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Talking Heads - More Songs About Buildings and Food (1978)

#Músicaparaelencierro. Comenzamos la semana con el primero de tres grandes aportes de Marcelo, tres discos impecables de Talking Heads, perennes, de art rock profundamente rítmico, y este es el primero de ellos, el primero de los tres producidos junto a Brian Eno,​ dando un estilo musical a la banda más bailable, con mucho gancho y swing. Para empezar la semana a lo grande, aquí se larga el set musical del blog cabezón!

Artista: Talking Heads
Álbum: More Songs About Buildings and Food
Año: 1978
Género: Art rock
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU



Segundo álbum de Talking Heads y el primero que llega al blog cabeza, y era hora.
Dato por si alguien le interesa (aviso que amí no), este disco fue incluido en la lista de los 500 mejores álbumes de la Revista Rolling Stone. Raro que no los haya traído el Mago Alberto, aunque sí trajo algunas cosas del Byrne solista.

Tras el prometedor debut de la banda liderada por David Byrne, Talking Heads, estos 4 muchachos algo snob del underground neoyorkino, comenzaron su fructífera y también a la larga caótica relación con Brian Eno como productor de los que serían su 2º, 3er. y 4º trabajo de estudio. Hay que apuntar que Eno poco a poco fue ayudando a que Talking Heads particularizaran su sonido partiendo de las bases establecidas en su debut “Talking Heads: 77”.
El título de su 2º disco era en parte una fina ironía dirigidas a algunos sectores de la crítica que acusaba al grupo de lo naive de las temáticas de sus canciones. Quizás ese título hubiera quedado más acorde con el posterior “Fear Of Music” debido a temas como “Paper”, “Animals”, etc.
“More Songs About Buildings And Food” es un trabajo que en su concepción inicial como disco de vinilo, con cara a y cara b, debe resultar mucho más interesante que como un desnaturalizado formato cd, en el que las canciones se escuchan del tirón, sin esa pausa que supone el darle la vuelta al disco. De esa forma, se aprecia un claro cambio entre la 1ª y 2ª parte del disco. Es una obra muy interesante. Pasemos a analizar lo que David Byrne como guitarrista y vocalista, Tina Weymouth al bajo, Chris Frantz a la batería y Jerry Harrison a los teclados y guitarras dispusieron para en 1978 ir apuntalando poco a poco su leyenda actual.
“Thank you for sending me an angel” es un tema de inicio muy rítmico y animado, que tiene en su melodía una especie de deje a mitad de camino entre el rockabilly y el country. Buen inicio de obra. “With our love” no tiene tanto ritmo y sobre todo llama la atención por el momento en que Byrne canta el nombre de la propia canción con un ánimo algo tristón. “The good thing” tiene su principal atractivo en los coros de soporte de Tina Weymouth, porque aparte de ello es quizás el tema más flojo del disco; no obstante, a partir de aquí el disco irá remontando, terminando a un alto nivel de exigencia. “Warning sign” podría verse a la larga como un pequeño adelanto de lo que el grupo ofrecería en su 3er. disco “Fear Of Music”, ya que es un precedente muy claro de temas como “Air”. Sin embargo y en el extremo opuesto, un tema que parece ser un descarte o pista que se quedase fuera del debut es “The girls want to be with the girls”. Se aprecian formas del disco “Talking Heads: 77” tanto en la forma de cantar de Byrne como en la letra, como en la melodía pop ingenua que tiene. “Found a job” es uno de los momentos del disco que el grupo más veces introdujo en giras posteriores en los set list de sus conciertos. Lo más característico es el ritmo marcado de la percusión, sincronizado con la modulación vocal de David Byrne.La 2ª mitad del disco, y lo que en su día sería la cara b, es mucho más animada, acelerada y eléctrica. Aquí es donde se puede afirmar que se sientan en gran parte las bases de la corriente de la new wave de comienzos de los 80. Los riffs de guitarras, sesudos y vertiginosos se aprecian en canciones como “Artist only” o “I’m not in love”, las cuales tienen una concepción muy cercana. En “I’m not in love” resultan llamativos esos parones repentinos para que David de forma susurrante se haga cargo de un controvertido estribillo, sobre todo en lo referido al plano instrumental, ya que su raquitismo estructural contrasta fuertemente con los ritmos