Ir al contenido principal

Antiintelectualismo y elitización de la producción de conocimiento

Antiintelectualismo, racismo, procesos de desdemocratización, financiarización de la economía, son fenómenos que se entrelazan bajo el mando del capital global y que coronan con el ascenso de las ultraderechas aquí y en el mundo.  La investigadora del CONICET y la Universidad de Buenos Aires, Macarena Marey, analiza la naturaleza ideológica de estos fenómenos y sostiene que el discurso antiintelectual tiene dos objetivos interrelacionados: desactivar la crítica y desmovilizar en lo político.

Por Macarena Marey


Antes de la pregunta del para qué / quiénes lo hacemos, antes de la pregunta de quiénes lo hacen, está la pregunta de dónde y cuándo (cómo) producimos conocimiento. Claro que el acercamiento a estos problemas no es ajeno a cualquier sesgo e inconveniente que tenga cualquier investigación científica (humanística, social o de las “ciencias duras”). Pero sin esa reflexión no hay posibilidades de transformación. Para pensar seriamente sobre cualquier proceso de producción de conocimiento científico y en las posibilidades de una construcción transdiciplinaria del saber científico tenemos que poner en el centro de la reflexión las condiciones materiales inmediatas, sociales, políticas, geográficas y económicas en las que efectivamente producimos conocimiento. Lo que importa es transformar el mundo, pero si las categorías que tenemos no nos permiten comprender el mundo entonces para transformarlo también necesitamos reconfigurar nuestros conocimientos y reconceptualizar nuestras herramientas teóricas.


La academia y lo político: diagnóstico

Vivimos un presente en el que se perciben una serie de fenómenos desdemocratizantes en varios lugares del mundo, en diferentes contextos. Estos procesos y movimientos no son externos al funcionamiento de nuestras democracias, no son amenazas externas a ellas. Los avances y afianzamientos de los discursos y políticas anti Estado de bienestar, por ejemplo, no son impulsados desde un discurso ajeno a los contextos democráticos, sino que explotan sus problemas apelando a sus propios principios. La instrumentalización de la democracia para fines desdemocratizantes no es algo novedoso, está en la historia misma de la democracia durante el capitalismo. Lo que quiero decir con esto es que difícilmente comprendamos los problemas de nuestros presentes si los consideramos extrínsecos a los funcionamientos económicos, sociales, normativos y éticos y a los archivos históricos de nuestros contextos políticos y a la inserción específica de ellos en el capitalismo global. Difícilmente, además, podamos solucionar algo de estos problemas si entregamos la democracia a su instrumentalización en lugar de dar batalla con ella contra el capitalismo. Lo mismo aplica a los problemas en la producción del conocimiento: tenemos que analizar el interjuego de nuestros principios e ideales con nuestras realidades, no buscar las causas de los problemas en otro lugar, es decir: no desresponsabilizarnos. 

En este presente, junto con el impulso de posturas antiigualitarias se nota también el avance y afianzamiento de un marcado antiintelectualismo que, al mismo tiempo que desprecia las ciencias llamadas “humanas y sociales”, oculta que detrás de los movimientos y fenómenos desdemocratizantes hay varias teorías, especialistas de la academia e intelectuales operando, generalmente en la forma de think-tanks pero no solo en esa forma. El antiintelectualismo es, entre otras cosas, él mismo una postura intelectual que se alimenta de producciones académicas. Este antiintelectualismo no es propiedad exclusiva de los movimientos políticos abiertamente ultranacionalistas, xenófobos y en general “regresivos”. También lo encontramos, por ejemplo, en el avance de la autoatribución de un discurso pretendidamente científico en los movimientos feministas antitrans que atacan el estatuto epistémico de rigurosos estudios trans*, militancias y activismos. Aquí se apunta contra una suerte de exceso de teoría respecto de una supuesta realidad biológica y de un inasible sentido común binario. En otro lugar del compás político, más hacia la izquierda, posturas y movimientos “progresivos” suelen atacar la idea misma de la academia al indicar la inadecuación del conocimiento allí producido respecto de la praxis concreta y de los problemas reales de las personas de carne y hueso. La teoría sería, en esta visión, un lujo innecesario y desvirtuante que las comunidades vulnerabilizadas no pueden darse y las y los intelectuales, sobre todo de la academia, personas recortadas de la realidad verdadera de lo real.  

