Artista: Bendita Prudencia
Lista de Temas:
1. Camaleón
2. Buenas Noches
3. Ni tu padre ni tu hermano
4. Seiz Brazos Azules
5. Creo
6. Distancia
7. Tarde
8. Verónica
9. Láctica
10. Apariencias
11. Barco
12. Santiago
1. Camaleón
2. Buenas Noches
3. Ni tu padre ni tu hermano
4. Seiz Brazos Azules
5. Creo
6. Distancia
7. Tarde
8. Verónica
9. Láctica
10. Apariencias
11. Barco
12. Santiago
Alineación:
Arte – Eduardo Cerón
Fotografía – Gino Coppa
Clarinete – Jair Moreno
Batería – Alexander Muñoz
Piano, Voz – Carolina Holzapfel
Viola, Voz – Marcela Moreno
Grabado y Mezclado por – Giovanni Brizzolari
Producido por Bendita Prudencia
Arte – Eduardo Cerón
Fotografía – Gino Coppa
Clarinete – Jair Moreno
Batería – Alexander Muñoz
Piano, Voz – Carolina Holzapfel
Viola, Voz – Marcela Moreno
Grabado y Mezclado por – Giovanni Brizzolari
Producido por Bendita Prudencia
BENDITA IMPRUDENTE
Carolina Holzapfel, pianista y autora
No fue una fiesta mechona como
las otras la que hubo a comienzos del año pasado en el campus Juan Gómez Millas
de la Universidad de Chile. Fue una fiesta única.
–El "grupo comercial" era Ángel
Parra Trío –dice, por ejemplo, la pianista Carolina Holzapfel, que estuvo ahí y
recuerda que, en vez de bandas de pop o sonoras de cumbia, las atracciones
fueron la compañía de teatro y acrobacia Dementia Praecox y los conjuntos
musicales Napa y Bendita Prudencia, el cuarteto de la propia Carolina
Holzapfel, que esa tarde actuó por primera vez ante una gran audiencia.
Fue hace poco más de un año, pero en este
tiempo se han sucedido las noticias para esta pianista de 27 años, que en 2006
terminará la carrera de licenciatura en arte con mención en composición. En
noviembre pasado apareció su primer registro como solista, con la canción
"Tu fuga" incluida en el compilado Futuro esplendor (2005, Sello
Azul), y meses más tarde, en el verano, fue editado Bendita Prudencia (2006,
Fondart), el primer disco de su grupo. Y este jueves la pianista, cantante y
autora tocará en vivo en la Sala SCD del barrio Bellavista (Santa Filomena 110,
19 hrs.), como parte del ciclo de presentaciones del compilado.
Carolina Holzapfel mantiene en
carriles separados sus canciones como solista de las que toca con su grupo. De
hecho para su actuación de esta semana sólo estarán ella y su piano sobre el
escenario.
Hay dos excepciones:
"Camaleón" y "Apariencias" son canciones que toca tanto por
su cuenta como con sus compañeros. Aparte de eso, como solista escribe y canta
canciones más íntimas, desde la dulzura de "Habitación" hasta el
mayor atrevimiento de "Tu fuga", mientras con el grupo da más cuerda
a un repertorio hecho de piano, viola, clarinete, batería, humor y teatralidad.
Nació en Chile en 1978 y pasó parte de su
infancia en Alemania, desde que su padre viajó a ese país en 1982 a hacer un
doctorado. Volvió hacia 1986, estudió piano en la Escuela Moderna de Música y
entró a los diecisiete al Conservatorio, a iniciar su carrera en la Facultad de
Artes de la Universidad de Chile, y para el año 2000 ya estaba dando sus
primeras actuaciones, sola para empezar, en salas de la universidad. Pequeños
bares como Supersalón y El Clan fueron otros escenarios en 2003 y 2004, y uno
de los más recientes fue el festival organizado para el Día de la Música el año
pasado, donde tocó al aire libre, de nuevo a solas con su piano, en medio de
una tarde entera de grupos rockeros, raperos y/o metaleros.
–Yo he tenido la experiencia
de que los metaleros enganchan caleta con esta música, aunque quizás no sea de
escucha muy fácil –considera. Aunque luego va a rectificar: no tiene que ser
difícil escuchar a Carolina Holzapfel ni a Bendita Prudencia.
Marcela Moreno (voz y viola),
Jair Moreno (clarinete) y Alexander Muñoz (batería) completan la formación del
grupo desde su inicio, en abril de 2004. Los dos primeros estudiaron música con
Carolina en la Facultad y ya habían tocado con ella en un grupo anterior, en
2003. Luego de eso reclutaron al baterista.
–Una percusión iba a dar piso
a estos tres instrumentos que son demasiado pertenecientes al mundo de la
música docta –explica la pianista–. Entonces ahí me acordé de Alexander Muñoz,
con quien yo toqué cuando tenía catorce años de edad: tocábamos Led Zeppelin y
Deep Purple.
