"Su interés en ampliar los límites y aventurarse en áreas emocionantes creció después de pasar 3 meses en Brasil. Grabó Cured en 1981 sin su banda, a excepción de las contribuciones del teclista Nick Magnus y su hermano. Es un disco 'easy-listening' con Steve cantando todas las voces, y en lugar de un baterista usó la revolucionaria caja de ritmos eléctrica Linn. Realizó una gira promocional del disco con la nueva alineación con Chas Cronk en el bajo e Ian Mosley en los palos, junto con Magnus y su hermano John". Y aquí entramos en un punto de inflección donde Hacket, quizás porque los años 80 fueron para él (¿y para quien no?) un momento de búsqueda, tanto en el sonido como interior, y aunque fue prolífico en el estudio, su éxito con Genesis no se repitió en su producción en solitario, a pesar de que lanzó el doble de discos que entre el 71 y el 77. Una incursión por el pop-rock sin mucha ambición ni trascendencia que por la tapa me hace acordar a cierto álbum de ELP en una playita, pero con la innegable calidad del músico inglés. Otro gran aporte de LightbulbSun.
Artista: Steve Hackett
Álbum: Cured
Año: 1981
Género: Crossover prog
Duración: 33:39
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Inglaterra
Jesús Gran
Lista de Temas:
1. Hope I Don't Wake (3:46)
2. Picture Postcard (3:54)
3. Can't Let Go (5:39)
4. The Air-Conditioned Nightmare (4:42)
5. Funny Feeling (4:02)
6. A Cradle of Swans (2:47)
7. Overnight Sleeper (4:30)
8. Turn Back Time (4:19)
Alineación:
- Steve Hackett / guitars, bass, vocals, co-producer
With:
- Nick Magnus / keyboards, drum machine, co-producer
- Bimbo Acock / saxophone (2)
- John Hackett / flute (7), bass pedals (4)
Artista: Steve Hackett
Álbum: Cured
Año: 1981
Género: Crossover prog
Duración: 33:39
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Inglaterra
Si hay algo que destaca aquí es algún clásico de su carrera y algún tema acustico. Lo otro es muy convencional: pop-rock sin ninguna maravilla. Pero es un disco de búsqueda personal, lástima que lo sacó a la venta y no se lo dejó como un registro de búsqueda propia. En fin, vamos al disco...
Parece que llegó un momento en el cual alguien le dijo a Hackett que, si quería hacerse rico con la música, debía dedicarse a componer canciones de pop destinadas a las ondas de radio comerciales. De hecho, Phil Collins también debutó en solitario este mismo año con el flojísimo pero exitoso Face Value. Habíamos entrado en la etapa de la MTV y el negocio musical iba a centrarse sobre todo en el marketing, arrastrando la voluntad de algunos músicos como si fuera un círculo vicioso del que era imposible resistirse a entrar. Cuando se ha escuchado este álbum, su título parece sugerir que el rock progresivo era una enfermedad de la que se había curado, ya que Steve quiere sonar lo más accesible posible y llegar a más público. Como ya no pudo mantener a los músicos que le habían estado acompañando, Hackett solo pudo quedarse con el teclista Magnus y entre los dos urdieron la instrumentación de todo el álbum, haciéndose cargo el primero de la parte vocal y el bajo (además de, obviamente, la guitarra) y Magnus de la percusión programada, aparte de su teclado. El hermano de Hackett también participa puntualmente en un par de temas, así como un saxofonista en ‘Picture Postcard’, pero los detalles que aventuran una obra más floja de lo habitual son dos de los ya señalados: que Hackett canta y que la percusión es programada. Sin embargo, en la voz puede decirse que sale airoso para no ser un cantante, pero nunca podrá engrandecer una composición discreta o mediocre, que es justo lo que consigue un gran cantante cuando está inspirado.
La inspiración también brilla por su ausencia en las composiciones de este disco. Lo único interesante que presenta ‘Hope I Don't Wake’ es la bonita melodía que suena justo tras la introducción a cappella, pues todo lo demás es pop comercial que, afortunadamente, al menos está ejecutado con gusto. Pero resulta imposible recordar algo de canciones como ‘Picture Postcard’ una vez han acabado, pues contiene todos los clichés posibles del pop comercial. Al menos se mueve en unos estándares mínimos de calidad, salvo en la lamentable ‘Funny Feeling’, escrita junto a Magnus y que representa lo más bajo que se puede caer cuando se quiere escribir música comercial. Tampoco se entiende muy bien la introducción de casi un minuto de ‘Can't Let Go’, pues si intentaba recrear una ambientación lo que consigue es acabar aburriendo antes de que empiece la canción en sí, que vuelve a ser otra decepción como las anteriores, aunque puede escucharse con cierto interés. Por otro lado, finalizar el disco con una aburrida balada de corte coral como ‘Turn Back Time’ le coloca como acólito de The Alan Parsons Project, pero ese no es el camino que debía seguir Steve.