Las posturas antiintelectualistas no rechazan todo tipo de teoría y quehaceres teóricos, incluso (¡sobre todo!) no rechazan todas las teorías desarrolladas en los ámbitos de las humanidades y ciencias sociales. (El neoliberalismo, por caso, tuvo una elaboración teórica realizada especialmente desde las ciencias económicas y sociales; en su libro En las ruinas del neoliberalismo Wendy Brown analiza muy bien esa teorización del neoliberalismo en sus orígenes intelectuales).  

El objetivo de un discurso antiintelectualista es doble. Por un lado, ocultar que detrás de esas posturas hay elaboraciones teóricas muy concretas que sostienen teorías muy específicas. Con el ocultamiento de esas teorías o, antes bien, del carácter de elaboración teórica de sus visiones del mundo, se pretende desactivar la crítica. Por el otro, y para afianzar esta intención, se intenta desautorizar epistémicamente a personas y colectivos determinados con el fin de desmovilizarlos en lo político. La intención principal de todo este movimiento de desposesión es negar el estatuto de conocimiento, de Episteme con mayúscula, a cualquier espacio y colectivo que pueda ejercer la crítica, que siempre es teórica y práctica al mismo tiempo.   

Para quienes trabajamos en la investigación y la docencia universitaria, la actitud adecuada frente a estos ataques antiacademia, antiintelectuales y antiteóricos que tenemos desde el frente de los contramovimientos antiigualitarios, incluyendo aquí a los feminismos antitrans, y desde el frente de movimientos con intenciones transformativas con los que sí compartimos objetivos y en muchos de los cuales nos insertamos no puede ser desestimar sin más estas voces. Esto no solo porque muchas de estas puestas en cuestión de nuestra tarea por parte de algunas comunidades, colectivos y movimientos son muy pertinentes. Aunque decidamos que no se puede dialogar con posiciones antiigualitarias (yo creo que no se puede), sí tenemos que pensar por qué les resulta tan fácil ese ataque, por qué ese ataque resuena tanto en tantos lugares de nuestras sociedades. Y como sí tenemos que entablar conversaciones para la producción conjunta de conocimiento con la comunidad de la que somos parte, no podemos mirar para otro lado cuando se nos dice que la academia está alejada de la praxis -aunque de hecho sabemos que no lo está, sobre todo cuando más parece alejarse de la “realidad”-. 


Teorizar es una práctica

En un texto de 1991 que salió publicado en una revista de la Universidad de Yale y que luego fue replicado en Teaching to trangress, (“La teoría como práctica emancipadora”), bell hooks propuso una reconfiguración del viejo tópico “teoría y praxis”. Esta reconfiguración tiene, tal como la leo yo, cuatro ejes.  

En primer lugar, el carácter sanador de la teoría (a la que ella llegó motivada por el dolor), basado principalmente en su carácter de intervención crítica en el status quo.  

En segundo lugar, la indicación de que la teoría no es en sí misma “sanadora, liberadora o revolucionaria. Cumple esta función solo cuando le pedimos que lo haga y dirigimos nuestro teorizar hacia ese fin”.  

En tercer lugar, una práctica determinada no está garantizada tan solo porque se tenga su concepto. Se puede vivir y actuar de manera feminista, ejemplifica hooks, sin tener el término “feminista” y, resalto, se puede teorizar (académica o mediáticamente) un concepto de “feminismo” (o de “colonialidad”, por ejemplo) sin tener una práctica feminista (ni decolonial).  

