 2 1/2" released in November 2014. Due to Plesiosaurio's nice retro style, i thought that they could be a nice addition to PA as well.

Biene bien, además, para volver a traer discos de Bandcamp...
Y un día los chicos se comunicaron con nosotros y los tuvimos de lado por la cantidad de cosas que nos traen permanentemente y que no damos abasto, les aviso que el blog cabezón se cierra con montones de discos que tenemos pendientes de publicar, éste era uno de ellos pero son muchísimos....
Definitely prog, with some symphonic leanings too...but as you pointed out - both albums are live recordings, and I'm not sure that the production would be regarded as professional enough for them to be granted an evaluation on here (but I could be wrong). Compositions are long - with all of them being at least 9 minutes, and several songs exceeding 20 minutes. They have a good selection of stuff on YouTube too:
https://www.youtube.com/user/PLESIOSAURIUS.

El disco es una excitante aventura por los sonidos, potentes pero muy melodiosos, con una propuesta de renovación imaginativa al género clásico, buscando nuevas manera interpretativas y desarrollos, en un disco bien largo, donde dan cuenta de todo lo que estos chicos del sur pueden llegar a imaginarse.





A continuación un interesante reportaje de Hugo Lagar:

DE LA PATAGONIA ARGENTINA AL MUNDO
Oriundos de la Patagonia (Ciudad de Bariloche, Provincia de Río Negro) pero ahora con base de operaciones en Buenos Aires, hoy tengo el agrado de presentarles a PLESIOSAURIO. Una joven banda que va mucho más allá del rock, en formato cuarteto, desde el año 2010, con influencias literarias y de la música de bandas de rock de las décadas de 1960 y 1970; autodefinida como que “hace música para un público en peligro de extinción”. Actualmente está integrada por los fundadores Juan Junqueras (Voz y guitarras) y Javier Roulet (Piano y teclados) junto a Miguel Rivera López (Bajo, ocasionalmente aporta guitarra acústica y teclados) y Juan Pablo Sosa (Voz, batería, percusión y flauta traversa). Es curiosa la manera que uno conoce a la banda: ¡A través de un mensaje privado en el Perfil Facebook de Los Especiales del Guardián de los Cielos!. Juan Pablo me escribe a raíz de su toma de conocimiento e interés por lo que hacemos; a la par que comenta la existencia del grupo y su música. Nos contactamos, ofrece enviarme el flamante álbum “El Cuento de las Manos Heladas” en formato digital y quedamos en comunicarnos nuevamente. Una mañana puse el álbum en mi reproductor mp3, en mis acostumbradas caminatas aeróbicas, y me dispuse a escucharlo. Me encantó!!!. Principalmente, por su decisión estilística de profundizar una particular década, que transcurrió entre mediados de los Sesentas y Setentas (1965-1975). Los invité a sumarse al programa radial, con una emisión… que –por orden cronológico- termina siendo la Nº 100. Una emisión de celebración, por cierto. Y para reforzar la emisión, les propuse este Reportaje Escrito, que tiene por finalidad profundizar aún más el conocimiento del grupo, “en sus propias palabras”. ¡Y vaya que lo logran! Veintiún páginas. Señoras y señores, con Uds. PLESIOSAURIO.

1.- ¿CÓMO Y CUÁNDO NACE ESTA BANDA?
JAVIER: Bueno, nació de a poquito diría yo. Juan y yo éramos compañeros de escuela en Bariloche, pero recién empezamos a tocar juntos a los 18, cuando vinimos a estudiar a Buenos Aires. Año 2010. Hicimos algunos covers con distintos amigos de Bariloche, hasta que unos meses después se estabilizó la formación: Marcos Raviolo en bajo, Santiago Vaquero en batería, y Juan en guitarra y yo en piano.
Desde el principio empezamos a componer también. Era bastante rara la dinámica de la banda porque no podíamos ensayar la mayor parte del año: Marcos estaba en Bariloche y Santiago no tenía batería acá... así que, en realidad, nos la pasábamos componiendo. Teníamos muchos más temas compuestos que ensayados. Y en los veranos, coincidíamos todos en Bariloche con un montón de material nuevo. Así que ahí nomás dejamos de hacer covers porque no teníamos tiempo ni de ensayar nuestros temas.

2.- ¿LA FORMACIÓN ES LA ORIGINAL O YA HUBO VARIOS CAMBIOS DE INTEGRANTES?
JUAN: Se podría decir que la primer formación que tuvo la banda fuimos Rouli (Javi) y yo; cuando empezamos a tocar juntos y a componer nuestros temas. Después se sumaron Marquitos y Santu (en bajo y en batería), pero -como decía Rouli- la dinámica era extraña e inestable. Después llegaron Juanpa y Migue, con quienes se logró la formación actual.
JAVIER: Sí, y la verdad que tuvimos mucha suerte de encajar tan bien pues prácticamente no nos conocíamos desde antes. Me acuerdo del primer ensayo, yo había llevado los temas escritos, pero no teníamos nada preparado... al final terminamos zapando con Tarkus.

3.- TRAS ESCUCHAR SU MÚSICA, QUEDA CLARO QUE VUESTRA PROPUESTA SE SITÚA EN UNA ETAPA QUE TRANSCURRE –DIGAMOS- ENTRE 1965 Y 1975… ¿O ME EQUIVOCO?
JUAN PABLO: Nos podríamos pasar horas hablando de distintas músicas que nos gustan por diferentes motivos. Los cuatros somos bastante megalómanos, y esta afición por escuchar músicas provenientes de distintas épocas y geografías, generadas desde las necesidades más diversas, está siempre presente como un bálsamo en el tintero de la banda, en tanto y en cuanto nos mantiene bastante inquietos a la hora de sentarnos a componer.
Ahora bien, creo que ese período que vos marcas, de 1965-1975, es el más influyente, en tanto nos nuclea a los cuatro como banda de rock. El sonido, las estructuras de los discos, el arte visual y cierto espíritu de búsqueda que -según entendemos- se dio en esa época como no se volvió a dar jamás (en el rock al menos), nos resulta muy atractivo a nosotros que nacimos varias décadas después. Supongo que en esas músicas el rock, al adoptar ciertas idiosincrasias que poco y nada tenían que ver con su origen, fue ganando una libertad creativa, musical e intelectualmente; que es lo que nosotros buscamos. Algunos encuentran ese tipo de libertad en el jazz, o en determinadas formas de la música contemporánea. Creo que, como crecimos escuchando esa música (el sinfónico, el folk, la fusión con el jazz, el rock más pesado y el hard blues, la psicodelia y las fantasías pop, el krautrock con su música espacial y sus discípulos de Stockhausen, nuestro propio rock nacional y su maravillosa tríada Almendra- Pescado- Invisible, y tantas otras categorías vacías al fin), y crecimos enamorados del rock de aquellos años, siempre quisimos tener una banda donde pudiéramos hacer eso, a nuestra forma. Personalmente, con respecto a nuestras influencias, pienso que Plesio es un ajuste de cuentas.
JUAN: Yo creo -como dice Juanpa- que éste período es el punto común entre los gustos de quienes integramos la banda y del cual nos influenciamos enormemente. Pero no diría que tenemos una propuesta musical que pretenda ser de esos años, ni para esos años. Si pretendiese ser de una época, creo yo que sería de ésta, la que nos toca vivir. Lo que creo que hacemos es darnos libertad de explorar nuestra música a medida que la creamos y al ser éste período musical (1965-1975), un denominador común entre nosotros, nos vemos influenciados fuertemente por el estilo de la época.

