No, no estoy hablando del disco de Deff Leppard. Sino que luego de haber publicado el post de "Nuevo Nerón, Nueva Roma" sobre lo sospechoso de los incendios donde se guardan pruebas contra los amarillos, empezando por Iron Mountain, al llegar a casa veo que no fuimos los únicos y que a otros (unos cuantos) también les pareció por demás sospechoso. Del mismo modo, hay varios escépticos (y me uno a ellos) que piensan que esta crisis -que revive el fantasma del 2001- no es producto de los errores e impericia de los amarillos, sino que asumienron el poder para llevarnos nuevamente al FMI y a una política de crisis terminal que lejos de buscar la reducción de la deuda pública promueven políticas de endeudamiento para generar una mayor dependencia del sistema financiero internacional, y aquí es necesario establecer una comparación de la gestión del gobierno de Cambiemos con tres gestiones claves del pasado como los son las de Martínez de Hoz, Sourrouille y Cavallo caracterizadas por planes de ajuste afines a las recomendaciones del FMI. Los resultados son por todos conocidos, y por eso decimos que son piromaníacos, porque más allá que hayan quemado Iron Mountain o las sedes del ANSES, en lo que se preparan es a incendiar el país. Y les repito, no será un error, estos tipos están aquí para eso, se han subido al barco para hundir al Titanic.
Al que le interese, les recomiendo esta nota de Jorge Beinstein titulada "En ruta hacia la implosión económica y la explosión social".
Siguiendo con las comparaciones, uno podría preguntarse... ¿Qué tienen en común el actual gobierno con las gestiones de Martínez de Hoz, Sourrouiile y Cavallo? En primer lugar, son gestiones afines a las recomendaciones del FMI que lejos de buscar la reducción de la deuda pública promueven políticas de endeudamiento para generar una mayor dependencia del sistema financiero internacional. En segundo lugar, en el bloque de poderosos que los sostienen se consagra la hegemonía del sector financiero. En tercer lugar, y como consecuencia de esta hegemonía financiera, deben descartarse políticas de crecimiento a largo plazo en base a un paradigma productivo exportador o al progreso sustentado en el mercado interno. En cuarto lugar y, por último, toman medidas que apuntan a una redistribución regresiva del ingreso, es decir políticas cuasi delictivas pero contrarias a las de Robin Hood: roban a los pobres para que ganen los ricos.
O sea, en todos los casos fueron básicamente unos hijos de puta, más allá de los aspectos técnicos.
El camino tomado conduce a un solo lugar, ellos lo saben y si no cambian de rumbo es porque esto estuvo premeditado desde siempre. Los amarillos están con el bidón de nafta en una mano y con la otra sostienen la mecha encendida. El resultado no será un error, es premeditado.
Todo lo dicho lo resume Charly García en su último recital en Córdoba, así que le dejo la palabra a él...
Me parece que a la alineación de esta banda le faltan un gato y una hiena...
Al que le interese, les recomiendo esta nota de Jorge Beinstein titulada "En ruta hacia la implosión económica y la explosión social".
Por un lado la economía va entrando en recesión piloteada por el FMI sin ninguna posibilidad de recuperación por lo menos en el corto y mediano plazo. La sucesión de ajustes exigida por el Fondo achicará cada vez más el mercado interno (que ya venía declinando desde la llegada de Macri) destruyendo el tejido productivo y empobreciendo al grueso de la población. Esa dinámica conduce inevitablemente hacia la implosión económica, hacia un momento en el que se desmoronan el conjunto del aparato productivo (solo unas pocas islas podrían llegar a salvarse), extendidas redes comerciales y una multitud de servicios.
Lo teóricamente esperable en esas situaciones es que el tejido social y su entramado cultural se vayan desintegrando al ritmo de la recesión para finalmente colapsar. Sin embargo en el caso argentino se está desarrollando un fenómeno poco frecuente que no seguiría la ruta establecida por la teoría: mientras la economía declina rumbo a la implosión, desde la base de la sociedad se han ido generando formas de acción no solo de resistencia sino también ofensivas que van más allá de las reivindicaciones económicas. Se trata de una tendencia que se va amplificando, apuntando hacia una gran explosión popular, un posible tsunami social que amenaza sumergir al entramado institucional y mediático que sostiene al sistema.
Siguiendo con las comparaciones, uno podría preguntarse... ¿Qué tienen en común el actual gobierno con las gestiones de Martínez de Hoz, Sourrouiile y Cavallo? En primer lugar, son gestiones afines a las recomendaciones del FMI que lejos de buscar la reducción de la deuda pública promueven políticas de endeudamiento para generar una mayor dependencia del sistema financiero internacional. En segundo lugar, en el bloque de poderosos que los sostienen se consagra la hegemonía del sector financiero. En tercer lugar, y como consecuencia de esta hegemonía financiera, deben descartarse políticas de crecimiento a largo plazo en base a un paradigma productivo exportador o al progreso sustentado en el mercado interno. En cuarto lugar y, por último, toman medidas que apuntan a una redistribución regresiva del ingreso, es decir políticas cuasi delictivas pero contrarias a las de Robin Hood: roban a los pobres para que ganen los ricos.
O sea, en todos los casos fueron básicamente unos hijos de puta, más allá de los aspectos técnicos.
El camino tomado conduce a un solo lugar, ellos lo saben y si no cambian de rumbo es porque esto estuvo premeditado desde siempre. Los amarillos están con el bidón de nafta en una mano y con la otra sostienen la mecha encendida. El resultado no será un error, es premeditado.
Todo lo dicho lo resume Charly García en su último recital en Córdoba, así que le dejo la palabra a él...
Me parece que a la alineación de esta banda le faltan un gato y una hiena...
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