#Músicaparaelencierro. Y seguimos con más Pez gracias a los aportes invalorables e incansables de LightbulbSun. Y qué oportuno que resultan algunos discos y algunos comentarios que fueron lanzados al viento en su momento, y hoy resuenan de otra manera... por ejemplo, leo un comentario de este trabajo que dice: "Si en su anterior disco, Volviendo a las cavernas (2011), la dirección musical parecía ya encaminarse por este sonido gordo y desgarbado, en Nueva era, viejas mañas, todo se profundiza con simpleza y contundencia. Si en aquel álbum la imagen era la del hombre, desnudo, de regreso a la oscuridad y a la vida comunitaria, ahora la portada ofrece el brazo venoso de un hombre tomando por el cuello a otro. ¿Estallido posencierro? Algo así". Así que vamos con este estallido posencierro antes de la propia pandemia, en nuestro repaso por algunos discos de Pez.
Año: 2013
Género: Rock progresivo / Punk-progresivo / Rock garage
Duración: 42:12
Nacionalidad: Argentina
Los Pez siempre van para adelante sin importarles el mercado y el mundo, que por cierto nunca encajaron. "Nueva era, viejas mañas", sigue en la línea que nos tiene acostumbrado Ariel Minimal, rock crudo y letras para pensar. A veces más dulce y nostálgico, y a veces, como ahora, más rabioso y potente.
Datos particulares del disco:
- Grabado vivo el 5 y 6 de marzo.
- El tema "Bandera Negra" hace referencia a la banda de hardcore Black Flag.
- El tema "Los verderos sonidos de la Libertad" hace referencia a la banda punk TSOL (True Sounds of Liberty).
- El tema "Aquello que late y espera" había sido lanzado anteriormente en un EP virtual de Ariel Minimal titulado Automatización E.P.
- El tema "La Leyenda Del Indomable" hace referencia a la clásica película homónima de los años 60, protagonizada por Paul Newman.
- Éste es el primer disco desde 2004 sin la participación de Pepo Limeres.
Ahora sí... ¿cuantos discos nos faltan para completar la discografía del grupo de Minimal?...
Pez se reinventa sin cambiar la pielSebastián Ramos
La casa del horror, hombres máquinas con monólogos internos, garcas, bestias dormidas, indomables, banderas negras y la madre de todas las artes. Nueva era, viejas mañas. El universo narrativo del último álbum de Pez -no por nada el cabalístico número trece de su discografía- desnuda el espíritu sonoro presente de este grupo sin contraindicaciones. Después de quince años, Pez volvió a grabar como trío, tras la partida del tecladista Pepo Limeres y, valga la trillada analogía, la banda vuelve a nadar en aguas turbias. Rock duro y desenfrenado, de principio a fin.
Si en su anterior disco, Volviendo a las cavernas (2011), la dirección musical parecía ya encaminarse por este sonido gordo y desgarbado, en Nueva era, viejas mañas, todo se profundiza con simpleza y contundencia. Si en aquel álbum la imagen era la del hombre, desnudo, de regreso a la oscuridad y a la vida comunitaria, ahora la portada ofrece el brazo venoso de un hombre tomando por el cuello a otro. ¿Estallido posencierro? Algo así.
"Sepan, no estoy dispuesto a olvidar", gruñe Ariel Minimal en el metalero tema que abre el álbum, "Os garcas", y deja sentadas las bases de su macabro plan. Porque a estas alturas, o en este caso profundidades, Minimal es como nuestro Vietnam. O, mejor, nuestro Neil Young. Un músico explosivo, obstinado por crear obra, sea de estirpe acústica junto a su amiga y compañera Flopa Lestani - La piedra en el aire (2012)-, con aires post-punks con un viejo aliado como Sergio Rotman - Hacia el mar de carbón (2012), del grupo El Siempreterno- o simplemente rock, con Pez, la familia creativa que conforma con Fósforo García y Franco Salvador y con la que en los últimos cinco años editó cuatro discos en estudio, un álbum en vivo y un DVD.
Tras el uno-dos urgente a la mandíbula de "Os Garcas" y "La bestia dormida", esta nueva era del Pez encuentra en los siete minutos de "La madre de todas las artes" quizá la expresión más acabada de sus viejas -y saludables- mañas. "Hola, aquí otra vez, nueva era, viejas mañas. Tan difícil es crecer, contra el ego guerra santa. Siendo un hombre, uno, dos o tres, careciendo de un destino. Tan difícil es crecer, víctimas del desatino", canta Minimal en el tema que le da nombre al álbum y se ofrece como manifiesto actualizado del ahora trío.
"¡Hombre máquina, cortá el monólogo interno ya!" bien podría ser el título de un cuento de Kurt Vonnegut y "Aquello que late y espera" resucita el grito punk de estos músicos en apenas un minuto y veintiseis segundos, dejándole allanado el camino a "La leyenda del indomable", con el mismísimo Rotman -único invitado del disco- en voz.
Pez se reinventa sin cambiar de piel y el final llega con "Los verdaderos sonidos de la libertad", casi nueve minutos que más que cerrar un concepto parece ser la apertura de un próximo capítulo, de lo que vendrá. "La libertad me aconsejó y acá estoy yo, de cara al viento que está por venir... Soy el viajero que está por partir", se lo escucha a Minimal en la canción menos acelerada y más colgada del álbum. ¿Se viene el Pez stoner ? Atendiendo a la prolífica composición de la banda, pronto lo sabremos.