que justo a continuación marcan las guitarras. Los teclados tendrán su importancia vital en el regusto de trance que conceden en la 2ª parte de la canción en la estupenda “Stay hungry”. Los Talking Heads presentan de nuevo un tema nada lógico o predecible al menos en lo que a su estructura se refiere, ya que los primeros compases son atropellados e inquietos, para luego entrar en una cadencia más leve que retorna a esos primeros ritmos y de seguido dan paso a un semiestribillo luminoso y aparentemente muy desvinculado a esas secciones tan dispares que ya nos han ofertado. No obstante, es la 2ª parte, en la que los teclados de Jerry Harrison crean un halo de hipnotismo, inestimablemente acompañados por el devenir vocal de Byrne, que también ayuda lo suyo, la que realmente me gusta y hace que este tema quizás sea mi tema favorito de la obra que nos ocupa esta semana. Me supone un cierto bajón, ¿qué le voy a hacer?, la versión de Al Green, “Take me to the river”, que para colmo personal es el tema que más se recuerda del disco y el que suele estar incluido como representante del mismo en recopilatorios o discos en directo. No está mal, pero ante el ejercicio de vanguardia que desde la pista 7, durante 3 canciones nos ha ofrecido el grupo, se me antoja como un momento olvidable. Mejor resulta el corte final de “More Songs About Buildings And Food”. “The big country” es una canción que quizás aporta el momento más emotivo melódicamente hablando, y también asociado al proceder ante el micro de David Byrne. Es un tema largo, que no solamente tiene ese halo sentimental en ciertas partes, sino que también tiene algún giro hacia notas más despreocupadas y alegres.
La reputación de Talking Heads se fue ganando poco a poco. “More Songs About Buildings And Food” no supuso un éxito desbordante o descomunal, pero sí que fue un paso adelante respecto a su a ratos ingenuo debut, que ya mostraba buenas maneras, pero que en este 2º disco comenzaron a pulirse, debido en parte al trabajo de Brian Eno. Eso de que la fama de Talking Heads fue gradual se puede comprobar en el hecho de que pasarían 5 años hasta que el debut “Talking Heads: 77” se hiciera con los galones de disco de oro por las ventas acumuladas.
Como ya he mencionado, la mayoría de la gente asocia este disco exclusivamente a la cover más famosa que hicieron Talking Heads, “Take me to the river”. Sin embargo, el disco a mis ojos es muchísimo más que solamente el trabajo de los Byrne y cía. donde se incluye la versión de Al Green. El núcleo formado por “Artist only”, “I’m not in love” y “Stay hungry” ya hacen que el disco se merezca un notable de puntuación. Es un disco interesante, experimental, pero sobrio, alejado quizás de las idas de olla tan simpáticas y geniales del siguiente “Fear Of Music” o de los ritmos africanos introducidos en “Remain In Light”.
El siguiente paso quizás es menos compacto u homogéneo, pero de la misma manera es una creación fabulosa, a la que si le coges el punto exacto admirarás seguramente. El disco en cuestión, “Fear Of Music” siguió apuntalando la leyenda del grupo y afianzando la colaboración de Brian Eno con los Talking Heads, que sin embargo saltó por los aires a la tercera ocasión con el siguiente disco, el imprescindible “Remain In Light”. Si quieren echar un vistazo a lo que fue el siguiente disco tras el hoy propuesto, informarles que fue objeto de revisión en el blog hace ya un tiempo razonable, constituyendo la 1ª vez que el grupo pasaba por estos dominios bloggeros.
Talking Heads son una de mis bandas favoritas de todos los tiempos. Sin lugar a dudas están en mi top 10 de preferencias y depende de la época del año incluso pueden llegar al top 5. No obstante, con este su 2º disco “More Songs About Buildings And Food” siempre he tenido una extraña sensación, ya que no es uno de mis discos favoritos, pero me parece de una calidad y lógica de muy alta exigencia. Además, algo que siempre me llamó la atención y me gusta, es la portada que tiene, con esa fotografía deformada en cuadrados de los 4 componentes del grupo. Todavía nos queda mucha tela que cortar de la formación liderada por David Byrne, ya que solamente hemos revisado junto al de hoy 2 discos más, “Fear Of Music” y “Little Creatures”. No hace falta ni que lo diga, pero por si hubiera alguna duda al respecto, informarles que volveremos a ellos.

