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elbicho - elbicho VII (2007)


Artista: elbicho
Álbum: elbicho VII
Año: 2007
Género: Rock fusión flamenco / jazz rock progresivo
Duración: 51:50
Nacionalidad: España


Lista de Temas:
1. De vivir
2. De respirar

3. De esconderse
4. Los Rokipankis
5. De imaginar
6. De tu mirar
7. De resaca
8. Condena
9. Caminito
10. Todas las noches
11. De la misma manera
12. De perder
13. De la ciudá
14. Caradura
15. Ropa tendía

Alineación:
- Miguel Campello / Voz, teclados
- Víctor Iniesta / Guitarra española y de 12 cuerdas

- Carlos Tato / Bajo
- Toni Mangas / Batería y xilófono
- David Cobo Amores / Percusión
- Juan Carlos Aracil / Flauta
- Pepe Andreu / Trompeta y fliscorno

Colaboraciones:
- Bebe / Voz (15)
- Mario Díaz "Majete" / Hammond (14)
- Mercedes Padilla / Castañuelas (8)
- La Carbonera / Voz (1, 8, 9)
- Tino di Geraldo / Guitarra eléctrica (4) y "pataita" (8)


elbicho (“tojunto y en minúsculas” como ellos mismos dicen) es una sorprendente banda de fusión flamenco oriunda de Madrid. Su acercamiento a este género de mixtura con la tradición española resalta porque ha logrado encontrar vetas nuevas en un universo donde ya todo suena a repetición: el surgimiento del rock andaluz y el jazz guitarrístico en las manos del gran Paco de Lucía permitió ver una especie de mina de oro que no solo abrevaba en el rescate de las raíces más auténticas de una porción marginada en la España franquista, sino que representaba resistencia, juventud y creación popular descolgada de los límites de censura y la moral ultraconsewrvadora de aquella época. Pero para los 80, cuando a España se le dificulta el despertar democrático y se pierde en la locura y la bacanal del destape postfranquista, la mina de oro analuz es sobreexplotada y comercializada hasta el cansancio, hasta volverse repetitiva, predecible y melosa, como prueban las más recientes producciones del famoso Cigala, entre otras mil estampas de la misma historia.


Por eso elbicho es notable, porque redescubre con frescura, virtuosismo y honestidad los recovecos menos explotados de esa tradición y los mezcla con una aproximación progresiva y libre que definitivamente suena a nuevo. Y es sorprendente. En elbicho VII, su tercera producción de estudio están la voz, la guitarra y las palmas que caracterizan al género flamenco, pero van tripulando un jet de fusión con lo mejor del rock y el jazz rock. La fusión que logran tiene momentos progresivos, a veces casi sinfónicos, gracias a los arreglos de vientos, los unísonos, ciertos ritmos complejos entre los que aparecen compases de 3/4 sucedidos por rumbas en 4/4 en las que incluso es posible encontrar la síncopa en clave, propia de las tradiciones afrocaribeñas. Otros momentos se acercan más al rock duro o al jazz o incluso al reggae, pero sin perder el carácter de fusión que le da unidad a su sonido; hasta el primer sencillo del álbum, “Los rokipankis”, el más directamente hard rock, tiene ese sello de la banda. Las letras son inteligentes y poéticas, lo que muestra el acercamiento libre a la música que los caracteriza. elbicho es una banda que ha alcanzado un éxito de público notable gracias sobre todo a sus presentaciones en directo, tanto por España como por el resto de Europa y algunos festivales de este lado del Atlántico. Desgraciadamente parecen estar en pausa.


El diseño gráfico es una producción muy creativa (y seguramente costosa) que sale en una especie de digipack armable como pop-up, con muchos troqueles y un formato raro: después de darle muchas vueltas, te das cuenta de que es un diseño tridimensional (un cubo) y que si lo armas correctamente consigues construir una celda de prisión que hace referencia a uno de los temas más sensibles del disco, y el más progresivo, “Condena”, una pequeña suite de más de ocho minutos dividida en cinco partes, cada una distinta rítmica y armónicamente, y bastante compleja y exigente sobre todo con la guitarra: “cumplí condena / en un penal sin pena / y los días se me van”. En su tercera parte sobre todo, la guitarra aborda estructuras melódicas fuera de la tonalidad natural, lo que permite escuchar en ellas una intención totalmente progresiva. El cierre de este tema tiene un ejemplo muy interesante de esos arreglos de metales casi sinfónicos agrandados por el uso de percusión “gorda” como son los timbales de orquesta académica. Otro gran tema que permite ver este derrotero es “De la ciudá” (“la ciudá de los cautivos”), un tema lento, de inicio suave y cierre fuerte, de esos que realmente te pueden poner la carne de gallina.

