Como se habrán ya dado cuenta, en el blog cabeza nos gusta mucho las mezclas del rock con otros estilos (jazz, clásico, etc.) y en especial con música folclórica o étnica sea de donde sea el lugar de origen. En este caso nos centramos en un genuino rock celta, en un disco mítico de los Wolfstone, siempre con lecturas aceleradas de temas tradicionales celtas mezcladas con temas cantados cercanos al rock o al pop-rock. Este disco que hoy nos congrega, aportado por Horacio Manrique (a quien agradecemos porque es una banda que necesariamente tiene que estar en nuestro blog), incluye algunos de los momentos y los temas más notables de la banda a lo largo de toda su historia. Otro de los grupos que necesariamente tenían que estar en el blog cabeza, y que ahora por fin corregimos nuestro error, gracias a la comunidad cabezona que es lo más grande que hay, como la vieja, diría Pappo.
Artista: Wolfstone
Álbum: The Half Tail
Año: 1996
Género: Folk rock
Duración: 42:11
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Escocia
El nombre del grupo -Piedra de Lobo- proviene de una piedra de los pictos, tribu ancestral, que descansaba en un muro situado a varios kilómetros de Inverness (Tierras altas escocesas), lugar de procedencia y residencia del núcleo fundamental del grupo. La música que factura la banda es rock-celta en el sentido y la proporción más real puesto que la mitad de los integrantes del grupo proviene del rock mientras que la otra mitad ha crecido escuchando canciones y tonadas tradicionales de su país. Por tanto sus preferencias musicales lo mismo apuntan a Primal Scream o ACDC que a Sharon Shannon o Michael McGoldrick.
Las raíces de Wolfstone se remontan a cuando el violinista Duncan Chisholm conoció al guitarrista Stuart Eaglesham en una sesión de pub . Una idea que se hizo realidad, al hermano y teclista de Stuart, Struan Eaglesham, se le ofreció un lugar en la alineación, al igual que al gaitero Allan Wilson de Bonar Bridge . Roger Niven de Black Isle tocaba la guitarra, pero pronto fue reemplazado por Andy Murray. En 1989, Wolfstone realizó su espectáculo de apertura en el primer Festival de Música Tradicional de las Tierras Altas en Dingwall, complementado con bajo y batería secuenciados. Después de esto, la banda corrió el circuito habitual de salones de baile de las aldeas de Highlands and Islands, ganando experiencia en vivo. Estaba claro que esta era una empresa que valía la pena, los trabajos les valían más que sus trabajos diarios. Durante este período, Wolfstone grabó dos álbumes, Wolfstone y Wolfstone II respectivamente, en Rowan Records, utilizando máquinas de secuenciación sobre una sección de ritmo estándar .
"The Half Tail" presenta a la banda en la cima de su carrera. Puede que carezca de los elementos de rock más duro de otros discos, pero las composiciones son tan buenas como las mejores que haya producido la banda, especialmente los instrumentales. Este es un ejemplo de un grupo que forjó un nicho idiosincrásico y lo jugó entero por ello... y vale nuestro reconocimiento por ello.
A la hora de afrontar la grabación de «The half tail», Wolfstone decide cambiar de aires en cuanto a la producción artística se refiere y, tras varios discos bajo la tutela de Phil Cunningham, contactan con Chris Harley, – productor de Runrig entre otros-, el cual factura una producción magistral. Las nueve composiciones incluidas en «The half tail» son de una riqueza amplísima conformando uno de los mejores discos de la banda. Nada sobra y todo fascina: desde los reels demoledores hasta las baladas en las cuales la gaita y el violín se sobresalen; esencias y nuevos olores conformar un disco referente para Wolfstone.
Vamos al comentario principal del posteo...
Aunque la banda escocesa de rock celta Wolfstone siempre se había decantado hacia una música rotunda, una progresión natural experimentada desde comienzos de los 90 donde lo mas puro y tradicional seguía estando presente en gran medida, ellos mismos avisaban que en su trabajo de 1996 "The half tail", el oyente podría sentirse atrapado por un sonido mas duro que en los exitosos, sublimes incluso, "The chase" o "Year of the dog", las dos anteriores obras del grupo. La propia portada del nuevo álbum avisaba claramente de ello, una desafiante calavera de bovino con fondo de colores negro y sangre. Lástima que la caligrafía del libreto, obra de Amanda Munro, sea tan elegante y estilizada como dificilmente legible. El título provenía de una antigua expresión escocesa sobre los talleres en los que se reparaban los carros que se quedaban a 'media rueda' (half tail), al romperse una de ellas. El sello norteamericano de música celta Green Linnet volvió a apostar por estos herederos de William Wallace, y realmente es constatable que en "The half tail" se respiraba más que nunca el espíritu combativo escocés, a través de reels guerreros y letras comprometidas.