4.- EN PARTE, CONSECUENCIA DEL INTERROGANTE PREVIO: ¿DE QUÉ INFLUENCIAS MUSICALES SE NUTRE CADA UNO DE SUS MÚSICOS Y POR QUÉ?
MIGUEL: Cada uno de los integrantes de Plesiosaurio le aporta algo distinto a nivel “influencias”. En mi opinión, es eso lo que le da variedad y hace que esté buena la música: es levantar un edificio y usar como cimientos desde Crimson, Floyd, Yes y Zappa hasta bandas de jazz o de otras influencias. En mi caso, el primer contacto con la música fue con clásicos: Bach, Beethoven, Mozart, Vivaldi, etcétera, que es lo que se escuchaba en mi casa.
JAVIER: Todos venimos de palos distintos de la música y terminamos confluyendo en la misma banda. Creo que es una de las mejores cosas que tiene Plesiosaurio, naturalmente surgen muchos ambientes distintos, ideas nuevas y estamos siempre adaptándonos y aprendiendo de los demás.
JUAN PABLO: Sí, a mí por ejemplo, siempre me gustó mucho el jazz y toqué en varias bandas de jazz. Pero al mismo tiempo crecí también escuchando bandas como Floyd, Los Beatles, Zeppelin, The Who, y creo que mi aporte desde la batería pone en conjunción un poco de todo esto. Además siempre fui medio enfermito del progre; y, más allá de compartir con los chicos un gran aprecio por un centenar de bandas del palo, creo que bandas como Genesis (con Gabriel), el Crimson de los primeros años, Van Der Graaf, Jethro, Pescado, Invisible, son algunos exponentes que traté de poner arriba de la mesa a la hora de las influencias de la banda, entre muchas otras. También bandas actuales como Temples o Tame Impala surtieron algún efecto desde mi lado.
JUAN: Mis primeros recuerdos de la música son de mi abuelo tocando tango en su piano de pared o mi bisabuela tocando canciones galesas en la harmónica. En mi casa se escuchaba de todo, desde folcklore a clásica, new age, rock, música de películas, cualquier cosa y sin ningún miramiento para alternar entre un estilo y otro. Después llegó la guitarra, no diría nunca que vengo de tal palo o de tal otro, porque lo que hacía simplemente era tocar lo que me gustaba, sin estar pensando “esto es rock, si quiero tocar la guitarra, tengo que tocarlo; esto es folk, mejor toco otra cosa”. Más tarde me metí más de lleno en estilos como blues, clásica, jazz, algunas cosas de country y varios más. Creo que siempre ver un estilo nuevo nutre bastante el acercamiento al instrumento y lo que tiene Pleiso de bueno en particular es que nos permite volcar todo el bagaje estilístico que nos permitamos. Si tuviese que definirme, sin duda el progresivo sería uno de mis géneros preferidos; el cual fui descubriendo con bandas como King Crimson, Yes y Pink Floyd.
JAVIER: Antes de formar la banda yo estudié muchos años música clásica, recién hacia el final mechando un poco de música popular: rock, tango... Mi primer influencia importante para ese lado fue Charly García. Y al rock progresivo fui entrando más tarde, sobre todo a través de Jethro Tull y Yes. Creo que es el género ideal para englobar las distintas influencias que tenemos los cuatro. Y bueno, después Juanpa me mostró Van der Graaf Generator, y cada vez más se fueron enturbiando las armonías de los temas...
MIGUEL: Admito que, a partir de que Juanpa nos mostró Van der Graaf, se enturbiaron las cosas (risas). Es música oscura pero, para mí, muy significativa, a la vez cerebral y emocionante. En términos generales, toda música que esté bien hecha me provoca algo muy particular e intento recrear esa sensación componiendo yo mismo esa música.
JUAN PABLO: Creo que de a poco, lo hayamos querido así o no, en Plesio se empezó a dar una libertad creativa en lo composicional, la cual nos otorga una gran libertad de ejecución de nuestros instrumentos. Los distintos espacios en la música, que no debe tocarse siempre igual, me permiten a mí por ejemplo anteponer una intención jazzística desde la batería a la interpretación de las canciones, en una banda en la que indiscutiblemente, antes de hablar de nada, hacemos o intentamos hacer rock. Para sintetizar el espíritu de lo que trato de hacer en Plesio, tomo prestadas las palabras de Robert Wyatt: “por más que toques en una banda de rock no podés pretender que nunca escuchaste a Elvin Jones”.

5.- SIN EMBARGO, EN EL TRATAMIENTO QUE LE DAN A LA VOZ, ME RECUERDAN MUCHO A NITO MESTRE, A SUI GENERIS, AL ROCK ARGENTINO DE AQUELLA ETAPA…
JUAN PABLO: Puede ser. Más de una vez me han dicho que canto parecido a Nito. Creo que es porque tengo una voz más o menos aguda y clara. Spinetta también me gusta mucho y me es muy influyente, aunque te confieso que me gustaría cantar como Hammill…
MIGUEL: ¡Esa referencia nos la hacen siempre! Especialmente creo que Juanpa canta como Nito Mestre en Buenas Noches Luna y en Al Cielo con Crayones, que son los dos temas más tranquis, más Sui Géneris.

6.- ANTES DEL PRIMER ÁLBUM, USTEDES GRABARON UN E.P. ¿CÓMO HA SIDO ESO?
JAVIER: Sí, eso fue con la primera formación, el último verano que tocamos juntos. Por suerte pudimos grabar dos temas de esa época, “El Martillar del Reptil Gigante” y “El Niño del Bosque”. Aprendimos bastante, era la primera vez que yo entraba a un estudio de grabación. Creo que fue un lindo trabajo.