 Abacab





Texto expandido de la entrada

El primero tendrá su mística y el tercero podrá ser (a mi gusto al menos) el mejor, pero el segundo álbum de Talking Heads es sin lugar a dudas una obra maestra. Donde casi todas las bandas de los setentas (las anteriores al postpunk al menos, cronológica o estéticamente) buscaban el consabido sonido "lleno" y "cálido" de guitarra (esa cosa de las válvulas y yo qué sé qué más, épica bluesera de los crossroads, la honestidad, las raíces y bla bla bla) la de Byrne y compañía prefirió todo lo contrario: una guitarra tenue, delgadísima, latosa, que queda además empujada a un rol estrictamente rítmico. Pero eso no es todo, y acá es donde entra en escena Brian Eno: la banda coloca al frente todo lo que tenga que ver con el ritmo, con patrones desquiciados que se reiteran y con el bajo manteniendo todo en su lugar, y Eno aporta el ambiente: el sutil espacio de la reverberación y el juego de frecuencias entre los instrumentos. Seguramente "I'm not in love" marque el punto más alto de esta idea, con su sección rítmica ecualizada en los medios y la guitarra chispeando bien arriba, con la voz de Byrne recorriendo nerviosamente todo el paisaje y saltando contra la pared en movimiento para hacerse añicos una y otra vez. De manera similar operan "Found a job" y "With our love", pero hay espacio también para atmósferas -poco antes de la mitad de "Artist only", por ejemplo, o también en los momentos de "Girls want to be with the girls" en los que la guitarra abandona el ritmo obsesivo y se permite dejar sonar sus arpegios sobre el pulso del bajo y la batería. Los efectos de sonido en "Warning sign" también convocan ese ambiente que rodea las figuras rítmicas, del mismo modo que el sonido parece espesarse y suavizarse en las estrofas de "The good thing", sólo para mutar drásticamente con los coros en los estribillos.
Después está, hacia el final, el hit del disco, "Take me to the river", un cover que aporta un costado innegablemente pop (en un disco cuyo título parece pararse en un lugar que parecería antipop si no fuera porque se trata más bien de una indiferencia irónica al respecto) que no suena para nada extraño a la máquina rítmica que habíamos oido anteriormente. Y acaso la obra maestra del álbum quede para el final: la maravillosa "The big country", que privilegia la línea más atmosférica (a la vez que rigurosa en la base rítmica) del álbum, con un ligero desplazamiento estético hacia el final, que parece anunciar momentos de "Fear of music".

 

Las cosas se empiezan a poner buenas para Talking Heads. En su segundo disco, More Songs about Buildings and Food, llegaría su asociación con el Sr. Brian Eno. El resultado fue muy positivo, a punto tal que este se transformó en uno de los discos más revolucionarios de los setenta.
Si bien More Songs se presenta como una prolongación de Talking Heads: 77, la mejora entre un trabajo y otro es importante. En este disco Talking Heads termina de definir el clásico sonido de New Wave que lo caracteriza. La paranoia de David Byrne con las enloquecidas guitarras rítmicas que se suceden corte a corte, junto al bajo funk de Tina Weymouth se congeniaron en gran forma con el aporte elemental de Eno, quién en producción sería importante para llevar a la banda a un nivel más exploratorio en su disparatado y brillante sonido.
Desde este aspecto, lograron un álbum parejo y compacto para mi gusto. Ahora bien, las canciones en conjunto pueden resultar un tanto monótonas por su uniformidad, e incluso el disco puede ser criticado porque no hay grandes melodías. O mejor dicho, no es un disco muy comercial que digamos, de hecho Talking Heads logró mayor difusión solo por su versión del tema de Al Green «Take Me to the River». Pero esto queda en un segundo plano. De esta masa de excentricidad equilibrada se pueden destacar algunas melodías inconfundibles como “Thank You For Sending Me An Angel” y la lésbica “The Girls Want To Be With The Girls”. También se pueden remarcar el estribillo a coro de “The Good Thing” y el funk crudo de “Stay Hungry”. Y finalmente podemos mencionar a su bizarro estilo de hacer country en “The Big Country”, un tema original y antiyanqui en el que Byrne despotrica con acidez contra el país grande del norte como si estuviera viéndolo desde arriba mientras vuela en avión. “I Wouldn’t Live There If You Paid Me” enuncia David. Muy duro, un condimento más de este excelente disco.

Persy

 
Por último, Marcelo eligió algunos videos que pueden interesar para conocer a la banda (para quien no la conoce)
 
Lista de Temas:
1. Thank You For Sending Me An Angel
2. With Our Love
3. The Good Thing
4. Warning Sign
5. The Girls Want To Be With The Girls
6. Found A Job
7. Artists Only
8. I’m Not In Love
9. Stay Hungry
10. Take Me To The River
11. The Big Country

Alineación:
- David Byrne / voz, guitarra, sintetizador, percusión
- Jerry Harrison / piano, órgano electrónico, sintetizador, guitarra, acompañamiento vocal
- Tina Weymouth / bajo, acompañamiento vocal
- Chris Frantz / batería, percusión
Músicos adicionales:
Brian Eno / sintetizador, piano, guitarra, percusión, voces de fondo
Tina and the Typing Pool / acompañamiento vocal en The Good Thing



 
 

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