A nadie extraña ya que, con casi veinte años, Pez siga siendo una apuesta segura: ahora con el formato power trío de Ariel Minimal, Franco Salvador y Fósforo, el grupo entrega un paquete de canciones incandescentes, pero que no por eso resignan la melodía.Eduardo Fabregat
“Es el ruido ancestral, el de los dientes crujir”, canta Ariel Minimal mientras todo se viene abajo, mientras “La madre de todas las artes” cumple sobradamente en demostrar por qué, cada vez que aparece un disco de Pez, hay que hacerle su justo lugar en la discoteca. Allí esta Nueva era, viejas mañas, entonces, otro álbum de Azione Artigianale, sello que es también una apuesta segura. Aquí están de nuevo el guitarrista y cantante Minimal, el baterista y cantante Franco Salvador y el bajista Fósforo, formación power trío para darle forma a otro episodio de una banda capital para el rock argentino de los ’90 para acá. Es que estos jóvenes veteranos cumplirán veinte años de trabajo en diciembre de este año, veinte años en los que han sabido recorrer diferentes formaciones y dominar diferentes escenarios. Sobre todo, veinte años de grandes canciones que fueron forjando esa convicción ante cada nuevo paso.
La cita a esa canción del nuevo disco de Pez no es caprichosa: esos siete minutos incandescentes son, de alguna manera (subjetiva y por tanto difícil de precisar), el corazón de un álbum alimenticio y valvular. A esta altura de los acontecimientos, pocos pueden sorprenderse. Este es el decimotercer álbum de estudio de una banda que no sabe de especulaciones, de cosas como “guardarse” para cuidar una fecha “importante” o racionar sus discos para generar expectativa. Pez compone, Pez toca, Pez graba, Pez labura. Y vende sus discos en formato físico pero también los ofrece gratuitamente en formato digital (en su página www.pezapesta.com.ar), porque sabe que hay múltiples maneras de acceder a la música, y los caminos que ha elegido hasta ahora significaron un trabajo sostenido y un público fiel.
Es que detrás de esa ética de trabajo está lo que suena. En sólo dos sesiones realizadas en el estudio El Pie, en marzo de este año, Minimal, Salvador y Fósforo bajaron once tracks que son pura carne de pez, de pez rabioso: está la intensidad a voz en cuello de “La casa del horror” o la virulenta apertura de “Os garcas”, pero también “Bandera negra”, uno de esos títulos de rítmica entrecortada que llevan la marca de identidad del grupo y que conducen al coro enfervorizado de “Bandera negra en altamar...”; está el pulso urgente, adrenalínico de “Nueva era, viejas mañas” y “El temible hongo fusarium”, y otro de esos títulos que sólo Pez puede disparar sin que a nadie parezca curioso, como “¡Hombre-máquina, corta el monólogo interno ya!”: canciones de lava eléctrica, perfectos ejemplos de a qué refiere Pez con el título del disco.
“Debo embestecer, hacer un coso de mí”, propone Minimal en medio de la tormenta eléctrica de “Aquello que late y espera”. Y está bien: más de una vez el oyente necesita esa clase de músicas que son un shot de adrenalina, la invitación a hacerse un coso y disfrutar del agite. Mañas a las que nadie debería renunciar.
Pez nos tiene acostumbrados a los mensajes contextualizantes, y los títulos de sus discos suelen ser buenas señales para anticipar lo que escucharemos una vez que pulsemos «play». Dos años atrás, su álbum Volviendo a las cavernas dejaba en claro que el trío liderado por Ariel Minimal (ex Fabulosos Cadillacs) y completado por Fósforo García y Franco Salvador regresaba al stoner-rock en su faceta más dura, gesto que ahora replica con otro disco con título acorde: Nueva era, viejas mañas. Lo de «nueva era» debería referirse a la partida de su tecladista histórico, Pepe Limeres, que dejó la banda para reconvertirla en un trío. La esencia de Pez es el rock duro, con historia y sonidos patentados en los años 70, pero también mucha pertenencia al skate-rock de los 80. En su nuevo trabajo esta esencia está más firme que nunca, también desde lo referencial: canciones como Bandera negra no puede remitir a otra cosa que a Black Flag, banda insignia de la distorsión y la contraculutra de aquellos años, algo que se repite con la canción que cierra este tanque de distorsiones y melodías cavernosas: Los verdaderos sonidos de la libertad, homenaje para nada velado al grupo T.S.O.L. (True Sounds Of Liberty).Zona de Obras
1. Os Garcas
2. La Bestia Dormida
3. La Madre de Todas las Artes
4. La Casa del Horror
5. Bandera Negra
6. Nueva Era, Viejas Mañas
7. ¡Hombre-Máquina, Cortá el Monólogo Interno Ya!
8. Aquello que Late y Espera
9. La Leyenda del Indomable
10. El Temible Hongo Fusarium
11. Los Verdaderos Sonidos de la Libertad
- Ariel Minimal / voz y guitarra
- Franco Salvador / batería
- Fósforo García / bajo
Download: (Flac - No CUE - No Log - No Scans)
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Password: Eloptimistadelgol
La segunda parte no se puede descargar. Soy yo o esta mal subido el archivo? Saludos
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