De hecho, suele suceder que el lugar de enunciación desde el que se produce ese conocimiento eminentemente tenido por “Teoría” es un ámbito en el que se amplifican voces racionalizadoras y se silencian esas voces críticas que permitirían abrir los conceptos a la modificación que necesitan para ser sensibles a la riqueza de los diferentes contextos prácticos y sus problemas normativos. No es arriesgado pensar que la teoría académica suele ser conceptualmente más conservadora que “las prácticas” porque la academia tiene esa estructura que ya conocemos: llena de sesgos de prestigio, sesgos de género, cisnormativos, racistas, capacitistas, llena de asimetrías Norte-Sur. La filosofía no llega tarde porque necesite esperar el despliegue de la idea; antes bien, la filosofía suele llegar cuando el concepto ya dejó de ser disruptivo y contestatario.

Sin embargo, en esto la academia no es ajena al mundo que habita: las injusticias estructurales tienen una condición acuática, atraviesan, corren a través, inundan todos los espacios. Por esto es que en rigor, y con esto enumero el punto cuarto, no hay un hiato entre teoría y práctica, dice hooks.  

Pienso que la compartimentalización teoría / práctica es una ilusión producto de reducir la “teoría” a la producción académica de conocimiento en manos de ciertas subjetividades y corporalidades localizadas en determinados lugares. La fabricación de este hiato tiene dos efectos principales: (1) que la episteme, en manos de una elite, parece no dar cuenta de la vida y la experiencia de millones de seres humanos, lo que lleva (2) al desprecio por la teoría.  

Si afinamos el oído, escucharemos el punto central de las actitudes de desprecio a la teoría: son críticas a las prácticas teóricas, no al carácter teórico de las teorías en sí mismas. A lo que voy: teorizar y hacer teorías son prácticas que involucran acciones concretas, procesos concretos y condiciones materiales determinadas. Como prácticas, se insertan en contextos determinados que las moldean y que son a su vez moldeados por ellas, con lo cual ocurre una reconfiguración teórica y práctica constante. Estas afirmaciones parecen triviales, obviedades de las que nadie se está enterando en este momento gracias a mí, pero suelen ser pasadas por alto cuando se aborda la famosa cuestión de la relación entre teoría y praxis.  

También es evidente que la imagen del académico (el masculino es a propósito) como un ser incorpóreo que habita en una torre de marfil y cuya distancia con lo terrenal le permitiría discernir la verdad oculta en el mundanal ruido, i. e. el ideal mismo de imparcialidad y objetividad del punto de vista de ningún lugar, es un producto ideológico que se corresponde con un modo específico de distribución de autoridad epistémica. No me interesa ahora criticar este modelo, que ya nadie defiende seriamente, del teórico neutral que solo intenta entender una realidad que no lo afecta y producir modelos para mejorarla, independientemente de qué piensen las personas que la habitan. Tampoco la imagen del intelectual comprometido (o del divulgador) que desciende a la praxis impura desde la altura del saber inmaculado para guiar a quienes están en la fragua de las luchas emancipatorias es más adecuada. En ambos casos se suponen una serie de hipótesis falsas sobre la teoría y su relación con la práctica: la teoría sería intrínsecamente capaz de guiar la acción desde arriba precisamente por su distancia ideal con la praxis, entendida por su parte como el territorio de lo imperfecto cuyos problemas se deben a que todavía no llega a ser como el modelo idealizado de la teoría.  