La técnica de guitarra se deja ver mucho menos de lo deseable y eso condiciona mucho la valía de una obra de Hackett. En el instrumental ‘The Air-Conditioned Nightmare’ podemos observar esa técnica con la guitarra eléctrica, pero melódicamente es poco atractiva y tan solo puede destacarse que el título es muy acertado porque sí consigue crear una ambientación como de pesadilla. Y pesadilla en el buen sentido, no porque el teclado de Magnus resulte especialmente irritante. Si nos fijamos en ‘A Cradle Of Swans’, antecede lo que será una nueva vertiente en la carrera de Hackett, esto es, la guitarra clásica. Los apergios con la misma guitarra en el comienzo de ‘Overnight Sleeper’ engañan porque no se trata de otra pieza de registro clásico, sino que pronto entra un frenético sintetizador para recordarnos que todavía queda un rastro de rock progresivo aunque diste mucho de sonar original, si bien luego retorna al mismo pop convencional que recorre todo el álbum.
¿Significó este disco un pequeño traspiés dentro de la discografía de Hackett? Pues desgraciadamente la respuesta es que no. A partir de ahora y durante muchos años su carrera se dividirá en insulsas obras de pop-rock comercial junto a estupendas obras de guitarra clásica, más indicadas para quienes profesen estima por este tipo de música. Pero son estas últimas las únicas realmente recomendables entre lo que continuará publicando. Avisad@ está quien desee proseguir con el descubrimiento de la carrera de Hackett. Por otra parte, resulta curioso razonar sobre esta decisión artística, puesto que lo único que podía conseguir con ello es decepcionar a sus seguidores hasta ese momento, del mundo del rock progresivo, sin alcanzar a cambio nuevos fans o al menos fans estables.
La inspiración también brilla por su ausencia en las composiciones de este disco. Lo único interesante que presenta ‘Hope I Don't Wake’ es la bonita melodía que suena justo tras la introducción a cappella, pues todo lo demás es pop comercial que, afortunadamente, al menos está ejecutado con gusto. Pero resulta imposible recordar algo de canciones como ‘Picture Postcard’ una vez han acabado, pues contiene todos los clichés posibles del pop comercial. Al menos se mueve en unos estándares mínimos de calidad, salvo en la lamentable ‘Funny Feeling’, escrita junto a Magnus y que representa lo más bajo que se puede caer cuando se quiere escribir música comercial. Tampoco se entiende muy bien la introducción de casi un minuto de ‘Can't Let Go’, pues si intentaba recrear una ambientación lo que consigue es acabar aburriendo antes de que empiece la canción en sí, que vuelve a ser otra decepción como las anteriores, aunque puede escucharse con cierto interés. Por otro lado, finalizar el disco con una aburrida balada de corte coral como ‘Turn Back Time’ le coloca como acólito de The Alan Parsons Project, pero ese no es el camino que debía seguir Steve.
La técnica de guitarra se deja ver mucho menos de lo deseable y eso condiciona mucho la valía de una obra de Hackett. En el instrumental ‘The Air-Conditioned Nightmare’ podemos observar esa técnica con la guitarra eléctrica, pero melódicamente es poco atractiva y tan solo puede destacarse que el título es muy acertado porque sí consigue crear una ambientación como de pesadilla. Y pesadilla en el buen sentido, no porque el teclado de Magnus resulte especialmente irritante. Si nos fijamos en ‘A Cradle Of Swans’, antecede lo que será una nueva vertiente en la carrera de Hackett, esto es, la guitarra clásica. Los apergios con la misma guitarra en el comienzo de ‘Overnight Sleeper’ engañan porque no se trata de otra pieza de registro clásico, sino que pronto entra un frenético sintetizador para recordarnos que todavía queda un rastro de rock progresivo aunque diste mucho de sonar original, si bien luego retorna al mismo pop convencional que recorre todo el álbum.
¿Significó este disco un pequeño traspiés dentro de la discografía de Hackett? Pues desgraciadamente la respuesta es que no. A partir de ahora y durante muchos años su carrera se dividirá en insulsas obras de pop-rock comercial junto a estupendas obras de guitarra clásica, más indicadas para quienes profesen estima por este tipo de música. Pero son estas últimas las únicas realmente recomendables entre lo que continuará publicando. Avisad@ está quien desee proseguir con el descubrimiento de la carrera de Hackett. Por otra parte, resulta curioso razonar sobre esta decisión artística, puesto que lo único que podía conseguir con ello es decepcionar a sus seguidores hasta ese momento, del mundo del rock progresivo, sin alcanzar a cambio nuevos fans o al menos fans estables.
Jesús Gran
Lista de Temas:
1. Hope I Don't Wake (3:46)
2. Picture Postcard (3:54)
3. Can't Let Go (5:39)
4. The Air-Conditioned Nightmare (4:42)
5. Funny Feeling (4:02)
6. A Cradle of Swans (2:47)
7. Overnight Sleeper (4:30)
8. Turn Back Time (4:19)
Alineación:
- Steve Hackett / guitars, bass, vocals, co-producer
With:
- Nick Magnus / keyboards, drum machine, co-producer
- Bimbo Acock / saxophone (2)
- John Hackett / flute (7), bass pedals (4)
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