7.- VAYAMOS A SU PRIMER ÁLBUM, “EL CUENTO DE LAS MANOS HELADAS”, Y CON VARIOS INTERROGANTES:
7.A.- ¿CÓMO HA SIDO SU PROCESO DE COMPOSICIÓN? ¿TRABAJARON SOBRE UN CONCEPTO EN PARTICULAR, QUE LUEGO SE DESARROLLARÁ A LO LARGO? ¿O SE TRATA DE CANCIONES CON INDIVIDUALIDAD?
JUAN PABLO: La composición en Plesio es un proceso colectivo. Desde que Migue y yo entramos a la banda empezamos a aportar con ideas, y todos, los cuatro, siempre estuvimos muy atentos a nuestras influencias. La mayor parte de las composiciones son de Juan o de Rouli, pero Migue y yo también compusimos varias partes. Además Migue toca muy bien la guitarra y el piano, así que siempre estuvo presente en los arreglos. Por mi parte, me ocupé de componer algunas de las melodías, ya que después tendría que cantarlas, o tocarlas en la flauta. Y una vez que era presentada la nueva composición, todos sugeríamos cómo utilizarla y qué agregar, en términos de armonía, instrumentación, intensidad, y afines; y también qué quitar (siempre una difícil decisión) y cómo debíamos tocarla. Cada uno, desde su instrumento, se ocupaba de proponer la forma más interesante de aprovechar una composición. Hubo mucho ensayo y error. Rouli decía que una vez que se pone algo arriba de la mesa, pasa a ser propiedad de Plesio. Y esa es la premisa sobre la cual se construyó el disco, desde la puesta en práctica, desde el enamoramiento ante el hallazgo de lo asombrosamente nuestro, y el abandono de lo que nunca vería la luz; pero siempre como un viaje de los cuatro.
JAVIER: Sí, eso es muy importante y me parece buenísimo. Los temas de Plesio quedan mucho mejor que las ideas originales que traemos, porque siempre participamos todos. También, como parte de eso, tenemos temas bastante largos... Empezamos con una idea, y para el siguiente ensayo capaz caemos con cuatro maneras distintas de seguirla. Entonces tenemos que ver cómo conectamos esas ideas, armar puentes. Y eso se va desarrollando hasta que se forma una estructura que nos gusta a todos, con material de los cuatro.
JUAN PABLO: Empezamos a trabajar en el material del disco a mediados de 2013. La idea era hacer un EP, de corta duración, que fuera un registro de lo que veníamos haciendo. Poco a poco empezaron a surgir ideas nuevas, y empezamos a componer cosas desde cero. Para fines de 2013 ya sabíamos que el disco iba a ser largo.
Rouli y Juan tenían una historia, que venían desarrollando con la idea de hacer un disco conceptual. Era una suerte de fábula, en la cual se narraba la historia de un mundo antiguo en donde los hombres van en busca del sol perdido, recobrándolo al final. Siglos después, una enorme nube irrumpe envolviendo a la tierra en tinieblas, y los hombres envían un cohete al espacio para volver a ver el sol.
En sí la idea inicial nos pareció interesante. Me parecía que era sugestiva, que poseía ese “sentido de la maravilla” del que se habla cuando se habla de ciencia ficción, y tenía también su cuota de inocencia, de un fantástico absurdismo infantil que rompería con la idea de la banda de rock progresivo que canta desde la mítica grandilocuencia y la eclesiástica solemnidad.
Al principio nos apegábamos a la historia al pie de la letra, pero en un determinado momento nos dimos cuenta de que sería más interesante no contar una historia de tipo lineal, sino que podríamos enriquecer conceptualmente el contenido del disco con paisajes descriptivos, una letra más hermética, buscando la introspección como motor generador de la letra y la música. En ese sentido, creo que nos fueron muy influyentes algunos discos conceptuales como Sgt. Pepper´s de los Beatles, o Thick as a Brick de Jethro, en los cuales no hay una historia definida, sino que el concepto surge del propio entramado de los acontecimientos.
Con lo cual la historia inicial siempre la tuvimos presente, pero siempre fue más como un tipo de guía a la cual aferrarnos en la oscuridad, puertas adentro; una excusa que se transformó en punto de partida de nuestro viaje, sin saber a dónde terminaríamos. Y no era lo importante encontrar las palabras para ilustrar un concepto, sino que lo interesante era construir las conceptualizaciones a partir de las ideas que surgían.
Con lo cual “El cuento de las manos heladas” es un disco de concepto “roto”, donde no hay una linealidad argumental que hilvane necesariamente todos los cortes del álbum, sino que el mismo está atravesado por un cúmulo de sensaciones que se van haciendo reconocibles, por medio de constantes recapitulaciones musicales, y un entramado literario que sugiere la interconexión de los distintos cortes, sin condenarlos a permanecer juntos eternamente.
JUAN: Por mi parte creo que el argumento que amalgama al álbum, existe y es algo que se trabajó mucho. Si bien es cierto que fue modificado todas las veces que fueron necesarias, mantuvo la estructura principal de ser un disco dividido en tres grandes partes: el pasado, presente y futuro de una gran sociedad, teniendo como eje central la relación del hombre y la naturaleza. En un principio optamos por presentar la línea argumental de forma explícita y completa, pero más tarde pensamos que sería más rico el acercamiento al concepto de forma sugerida y fragmentada. Esto, además permite que el público pueda realizar su propia interpretación del disco.
JUAN PABLO: Las canciones gozan de individualidad, y las hemos tocado en vivo en distintos órdenes y de forma autónoma. Y a su vez las seis canciones conforman una historia que se entrelaza y da cuenta de una serie de visiones del mundo que quedaron plasmadas en el disco.
Elegimos empezar con “El viejo mundo”, que es como una pequeña obertura a cargo de un juglar, o un abuelo (de los círculos místicos) que le cuenta a su nieto la historia de los hombres del viejo mundo, que abandonan el bosque para ir en busca del sol que se había ocultado, y lo encuentran en el fin del mundo. Nos pareció que sería mejor empezar el disco sencillamente, sin grandes introducciones, y teníamos este tema acústico y modesto que Juan y Rouli habían compuesto hacía ya unos años, y la primer parte conserva la letra original de Juan, que fue uno de los detonantes conceptuales del disco. “Monte Erebus” es harto más complejo. Originalmente era un tema que se llamaba “La flauta loca” y estaba conformado por los dos riffs que se contraponen en las dos primeras secciones de Erebus, y se desarrollaban en una improvisación ad eternum, pero sin todas las otras secciones que luego se agregaron. Supongo que crecer escuchando esas megalíticas composiciones que solían ocupar toda una cara de un disco de vinilo, como Close to the Edge, o Supper´s ready, o Echoes, o A plague of lighthouse keepers, generó en nosotros una patológica necesidad de componer un tema largo de varias partes. Creo que fui yo quien trajo la idea de sumar partes a “La flauta”, entrelazándolas para crear una especie de Frankenstein viviseccionado. Habíamos escuchado el tema In held twas in i de Procol Harum, y nos llamó la atención como funcionaban los distintos temas ensamblados conjuntamente. De esa forma, por mucho tiempo, lo que hoy es “Monte Erebus”, “Buenas noches luna, Adiós sol”, “Al cielo con crayones” y “Parte VII” formaban parte de un solo track, y el disco poseería así, junto con el Viajero, tres cortes, siendo el del medio obsesivamente largo (fue nuestro productor, Fito Norando, quien acertadamente nos hizo desistir, y sugirió la autonomía de las canciones como finalmente fueron registradas). Trabajamos durante meses esta idea, componiendo las distintas secciones, y rescatando antiguas composiciones de Juan y Rouli, como “Agua linda”, que se convertiría en “Al cielo con crayones”, y también generando material de cero, como “la conflagración de los ilusos”, que Rouli y yo empezamos a urdir en su casa en Bariloche; o toda la “Parte VII”, que nos mantuvo ocupados sumergiéndonos en lo más profundo de nuestras pesadillas. Todo este tramo central del disco se ocupa de relatar la irrupción de una gran nube, producto del abuso de ciertos artilugios del hombre, y el consiguiente escenario distópico, un post-holocausto, no nuclear o ecológico, sino tal vez espiritual, desde los escenarios de la llegada de la violenta primavera pastoril al comienzo de Erebus, hasta el paisaje panorámico de muerte en Parte VII y más allá... Todo esto es contemplado desde la perspectiva de un niño, a quien se hace referencia recurrentemente, quien sin duda abandonará la inocencia de los relatos de su abuelo, allá por el viejo mundo, y abrazará la realidad de las nubes en el cielo.
Por su parte “Viajero especial”, el último corte del álbum, fue creo yo, el más exhaustivo, pero el que produjo a mi entender mayores satisfacciones. La totalidad del material se compuso de cero, para ser incluido en el álbum. Sabíamos que luego de la pesadumbre de los temas anteriores tendría que venir algo que hasta entonces no haya aparecido en el disco; necesitábamos una música que sea más optimista, y empezamos a mirar con mucho cariño al Yes de los primeros discos. También sabíamos que sería un tema que hablaría de una suerte de viaje espacial (de hecho, tuvimos que eliminar una sección que había traído uno de los chicos, porque era demasiado “similar” a Astral Traveller…). Comentábamos con respecto al viajero que debería cumplir en el disco la misma función que cumple Karn evil 9 en Brain Salad Surgery, aunque al día de hoy no podemos materializar en palabras dicha función.
JAVIER: Yo lo veo como un gran epílogo. Tienen en común la lucha del hombre contra su creación, que de algún modo la pierde cuando la gana. Y que los dos duran como media hora...
JUAN PABLO: Juan y Rouli compusieron la introducción, y yo les di la melodía de la voz para que vean qué podían hacer. Cuando nos encontramos en Bariloche en enero de 2014 me recibieron con una sorpresa: ya habían compuesto el grueso de lo que sería “¿Qué es lo que me hace amar antes de caminar?”, sección inicial del tema, que luego se engordaría mucho con las contribuciones de Migue. Durante todo el 2014 le prestamos una particular atención al viajero. Fueron naciendo las distintas secciones, que prosperaron hasta convertirlo en la pequeña operetta cósmica de media hora que es hoy. Todos fuimos aportando distintas ideas y fue el tema que más ensayamos antes de poner un pie en el estudio. Lo presentamos varias veces en vivo antes de grabarlo, aún en una etapa embrionaria de su desarrollo, recibiendo una respuesta muy alentadora por parte del público. A mucha gente le llamaba la atención que pudiéramos tocar una pieza tan larga y con tal magnitud de variaciones - atribuimos el desconcierto general de la audiencia a la variopinta aparición de situaciones musicales del viajero, y no a su consideración sobre nuestra capacidad de memoria -.
Siendo la conclusión de todo aquello esbozado en el disco, creo que en términos musicales y conceptuales, el viajero es el tema más “redondo”, por decirlo así. Lo cual no desmerece para nada a los otros, al contrario, simplemente pienso que sus distintas secciones se entrelazan con total naturalidad. Esto es sin duda porque fue pensado en su totalidad, a diferencia de Erebus, cuya virtud es justamente evidenciar el caos y la calamidad, valiéndose de sus monstruosas y disímiles partes tormentosamente ensambladas.
Ni la música de “El cuento de las manos heladas” está subordinada a la letra, ni el concepto es tal porque haya una música que se lo permita. Simplemente fuimos construyendo el material que conforma hoy nuestro disco tomándonos las libertades oportunas, sopesando los resultados posibles, investigando los muchos caminos, para así plasmar en poco más de una hora una inquietud, una visión particular del mundo, construida por cuatro personas, y abierta a tantas posibilidades de interpretación como oyentes en el universo. Y con respecto al hermetismo conceptual del Cuento de las manos heladas, en cierta ocasión recuerdo haberles dicho mis compañeros de Plesio: si este disco tiene algo así como un concepto, ese debería ser el de nosotros cuatro intentando componer un disco conceptual.