Además de la música, elbichoVII incluye un DVD con videoclips de temas del álbum, videos de presentaciones en vivo y documentales breves tipo making of. Muchos de estos materiales se pueden ver en el sitio en internet de la banda y en Youtube.
Algunos videos de ahí:



A continuación textos incluidos en el dossier de prensa que se puede descargar de su sitio en internet:
A estas alturas, elbicho no necesita prácticamente presentación. Con dos magníficos elepés a sus espaldas, cientos de recitales en loor de multitudes (a cada cual mejor, a cada cual distinto) realizados a lo largo y ancho de la geografía española y países de nuestro entorno y seis intensos años de carrera en su haber, la banda liderada por Miguel Campello, está pavimentando su particular escalera al cielo, está gestando su propia y definitoria autovía a las estrellas como la gran banda del presente (y del futuro) de ese hermoso cajón de sastre que es la fusión entre Iberia y el Mediterráneo.
Con los tiempos que corren, nada propicios para la libre creación y las apuestas arriesgadas en una industria en franca recesión, elbicho da un paso más, suben un escalón en pos de arte de verdad, a favor de los ritmos que salen del corazón pero también de las vísceras. Ellos comenzaron tocando en la calle y ahora nos deleitan con un tercer disco que explora en las esencias que les han hecho célebres: bohemia arrebatada y psicodelia a flor de piel, quejío flamenco y autenticidad que rompe con las normas establecidas, que se sale de los raíles en el tren de la locura, que tritura el hit-single, impuesto como una insufrible condena a cadena perpetua en la música popular de nuestro tiempo.
Miguel Campello es el gran timonel de un conjunto de excelentes músicos, amamantados en la Escuela Popular de Música, con una propuesta artística realmente sugestiva e innovadora entre manos: fusión de flamenco errante y rock progresivo en la más acrisolada tradición de Yes o King Crimson. Si hace tres décadas, los míticos Triana despuntaban hacia las estrellas, bautizando el movimiento que luego vino a llamarse rock andaluz, con aquellas maravillosas atmósferas de rock sinfónico y canciones del sur, elbicho como nietos aventajados perpetúan ese arte con la frescura de quien encuentra sin haber buscado.
De esta manera, “Miguelito” se alza como un híbrido entre Camarón y Robe Iniesta de Extremoduro, con arranques geniales de puro nervio. Es el duende de un animal escénico, siempre en estado de gracia, paladín de una orquesta de músicos callejeros de grandísimo nivel: Víctor Iniesta a la guitarra, Carlos Tato al bajo, Toni Mangas a la batería, David Cobo a la percusión, Juan Carlos Aracil a la flauta y Pepe Andreu a la trompeta, a los que se suma el reciente y flamante fichaje de Mario Díaz a los teclados, Hammond y sintetizadores.
Para los aficionados a las matemáticas y a las cábalas, para astrólogos y estudiosos de diverso pelaje el VII es un número mágico por diversas razones. Siete días de la semana, siete notas musicales, siete pecados capitales, siete colores del arco iris, siete cuerpos celestes que dan nombre a nuestros días. El VII es el resultado de la suma entre III (lo celeste) y IV (lo terrenal), un número perfecto que simboliza la relación entre lo humano y lo divino.
Como equilibristas y amantes del triple salto mortal, elbicho desea recuperar el espíritu de aquellos vinilos y aquellas portadas que nos cautivaron hace tres décadas. Como las míticas cubiertas de Jethro Tull, Thick as a Brick, convertida en un periódico desplegable, o Alice Cooper, Billion Dollar Babies, una billetera con piel de serpiente, y especialmente Led Zeppelin III y Physical Graffiti, con sus capas y troqueles, arte que invocan en un sugerente digipack, en edición de lujo, que proyecta la filosofía del grupo.
Rejas desconcertantes que quieren impedir el paso de los sueños. Liberar la mente, el cuerpo, dar salida a los proyectos, latir al ritmo que marcan los compases del atrevimiento. Replantearse continuamente la realidad, no dar nada por sentado. Forma parte de la búsqueda y experimentación propia de los niños, que todo lo hacen suyo y sin querer nos descubren que hay otras formas de ver las cosas, que aún hay mucho camino por explorar al contrario de lo que la industria da a entender, que no está todo exprimido ya hasta la saciedad. La música es un ser vivo, dinámico, que no puede ser enjaulado por las modas y caprichos al uso. Las ruinas, la celda, la condena, el ladrillo que nos aprisiona. Una escapada al final del camino.
elbicho presenta su rutilante tercera entrega titulada elbicho VII. Como ellos mismos afirman, ante la crisis: calidad. No hay mejor receta para vencer este tiempo de incertidumbres, que pese a todo, ofrece un mar de posibilidades. En definitiva, y como sentenciaron nuestros mayores, la imaginación al poder.
Fran Llorente