Creo que es por culpa de este prisma distorsivo, tematizado por filósofos críticos como el jamaiquino Charles Mills en términos de “teoría ideal”, que se llegó a pensar que hay un hiato natural y necesario entre la teoría y la práctica. La idea de este salto, que permitió a los antiguos separar el ideal del sabio contemplativo del ideal del sabio phronismos, produce la negación de agencia epistémica y política a determinadas subjetividades, negación diseñada para desmovilizarlas con el fin de obstaculizar la transformación social que podrían emprender. Con este concepto trunco, se niega el estatuto de “teoría” a las teorizaciones que ocurren necesariamente en lo cotidiano y por fuera de determinados centros de producción de conocimiento. El concepto “Teoría” (como Episteme, también con mayúscula) queda reservado al círculo cerrado y velado de la academia. El antiintelectualismo de estos tiempos es, entre otras cosas, una reacción más o menos consciente frente a esta elitización del quehacer teórico.  

Suele sostenerse que una misma teoría puede tener efectos críticos y de mejora o racionalizadores y de profundización de las injusticias dependiendo de por quién, cómo y dónde se aplique. Pero ¿son las teorías en sí mismas polivalentes ideológicamente? ¿Son los desarrollos teóricos meros instrumentos asépticos cuya practicidad está en manos de quien opera el bisturí? Antes bien, es la inseparabilidad entre la teoría y la práctica en el acto y momento mismos de teorizar lo que genera esa polivalencia aparente. Cada práctica de teorización tiene siempre una orientación política, ética e ideológica cuyo valor es inseparable de la teoría producida.  

No es su distancia con la práctica lo que define el éxito/fracaso de la aplicación de una teoría. El fracaso en la aplicación de una teoría es el resultado de la orientación que tomó un proceso práctico determinado de teorización, específicamente la orientación de una práctica que concibe a la teoría como producción de modelos perfectos que deciden ignorar aspectos enteros de la misma realidad que quieren explicar y “mejorar”. Lo que no se tematiza no se problematiza y, así, se naturaliza. Una injusticia naturalizada como imperfección temporaria de lo real o simple infortunio no se repara jamás.

Si el antídoto contra la hipocresía de la imparcialidad es la omnilateralidad y la multiplicación radical de los centros de producción de conocimiento, entonces las condiciones en las que producimos conocimiento tienen que ser el punto de partida de nuestros pensamientos. Si los problemas de esas condiciones atraviesan diferentes prácticas teóricas y diferentes disciplinas, entonces esta realidad nos demanda un acercamiento transdiciplinario. Un acercamiento que atraviese las disciplinas es necesario porque los problemas que hay en nuestros procesos de producción de conocimiento científico, en las condiciones en las que ellos se desarrollan, son producto de injusticias estructurales que atraviesan todas las relaciones sociales.  

Vivimos en unos tiempos en los que pensar qué tipo de práctica es y queremos que sea la ciencia es una tarea ineludible. Para esto hay que asumir primero que la ciencia es esencialmente una práctica.


Qué estamos haciendo  

Quienes hacemos teoría tenemos la obligación de volver a centrar nuestra práctica en la reflexión sobre las condiciones materiales en las que producimos conocimiento. Con esto me refiero no solo a, en nuestro caso, hacer ciencia en la Argentina endeudada y empobrecida de 2022 en el marco del capitalismo global que nos enmarca como una economía colonial, me refiero también a hechos materiales muy concretos de la inmediatez en la que trabajamos: dónde estamos físicamente cuando trabajamos produciendo y transmitiendo conocimiento, dónde nos sentamos, quién paga por nuestro espacio de trabajo (en mi caso, eso sale de mi propio salario, muchas investigadoras e investigadores no disponemos de un espacio de trabajo en una institución), quién nos cocina cuando estamos trabajando (en mi caso, yo misma), cómo se cuentan nuestras horas de labor si las usamos para hacer muchas veces al mismo tiempo tareas de cuidado (incluso de cuidados especiales) y tareas investigativas y docentes, cómo pagamos por insumos para “hacer ciencia”, dónde se producen estos insumos, de dónde sale ese financiamiento en una región del mundo que el capital global (y el nacional) necesita tener como receptora y reproductora de conocimiento y no como productora de él.   