7.B.- UDS. ME DISCULPARÁN –MÁXIME, DESPUÉS DE LA PREGUNTA 4- PERO, DESPUÉS DE ESCUCHARLO, LO ASOCIO Y MUCHO A “TRESPASS” DE GENESIS, SUMANDO OTRAS FUENTES (COMO JEHTRO TULL, KING CRIMSON, ETC). ¿COMPARTEN MI ASOCIACIÓN O NO?
JUAN PABLO: Sí, totalmente. Trespass es un gran disco, y fue de mucha influencia. Sin establecer comparaciones tendenciosas, nos identificábamos mucho con ese primer Genesis, e intentábamos al igual que ellos dejarnos sorprender en nuestra búsqueda inocente por lo que íbamos descubriendo. Hay en Trespass un tratamiento sonoro que nosotros tomamos como escuela, en el manejo de la superposición de los distintos instrumentos de cuerda y los teclados, en la búsqueda tímbrica, y en la estructura de las pequeñas suites, con sus muchas secciones. Hay en ese disco un acercamiento a las canciones como tímido, como en puntas de pie, con momentos de una construcción minimalista de música de cristal, que intentamos plasmar también en algunos momentos. El sonido del órgano nos fue muy influyente, como un sonido de pequeño órgano de iglesia de pueblo, como se escucha en “White Mountain”. Y un tema como “The Knife” es un libro de texto sobre como componer una canción de rock progresivo, por la contraposición, en forma de ABA, de las partes fuertes con la sección más respiratoria del medio, que nos fue de tanta ayuda para componer, por ejemplo, la sección “Brillo nacer” del viajero.
JAVIER: Bueno, de hecho mi hermano Nico -que siempre nos mezcla los temas que grabamos cuando tocamos en vivo- se basa en “The Knife” para hacer la mezcla. Dice que es el sonido más parecido a nosotros.
JUAN PABLO: Cierto. Y también lo mismo podríamos decir de muchos otros discos. Los primeros discos de Genesis, tanto Nursery cryme como Foxtrot, o los primeros discos de Crimson (In the court, In the wake, Larks), o Floyd (More, Saucerful of Secrets, Atom Heart Mother, Meddle), que constantemente contraponen pasajes de tipo pastoriles con situaciones violentas y esquizoides. Fueron también de gran influencia.
Constantemente nos remitíamos también a “Pawn Hearts” , H to He, The least we can do, o “Still life” de Van Der Graaf, o a “Thick as a brick” y “Passion play” de Jethro Tull, que nos fueron de mucha ayuda para entender como estructurar los materiales temáticos que íbamos componiendo, y tuvieron una enseñanza sónica potente – de hecho en un determinado momento Rouli me dio a conocer las sesiones de “Chateau D´Isaster” de Jethro, 1972, que dejaron su marca a fuego en nuestro disco -.
JAVIER: A mí el sonido de “Al cielo con crayones” siempre me recuerda a Le Orme.
JUAN PABLO: Aunque cada uno tiene sus influencias personales y sus preferencias, es cierto que al escuchar El cuento de las manos heladas recuerde a determinados discos. Eso es porque más allá del enorme cúmulo de músicas que fuimos recolectando en el camino (o por las cuales nos hayamos dejado recolectar), hay un reducido conciliábulo de discos que nos salvaron la vida.
JAVIER: De todos modos creo que a nuestra manera logramos algo bastante original. Como dice Juanpa, muchos de los recursos musicales que tenemos los sacamos de escuchar esa música y naturalmente los identificamos en la nuestra. Pero desde el momento de la composición metemos en nuestra música muchas cosas que son nuestras, ya el hecho de que hayamos encontrado tantas influencias dice que en realidad lo que hacemos no se parece del todo a ninguna.
7.C.- HEMOS ABORDADO LAS INFLUENCIAS MUSICALES… ¿HUBO LITERARIAS PARA LAS LETRAS DEL DISCO? ¿PARA QUÉ CANCIONES, CONCRETAMENTE?
JUAN PABLO: Esa libertad creativa que encontramos en Plesio, que nos otorga la posibilidad de un determinado tipo de experimentación musical, se hace extensiva también a aquello de lo que hablamos en las canciones. Al igual que ocurre con la música, estamos atravesados por una serie de lecturas, algunas compartidas, otras no, que conforman nuestras visiones particulares. Y en algún determinado momento, decidimos, casi a modo de testamento, que el disco era el campo de batalla donde esas visiones se darían cita.
Desde el momento en que empezamos a elucubrar las ideas que resultarían en el anti-concepto del disco, se hacía imposible negar las lecturas que en su momento pudieran haberles dado origen. Un autor que fue fundamental a modo de influencia primaria fue Ray Bradbury, debido a la enorme variedad de su universo de fantasías. Por un lado, la lectura de sus antologías como “Crónicas marcianas” o algunos cuentos de “Las Maquinarias de la Alegría”, o “El hombre ilustrado” nos fueron de gran ayuda a la hora de encontrar un lenguaje para sumergirnos en el universo del Viajero. Pero al mismo tiempo libros como El país de octubre o “El árbol de las brujas” dejaron su marca en momentos más fantasmagóricos, o simplemente alegóricos, en Adiós o en Crayones. La ciencia ficción en general fue importante. No es lo único que leemos, pero encontrábamos en las inquietudes propias del género un correlato con aquellas ideas que se iban materializando en las letras. A todos nos gusta Fundación de Asimov. Rouli y yo habíamos leído Cita con Rama de Clarke. Juan y yo habíamos leído Solaris de Lem. Migue y yo habíamos leído “El color que cayó del cielo” de Lovecraft y “2001: Odisea del espacio” entre otros muchos. Todos estos libros fueron dejando su huella, tanto en El Viajero y sus temáticas espaciales, como en la formación del mundo espectral de Monte Erebus o Parte VII.
Al estar bastante metido en la elaboración de las letras, hubo una época en la que caía a los ensayos compositivos de la banda con varios tomitos, en su mayoría de Bradbury, en los que había subrayado pasajes que consideraba que serían de gran influencia. Y lo fueron. De hecho, la primer letra definitiva que elaboramos para el disco, una madrugada del invierno de 2014, fue la de “Brillo nacer” (sección de Viajero especial) en la que, luego de muchos siglos de oscuridad, los hombres del mundo sumido en tinieblas ven el amanecer por primera vez, solo para descubrir que ese amanecer es un artificio, y no es el sol lo que ven subiendo en el cielo oscuro, sino que son encandilados por el fuego de un cohete. En cierta ocasión le comentaba esta letra a un amigo, que no pudo más que decir: es extremadamente Bradburyana.
No solo por sus temáticas espaciales dejó su huella Bradbury, sino que los universos de pesadillas infantiles y fantasías cumplidas de sus libros ayudaron a conformar esa visión del niño que tanto buscábamos. También a Juan y a mí nos había sacudido en su momento un cuento de Mervyn Peake que se llama “Niño en tinieblas”. Creo que fue después de esa lectura que adoptamos la figura del niño, como protagonista desamparado y lúdico de los acontecimientos que desatamos en el disco.