También del dossier:
El núcleo del grupo se conoce en la Escuela Popular de Música de Madrid bajo la tutela del
reconocido percusionista y compositor Guillermo McGill, y en cuestión de semanas comienzan a tocar en pequeñas salas y por la calle, atrapando a los viandantes incautos los domingos de Rastro con canciones de una belleza y sencillez deslumbrante. Progresivamente se fueron sumando el resto de miembros de la banda, creando así el caldo de cultivo perfecto, compuesto de las influencias más dispares y de donde nacería la propuesta artística de elbicho: flamenco errante, rock progresivo y ritmos afro-latinos sumados a letras salidas de un subconsciente Lorquiano, en la más acrisolada tradición entre King Crimson y Las Grecas.
Con elbicho VII, el grupo vuelve a trabajar con los productores de su disco debut. El resultado es un disco elegante y maduro, editado en un digipack-celda que nos hace plantearnos hasta qué punto somos realmente libres. Canciones que buscan un rincón protegido del alma donde anidar y desde el cual ir limando con cada escucha los barrotes que nos encierran, que nos imponemos y que nos imponen desde que nos parieron...
Dossier de elbicho

Mr. Wikipedia dice:
elbicho es un grupo musical español (mitad madrileño, mitad ilicitano) de «flamenco fusión», que conjuga rumbas, tangos y bulerías con notas de jazz, rock, ritmos afro y músicas del Magreb.
La Escuela Popular de Música de Madrid, dirigida por Guillermo McGill, fue el lugar donde, a mediados de septiembre de 2001, entraron en contacto seis de los ocho componentes de la banda. En cuestión de semanas comienzan a tocar en pequeñas salas y por la calle.
Están principalmente influidos por la música rock de los años setenta (Pink Floyd, Led Zeppelin...) y por el flamenco (Camarón y Paco de Lucía), en una línea heredada del rock andaluz. Dicen de ellos que son una especie de Triana en versión años noventa.
Corría el año 2003 y lanzan al mercado su primer álbum de estudio de título homónimo (elbicho) donde buscan los palos menos fusionados con el pop como son los, tanguillos, tangos y bulerías. Producido por Tino Di Geraldo, Senheiser, Grumpy Joe y con colaboraciones de artistas del jazz, flamenco y pop como Carles Benavent, Jorge Pardo o Tomasito que en menos de un año se convierte en disco de oro.
En 2005 editan su segundo álbum elbicho II, autoproducido por el grupo junto a J. L. Garrido.
Su tercer, álbum sale a la venta en 2007 con el nombre de elbicho VII y entra directo al Nº 2 en las listas de ventas, por detrás de Marea, y permanece varios meses en el top 10. Nominado a mejor disco y mejor directo en los Premios de la Música de Extremadura.