Esta banda implica una demolición del folk que se digiere de manera convencional, planteando una rockera y sugestiva combinación de ritmo y melodía, y una alternancia de temas vocales e instrumentales que consigue una deliciosa fluidez y mayor sensación de variedad. Desde luego, no hay momento para el aburrimiento en "The half tail", para empezar, por medio de un poderoso y bailable reel de título "Zeto" (su primera parte, 'Zeto the bubbleman', es una versión de Gordon Duncan de otra enérgica banda, Ceolbeg, mientras que el segundo tramo, 'Electric chopsticks', fue compuesto por Roddy MacDonald). El contraste se da con "Tall ships", una acertada canción de Ivan Drever con aroma country, armónica incluida. "No Tie Ups" es otro vocal que cierra el disco correctamente, sin embargo son las otras dos canciones que restan del trabajo las que rozan la excelencia: "Heart and soul", de fácil seguimiento, funde de nuevo eficazmente sones sureños y celtas, de la mano de Drever y Duncan Chisholm; y "Bonnie ship the diamond" es una delicia, un soberbio arreglo de un tema tradicional (consta de dos partes, 'Bonnie ship the diamond' y 'The last leviathan'), de desarrollo pegadizo y furiosa guitarra. En cuanto a los cortes instrumentales, el nivel es sencillamente sublime: "Gillies" es uno de los grandes clásicos de la banda y de la música celta de final de siglo, una magistral pieza recordada y venerada, que aúna intensidad y emotividad (su primera parte, el aire lento 'The sleeping tune', es obra de Gordon Duncan, mientras que la segunda y más rítmica, 'The noose and the gillies', la compuso el canadiense Perry Gauthier). En "Granny Hogg's enormous wallet" un comienzo de suave piano deja paso a una animada y sugerente danza con protagonismo de la flauta. "Glenglass" es una delicada y bellisima tonada de Stuart Eaglesham, esta vez dominada por el violín, otro de los puntos culminantes del álbum. Para concluir, "Clueless" no llega a alcanzar, a pesar de su corrección, los niveles anteriores. A efectos de producción el álbum es mas que correcto, posee un sonido limpio y conciso, con momentos de todo tipo muy bien delimitados y construidos. El responsable, Chris Harley, intentó ser el sustituto de Phil Cunningham, y este escocés desaparecido en 2015 demostró perfectamente su valía, la experiencia de tantos años con otra banda escocesa de renombre, Runrig, a los que agradecía Duncan Chisholm haber abierto el camino de la música celta escocesa hacia el rock. La banda mantenía sus cuatro miembros básicos, lo que garantizaba la conjunción de los mismos: Duncan Chisholm (violín), Ivan Drever (voz, guitarras, bouzouki) y los hermanos Eaglesham, Stuart (guitarras, whistle, voces) y Struan (teclados); además, Wayne Mackenzie (bajo), Mop Youngson (batería) y Stevie Saint (gaita), y como músicos invitados, Iain Macdonald (flauta), Sandro Ciancio (percusión) y Fraser Spiers (armónica). Mención aparte merece un gaitero tan innovador como Gordon Duncan (fallecido prematuramente en 2005, curiosamente el mismo año que otro genial intérprete de gaita, Martyn Bennett), que participaba en el anterior trabajo del conjunto, y si bien no aporta su magistral interpretación en éste, sí que colabora en la composición de algunos de los temas.
La inclusión de títulos tan míticos como "Gillies" o "Glenglass" en cuanto a los instrumentales, y "Bonnie ship the diamond" o "Heart and soul" entre las canciones, ayudó a hacer de "The half tail" un trabajo equilibrado (si bien los temas sin palabras parecen dominar el conjunto) y absolutamente imprescindible en la amplia y efectiva discografía de los escoceses, si bien culmina su mejor etapa, a partir de la cual las composiciones esenciales son menos habituales. Unas giras extensisimas hacían tan fáciles los momentos de fiesta como difíciles los destinados a la composición de nuevas canciones, lo que no impidió que siguieran llegando más trabajos con pequeñas nuevas joyas, buenos discos en general ("Seven" o "Almost an island", por ejemplo), pero que están notablemente eclipsados por la grandeza de sus grandes obras. No en vano, "The half tail" fue el último trabajo de Ivan Drever en la banda, al decidir dedicarse totalmente a su carrera en solitario. Uno de sus álbumes, "This strange place" (creado junto al bajista Wayne Mackenzie), creó una cierta confusión en el público al decidir Green Linnet editarlo bajo el nombre de Wolfstone, sin tener el sonido propio del grupo, el que abrumaba en trabajos como "The half tail".
Y bienvenido Wolfstone al blog cabeza! Que no será un grupo muy conocido ni reconocido, pero talento no le falta, solo son cuestiones del mercado, que ya sabemos como es. Pero tiene su espacio bien ganado en el blog cabeza.
Podés escuchar el disco aquí:
https://mozaart.com/es/r/the-half-tail-wolfstone
¡Y a conocerlo y disfrutarlo en el fin de semana!
Lista de Temas:
1. Zeto
2. Tall Ships
3. Gillies
4. Heart and Soul
5. Granny Hogg's Enormous Wallet
6. Bonnie Ship the Diamond
7. Glenglass
8. Clueless
9. No Tie Ups
Alineación:
- Duncan Chisholm / fiddle
- Stuart Eaglesham / acoustic guitar, electric guitar, vocals, whistle
- Struan Eaglesham / keyboards
- Ivan Drever / lead vocals, acoustic guitar, electric guitar, bouzouki
- Wayne Mackenzie / bass guitar
- Mop Youngson / drums
- Stevie Saint / pipes
- Iain Macdonald / flute
- Sandro Ciancio / percussion
- Fraser Spiers / harmonica
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