Hay una convulsa construcción onírica que se plasma fuertemente en “Adiós”, donde se relata el arrullo del niño, desde la voz de su madre, quien le sugiere a su niño en brazos, sumergido en sus ensoñaciones entre la oscuridad, la posibilidad de que tal vez no sea en verdad su madre, sino algún enser de sus maquinaciones oníricas. Además este momento en particular del disco, donde se menciona a la mujer árbol sentada en una rata, está inspirado en una pintura del Bosco, Las tentaciones de San Antonio, entre cuyas miniaturas macilentas destaca dicha madre.
El tono distópico de algunos momentos del disco hunde sus entrañas en una visión más Orwelliana (1984), por ejemplo en “Al cielo con crayones”, donde se relata el abandono de los hombres por el sol perdido, y la adopción de pequeños soles individuales, los cuales, lejos de brindar aquello que se espera de ellos, según se sugiere, tal vez posean propiedades telecomunicativas. También el tono distópico bajo la mirada inocente del niño se hace evidente en la sección “La conflagración de los ilusos”, que está en parte inspirada por la novela Matadero 5 de Kurt Vonnegut (el niño desamparado que contempla la ciudad luego de que ha sucumbido el desastre), que también dejó su marca en “Parte VII”. Algunos otros libros, como la trilogía de Visiones peligrosas recopilada por Harlan Ellison, o Más que humano de Sturgeon, inundaron los distintos episodios que se relatan en el disco, por su visión retorcida de la sociedad. Muchos de estos libros fueron también influencias en su momento para la elaboración de discos que consideramos fundamentales entre nuestros maestros.
Creo que el tema en el que más abrazamos nuestras influencias literarias fue “Viajero especial”. Algunos textos clave solidimentaron el tono que fue adquiriendo la letra; no sólo Bradbury, sino que también ciertos relatos de ciencia ficción de otros autores fueron fundantes, como “Hacedor de estrellas” de Olaf Stapledon, o “El juego de la rata y el dragón” de Cordwainer Smith. Y también, conformando el excentricismo del Viajero, recurrimos a libros de poesía, como Una temporada en el infierno de Rimbaud, o Molino rojo de Jacobo Fijman. Es que el viajero, siendo el cierre del disco, habla de la reconciliación del hombre con su propia locura. Al dejarnos influenciar por estos autores le otorgamos a la letra de repente una autonomía autodestructiva que era lo que estábamos buscando. No es que fue necesario salir a buscar a estos autores. Yo los había leído, y era simplemente cuestión de optar qué camino seguir. Considerábamos que ya se había dicho mucho en lo que a viajes espaciales se refiere. Pero el abrazamiento de este tipo de autores abría una puerta que no habíamos, nosotros cuatro, abierto antes a la hora de pensar en la letra de nuestras canciones.
El viajero es el tema en el que se concilian, o al menos abandonan sus tinieblas, los diversos “ejes” temáticos por los que circulan las conceptualizaciones del disco, con todo y sus sucesivos descarrilamientos. Después de todo, al haber gozado el disco, tanto en la música como en la letra, de un aporte colectivo, de una construcción democrática, es de entender que pugnen más de una forma de comprender la realidad a la hora de sobrevolar las letras, aunque sea de manera fugaz y distendida, por ciertas zonas oscuras y profundas de nuestra forma de ver el mundo. Dichos ejes, reales o no, surgen a partir de un análisis a posteriori de la obra. No es que se haya pensado así el disco desde su conceptualización. Pero la pluralidad de acontecimientos narrados, y la gran cantidad de afluentes conceptuales que fue adoptando el disco, permiten, a modo de interpretación alevosamente libre, comprender la letra como atravesada por determinados ejes conceptuales, que debaten entre ellos, sin que realmente se tome partido por ninguno. Hay un eje naturalista, una visión que surge como búsqueda de un mundo perdido, en el viejo mundo, y que deja su huella a lo largo de todo el disco. Hay otro eje deudor de una visión cientificista, o racionalista, del abuso de la técnica y del mundo como inteligible por las facultades humanas. Hay un tercer eje conceptual que es el del elemento místico, que irrumpe con su voz a veces dominical, a veces misteriosa, al cuestionar la naturaleza providencial de los acontecimientos. Estas distintas formas de comprender la realidad de lo narrado se discurren y se enredan entre ellas sofocándose mutuamente a lo largo de todo el disco, nunca dejando a una ser la voz predominante. Ahora bien, por más que sea sugerida en ciertos momentos (en Adiós, o en Parte VII, o en la sección “Vendrán lluvias más suaves” entre otros), es en el viajero donde la locura hace su intromisión, como una forma más del conocimiento humano, frente a los misterios de la existencia. El tema “Viajero Especial” relata la lucha desesperada de un individuo por no caer en la locura, para al final, al momento de su muerte, abrazar su locura como la panacea universal. La locura aparece como un elemento que pone en sintonía a los otros ejes en cuestión. Y es al final del viajero donde estos elementos tienen su batalla final. “Caminando hasta el sol, hago girar molinos” dice el lunático que se acerca a su muerte en lo más profundo del espacio, de cara al sol. Y “¿Tomarás al final mi mano en la fría arboleda?” son sus palabras de consuelo, arrojadas hacia un posible creador. El disco concluye con la máxima “Y así los gusanos devoran mi carne, yo soy su universo y me llaman el sol…”, como un lamento final, de alguien que ríe frenéticamente luego de comprender algún tipo de relevante verdad; el lunático que ha comprendido que de la vida nada podemos conocer realmente. Que aquella idea del creador a la que se aferra es tan absurda como el hecho de que los gusanos que devorarán sus despojos humanos terrenales, al habitar su cuerpo maltrecho y siendo el único universo que conocen, lo verán como Dios, o como la totalidad del Universo, y lo llamarán El sol. Como si hubiera distintos estadios de existencia. Como si la surrealista tapa de Ummagumma de Floyd fuera la reducción zodiacal de algún tipo de verdad universal sobre la existencia, la vida y la muerte, que simplemente se devoran la una a la otra infinitamente.
De todas formas nunca nos tomamos la letra demasiado en serio. Creo que no queríamos caer en la solemnidad típica a la cual estamos habituados en este tipo de música. Por eso subyace en la letra a lo largo de todo el disco una buena cuota de humor -vale destacar, el diario interno que conforma el arte de tapa de “Thick as a Brick” fue una de las influencias literarias más fuertes-, lo cual nos permitía plantear escenarios conceptuales de un apabullante sentido de la maravilla, bajo nuestra óptica al menos, pero sin nunca tomárnoslo demasiado en serio. Pero -de una forma u otra- un corolario de lecturas previas ha moldeado una serie de inquietudes que nos llevó a pensar en “El cuento de las manos heladas”, y nos acompañaron a lo largo de todo el camino.