La imagen de la academia como poblada de seres sin cuerpos ni necesidades no es ingenua: sirve para desmovilizar reclamos laborales en la academia y la Universidad y para desalentar el ingreso a ella de todas las personas cuyas corporalidades y realidades no se adecuan al ideal abstracto del “científico” -un varón (o, crecientemente, mujer, pero siempre cis), blanco/a, pudiente, del llamado “norte global”, que no realiza tareas de cuidado ni reproductivas de la vida (alguien las hace por él/ella), cuyos problemas particulares son considerados preguntas universales. Esa imagen de la academia es, como decía, un producto ideológico nada ingenuo. Creer en ella como lo hacen los discursos antiintelectuales que podemos llamar “fuego amigo” es antes que nada una enorme concesión a quienes quieren desarticular la crítica. Por lo tanto, se trata de una creencia peligrosa.  

Solo siendo conscientes de que las condiciones materiales en las que producimos conocimiento son inseparables de cualquier proceso de producción de conocimiento podemos escuchar las teorizaciones que surgen de las diferentes prácticas en las que vivimos y dialogar con las experiencias de quienes hoy no se sienten ni son parte de las grandes teorías. ¿Somos nosotras y nosotros personas separadas de esas prácticas, inafectadas por ellas, somos en realidad protagonistas de las teorías mainstream, hablan ellas de nosotras y nosotros? La mayoría de quienes trabajamos con el conocimiento somos trabajadores intentando desarrollar nuestras tareas en condiciones de creciente precariedad y con crecientes presiones de rendimiento que no responden a necesidades concretas de nuestros contextos sino a orientaciones que desactivan la crítica, como si no tuviéramos ni cuerpos ni tareas de cuidado que realizar, como si no pasara nada más. Reconocernos de manera pública y transdiciplinaria como subjetividades y corporalidades en espacios concretos del capital es el primer paso para cualquier otra cosa.

Macarena Marey nació en Necochea en diciembre de 1978. Es investigadora adjunta de CONICET y docente de Filosofía Política en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Investiga sobre participación política, teorías de la democracia, derechos territoriales y tradición del contrato social. Dirige el Núcleo de Estudios Críticos y Filosofía del Presente, Instituto de Filosofía, FFyL, UBA. Recientemente publicó los libros Voluntad omnilateral y finitud de la Tierra (La Cebra, 2021) y Teorías de la república y prácticas republicanas (Herder, 2021). 

Comentarios

Lo más visto de la semana pasada

David Gilmour - Luck and Strange (2024)

Una entrada cortita y al pie para aclarar porqué le llamamos "Mago". Esto recién va a estar disponible en las plataformas el día de mañana pero ya lo podés ir degustando aquí en el blog cabeza, lo último de David Gilmour de mano del Mago Alberto, y no tengo mucho más para agregar. Ideal para comenzar a juntar cositas para que escuchen en el fin de semana que ya lo tenemos cerquita... Artista: David Gilmour Álbum: Luck and Strange Año: 2024 Género: Rock Soft Progresivo / Prog Related / Crossover prog / Art rock Referencia: Aún no hay nada Nacionalidad: Inglaterra Lo único que voy a dejar es el comentario del Mago... y esto aún no existe así que no puedo hablar de fantasmas y cosas que aún no llegaron. Si quieren mañana volvemos a hablar. Cae al blog cabezón, como quien cae a la Escuela Pública, lo último del Sr. David Gilmour (c and p). El nuevo álbum de David Gilmour, "Luck and Strange", se grabó durante cinco meses en Brighton y Londres y es el prim...