Porque Carolina Holzapfel tiene un pasado
rockero colegial. A los catorce años tocaba en esa banda escolar en los barrios
del baterista en la Gran Avenida. Años después, la primera actuación de Bendita
Prudencia tuvo lugar en la Sala SCD de Plaza Vespucio a fines de 2004, en un
concurso para el que el grupo estrenó la canción "Camaleón".
En 2005 ya estaban en condiciones de pensar en
un disco, que, previa aprobación de fondos del Fondart, grabaron con canciones
como las propia "Apariencias" y "Camaleón", además de otras
ya fogueadas en la aludida fiesta mechona de 2005 como "Buenas
noches", "Láctica" y "Santiago", y las más recientes
"Ni tu padre ni tu hermano", "Seis brazos azules",
"Distancia", "Tarde", "Verónica". Luego lanzaron
el disco en una gira de verano por escenarios capitalinos como los de Proyecto
Ícaro y el Centro Cultural de España.
–Yo creo que sí es de música
de fácil escucha, en realidad. De hecho me di cuenta de eso en las tocatas. No
creo que el público que nos haya ido a ver haya sido un público de músicos. Más
bien no –sonríe Carolina. Tal vez la única excepción fue la primera fecha de la
gira. El grupo estrenó el disco en la Sala Isidora Zegers, que, lejos de ser
cualquier lugar para un estudiante del Conservartorio, es la sala donde se
rinden los exámenes.
–Es un público mucho más
exigente y más frío –recuerda–. El nivel de competencia que hay en los
conservatorios es súper alto también, entonces uno sabe que es un público más
crítico. ¿Cómo se llama eso... gajes del oficio? No. Deformación profesional.
–¿Pero haber estudiado en el
Conservatorio te da un rigor musical distinto?
–Sí, en Bendita Prudencia
puede ser que haya distintas capas de entendimiento. Aunque algunos puedan
tildarla como freak, por el asunto timbrístico o medio teatral que pueda tener,
es una música que cualquiera puede entender. Debajo de eso puede haber ciertos
detalles que quizás a una persona que no pertenece al mundo musical se le
puedan pasar. Y debajo de eso... quizás ya no haya mucho más. Es algo que se
entiende. Fácilmente. Y eso quiero conservarlo. Me gusta que sea así. Me he
dado cuenta de que Bendita Prudencia suele gustarle a la gente del teatro, de
la danza... En ese sentido habito en dos mundos paralelos.
–¿Eso te gusta?
–(Piensa) Lo que más me gusta
es que ni siquiera es algo que nos hayamos propuesto. Las letras que me surgían
me pedían esa rítmica, esa sonoridad, ese tipo de acordes. Si yo hago esta
música es porque no puedo hacer otra. Lo único que sabemos es que todos son
temas que tienen que ver con la urbe, como mundo externo, con cómo se vive y
cómo se comporta la ciudad, y también los mundos internos que se van
sucediendo. Qué le sucede al individuo dentro de la ciudad.
Bendita Prudencia, el nombre,
fue idea de la propia pianista.
–"Y me hicieron bella,
femenina, prudente, inteligente" –canta Carolina Holzapfel, en un verso de
"Camaleón", la fuente de la idea–. Prudente. Esa palabra... es un
nombre que puede ser tomado tanto irónicamente como en serio.
Por ahora ya hay una lista de
imprudencias en su historia musical. Tocar sola con voz y piano en un festival
de bandas entre rockeras y metaleras es una. Estudiar once años en el
Conservatorio y armar un grupo de canciones para empezar a grabar y tocar. Y
lanzar el disco de ese grupo en la sala de la universidad reservada para los
exámenes solemnes, por ejemplo.
–Claro –sonríe–. Es una
imprudencia máxima.
Del Ballet Nacional a los Blops
Además de la carrera de
composición, de sus actuaciones personales y del trabajo con Bendita Prudencia,
Carolina Holzapfel es pianista acompañante del Ballet Nacional desde 1998, un
trabajo que le permite de lunes a viernes sentarse al piano de una sala de
danza para tocar desde piezas de ballet clásico hasta improvisaciones para los
ensayos de los bailarines. Más de alguna idea plasmada luego en su repertorio o
en el de su grupo ha salido de esas sesiones de improvisación.
Su otra experiencia musical,
aunque fugaz, está vinculada en directo con la historia del rock en Chile.
Carolina fue la pianista de la más reciente formación de los Blops, que hace
tres años se reformaron para volver a tocar, con Eduardo Gatti, Juan Pablo
Orrego, Pedro Greene, Carlos Fernández y Pablo Lecaros en la formación. Ella
tocó en los dos últimos conciertos del grupo, en el porteño bar La Piedra Feliz
y en el pub capitalino La Rosa.
–Y eso que debe haber habido
chorrocientos mil tecladistas que lo hicieran mucho mejor que yo también.
Aunque me haya iniciado tocando Deep Purple y Led Zeppelin –sonríe–. Después,
cuando me enteré de que los Blops habían grabado con Víctor Jara (las canciones
"El derecho de vivir en paz" y "Abre la ventana", del disco
El derecho de vivir en paz, 1971), ya no podía más. Me sentía tocando con la
historia misma de Chile.
Publicado en www.mus.cl
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