7.D.- ¿HUBO MÚSICOS INVITADOS O LA BANDA SE OCUPÓ DE TOCAR Y CANTAR TODO?
JAVIER: Tuvimos un invitado, Dimitri Siminovich, que tocó las flautas dulces en el primer tema, “Viejo mundo”. Un genio, no lo conocíamos de antes pero se aprendió ahí mismo el tema y en dos tomas se grabó todas las flautas que quedaron. Y Nico, mi hermano, nos ayudó un montón con comentarios e ideas sobre el sonido y las composiciones.

7.E.- ¿QUÉ NOS PUEDEN DECIR ACERCA DEL ARTE DE TAPA Y GRÁFICA EN GENERAL?
MIGUEL: Fue un proceso colectivo, como casi todo lo que hacemos. Lo primero que hicimos fue contratar a Mateo Barbuzzi, un amigo de Bariloche, para que de una mano con algunas cuestiones plásticas que no manejamos. Después resultó ser que todos queríamos involucrarnos mucho, así que por momentos se tornó caótico. De alguna manera, llegamos a lo que es hoy la tapa, fue un proceso sorpresivo y azaroso. En el momento en que llegamos a la que sería la definitiva, la de los caminantes con el fondo espacial-psicodélico, nos encantó a todos, aunque en el medio hubo muchísimas otras que descartamos.
Desde el principio teníamos la idea de que sea un collage, y que recupere algo de las esencias de los discos clásicos de los 70s. Eso que no sabés que es pero que te provoca una sensación rara y te hace reflexionar, el estar frente a una obra de arte. También teníamos interés en el arte visual de las revistas y comics de ciencia ficción de los 40s, 50s, y en películas como Solaris y 2001, entre otras cosas, que hacían explotar nuestra imaginación.