Don Cornelio y la Zona - Don Cornelio y la Zona (1987)

"Hola, les saludo desde Ecuador, he seguido la página desde hace unos años y han sido un gran soporte emocional en mi vida gracias a la música que me han compartido. Quería preguntarles si pueden revivir este álbum que descubrí hace poco". ¿Y cómo negarnos ante ese comentario?. Como homenaje al recientemente desaparecido Palo Pandolfo (uno de los cantautores más destacados de la música argentina en las últimas tres décadas), reflotamos un discos que Artie había publicado hace ya mucho tiempo. Acá está, entonces, el disco homónimo de Don Cornelio, muy pedido por varios, como recuerdo de ese referente del rock argento que fue el poeta del rock "Palo" Pandolfo, con su combinación de lirismo y violencia reconocible en su rock, algunos dicen que fue heredero artístico de Pescado Rabioso , y desde hace 35 años que vino siendo bastante más que el flaquito que vino a poner oscuridad en el pop alfonsinista. Artista: Don Cornelio y la Zona Álbum: Don Cornelio y la Zona ...

King Crimson Collector's Club (1998 - 2012)

Artista: King Crimson Álbum: King Crimson Collector's Club Año: (1998 - 2012) Género: Progresivo ecléctico Nacionalidad: Inglaterra Lista de Discos: KCCC 01 - [1969] Live at the Marquee (1998) KCCC 02 - [1972] Live at Jacksonville (1998) KCCC 03 - [1972] The Beat Club Bremen (1999) KCCC 04 - [1982] Live at Cap D'Agde (1999) KCCC 05 - [1995] On Broadway - Part 1 (1999) KCCC 06 - [1995] On Broadway - Part 2 (1999) KCCC 07 - [1998] ProjeKct Four - The Roar Of P4 - Live in San Francisco (1999) KCCC 08 - [1994] The VROOOM - Sessions April - May (1999) KCCC 09 - [1972] Live At Summit Studios Denver, March 12 (2000) KCCC 10 - [1974] Live in Central Park NYC (2000) KCCC 11 - [1981] Live at Moles Club Bath (2000) KCCC 12 - [1969] Live in Hyde Park, July 5 (2002 KCCC 13 - [1997] Nashville Rehearsals (2000) KCCC 14 - [1971] Live at Plymouth Guildhall, May 11 (2CD) (2000) KCCC 15 - [1974] Live In Mainz, March 30 (2001) KCCC 16 - [1982] Live in Berkeley (2CD) (200...

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer ...

El Ritual - El Ritual (1971)

Quizás aquellos que no estén muy familiarizados con el rock mexicano se sorprendan de la calidad y amplitud de bandas que han surgido en aquel país, y aún hoy siguen surgiendo. El Ritual es de esas bandas que quizás jamás tendrán el respeto que tienen bandas como Caifanes, jamás tendrán el marketing de Mana o la popularidad de Café Tacuba, sin embargo esta olvidada banda pudo con un solo álbum plasmar una autenticidad que pocos logran, no por nada es considerada como una de las mejores bandas en la historia del rock mexicano. Provenientes de Tijuana, aparecieron en el ámbito musical a finales de los años 60’s, en un momento en que se vivía la "revolución ideológica" tanto en México como en el mundo en general. Estas series de cambios se extendieron más allá de lo social y llegaron al arte, que era el principal medio de expresión que tenían los jóvenes. Si hacemos el paralelismo con lo que pasaba en Argentina podríamos mencionar, por ejemplo, a La Cofradía, entre otros muchos ...

Los hijos de puta: Si esta no es la casta... ¿la casta dónde está?

Si acá no está la casta ¿la casta dónde está? En la Argentina se habla mucho de la pobreza: como se mide, cuantos pobres hay, si sube o baja, que políticas o gobiernos la hicieron crecer o bajar. En el discurso, les preocupa a todos: Macri hizo campaña en el 2015 prometiendo alcanzar la "pobreza cero", y Milei basa su cruzada contra el socialismo en que son "zurdos empobrecedores". De lo que no se habla tanto (casi nada) es de la riqueza y de los ricos: quiénes son, cuan ricos son, como y por qué se hicieron ricos. Y menos que menos se habla de la relación directa y necesaria que hay entre las dos cosas: en el capitalismo salvaje que vivimos, para que haya (pocos, cada vez menos) ricos cada vez más ricos, es imprescindible que haya pobres (cada vez más, y cada vez más pobres). Hablan mucho de la pobreza para no hablar nunca de la riqueza. Ése es el truco.   De los pobres sabemos mucho, o nos cuentan bastante: quien los manipula políticamente o los emplea como man...