En lafonoteca.net :
Evolución. La palabra mágica. El santo grial. La tierra prometida. Si en tu nuevo disco no hay “evolución”, date por acabado, amigo. Entre todos hemos conseguido que el término en cuestión pierda todo su significado cuando se emplea en el contexto de un debate musical. Aunque a veces se dan unas pocas excepciones en las que adquiere más sentido que nunca.
Como por ejemplo en “elbicho VII” (DRO, 2007). Sí, aquí hay una evolución real. Por primera vez en su carrera el grupo se atreve con ritmos como el reggae, la salsa, la bossa o incluso la samba. De esta manera, el ya riquísimo vocabulario de la banda se amplia hasta extremos insospechados.
Otro aspecto fundamental en el, por el momento, último álbum de elbicho, es la sensación de que estamos ante una especie de reedición de la suite del trabajo anterior, aunque esta vez la suite es el disco en su totalidad. En efecto, los títulos que aparecen en la parte trasera del disco no serían tanto los de unas canciones independientes entre sí como los de las distintas secciones de una extensa pieza musical.
“VII” (siete son los miembros del grupo) cuenta además con la producción de Tino di Geraldo, un viejo conocido que ya produjo el debut de la banda, y que aquí hace un trabajo magnífico, consiguiendo un sonido poderoso, lleno de matices y de un empaque casi orquestal.
La música, como siempre, es extraordinaria. Por supuesto no se olvidan de su inspiradísima vena rumbera (“De vivir”, “De respirar), ni de las jams (“De resaca”), ni tampoco de sus hermosos remansos melódicos (“De la ciudad”, “Todas las noches”).
Con todo, lo más interesante de este “elbicho VII” son las novedades. “De esconderse” son unos tanguillos que terminan mutando en un sabroso número salsero. Fascinante. “Los rokipankis”, single de presentación del disco,es un contundente hard-rock rumbero, y mientras que en “Caminito” nos invitan a bailar a ritmo de samba, en “De la misma manera” y “De perder” nos deleitan con su irresistible visión de la bossa-nova. Con“Ropa tendía” llega el turno del reggae y de Bebe, que hace una discreta aparición en el disco de sus compadres.
Aunque sin duda los dos grandes momentos del disco son “Condena” y “Caradura”. La primera es una impresionante suite dentro de la suite, en la que hay sitio para casi cualquier cosa: rumba, lisergia, rock y hasta una especie de imparable marcha épica a golpe de timbal. Mención especial merecen aquí esos gitanísimos coros de La Carbonera. “Caradura”, por su parte, es un nuevo festival de ritmos que confirma, por si a estas alturas todavía hacía falta, que estos muchachos conocen a la perfección la música de Guadalquivir. En la parte final se insinúa una especie de danza mora sobre la que Campello canta furioso: “Van toas las flores siempre marchitando toas las cosas / y entre los colores rosa, rosa”. Bestial, en serio.
“elbicho VII” decepcionará a los que esperen encontrar una bomba de relojería como la del disco anterior, pero aquí hay evolución, oiga. Y mucha buena música. Si siguen por este camino el límite, como decía aquél, es el cielo.

Los chicos de Miguel Campello asoman con nuevo disco, el tercero en la carrera discográfica de El Bicho dos años después de “El Bicho II“.
ElBicho saca al mercado su nuevo disco que aúna flamenco y 'rock cañí-levantino'
Elbicho VII es un homenaje a la 'magia' de este número y a los componentes que forman esta banda que aúna ritmos y estilos que ellos definen como un rock cañí-levantino.
En El Bicho VII continúan con su peculiar forma de trasladar a Triana, Deep Purple o los mismísimos Led Zeppelin al formato flamenco y lo presentan con un primer single titulado 'Los Rokipandis', que nos habla de un grupo de colegas que se juntan para no hacer nada en todo el día.
El nombre de su nuevo trabajo se debe al número de componentes de la banda, aunque en estos días se incorpora un octavo, Mario, que será el encargado del piano sintetizador.
Quince temas que esconden una colaboración de Bebe en 'Ropa Tendía'.

"Elbicho VII" es el tercer disco de Elbicho. Después de dos años desde su anterior trabajo y con dos discos de oro a sus espaldas, los siete componentes de Elbicho, de ahí el título del álbum, regresan con su peculiar flamenco-fusión. Quince nuevos temas que esconden una colaboración de Bebe. Una propuesta diferente e innovadora que vuelve a conjugar las rumbas, tangos y bulerías más flamencas entre notas de jazz, rock, ritmos afro y hasta músicas del Magreb.
Su espítiru anárquico y visionario convence tanto como su música. Su tercer trabajo es un álbum intenso y lleno de detalles, en el que la banda demuestra que no han perdido un ápice de inspiración ni de actitud. "Los Rokipankis", su primer single es, en realidad, un guiño de buen humor para presentar un trabajo que por momentos alcanza altísimas cotas de calidad.



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