7.F.- ¿LO HAN PRESENTADO OFICIALMENTE?
JAVIER: Todavía no, aunque ya tocamos todos los temas en vivo alguna vez. Bueno, todos menos el “Viejo Mundo”. El año pasado tocamos dos veces, la primera, en Junio, estuvo buena porque tocamos La Flauta como la habíamos pensado originalmente: los cuatro temas del medio del disco unidos, más de media hora al hilo. Y en la última mostramos Monte Erebus y el Viajero, que acaso son los temas principales del disco, en su versión final. Esa fecha fue increíble, tocamos muy prolijo y a la gente le gustó mucho. A la semana siguiente publicamos el disco.

8.- ¿QUÉ PODEMOS ENCONTRAR EN UN SHOW DE PLESIOSAURIO?
JAVIER: Es música que demanda bastante atención, tanto para los que escuchan como para nosotros, durante un tiempo largo, y eso creo que cada vez lo estamos logrando más. La última vez todo el mundo se quedó en silencio la media hora que duraba un tema, es muy lindo tocar así.
Después, en general, Plesiosaurio es una banda de tocar las cosas muy ensayadas; aunque en vivo hacemos improvisaciones, están bastante pautadas.
MIGUEL: Es muy importante el momento en que dejamos de tocar de repente y vemos que todos están muy enfrascados en la música. No es como un concierto de rock donde tenés temas pautados de una duración máxima de 4 minutos. Tampoco es música clásica donde hay momentos donde se pueden aplaudir y momentos donde no… Hay gente que aplaude en el medio de los temas (en las transiciones), o que nos grita y nos piden temas. Lo nuestro son shows que o bien te requieren concentración de principio a fin, o simplemente dejarte llevar y disfrutar del viaje.
Javier: Y también, siempre tratamos de grabar todas las presentaciones que hacemos, así que en Internet hay un registro bastante completo con los videos. Javi de Azkue viene haciendo un trabajo increíble con eso. Y varias de las versiones en vivo valen la pena escuchar, es gracioso porque se ve nuestra manía de volver y volver sobre la composición de los temas, algunos fueron cambiando mucho a lo largo del tiempo.
JUAN: En cuanto a como nos plantamos en el escenario, cuando empezamos, las presentaciones eran bien minimalistas, nosotros cuatro tocando y listo. Y ahora de a poco estamos incorporando otras cosas, como proyecciones y músicos invitados. Está muy bueno porque abre los temas a interpretaciones distintas. Tenemos ganas de armar algo con Javi de Azuke pasando y mezclando videos en vivo, creo que eso sumaría muchísimo y le daría otro ángulo a nuestras tocadas en vivo.
JUAN PABLO: A mí lo que más me gusta de nuestros shows es que son muy manija. Hay todo un imaginario, en el que las bandas asociadas al progre tienden a la circunspección, donde los músicos son taciturnos y mantienen una fría relación con el público, concentrados en la complejidad técnica de su música. En Plesio esto no pasa. Nos gusta que la gente coree las melodías en 5/4 y nos grite pidiendo temas. Y si te fijas en nuestra actitud escénica se ve que muy tranquilos no estamos. Creo que la gente se copa con la propuesta porque ve en nosotros una actitud más bien distendida, y de complicidad con la audiencia.

9.- LA BASE DE OPERACIONES ES LA CIUDAD DE BARILOCHE PERO… ¿HAN TENIDO LA OPORTUNIDAD DE TOCAR MÁS ALLÁ DE LA PROVINCIA DE RÍO NEGRO? [N. DE R.: ES EL ESTADO PROVINCIAL ARGENTINO DONDE SE UBICA GEOGRÁFICAMENTE DICHA CIUDAD].
JAVIER: Bueno, la verdad es que en vivo siempre tocamos en Buenos Aires. Mantenemos una relación bastante fuerte con Bariloche, vamos todos los años y parte importante de las composiciones las hicimos ahí. Es un lugar muy inspirador. Pero en general, el trabajo de ensayo y las presentaciones es todo en Buenos Aires.