David Gilmour - Rattle That Lock (2015)

Artista: David Gilmour Álbum: Rattle That Lock Año: 2015 Género: Rock, Blues, Jazz Duración: 51:17 Nacionalidad: Inglaterra Lista de Temas: 1. 5 A.M. 2. Rattle That Lock 3. Faces Of Stone 4. A Boat Lies Waiting 5. Dancing Right In Front Of Me 6. In Any Tongue 7. Beauty 8. The Girl In Yellow Dress 9. Today 10. And Then ... Alineación: - David Gilmour / electric & acoustic guitars, bass, percussion, piano, Hammond organ, electric piano, saxophone, vocals, cumbus, bass harmonica - Guy Pratt / bass - Phil Manzanera / piano, keyboards - Polly Samson / piano, vocals - Steve DiStanislao / drums - Mica Paris / vocals - Louise Marshall and The Liberty Choir / vocals

Tantor - Tantor (1979)

Artista: Tantor Álbum: Tantor Año: 1979 Género: Jazz rock Nacionalidad: Argentina Lista de Temas: 1. Guerreras club 2. Niedernwohren 3. Llama siempre 4. Oreja y vuelta al ruedo 5. Halitos 6. El sol de la pobreza 7. Carrera de chanchos Alineación: - Carlos Alberto Machi Rufino: bajo - Héctor Starc: guitarra - Rodolfo García: batería Invitados: - Leo Sujatovich - Lito Vitale Seguimos con las resubidas, Sandy nos trae estos dos discos dificilíiiiiiisimos de conseguir, mejor dicho, imposible. Banda de músicos excelentes, todos EX de otras grandes bandas del rock nacional de los 70s, luego de la separación de sus grupos fundacionales, grupos como Almendra y Aquelarre. Quizás dos álbums demasiado menospreciados dada su calidad, principalmente porque los tipos tuvieron la chispa creativa pero la misma no pegó en el público y en su momento no tuvieron la difusión y reconocimiento que se merecían. Desde este humilde espacio volvemos a hacer otra reparación histórica...

21st Century Schizoid Band - Live in Barcelona (2024)

Otra vez revisitamos esta banda que es esencialmente un equipo de figuras clave dentro de King Crimson sin las estrellas obvias Robert Fripp y Greg Lake, y los volvemos a traer para cerrar otra semana llena de buena música y sorpresas. Grabado en Barcelona en 2003., podemos ver un grupo que tiene un gran talento y sigue siendo inventivo en el antiguo repertorio, incluso hablando de Peter Giles, que se retiró de la música profesional en 1970. No daremos mucha vuelta sobre esto, porque ya hemos hablado mucho en su momento, así que viene a completar la historia de este proyecto que hemos expuesto en demasía en el blog cabeza. Y con esto me despido de ustedes hasta la próxima semana, donde volveremos con más música, más sorpresas y más ganas de hincharle las pelotas a este deshumanizado mundo de mierda que tanto nos hace sufrir día a día... y en algún instante será momento de que la tortilla se de vuelta de una vez por todas, mientras tanto, a disfrutar de tanta música y tantas cosas buena...

Sin conexión a Internet: día 7

¿No era que todo lo solucionaba el mercado? Personal, Telecentro y todos los proveedores de la zona de Flores y Floresta, se pueden ir la la reput&$%!@~€|Ç^[!!!. Desde le viernes no tengo conexión a Internet así que hasta que se reestablezca la conexión (increíble en estos tiempos), el blog cabeza tendrá servicios reducidos. Luego volveremos a la locura de siempre y a la que ya seguramente están  acostumbrados...

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.