10.- POR ÚLTIMO: ¿CUÁLES SON SUS PLANES A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZO?
JUAN PABLO: En principio, tenemos ganas de salir a tocar. Este último año tuvimos muy buenas experiencias en los conciertos, y luego de una grabación que nos mantuvo ocupados varios meses, sería bueno salir de la clausura del estudio de grabación para respirar el aire del under porteño. Una vez retomados los ensayos, la consigna será la de revisitar los temas de nuestro antiguo repertorio (“La Voluntad de Neptuno”, “El niño del bosque”, entre otros), y a su vez, continuar moldeando las versiones en vivo de los temas del álbum.
Al mismo tiempo, si nos permitiéramos ser más optimistas, nos sentaríamos de nuevo a componer. Hay muchas ideas nuevas en el tintero; y, considerando que el proceso de composición del material del álbum se remonta a mediados de 2013, bueno, digamos que la composición de nuevo material, fruto del constante brainstorming colectivo, es casi un estado natural para nosotros.
Creo que mirando hacia atrás veo que pudimos salir caminando luego de nadar en las pantanosas aguas de El cuento de las manos heladas. Fue un proceso que por momentos se nos hizo un poco cuesta arriba, pero estamos muy contentos con los resultados, y nos llevamos muchas enseñanzas. Y sin embargo no puedo dejar de pensar que, en lo que respecta a futuras composiciones, debemos tomar caminos diametralmente opuestos. Hay más de una batalla ganada en el proceso de grabación del disco, y hay muchos elementos que hemos construido que deben ser profundizados. Pero al mismo tiempo, a lo largo del proceso, en nuestra búsqueda de una mínima trascendencia, despertamos algunos monstruos cuya existencia desconocíamos, y algunas puertas se empezaron a abrir, y el ánimo general fue el de continuar con nuestra búsqueda ignorando las más de las veces el desfile de elefantes en la habitación. Creo que este primer disco nos sirvió para desarrollar un lenguaje propio, a partir de la asimilación de una enorme panoplia de recursos y sonoridades que nos moldearon, y de los cuales, voluntariamente o no, fuimos lentamente dando cuenta. El camino próximo es a mi entender el de una inmersión más violenta, hacia adentro, hacia terrenos menos explorados por nosotros.
Luego de la grabación del disco fuimos revelándonos mutuamente distintas composiciones que teníamos en el tintero. Y aunque algunas de ellas son producto de una profundización de ciertos lenguajes elucubrados en el disco, también otras parecen tomar caminos distintos, y parecen beber, algunas de ellas, de influencias que fuimos adquiriendo a lo largo del proceso de grabación, en algunos casos de la mano de Fito, nuestro productor, quien nos acercó a mucha música (algunos exponentes de jazz en la actualidad, o bandas de rock que no conocíamos, así como otras músicas de clasificación aún más cuestionable); o bien son fruto de nuestras incursiones particulares, que se remontan a años atrás. Yo me aparecí un día con una canción, inspirada en mis sucesivas escuchas de algunas bandas actuales como Temples, y Rouli nos mostró una extensa composición en piano que está tremenda, y trae a la mesa un montón de elementos nuevos. Migue y Juan también nos acercaron algunas composiciones, algunas muy extrañas, que podrían llegar a ser un buen punto de partida para iniciar otro viaje. Si hablamos de tomar caminos diametralmente opuestos a la hora de encarar nuevos horizontes fonográficos, algo que veníamos esbozando era la idea de hacer otra grabación, que registre de una vez y por todas nuestros temas que no fueron incluidos en el disco (porque habríamos terminado con un disco triple en nuestras manos), adaptadas sus sonoridades a nuestras inquietudes actuales, y a su vez hacer frente a las nuevas composiciones que esperan ser dotadas de vida, con la particularidad de que el material no se registraría de la forma convencional en la que se graba un disco en la actualidad, sino a partir de tomas enteramente en vivo, generando un álbum de estudio que sea un registro fiel de lo que la banda es capaz de hacer tocando en vivo. Creo que un enfoque fonográfico de tales magnitudes, que responde más a la tradición jazzística que al rock de las últimas décadas, nos nutrirá de un espíritu de experimentación sonora nuevo para nosotros, resucitando tal vez, en borrón y cuenta nueva, la iniciativa del Pink Floyd pre-Dark side of the moon, de quienes se decía que no componían necesariamente canciones, sino sonidos.
Es que lo que nos inspira es el rock progresivo. Pero no entendido como un género momificado, del cual no puede esperarse más de lo que ya nos ha sido dado en tiempos remotos, sino la progresividad en el rock entendida como una tendencia hacia la experimentación, tomar aliento y sumergirse en un bosque del que nadie ha salido aún. En otra ocasión comentaba, dese mi humilde opinión, que no hay grandes vanguardias visibles en la actualidad (salvando maravillosas excepcionalidades, que aún así, lamentablemente, no conformarían una vanguardia contestataria) como las hubo en los años de producción de las músicas que construyeron nuestros sistemas de valores. Y tal vez sea la consigna de nuestra época la del hedonismo en el arte y en la vida, lo cual no está mal, pero está lejos de ser lo que nos inspira y lo que nos interesa. Es por eso que las luchas actuales en el arte deben hacerse en solitario, desde el más absoluto anonimato. Y es la búsqueda de un sonido propio y la experimentación colosal lo que nos mueve a hacer lo que hacemos, sin asesinar del todo a nuestras influencias primarias que tanto nos han dado, aunque sin temor a quemar nuestras propias naves de vez en cuando. Para nosotros Plesiosaurio es una excusa, un patio de juegos, donde podemos hacer básicamente lo que queramos.
MIGUEL: Con lo dicho por Juan Pablo basta (risas). Esos son nuestros planes por ahora.
MUCHAS GRACIAS PLESIOSAURIO!
Hugo Lagar

Les recomiendo éste disco, una excelente banda para que disfruten de su propuesta!

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Lista de Temas:
1. Viejo mundo
2. Monte Erebus
3. Buenas noches Luna, adiós Sol
4. Al cielo con crayones
5. Parte VII
6. Viajero especial

Alineación:
- Juan Junqueras / guitar, vocals
- Javier Roulet /keyboards
- Miguel Rivera López / bass
- Juan Pablo Sosa /drums, transverse flute, vocals

Comentarios

  1. Download: (Flac + Mp3)
    https://plesiosaurio.bandcamp.com/album/el-cuento-de-las-manos-heladas

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  2. Perdón, pero creo que no fui suficientemente explícito en el comentario. Quería aclarar algo:
    ¡ESTE DISCO ESTA BUENÍSIMO!

    No se lo pierdan!!!!!

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  3. Faaa, está buenísimo, me encantó!! Y también está muy interesante la entrevista. Gracias, Moe!

    ResponderEliminar
  4. ¡No los conocía! Ya quiero verlos en vivo, muy bueno lo de esta banda.

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    1. El 12 de agosto vamos a tocar en Almagro, te dejo el link del evento:https: //www.facebook.com/events/1718803185048680/

      Eliminar
    2. Genial! lo publicamos y vamos a tratar de ir!

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  5. Espectacular esto. Impresionante. Se agradece!

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  6. Es el pináculo! Hormigas que recorren en mi cuerpo. El grupo es muy muy muy impresionante!

    ResponderEliminar
  7. Algún link que sea gratuito? el de bandcamp ya no lo es :(

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    1. Quedará en nuestra list de correo entonces. Mañana lo subo

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  8. Los links de éste disco están disponibles en la base de datos de la lista de correo. Saludos

    ResponderEliminar
  9. El disco está de nuevo disponible para descargar gratis!! Acabo de chequear.

    Saludos

    ResponderEliminar
  10. Por favor, alguien que suba un nuevo enlace, el anterior está caído. Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luis, al enlace de descarga lo tenés acá, en la misma web de Bandcamp:
      https://plesiosaurio.bandcamp.com/album/el-cuento-de-las-manos-heladas

      Saludos!!!

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